Excelencias,
Embajadores,
Señoras y señores,

¿Se imaginan un sistema multilateral de comercio que proporcione una base eficaz y transparente para la cooperación internacional, que prevenga las diferencias, que genere directrices actualizadas de manera ininterrumpida, que esté directamente al servicio del sector privado y la sociedad civil en su conjunto?

Pues bien, el Comité de Obstáculos Técnicos al Comercio es un buen ejemplo de cómo se puede gestionar el sistema multilateral de comercio. Por esta razón, me complace enormemente darles la bienvenida a este simposio. Y quiero agradecerles el alto nivel de asistencia, prueba de su reconocimiento.

En mi opinión, este simposio se celebra en un momento muy importante. Eso se debe a tres motivos.

1. En primer lugar, aunque nos encontramos en un momento difícil para el comercio y para la economía mundiales, debemos apoyar el funcionamiento de las cadenas de suministro. 

Estamos lidiando con múltiples crisis. Simultáneas perturbaciones exógenas golpean al mundo: perturbaciones en materia de seguridad y la incertidumbre conexa, perturbaciones de la cadena de suministro, y perturbaciones en los precios de la energía y los alimentos. La economía mundial se enfrenta a la perspectiva de un crecimiento lento e inflacionario, y se cierne sobre nosotros la amenaza de una crisis de la balanza de pagos y financiera. El comercio mundial de mercancías está perdiendo impulso y, según nuestras expectativas, solo crecerá un 1,0% en 2023, lo que supone una marcada disminución con respecto a la estimación anterior del 3,4%.

Ante estas dificultades, una de las cosas que podemos hacer es velar por que nuestras cadenas de suministro sean eficaces y resilientes, a fin de que las mercancías lleguen a donde se necesiten.  El Acuerdo OTC, y la labor del Comité OTC, desempeñan un papel esencial a este respecto.

He aquí solo un ejemplo: durante la pandemia de COVID-19, vimos los problemas que causaban las discrepancias entre las normas. Las distintas normas obstaculizaron el acceso a las mascarillas y a los equipos de protección personal y retrasaron la aprobación y el suministro de vacunas. Muchos países recurrieron a la aceleración de los procesos de reconocimiento de las normas, con lo que se demostró que esta era una cuestión esencial en la lucha contra la pandemia. Y debo remarcar que esta aceleración de la reglamentación no se hizo a costa de la salud y el bienestar de la ciudadanía: todo lo contrario, ¡facilitó el comercio!

Si adoptamos una perspectiva histórica a más largo plazo, vemos que desde 1995 el Comité OTC ha abordado más de 750 “preocupaciones comerciales”... ¡Imaginen lo que habría ocurrido si todas ellas hubieran pasado al procedimiento formal (largo y costoso) de solución de diferencias! Por medio de estas deliberaciones, se evitan las diferencias y, a veces, se adaptan los reglamentos antes de que entren en vigor. Según nuestro último análisis, que nuestro equipo expondrá más adelante, el Comité OTC examina preocupaciones comerciales específicas que abarcan anualmente importaciones por un valor de USD 2,4 billones, en promedio. Está claro que este hecho reviste una gran importancia comercial.

2. En segundo lugar, las normas desempeñan una función esencial para impulsar la transformación doble y estructural de la economía mundial hacia la digitalización y la descarbonización. No se trata de cuestiones comerciales abstractas, sino de debates muy concretos basados en las notificaciones de nuestros Miembros.

Pongamos por caso el cambio climático: Las notificaciones OTC representan el 62% de todas las notificaciones relacionadas con el medio ambiente presentadas por los Miembros a la OMC; es más, el 30% de todas las notificaciones presentadas a la OMC sobre las medidas relativas al cambio climático se presentan al Comité OTC. Por supuesto, no todas — ¡afortunadamente! — llegan al Comité. Pero sí muchas. Las preocupaciones comerciales relacionadas con el cambio climático representan en la actualidad, en promedio, el 24% de las medidas incluidas en el orden del día del Comité (esa es la media de los últimos tres años). Eso significa que estamos examinando aquí cuestiones situadas en el centro de la reducción a cero de las emisiones netas, como la huella de carbono de los paneles solares o las baterías para los vehículos eléctricos. Eso se debe a que la falta de normas comunes para medir las emisiones de carbono puede menoscabar la credibilidad ambiental y crear obstáculos innecesarios al comercio. Por ejemplo, hemos oído decir a las partes interesadas de los sectores de la industria pesada, como el del hierro y el acero, que necesitan una transparencia y una coherencia mayores en las normas sobre emisiones de carbono para apoyar una transición acelerada hacia las bajas emisiones de carbono.

La economía digital es otra esfera de creciente importancia. Aquí los Miembros han participado en debates sobre cuestiones como la ciberseguridad e incluso la inteligencia artificial. Los productos “inteligentes” dominarán el comercio que tenga lugar en nuestra economía digital emergente. Estos productos están interconectados permanentemente y reciben datos por Internet constantemente, de modo que pueden aprender y mejorar de manera ininterrumpida. En este caso, la armonización de las normas y los reglamentos elaborados para garantizar la interoperabilidad (¡y la seguridad!) es fundamental para el “Internet de las cosas”. Esta nueva realidad también plantea nuevos desafíos. Por ejemplo, el Comité OTC ha examinado un número cada vez mayor de preocupaciones comerciales relativas a las medidas de ciberseguridad. La importancia económica de estos debates es un reflejo de nuestras proyecciones sobre el valor medio de las importaciones en cuestión, en lo que respecta a las preocupaciones comerciales específicas relativas a la ciberseguridad, que se cifran en alrededor de USD 159.000 millones.

Estos son solo algunos ejemplos. Este segundo punto, en esencia, plantea que la cooperación a través del Comité OTC de la OMC puede ayudar a determinar estos problemas y encontrar soluciones adecuadas que apoyen el comercio y nuestras prioridades mundiales.

3. En tercer lugar, ahora que nuestros Miembros se disponen a entablar profundos debates sobre la reforma de la OMC, con miras a cosechar resultados en nuestra CM13, podría ser buena idea examinar qué funciona bien en el sistema. A este respecto, quiero subrayar tres dimensiones muy interesantes de la labor del Comité OTC.

Una es la elaboración de normas. En el Comité OTC, los Miembros de la OMC elaboran “normas no vinculantes”, por ejemplo, directrices y recomendaciones, mediante un proceso inclusivo y transparente. De hecho, tengo entendido que están ustedes trabajando en una directriz importante en relación con la evaluación de la conformidad cuyo objetivo es aumentar la confianza en el comercio internacional. Esto es de vital importancia: la confianza es la moneda de cambio del comercio. Lo que quiero señalar es que esta clase de labor es un posible resultado en curso y un importante complemento de nuestras normas vinculantes. Es, en cierto sentido, un tercer pilar de la labor que llevamos a cabo aquí en la OMC. Complementa nuestra labor en lo que respecta a las negociaciones y el procedimiento formal de solución de diferencias.

La segunda es la transparencia. Hemos desarrollado una potente plataforma digital (ePing) que ha captado la atención de numerosos Miembros y del sector privado. Se trata de un esfuerzo conjunto a nivel interno (Comité OTC y Comité MSF) y a nivel externo (el ITC y el DAES), y un ejemplo de aquello en lo que nosotros en la OMC debemos centrarnos más: en permitir a los Miembros de la OMC utilizar un sistema mundial que recoja los cambios reglamentarios introducidos en todo el mundo con una posible incidencia en el comercio. Entiendo que algunos Miembros fundamentales (entre ellos la Unión Europea y los Estados Unidos) están realizando la transición de sus propios sistemas nacionales a los nuestros, porque consideran que ePing es una plataforma fiable, fácil de usar y moderna. Es importante señalar la participación del sector privado: de las más de 18.500 inscripciones en ePing, procede del sector privado una cantidad superior al 40%. Una nueva aplicación de ePing para teléfonos inteligentes ayudará a acercar esa información a las personas. Este es un buen ejemplo de cómo la OMC, por medio de las nuevas tecnologías, se mantiene al día y proporciona un buen servicio a sus Miembros.

La tercera es la creación de capacidad.  Esta misma semana estamos acogiendo en la OMC un innovador Programa de Campeones de la Transparencia para mejorar los conocimientos y las competencias de los funcionarios públicos de África. Este programa va dirigido a funcionarios que aplican diariamente disciplinas en materia de transparencia en la esfera de los OTC. Quiero dar la bienvenida a la primera promoción de campeones de la transparencia, que, según tengo entendido, están hoy aquí presentes en la sala.

Así pues, esto es lo que se esconde detrás de la temible sigla “OTC”: la intención de conferir mayor eficiencia a las cadenas de valor, apoyar las transiciones hacia el futuro modelo de comercio y actuar como laboratorio para la reforma del sistema multilateral de comercio más amplio.

Con todo, queda una cuestión por resolver, a saber, ¿en qué medida conocemos los beneficios de esta labor? ¿Podemos intentar medirlos en lo que respecta tanto a la calidad como a la cantidad? Hoy vamos a empezar a abordar esta pregunta. Examinarán ustedes algunas cifras y datos sobre el tema.

Esto es de suma importancia, porque un exceso de reglamentación — o una reglamentación con demasiadas divergencias — mermará nuestra capacidad para abordar los problemas de nuestro patrimonio común, como tuvimos ocasión de aprender durante la crisis causada por la COVID-19. Por tanto, es importante que pongamos una cifra, si es posible, al valor del comercio que se ve afectado por estos debates. Volveremos sobre esto después de la sesión inaugural.

Todos estos temas figuran en el orden del día de este simposio, así que esta será una mañana interesante, no me cabe duda.

Gracias por su atención.