DIRECTORA GENERAL NGOZI OKONJO-IWEALA

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“El Comercio ha sido y seguirá siendo un medio esencial de adaptación a las crecientes perturbaciones mundiales que el mundo está experimentando”, declaró la Directora General. “No es el momento de retroceder, sino que ahora hay que insistir en la importancia del multilateralismo, la solidaridad y la cooperación mundiales.”

La crisis de la COVID-19 y la guerra en Ucrania han suscitado preocupación por la vulnerabilidad de las cadenas de suministro mundiales y han dado lugar a llamamientos en algunos círculos para trasladar la producción y el abastecimiento al plano local a fin de asegurar un suministro estable de bienes esenciales y productos de primera necesidad. Sin embargo, según destacó la Directora General, “unos mercados internacionales con más calado y diversificados mejorarán en última instancia” la resiliencia del suministro.

“Concentrar las fuentes de suministro y la producción en el territorio nacional, aunque sea comprensible, también podría crear nuevas vulnerabilidades y no ser la mejor estrategia de gestión del riesgo”, sostuvo la Directora General. “La cosecha de trigo de una región podría ser destruida por una sequía, unas inundaciones u otros fenómenos meteorológicos. Un invierno duro y un terremoto podrían causar cortes de electricidad e interrumpir la producción en las fábricas.”

La Directora General señaló que la guerra en Ucrania estaba causando un inmenso sufrimiento y una gran pérdida de vidas humanas, y que había desencadenado una crisis humanitaria. También había asestado un duro golpe a la economía mundial, que todavía se estaba recuperando de los efectos de la pandemia y había resucitado el fantasma de la escasez de alimentos en los países que dependían de Ucrania y Rusia para las importaciones de productos de primera necesidad esenciales como el trigo. En África, los precios de los principales productos básicos ya habían subido entre enero y marzo en un 20-50%.

“Para docenas de países pobres y decenas de millones de personas, la seguridad alimentaria básica está en peligro”, señaló la Directora General. “Estos países ya están entre los que han tenido la recuperación económica más lenta de la pandemia, por lo que la cooperación internacional en materia de comercio es necesaria para ayudar a mitigar los riesgos de pobreza, hambre, incluso hambruna, y los disturbios sociales.”

La Directora General señaló que el Secretario General de las Naciones Unidas había creado un comité directivo tripartido en el que participarían jefes de gobierno, jefes de organizaciones internacionales y expertos técnicos para abordar la cuestión de la subida de los precios de la energía y los alimentos. 

La Directora General señaló que también se esperaba que la OMC desempeñara un papel fundamental en la búsqueda de soluciones a la crisis alimentaria. La Presidenta de las negociaciones sobre la agricultura de la OMC, la Embajadora Gloria Abraham Peralta (Costa Rica), estaba organizando una conferencia sobre seguridad alimentaria que tendría lugar a finales de abril.  El personal de la Secretaría de la OMC también estaba llevando a cabo análisis sobre cuestiones relativas a la seguridad alimentaria, que se comunicarían en breve a los Miembros.

“En la OMC tenemos una base sólida para buscar soluciones viables a la crisis actual”, declaró la Directora General.

A corto plazo, la cooperación internacional en materia de comercio sería necesaria para reducir al mínimo los efectos de la escasez de abastecimiento de productos básicos esenciales cuyos precios ya eran elevados en comparación con los precios anteriores de referencia, así como para mantener el buen funcionamiento de los mercados, dijo la Directora General. Aunque solo 12 Miembros habían impuesto restricciones a la exportación de alimentos hasta la fecha, los gobiernos tendrían que adoptar medidas de forma coordinada para evitar que se repitiesen las restricciones a la exportación en cascada que exacerbaron el aumento de los precios de los alimentos en la crisis de 2008-2010.

Además, los países con existencias reguladoras que pudiesen permitirse compartir podrían coordinar la puesta en circulación de trigo, cebada, otros cereales, granos y aceites en los mercados internacionales, aliviando así la presión sobre el suministro.  Países como los Estados Unidos, el Canadá, Australia, la Argentina y Francia podrían aumentar el cultivo de trigo, mientras que otros como China, Alemania, Marruecos, la Arabia Saudita, Egipto y Nigeria podrían aumentar el suministro mundial de fertilizantes. África, con abundantes tierras y otros recursos, también podría tomar medidas para producir más alimentos utilizando variedades más adaptables de trigo, maíz y otros cultivos.

También se podrían adoptar medidas de facilitación del comercio para propiciar la libre circulación de mercancías, al mismo tiempo que debería hacerse todo lo posible para que el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas tuviese pleno acceso a las compras humanitarias. La pronta notificación y el intercambio de información sobre el suministro y las existencias de alimentos podían ayudar a la comunidad internacional a gestionar mejor la situación y a conseguir un funcionamiento más fluido de los mercados.

Varios Miembros tomaron la palabra después de la intervención de la Directora General para indicar que apoyaban sus propuestas.

El discurso completo de la Directora General se puede consultar aquí.

Informe del Presidente sobre las consultas para la CM12

Antes de la declaración de la Directora General, el Presidente del Consejo General, el Embajador Didier Chambovey (Suiza), informó sobre sus recientes consultas con los Miembros sobre aspectos sustantivos y administrativos relacionados con la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC (CM12). Las consultas tuvieron lugar en la primera quincena de marzo y en ellas participaron 42 delegaciones, incluidos 12 coordinadores de grupo y un grupo de Miembros.

En cuanto a las fechas exactas de la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC (CM12) que había sido postergada, el Presidente dijo que cada vez parecía estar más claro que la conferencia tendría lugar del 12 al 15 de junio, y que la reunión se celebraría íntegramente en la sede de la OMC. El Presidente propuso que los Miembros continuaran sus tareas con esta hipótesis de trabajo y esas fechas en mente. Tomó nota de que los Miembros querían que la CM12 fuese una conferencia ágil y pragmática.

Los Miembros de la OMC acordaron el 23 de febrero que la CM12 se celebraría durante la semana del 13 de junio en Ginebra, tras la atenuación de las restricciones impuestas en Suiza, el país anfitrión, debido a la pandemia de COVID-19.  La CM12 debería haberse celebrado del 30 de noviembre al 3 de diciembre de 2021, pero fue aplazada como consecuencia del brote de la variante de ómicron de la COVID-19.

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