La DGA González señaló que el comercio mundial de mercancías había alcanzado niveles sin precedentes desde principios de 2021 y que, a pesar de la guerra en Ucrania, los resultados comerciales habían sido mucho mejores de lo que cabía esperar. “Ahora bien, este panorama general positivo del comercio no debería ocultar las numerosas fuerzas que tiran fuertemente de las costuras del sistema de comercio basado en normas, que van desde el aumento de las tensiones geopolíticas y de la rivalidad entre las grandes potencias hasta el resurgimiento de las políticas industriales restrictivas del comercio o las preocupantes carreras para obtener subvenciones”, dijo.

“En un momento en que necesitamos ser más solidarios para hacer frente al cambio climático, a la inseguridad alimentaria y a muchos otros problemas comunes, corremos el riesgo de adentrarnos por un camino que no lleva a ninguna parte, y que conduce a la desconexión, la autosuficiencia y el tecnonacionalismo”, señaló. “Pensemos por un momento en lo que esto significaría para el futuro del comercio, la innovación y el espíritu empresarial, y en lo que significaría para el empleo, el crecimiento y los niveles de vida a escala mundial”.

La DGA González celebró los esfuerzos realizados por la CCI para aprovechar plenamente el potencial que ofrece la digitalización para que un mayor número de personas, de pequeñas empresas y de comunidades locales participen en la economía mundial. “Lograr que la digitalización sea parte integrante de las iniciativas de facilitación del comercio impulsadas por la OMC puede suponer un cambio verdaderamente trascendental, sobre todo para las numerosas pequeñas empresas y empresas de titularidad femenina que tienen que lidiar con los elevados costos de procedimientos comerciales gravosos, lentos y opacos”, dijo.

La DGA González también hizo hincapié en la necesidad de adaptar las políticas, los reglamentos y las normas comerciales a la realidad de una economía digital y de servicios globalizada. “Esto es absolutamente necesario si los países quieren sacar partido de los servicios prestados digitalmente, un sector que está creciendo con rapidez y que ofrece unas oportunidades de exportación anuales cifradas en USD 3,7 billones, para la creación de empleo, la innovación y la diversificación económica”, añadió.

La DGA González destacó que los Miembros de la OMC habían dado pasos alentadores en la dirección correcta, entre los que cabía mencionar la prórroga de la prohibición de la imposición de derechos de aduana a las transmisiones electrónicas en la Duodécima Conferencia Ministerial de la OMC celebrada el año pasado. También se refirió a los esfuerzos realizados por grupos de Miembros de la OMC para elaborar normas que facilitaran el comercio de servicios y la inversión, así como para crear un entorno de comercio digital más previsible, aumentar la confianza de los consumidores en los mercados digitales y reducir los obstáculos al comercio digital.

“Estamos realizando progresos, pero es necesario hacer más, en particular para garantizar que el programa de comercio digital avance paralelamente a los esfuerzos más amplios encaminados a reducir las brechas digitales”, dijo, y añadió que “esta es la única manera de garantizar que el comercio digital pueda servir de puente hacia un futuro más esperanzador, y más próspero y seguro para todos”.