Más del 90% de nuestros alimentos se produce directa o indirectamente en nuestros suelos. Sin embargo, según la FAO, un tercio del suelo mundial se ha degradado y más del 90% podría estar degradado para 2050.

Nuestra agricultura actual está poniendo en peligro la seguridad alimentaria de las generaciones futuras. Nos enfrentamos a un reto sin precedentes: producir más alimentos para una población mundial en crecimiento utilizando recursos de la tierra limitados y regenerando el suelo para preservar la seguridad alimentaria del futuro.

En este contexto, quisiera compartir tres puntos sobre la función del comercio en la seguridad alimentaria:

En primer lugar, la función del comercio. El comercio no solo permite producir alimentos donde es más eficiente desde un punto de vista económico y ambiental, sino que también facilita el acceso a las tecnologías y servicios digitales y de otra índole necesarios para mejorar la explotación de las tierras y controlar la calidad del suelo.

En segundo lugar, la importancia de la forma en que los Gobiernos gastan su dinero Cada año, los Gobiernos destinan más de 600.000 millones de dólares EE.UU. a la agricultura.

• Las normas de la OMC ofrecen a los Gobiernos amplias oportunidades para mejorar la salud de los suelos mediante programas ambientales, inversiones en investigación y prestación de servicios de asesoramiento y formación para los productores agropecuarios.
• Por otro lado, es necesario reducir las subvenciones que fomentan prácticas agrícolas insostenibles y conducen a un exceso de producción, lo que liberaría recursos muy necesarios para promover la producción sostenible de alimentos.

En tercer lugar, tenemos la oportunidad de actualizar el conjunto de normas de la OMC sobre agricultura para poder abordar de manera más eficaz los desafíos actuales. La oportunidad que se nos presenta ahora es lograr resultados en la próxima Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC.  Un importante compromiso para la seguridad alimentaria del futuro sería consolidar las normas sobre subvenciones perjudiciales y contar con corrientes comerciales más previsibles y fluidas. 

Los ministros de agricultura tienen una función fundamental que desempeñar en la elaboración de nuevas normas que garanticen la seguridad alimentaria para todos, ahora y en el futuro.