FORO PÚBLICO DE LA OMC 2021

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En una sesión organizada por Pew Charitable Trusts y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD), los participantes debatieron sobre lo que un posible acuerdo de la OMC sobre subvenciones a la pesca significaría para el desarrollo sostenible y sobre por qué un tal acuerdo era importante para los océanos y para el comercio. La conclusión de un acuerdo de la OMC sobre la reducción de las subvenciones que contribuyen a la sobrepesca podría allanar el camino para establecer un sistema multilateral de comercio más sólido y abrir el debate sobre cómo su aplicación podría ser el motor de un comercio y un futuro sostenibles.

Los intervinientes pidieron a los Miembros de la OMC que demostraran que el libre comercio y la sostenibilidad podían ir de la mano alcanzando un consenso sobre las subvenciones a la pesca en la Duodécima Conferencia Ministerial, que se celebrará del 30 de noviembre al 3 de diciembre. Los participantes reconocieron que hay mucho en juego y que deben resolverse algunos escollos, como el trato especial y diferenciado, la escasez de datos detallados sobre la pesca, la gestión transfronteriza de las poblaciones de peces y el apoyo a los medios de subsistencia de los pequeños pescadores.

Los panelistas hicieron hincapié en que el objetivo de la reforma de las subvenciones a la pesca no debía ser prohibir las subvenciones, sino adaptarlas y reorientaras a las personas que lo necesitan y conseguir un desarrollo sostenible. Se destacó la importancia de la asistencia técnica y la creación de capacidad como medio para mejorar el nivel de vida de los pequeños pescadores y ayudar a los países en desarrollo y los países menos adelantados (PMA) a alcanzar sus objetivos económicos, ambientales y sociales. 

En una sesión organizada por la Confederación de la Industria Británica (CBI), el debate se centró en acelerar la carrera para reducir las emisiones netas a cero utilizando la política comercial para apoyar el comercio de mercancías con bajas emisiones de carbono. Antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP26), los panelistas examinaron la mejor manera de reactivar la labor relativa al Acuerdo sobre Bienes Ambientales de la OMC y la manera de transformar la imagen habitual del comercio, para que deje de verse como una de las principales causas del cambio climático y se convierta en la solución. Esto incluye la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles y la vinculación del comercio con las normas climáticas. Los panelistas señalaron también la importancia de los servicios ambientales en la medida en que apoyan la explotación y el comercio de bienes ambientales y pidieron que se examinaran los obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio.

Jean-Marie Paugam, Director General Adjunto de la OMC, observó un cambio de paradigma entre los países, en particular en materia de política comercial. “Mientras que antes el medio ambiente se consideraba un coste, un obstáculo para el crecimiento económico”, dijo, “ahora se considera que el principal obstáculo para el crecimiento económico es el comercio insostenible. El mundo está recurriendo a la política comercial, en cuestiones como la financiación verde, con la idea de que el comercio debe formar parte de la solución”. Dijo que en muchos debates se abordaba la manera de promover la difusión de tecnologías más favorables al medio ambiente, e indicó que muchos Miembros de la OMC tenían la intención de liberalizar el comercio vinculado al clima.

Los participantes en esta sesión señalaron que, además de descarbonizar el comercio, era importante que el comercio de bienes y servicios de los países contribuyese a la adaptación al cambio climático. Añadieron que, dado que eso era fundamental para los países en desarrollo, estos necesitarían contar con un mayor acceso a la financiación, los conocimientos técnicos, la transferencia de tecnología y la inversión para apoyar su transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Será imprescindible trabajar con los mercados para lograr esta transición y los países deberían evitar tener una mentalidad de compra local.

La Global Business Coalition (GBC) dio la palabra a empresas de gran intensidad de emisiones y expuestas al comercio (sectores químico, siderúrgico y logístico) para que expusieran los principales retos a que se enfrentan a la hora de responder a los efectos del comercio en el medio ambiente, proteger la biodiversidad, promover la economía circular y reducir su huella de carbono. Los representantes de estas empresas ilustraron lo que estaban haciendo para fabricar y comerciar de manera responsable y presentaron propuestas concretas sobre los principios normativos y de política que han de considerarse al concebir mecanismos de ajuste en frontera por emisiones de carbono.

El mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono de la Unión Europea, concebido con el objetivo de prevenir el riesgo de fuga de carbono y apoyar la ambición de la UE en materia de mitigación del cambio climático, ocupó un lugar central en el debate. Los panelistas hablaron de su repercusión al tiempo que las empresas desplazan la producción de Europa a otras zonas con normativas medioambientales menos estrictas, un fenómeno que afecta a sectores como el del acero, el aluminio, el cemento, los abonos y la electricidad. Se están estudiando iniciativas similares en los Estados Unidos, el Canadá y el Reino Unido, pero la comunidad internacional debe encontrar la manera de actuar colectivamente y de acordar un enfoque multilateral en la OMC, dijeron.

Los intervinientes señalaron que si el marco reglamentario y el precio del carbono fuera el mismo para todos, no se necesitaría un mecanismo de ajuste en frontera por emisiones de carbono. A este respecto, la CP26 y la OMC deben trabajar de consuno; la CP26 para garantizar que se adopten las políticas nacionales, y la OMC para establecer un marco multilateral que impida las guerras comerciales medioambientales y garantice que las medidas climáticas no se conviertan en una forma de proteccionismo encubierto.

Los representantes de las empresas coincidieron en la necesidad de romper la dicotomía “comercio o medio ambiente”. Destacaron el papel fundamental que las organizaciones internacionales y los Gobiernos deben desempeñar para sensibilizar a la sociedad a nivel nacional y mundial a fin de promover formas de comercio más respetuosas con el medio ambiente. Las marcas y los fabricantes terminarán por transformarse a medida que los consumidores decidan qué productos comprarán según los efectos que tengan en el cambio climático y la sostenibilidad, dijeron.

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