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Declaración conjunta

“El despliegue de la vacunación contra la COVID-19 no se está desarrollando conforme a lo previsto, lo que se ha traducido en grandes divergencias entre los países ricos y los pobres. De los 7.000 millones de dosis que se han administrado en todo el mundo, solo 35 millones, es decir, el 0,5%, se han administrado en países de ingresos bajos. En las economías avanzadas, más del 60% de la población ha recibido la pauta completa de vacunación y ya se están administrando vacunas de refuerzo, mientras que menos del 2% de la población de los países de ingresos bajos ha recibido la pauta completa.

La pandemia sigue representando el mayor riesgo para la situación económica, y sus efectos se ven agravados por el acceso desigual a las vacunas, las pruebas, los tratamientos y los equipos de protección personal. Por eso debemos alcanzar los objetivos mundiales de vacunar al menos al 40% de la población de todos los países para finales de este año y al 70% para mediados de 2022. Sin embargo, seguimos rezagados: unos 82 países, la mitad de ellos en África, no van camino de alcanzar el objetivo de 2021. El problema principal para estos países es la oferta insuficiente de vacunas, ya que se encuentran al final de la lista de los países con prioridad de suministro. Para alcanzar el objetivo del 40% sería necesario suministrar casi 500 millones de dosis más a los países de ingresos bajos antes de fin de año.

Para poner fin a la pandemia y favorecer una amplia recuperación, el G20 debe:

  • acelerar las donaciones existentes de vacunas al COVAX, promover nuevos compromisos de donación y dar más visibilidad a los plazos de entrega;
  • llevar a cabo intercambios de fechas de entrega a corto plazo a gran escala con COVAX y AVAT en el marco de acuerdos bilaterales con suficiente antelación a la fecha de caducidad de las dosis (como el anunciado recientemente entre Moderna, la Unión Africana y los Estados Unidos para poner vacunas a disposición de África);
  • eliminar las restricciones a la exportación de vacunas e insumos básicos, y
  • acordar balances políticos periódicos de alto nivel para reforzar la responsabilidad colectiva para poner fin a la pandemia.

Al mismo tiempo, los países deben estar preparados y en condiciones de distribuir las vacunas cuando lleguen. Los datos publicados en el sitio web del grupo de trabajo muestran muchos ejemplos de países de ingresos bajos y medianos bajos que están administrando dosis de manera eficaz. Continuamos dando seguimiento y contribuyendo a hacer frente a los obstáculos logísticos, de mano de obra y de otros tipos sobre el terreno y a preparar a los países para la distribución de vacunas.

El comercio desempeña un papel fundamental a la hora de garantizar el aumento de la producción de vacunas y el acceso a las mercancías y los insumos esenciales para la salud. Seguimos trabajando con los países para sortear los obstáculos financieros, comerciales y reglamentarios que dificultan el suministro y la distribución equitativa de vacunas. Ante la proximidad de la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC a finales de noviembre, instamos encarecidamente a sus Miembros a garantizar que el sistema multilateral de comercio respalda plenamente los esfuerzos destinados a hacer frente a las pandemias actuales y futuras.

Necesitamos medidas urgentes, sobre todo por parte del G20. La falta de actuación podría provocar que la COVID-19 tenga efectos prolongados a mediano plazo, lo que podría reducir el PIB mundial en un total de 5,3 billones de dólares en los próximos cinco años y causar la pérdida de cinco millones de vidas adicionales”.

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