DIRECTOR GENERAL ADJUNTO JEAN-MARIE PAUGAM

El mensaje de vídeo del DGA Paugam está disponible aquí.

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Excelencias, señoras y señores:

Vivimos un momento alarmante para la seguridad alimentaria mundial. El comercio internacional puede contribuir a la respuesta, tanto a corto como a largo plazo. China, un actor clave en los mercados internacionales, puede liderar esta respuesta. Estos son los mensajes fundamentales que quisiera transmitir hoy.

Quiero agradecerles sinceramente que me hayan invitado a dirigirme a ustedes en esta importante conferencia.

1. Nos enfrentamos a una alarmante crisis de seguridad alimentaria, y el comercio es fundamental para la respuesta.

Las desastres climáticos, la pandemia de COVID-19, los conflictos y las recesiones económicas han socavado un decenio de progreso en la lucha contra la malnutrición. Se calcula que hasta una décima parte de la población mundial se enfrentó al hambre en 2021, unos 800 millones de personas; además, 345 millones de personas se exponen a afrontar una situación de inseguridad alimentaria aguda este año, de las cuales 45 millones viven expuestas a la amenaza de la hambruna. Si nada cambia, no podremos alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al hambre para 2030.

Una de cada cinco calorías consumidas en todo el mundo atraviesa una frontera internacional. Algunas regiones son exportadoras netas de productos alimenticios, mientras que otras son importadoras. Los alimentos deben ser trasladados de las regiones con superávit a las deficitarias.

China conoce muy bien esta realidad. El país consume cada día 700.000 toneladas de cereales, 98.000 toneladas de aceites vegetales y 230.000 toneladas de carne, a pesar de su capacidad de producción relativamente limitada. En China, la superficie de tierra agrícola per cápita es tan solo el 45% del promedio mundial.

De modo que el comercio de productos alimenticios y agropecuarios es fundamental para China, al igual que para otros países.

Esto es especialmente cierto cuando se producen perturbaciones repentinas. Por ejemplo, casi la mitad de las importaciones de trigo de Etiopía provenían anteriormente de Ucrania y Rusia, pero tras el inicio de la guerra el país pudo acceder en su lugar a suministros de los Estados Unidos y la Argentina.

2. El sistema multilateral está reaccionando de forma positiva a los retos a corto plazo, pero el esfuerzo debe mantenerse mediante reformas estructurales.

La OMC y otras organizaciones internacionales han adoptado medidas en respuesta a la crisis actual.

  • Las Naciones Unidas, con Türkiye, ayudaron a negociar la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro, que mantiene el flujo de alimentos y fertilizantes a los mercados mundiales, tanto desde Ucrania como desde Rusia.
  • La OMC se esfuerza por mantener la transparencia y la apertura de los mercados.

Vigilamos las políticas comerciales que afectan a los alimentos, los piensos y los fertilizantes. Hace un año, en el punto álgido de la crisis, se adoptaron unas 100 medidas de restricción de las exportaciones, de las que alrededor de dos terceras partes siguen en vigor. Entretanto, se han adoptado alrededor de 70 medidas de facilitación del comercio, de las cuales unas 25 han sido eliminadas de manera paulatina.

Nuestros Miembros se han comprometido a facilitar el comercio y reducir al mínimo las distorsiones. Decidieron asimismo eximir de toda restricción a la exportación a los alimentos adquiridos por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) para fines humanitarios.

La OMC colabora también estrechamente con otros organismos: la FAO, el FMI, el Banco Mundial, el PMA y la OCDE.

Hoy, en parte debido a estos esfuerzos, los precios de los alimentos han disminuido alrededor del 20% con respecto a los valores máximos alcanzados en marzo de 2022. No obstante, en muchos países en desarrollo, que también tienen dificultades de endeudamiento, siguen en máximos históricos, en términos de moneda local.

3. Por lo tanto, de cara a la próxima Decimotercera Conferencia Ministerial de la OMC, que se celebrará el próximo mes de febrero, debemos hacer más.

En primer lugar, los Miembros de la OMC deben seguir evitando las restricciones injustificadas al comercio de alimentos, a fin de aliviar la presión sobre los precios y su volatilidad.

En segundo lugar, los Miembros de la OMC, en coordinación con otras organizaciones, deberían abordar las necesidades de las personas vulnerables en los países en desarrollo importadores netos de alimentos y los países menos adelantados.

En tercer lugar, y lo que es más importante, los Miembros de la OMC deben mejorar la seguridad alimentaria mundial mediante la revitalización de las negociaciones sobre la reforma del comercio de productos agropecuarios, en particular en lo que concierne a asuntos tales como la ayuda interna al sector agropecuario y la cuestión de la constitución de existencias públicas de alimentos.

Esto conlleva la adopción de medidas para mejorar el funcionamiento de los mercados agrícolas: reducir las distorsiones, mejorar la competencia y velar por que se reflejen los verdaderos costos de los productos alimenticios y agropecuarios.

También conlleva reformar las ayudas a la agricultura para mejorar la resiliencia y la sostenibilidad del sector, mediante la inversión en investigación, el fortalecimiento de la infraestructura y la mejora de los servicios de divulgación y asesoramiento a los agricultores.

4. China desempeña una función de liderazgo específica en la conversación mundial sobre el futuro del comercio en el sector agropecuario.

El conjunto de normas relativas al comercio mundial de productos agropecuarios se ha mantenido en gran medida inalterado desde hace 30 años.  En aquel momento, China ni siquiera era Miembro de la OMC, y el sector agropecuario ha sufrido desde entonces transformaciones profundas. Como en otros sectores, la descarbonización y la digitalización están configurando el presente, así como el futuro.

En los dos últimos decenios, China ha logrado progresos impresionantes en la reducción del número de personas que padecen hambre.

Y su experiencia muestra claramente que el crecimiento del comercio en todos los sectores económicos ha sido fundamental para aumentar los ingresos de la población y mejorar su alimentación y estado nutricional.

Las políticas de ayuda al sector agropecuario han evolucionado y China es una de las principales economías que apoyan actualmente su sector agropecuario.  El valor de la producción agropecuaria de China también ha aumentado de forma extraordinaria durante este período.

Las previsiones que se examinarán durante la conferencia nos ayudarán a comprender qué cabe esperar de los mercados agropecuarios en el próximo decenio. Conformarán asimismo el debate sobre nuestra respuesta a retos como los relativos a la inseguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo rural.

Así pues, les animo a que en sus debates reflexionen sobre la función del sistema de comercio internacional en lo que concierne a la agricultura china, así como sobre la función de China respecto de dicho sistema.

China tiene mucha experiencia que aportar. El liderazgo de China será fundamental en el empeño de los Miembros de la OMC por revitalizar las conversaciones sobre la agricultura para reflejar los problemas que afrontamos actualmente relativos al mercado y en materia de políticas, así como los que ya sabemos que deberemos afrontar en el futuro.

Les deseo un debate dinámico y fructífero.

Gracias por su atención.

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Conferencia sobre las Perspectivas Agrícolas de China de 2023

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