Empoderar a las mujeres económicamente a través del empleo decente y el comercio puede redundar en un mayor desarrollo y crecimiento económico a nivel mundial, dijo la DG Okonjo-Iweala. El comercio crea empleo y oportunidades de mercado para las mujeres y las empresas que dirigen, y potencia el crecimiento general de la economía en los países que más lo necesitan con carácter urgente.

Pero “hemos dejado gran parte de este potencial inexplorado”, señaló. “Podemos redoblar los esfuerzos para aprovechar el comercio con objeto de crear oportunidades económicas para las mujeres.”

La Directora General se refirió a un estudio del Fondo Monetario Internacional en el que se estima que la reducción de la brecha de género en los mercados laborales de muchos países en desarrollo podría representar un aumento del PIB del 35%.

“La conclusión clave es clara: los costos de oportunidad de la desigualdad de género en el mercado laboral — los beneficios económicos a los que renunciamos al permitir que persistan estas desigualdades — son enormes”, señaló. “Son del mismo orden de magnitud que los daños económicos causados por la pandemia de COVID-19.”

La Directora General tomó nota de un estudio conjunto reciente sobre el comercio y la igualdad de género elaborado por la OMC y el Banco Mundial, en el que se constata que el comercio genera más y mejores empleos y oportunidades laborales para las mujeres. Las empresas que exportan emplean a más mujeres, y las empresas integradas en el comercio mundial y en las cadenas de valor mundiales tienen en promedio una mayor proporción de mano de obra femenina que las que se centran en el mercado interno.

No obstante, para aumentar al máximo la contribución del comercio a la mejora de la vida de las mujeres y las niñas, “tenemos que hacer frente a la realidad de que muchos países pobres han quedado excluidos de los beneficios del comercio y la globalización en los últimos decenios”, dijo la Directora General.

“El replanteamiento actual de la resiliencia de la cadena de suministro a raíz de la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania crea una ventana de oportunidad para integrar en la corriente principal a los países pobres que se hallan al margen de la economía mundial”, señaló. “Ampliar este proceso que denomino ‘reglobalización’ permitiría alcanzar objetivos que la ‘desglobalización’ no lograría.”

El discurso completo de la Directora General puede consultarse aquí.