DIRECTORA GENERAL ADJUNTA ANABEL GONZÁLEZ

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La Directora General Adjunta (DGA) González destacó la importancia de ayudar a los países menos adelantados (PMA) a aplicar el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC (AFC). Según señaló, los comités nacionales de facilitación del comercio podrían aportar ideas creativas y estratégicas para ayudar a los Gobiernos, los comerciantes y los asociados para el desarrollo a aprovechar los beneficios económicos de la plena participación en el sistema mundial de comercio.

El Foro Mundial reúne a miembros de los comités nacionales de facilitación del comercio, encargados de la formulación de políticas y otras partes interesadas pertinentes para examinar las últimas tendencias en la aplicación de reformas en el ámbito de la facilitación del comercio, incluida la aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC. Las palabras de la DGA González se reproducen a continuación:


Señoras y señores, estimados colegas, amigos:

Es un verdadero placer estar hoy aquí con ustedes. Me complace que, una vez más, la OMC forme parte de este importante Foro.

Los Miembros de la OMC han avanzado firmemente en la fase de aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC y ustedes, los comités nacionales, desempeñan una función esencial para mantener este impulso positivo.

El empeño por promover la facilitación del comercio debe estar firmemente arraigado en la realidad del comercio de cara al futuro, no al pasado. La pandemia, los nuevos adelantos tecnológicos, las tensiones geopolíticas y el cambio climático son, todos ellos, aspectos que afectan a los artículos con los que comerciamos, las personas con las que comerciamos y la manera en que comerciamos. Por lo tanto, debemos examinar lo que significa un entorno comercial que cambia con rapidez para el presente y el futuro de la facilitación del comercio.

Permítanme empezar por el presente, que sigue estando dominado por la pandemia de COVID-19 y por sus repercusiones sin precedentes en la salud y la economía.

La pandemia ha demostrado claramente que la facilitación del comercio y la resiliencia económica son dos caras de la misma moneda. Durante la pandemia, la facilitación del comercio ha desempeñado un papel de importancia vital para asegurar el comercio de alimentos y otros suministros esenciales. La facilitación del comercio ha hecho posible que complejas cadenas de suministro, algunas de las cuales abarcan hasta 19 países, se engranaran en un tiempo récord para proporcionar los insumos especializados y los bienes de capital necesarios para la producción a gran escala de vacunas contra la COVID-19 que salvan vidas.

Todo ello se lo debemos en gran medida a la capacidad de adaptación de muchos organismos que intervienen en la frontera. En condiciones muy difíciles, muchos de ellos tomaron medidas para facilitar el comercio, desde simplificar las declaraciones de importación de los productos esenciales hasta aceptar copias escaneadas de los certificados o llevar a cabo inspecciones a distancia mediante videoconferencia.

Es digno de elogio. Se trata del tipo de mentalidad flexible, pragmática e innovadora que se necesita no solo para responder a una crisis sanitaria y económica sin precedentes, sino también para lograr una reconstrucción mejor y promover la resiliencia frente a futuras emergencias.

En cuanto al futuro, estamos en un siglo digital, y la facilitación del comercio será un elemento decisivo de los esfuerzos por aprovechar el potencial del comercio digital.

El comercio electrónico ha abierto la puerta al comercio mundial para millones de pequeñas empresas de todo el mundo, muchas de ellas propiedad de mujeres. El distanciamiento social, el confinamiento y otras medidas adoptadas para luchar contra la pandemia han llevado a los consumidores a aumentar las compras en línea, y se prevé que los ingresos mundiales como resultado del comercio electrónico minorista aumenten a 5,4 billones de dólares EE.UU. en 2022.

Las oportunidades son enormes, pero también lo son los retos. Tomemos por ejemplo la denominada “parcelación” del comercio. A medida que aumenta el número de transacciones transfronterizas en línea entre empresas y consumidores, su valor medio disminuye, lo que significa corrientes internacionales más frecuentes de paquetes más livianos y de menor valor. Esta tendencia plantea grandes retos a las autoridades aduaneras, cuyos sistemas de despacho han sido concebidos para atender cargamentos de grandes contenedores y no paquetes pequeños. El aumento del volumen de los envíos inevitablemente pondrá a prueba a las autoridades aduaneras de todo el mundo, especialmente en lugares donde la infraestructura es obsoleta, y, si no se dispone de los controles adecuados, podría agudizarse el riesgo de comercio ilícito.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio es un instrumento poderoso para ayudar a hacer frente a los desafíos y aprovechar las oportunidades del comercio digital. Promueve una consulta más estrecha con los participantes en la cadena de suministro y una mayor cooperación entre los organismos que intervienen en la frontera y terceros países. Además apoya el uso de la gestión de riesgo, las auditorías posteriores al despacho de aduana y los programas de operadores autorizados, lo que puede ayudar a las autoridades aduaneras y otros organismos que intervienen en la frontera a equilibrar mejor sus funciones de facilitación y seguridad. La importancia de estos instrumentos es especialmente evidente en estos momentos, cuando la circulación de productos médicos que salvan vidas es sumamente urgente, pero permitir la importación de mercancías fraudulentas puede tener consecuencias funestas.

También debemos prestar mayor atención a la manera en que las nuevas tecnologías contribuyen a la reforma de la facilitación del comercio. Los organismos que intervienen en la frontera en muchas partes del mundo ya están experimentando con proyectos y pruebas de concepto en los que se incorporan, entre otros, cadenas de bloques, inteligencia artificial y el Internet de las cosas. Ninguno de ellos es la panacea, pero con una cuidadosa preparación, formación y un entorno propicio pueden ayudar a los organismos que intervienen en la frontera a afrontar mejor las responsabilidades cada vez mayores que recaen sobre ellos y aportar mejoras tangibles en muchos ámbitos de la facilitación del comercio, desde la interconectividad de la ventanilla única hasta la gestión de riesgo y la lucha contra el contrabando.

Antes de concluir, permítanme decir unas palabras sobre la aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC. Sobre la base de las notificaciones a la OMC, los países en desarrollo se han comprometido a aplicar más del 74% de las disposiciones del AFC a fecha de hoy. Es una buena noticia y se debe en gran medida a la ardua labor y el compromiso de los comités nacionales de facilitación del comercio. Debemos felicitarlos por ello.

Pero nuestro trabajo dista mucho de haber terminado. Los PMA están aplicando el AFC a un tipo del 41%. Tenemos que hacerlo mejor. Los asociados para el desarrollo, los organismos internacionales y las ONG deben trabajar junto con los PMA y colaborar entre ellos para crear capacidad, mejorar la conectividad y fortalecer la infraestructura relacionada con el comercio.

Como miembros de sus respectivos comités nacionales de facilitación del comercio, la función de todos ustedes en la aplicación y la reforma de la facilitación del comercio es ahora más importante que nunca. Recurriendo a su liderazgo, pueden alentar a los organismos que intervienen en la frontera a formalizar y aprovechar las medidas de facilitación establecidas durante la pandemia.

La función que ustedes desempeñan para asegurarse de que los organismos que intervienen en la frontera y las partes interesadas colaboran y comparten información es esencial en este entorno que cambia rápidamente.

Tienen ustedes, además, la importante función de velar por que todos los organismos busquen y obtengan el apoyo para la aplicación que necesitan de los asociados para el desarrollo; que estén en situación de cumplir las fechas de aplicación notificadas en el marco del AFC; y, de no ser así, que las solicitudes de prórroga se presenten con arreglo a los plazos establecidos en el Acuerdo.

En conclusión, los comités nacionales de facilitación del comercio desempeñarán una función aún más importante en los próximos años. Además de las funciones de coordinación y supervisión, pueden aportar ideas creativas y estratégicas para ayudar a los Gobiernos, los comerciantes y los asociados para el desarrollo a hacer frente a los desafíos del siglo XXI y aprovechar los beneficios económicos de la plena participación en el sistema mundial de comercio.

Por lo tanto, sigamos trabajando juntos para que la facilitación del comercio actúe cada vez más como una “fuerza positiva”, ahora y en los años y decenios venideros. Cuento con el apoyo de todos ustedes.

Muchas gracias.

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