FONDO PARA LA APLICACIÓN DE NORMAS Y EL FOMENTO DEL COMERCIO

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La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto masivo en los sistemas de salud y ha causado una enorme perturbación en la economía mundial, según se indica en el informe.  Los Gobiernos han adoptado medidas para contener la propagación del virus,entre ellas restricciones a los viajes, confinamientos, medidas de distanciamiento social y otros protocolos de seguridad La producción y el comercio de productos agroalimentarios se han reducido, lo que ha dado lugar a ingentes pérdidas económicas en todo el mundo que siguen haciéndose sentir hoy.

A pesar de los desafíos planteados por la pandemia, el STDF adaptó rápidamente todas sus líneas de trabajo y siguió obteniendo resultados sólidos en 2020; se esforzó por comprender la nueva realidad sobre el terreno y siguió prestando una asistencia vital para fortalecer los sistemas de inocuidad de los alimentos y de sanidad animal y vegetal en los países en desarrollo.

En la labor del STDF ocuparon un lugar destacado las oportunidades y soluciones digitales destinadas a apoyar la recuperación económica y la resiliencia a más largo plazo frente a las conmociones futuras. Es esencial fortalecer la capacidad sanitaria y fitosanitaria, como bien público mundial, para que los países en desarrollo se recuperen de las perturbaciones, como la COVID-19, y sean más resilientes frente a los futuros brotes de plagas y enfermedades.

“El comercio tiene que ver con las personas, con mejorar sus vidas,” dijo la Directora General de la OMC Ngozi Okonjo-Iweala en un vídeo preparado con motivo de la presentación del informe. “La labor del Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio consiste en ayudar a los pequeños agricultores a cumplir las normas internacionales de salud y seguridad de sus productos. Esto abre las puertas de nuevos mercados y genera mayores ingresos, más empleo y mayores oportunidades económicas, en particular para las mujeres. Supone también una mayor inocuidad alimentaria, una reducción de los plazos y los costos de las transacciones comerciales y una mayor capacidad para proteger la sanidad vegetal y animal.”

En el último informe anual se ofrecen instantáneas de los proyectos financiados por el STDF, como la reducción de los residuos de plaguicidas en Asia durante la COVID-19; la aplicación experimental de nuevos modelos de normas de inocuidad alimentaria en África Occidental y América Central; la armonización de la reglamentación y la integración de las estrategias relativas a los plaguicidas en África Meridional; la mejora del acceso de los países en desarrollo al sistema mundial ePhyto de intercambio electrónico de certificados fitosanitarios; y la modernización de los servicios veterinarios mediante el programa eVet de certificación veterinaria electrónica.

Entre los proyectos específicos por países destacados en el informe figuran la promoción del comercio de los cultivadores de cacao de Papua Nueva Guinea; el fortalecimiento de la capacidad fitosanitaria de Zambia para las exportaciones de productos vegetales; la mejora de la capacidad sanitaria y fitosanitaria en la cadena de valor de la pimienta de Penja en el Camerún; la simplificación de la inspección, el control y la vigilancia de los alimentos de origen animal en Costa Rica; y la mejora de la inocuidad del pescado ahumado en Malí.

El informe anual del STDF se puede descargar aquí.

El STDF fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Grupo Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la OMC, y se financia con contribuciones voluntarias. La OMC alberga la sede de la Secretaría y gestiona el fondo fiduciario del STDF.

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