El comercio internacional es un pilar central de la prosperidad global y contribuye a hacer frente a los desafíos mundiales, dijo la DGA González en la conferencia. En una época desbordada por la información, la adopción de un enfoque riguroso a la hora de desarrollar y ensayar las ideas es más importante que nunca. Solo comprendiendo las ideas, las teorías e incluso los mitos que conforman nuestro mundo podremos aprovechar lo valioso y rechazar lo inútil.

“Sin hechos, sin un análisis riguroso y, sobre todo, sin examinar, debatir y someter a prueba las ideas, el mundo camina sin brújula”, dijo la DGA González.  

En la conferencia, la DGA abordó tres cuestiones fundamentales.

En primer lugar, un pensamiento riguroso es especialmente importante en tiempos de crisis, ya que las crisis son con frecuencia catalizadores de profundos cambios. Los cambios drásticos experimentados en el panorama de la política comercial en los últimos años no son una excepción. Los datos, la investigación y el análisis son necesarios para inspirar el camino que se debe seguir y para evitar decisiones que, aunque bien intencionadas, empeoren la situación del mundo.

En segundo lugar, la comunidad de investigadores puede y debe hacer más para construir el relato del comercio y la integración económica, especialmente en lo que respecta al potencial del comercio para hacer frente a los grandes desafíos del siglo XXI, desde la lucha contra el cambio climático hasta una preparación más sólida ante futuras pandemias y desde el fomento de la inclusión socioeconómica hasta la promoción de la paz y la seguridad.

Y, en tercer lugar, los economistas tienen que pensar y actuar más como “fontaneros”, según las palabras de la Premio Nobel Esther Duflo. Los miembros de la comunidad responsable de la formulación de políticas tienen que ensuciarse las manos con los detalles y el galimatías de la elaboración de políticas para poder incidir de manera más importante en los resultados.

Durante su estancia en Estocolmo, la DGA González participó también en una mesa redonda sobre el futuro de la OMC organizada por la Cámara de Comercio Internacional de Suecia y la asociación Trade Experettes. En el intercambio de opiniones con la comunidad empresarial, destacó el potencial del comercio internacional y la OMC para promover la sostenibilidad mediante la creación de mercados abiertos y previsibles para las tecnologías limpias, el fomento de normas y reglamentos climáticos más coherentes y el apoyo a la transición de una economía lineal a una economía circular.