La energía solar fotovoltaica se ha convertido en un pilar de las estrategias de energía sostenible con bajas emisiones de carbono, ya que el costo de la electricidad generada por plantas fotovoltaicas disminuyó un 77% entre 2010 y 2018, según la publicación titulada “Un futuro energético exitoso por medio del comercio: argumentos a favor de unos mercados de la energía solar fotovoltaica abiertos y de calidad”. El comercio y la globalización del mercado de la energía solar fotovoltaica han sido factores decisivos para impulsar la disminución de los precios de la tecnología, ya que los fabricantes pueden abastecerse mejor de bienes y servicios de proveedores competitivos.

No obstante, según la publicación, se necesita un mayor apoyo de las políticas comerciales y de las normas de productos armonizadas a fin de lograr una mayor reducción de costos y la creación de empleo en el sector de la energía solar fotovoltaica. Aunque el promedio de los aranceles aplicados a los productos solares fotovoltaicos es relativamente bajo, sigue habiendo diferencias considerables entre los Miembros de la OMC, ya que algunos aplican aranceles de hasta el 15% a las máquinas para la fabricación de paneles fotovoltaicos, por ejemplo.

En la publicación se añade que la coherencia en las normas de productos también es fundamental para un mercado fotovoltaico globalizado que promueva el comercio seguro e inclusivo de los bienes y servicios de energía solar fotovoltaica. La publicación se basa en los conocimientos técnicos de la IRENA, que imparte orientación a los países sobre el desarrollo y la puesta en marcha de una infraestructura de calidad para el comercio de tecnologías de energías renovables.  La cooperación internacional, que abarca desde el reconocimiento mutuo de las normas y disposiciones reglamentarias de los acuerdos comerciales hasta las alianzas de cooperación oficial y la armonización reglamentaria, puede ayudar a las empresas a aprovechar las oportunidades comerciales y permitir a los Gobiernos desarrollar sistemas energéticos sostenibles.

Según la publicación, la energía sostenible reviste especial importancia habida cuenta de la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia de COVID-19.  Las soluciones basadas en energía solar no conectadas a la red pueden ponerse en marcha rápidamente para centros de atención sanitaria. Además, la utilización de energía solar fotovoltaica impulsada por el comercio puede contribuir a apoyar la recuperación económica de la pandemia, en particular mediante la creación de puestos de trabajo, los cuales está previsto que superen los 40 millones a nivel mundial en el sector de las energías renovables de aquí a 2050.

La publicación, producto de una cooperación más amplia entra la OMC y la IRENA, puede consultarse aquí.