DIRECTOR GENERAL ADJUNTO XIANGCHEN ZHANG

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Gracias, Serge, y buenos días a todos.

Es para mí un gran honor participar en la presentación del índice de paz mundial 2021. Quisiera presentarles las sinceras disculpas de la Directora General Ngozi Okonjo-Iweala, que no ha podido estar hoy aquí. Sin embargo, a medida que me voy adaptando a mi nuevo puesto como Director General Adjunto, este evento me brinda la oportunidad de profundizar de primera mano en el tema Comercio para la Paz, un tema muy importante que me interesa especialmente y sobre el que no se habla lo suficiente.

Tengo el placer de sumarme a un distinguido grupo de ponentes, integrado por el Excmo. Sr. Augusto Santos Silva, Ministro de Asuntos Exteriores de Portugal; el Embajador Thomas Greminger, Director del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra; y el Sr. Steve Killelea, Fundador y Presidente Ejecutivo del Institute for Economics and Peace (IEP). También deseo expresar mi especial agradecimiento a nuestro moderador, el Sr. Serge Stroobants, Director del IEP para Europa y la región de Oriente Medio y África del Norte, por su gran trabajo.

Estoy especialmente impresionado por la labor que ha realizado el IEP con respecto a sus índices de paz mundiales anuales, un conjunto de estudios que proporcionan análisis basados en datos sobre las tendencias relativas a la paz, su valor económico y cómo propiciar sociedades pacíficas. Esta labor resulta esencial, especialmente ahora que la pandemia de COVID-19 ha agravado los riesgos de fragilidad en todo el mundo, si bien todavía queda por ver su plena repercusión en los próximos años. Ahora más que nunca, debemos aunar recursos, energía y capacidad técnica para mitigar las consecuencias económicas de la pandemia, en particular en los Estados frágiles y afectados por conflictos.

En la OMC, creemos que las reformas económicas y el desarrollo institucional desempeñan un papel clave en la promoción de la estabilidad. El comercio, en particular, genera oportunidades económicas, contribuye a la creación de empleo y fortalece las instituciones. Estos son factores indispensables para una paz y una estabilidad duraderas, y la visión subyacente del Programa de Comercio para la Paz de la OMC.

Permítanme aprovechar esta oportunidad para exponer brevemente los antecedentes del Programa de Comercio para la Paz. La idea en que se fundamenta el Programa surgió en 2017, cuando, con ocasión de la Undécima Conferencia Ministerial celebrada en Buenos Aires en diciembre de 2017, se estableció un grupo denominado “Grupo g7+ sobre Adhesiones a la OMC”, integrado por siete PMA afectados por conflictos en proceso de adhesión y de reciente adhesión. Estos países son: Afganistán, Comoras, Liberia, Somalia, Sudán del Sur, Timor-Leste y Yemen. El Grupo reunió por primera vez a países frágiles y afectados por conflictos en la OMC. Su visión consiste en utilizar el comercio y la integración económica como instrumento para fortalecer sus naciones a fin de lograr mayor paz y estabilidad.

Esta visión ha culminado en la iniciativa Comercio para la Paz, que ahora se ha convertido en un programa destinado a un conjunto más amplio de países frágiles y afectados por conflictos en proceso de adhesión a la OMC, como el Iraq, el Líbano, Libia, el Sudán y Siria. El programa tiene por finalidad promover el sistema basado en normas como un proceso de consolidación de la paz poniendo de relieve la función que desempeñan el comercio y la integración económica en los ámbitos de la seguridad, la ayuda humanitaria y el desarrollo, y destacando el vínculo entre el comercio y la paz, que a menudo se pasa por alto.

Como dijo mi predecesor y amigo, el Director General Adjunto Alan Wolff, la iniciativa Comercio para la Paz nos recordó por qué se creó el sistema multilateral de comercio en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, a saber, promover un nuevo orden económico mundial a través de una mayor interconexión para generar prosperidad y prevenir que vuelvan a producirse conflictos entre los Estados. Esta es la noble causa que ha logrado niveles sin precedentes de mejora en el nivel de vida y la reducción de la pobreza para miles de millones de personas.

Para muchos países que se han adherido al GATT o a la OMC, incluidos Miembros de reciente adhesión, como China, mi país de origen, la adhesión ha sido un camino indispensable para el desarrollo económico, la paz y la prosperidad de la población.    

Fundamentalmente, el propósito de la guerra no es otro que lograr el honor y obtener recursos. La gloria puede alcanzarse mediante competiciones deportivas, como la Eurocopa que acaba de comenzar, y los recursos pueden obtenerse mediante el comercio. El papel de la OMC consiste en procurar un foro para la solución de diferencias a fin de no perder el control de los conflictos comerciales entre países. Pese a la difícil situación que ha atravesado el mecanismo de solución de diferencias de la OMC, sigue existiendo el consenso entre los Miembros de que para solucionar las diferencias se deben utilizar normas en lugar de la fuerza.

En los últimos años, el Comercio para la Paz ha reunido a las comunidades del comercio, la paz y los asuntos humanitarios, y ahora ha dado lugar a la Red de Comercio para la Paz en marzo de este año. En la inauguración de la Red, la Directora General dijo:

“Las situaciones de conflicto no son nuevas para mí. Habiendo crecido en el Sur de Nigeria en la década de los 60, presencié de primera mano enfrentamientos civiles. Los desafíos que plantea la fragilidad de los Estados han ocupado un lugar destacado durante toda mi carrera, tanto en el Banco Mundial, donde supervisé un estudio de referencia sobre las economías más vulnerables, como en el desempeño de mis funciones como Ministra de Hacienda de Nigeria. 

El comercio puede contribuir a romper los círculos viciosos de fragilidad, conflicto y pobreza. El comercio puede aumentar los ingresos de la población y fomentar la interdependencia entre las comunidades y los países, contribuyendo a la prosperidad y el progreso compartidos con miras a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Creo que la Directora General aportará una nueva visión y dinamismo al Comercio para la Paz al hacer que la OMC desempeñe un papel más importante en la contribución a la paz y la estabilidad. En la actualidad, se están llevando a cabo diversas actividades en torno a cuatro pilares principales: i) compromiso político y asociaciones institucionales; ii) actividades de divulgación y diálogo; iii) investigación; y iv) formación y creación de capacidad.

Puedo decir hoy que los resultados del índice de paz mundial 2021 confirman nuevamente la pertinencia de nuestra labor en el ámbito de la paz. El hecho de que los gobiernos en proceso de adhesión ocupen continuamente los últimos puestos de la clasificación debería imprimir en todos nosotros un sentido de urgencia para abordar la fragilidad mediante la integración comercial. Creo que todos nosotros tenemos un papel decisivo en la lucha contra la fragilidad. Para procurar los dividendos de la paz derivados de la integración comercial, debemos romper los compartimentos estancos y establecer asociaciones significativas. Por eso estamos orgullosos de la asociación que hemos establecido con el IEP, en particular con respecto al pilar de investigación del Programa de Comercio para la Paz, en el que nuestro objetivo es crear un centro de conocimientos mediante la recopilación, la generación y la ampliación de los conocimientos sobre los vínculos entre el comercio y la paz. En este sentido, estamos considerando en particular el desarrollo de un índice de comercio para la paz.

Quisiera concluir mi intervención diciendo que la labor para alcanzar una paz sostenible es una tarea hercúlea, que solo puede lograrse si todos ponen de su parte. El IEP contribuye proporcionando continuamente los datos, información y conocimientos tan necesarios sobre la situación de paz. Esta labor aporta un valor inmenso a la comunidad que trabaja en aras de la consolidación de la paz y al mundo en general. Permítanme extender mis sinceras felicitaciones al IEP por su gran trabajo en la esfera de la consolidación de la paz y por la publicación del índice de paz mundial 2021. Esperamos con interés proseguir nuestra colaboración.

Muchas gracias a todos. Les deseo una reunión muy fructífera.

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