Embajador Langman,
Excelencias,
señoras y señores,
buenos días.

En 1994, se produjeron dos acontecimientos importantes en el ámbito del comercio: uno de ellos fue la declaración de Marrakech, que dio a luz a la OMC, y el otro fue la declaración de Bogor, que puso en marcha el APEC. Evidentemente, los dos modelos de cooperación comercial internacional, inicialmente, parecían perfectamente opuestos.

• La OMC promovía un modelo de derecho vinculante mediante acuerdos multilaterales o plurilaterales de obligado cumplimiento, destinados a equilibrar las concesiones comerciales de los participantes.
• El APEC había optado por un modelo de derecho no vinculante, basado en acuerdos no vinculantes sobre objetivos colectivos y medidas de aplicación individuales.

Señoras y señores, creo que los tiempos han cambiado mucho desde entonces.

Mi principal mensaje hoy es que los modelos de cooperación comercial del APEC y la OMC han venido convergiendo mucho más de lo que se preveía inicialmente en los últimos 30 años; también creo que el tema del desarrollo sostenible presenta un gran potencial para una mayor convergencia en el futuro. Por eso me siento privilegiado de poder dirigirme a su grupo de trabajo.  No me cabe duda de que lo que están haciendo aquí es muy pertinente para la OMC.

Hay cuatro razones por las que creo que esto es así.

En primer lugar, admitámoslo, la oposición clásica entre derecho no vinculante y vinculante se ha vuelto parcialmente irrelevante. Al menos, en el marco de la OMC, hemos venido observando una geometría bastante variable en la manera en que abordamos el establecimiento de normas.

De hecho, la OMC ha reconocido el concepto de compromisos no vinculantes de sus Miembros. Por ejemplo, nuestro Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, si bien no es intrínsecamente derecho no vinculante, reconoce plenamente la posibilidad de “optar por adherirse” a algunos de los compromisos propuestos. En otros ámbitos, como las MSF o los OTC, hemos estado negociando directrices no vinculantes. Existen otras esferas en las que los Miembros de la OMC han establecido colectivamente determinadas orientaciones y objetivos de política, pero han dejado que se apliquen a través de las medidas de gobiernos individuales.

Por consiguiente, la OMC ha abandonado el modelo del “enfoque único aplicable a todos” en los acuerdos comerciales. Este es un primer elemento de convergencia.

En segundo lugar, la OMC persigue cada vez más objetivos de desarrollo sostenible. Se trata de un ámbito en que el APEC es claramente pionero. El APEC pudo, antes que la mayoría, convenir en una lista de 54 bienes ambientales para facilitar el comercio ya en 2012.

Y ha logrado resultados concretos, ya que las exportaciones e importaciones de esos 54 productos en el APEC aumentaron en un 5,7% y un 13,5%, respectivamente, entre 2012 y 2019.

En la actualidad, la propia OMC ha entrado en un momento verde, con nuevas iniciativas muy significativas centradas en el desarrollo sostenible.

• En nuestra última Conferencia Ministerial, celebrada el año pasado, concluimos un acuerdo histórico sobre la reforma de las subvenciones a la pesca: se trataba de prohibir las subvenciones que contribuyen a la pesca ilegal. Nuestros Miembros están ahora ratificando este acuerdo; Singapur fue el segundo Miembro de la OMC en hacerlo, muy recientemente. Los Miembros se encuentran ahora en la segunda fase, que trata de reformar las subvenciones que contribuyen a la sobrepesca y el exceso de capacidad. Por primera vez, la OMC ha concluido un acuerdo comercial cuyo principal objetivo es contribuir a la preservación de los océanos, en cumplimiento del ODS 14-6.
• En la misma Conferencia Ministerial, nuestros Miembros reconocieron formalmente por primera vez la contribución del comercio multilateral a la lucha contra el cambio climático y otras crisis medioambientales.
• Además, varios Miembros de la OMC copatrocinan tres iniciativas ambientales: los debates sobre el comercio y la sostenibilidad ambiental (apoyados por 74 Miembros, que representan el 85% del comercio mundial), la iniciativa relativa a la Reforma de las Subvenciones a los Combustibles Fósiles (apoyada por 48 Miembros, que representan aproximadamente el 40% del comercio mundial), y el Diálogo sobre la Contaminación Producida por los Plásticos (75 Miembros, que representan el 75% del comercio mundial de plásticos).

Estos distintos enfoques pueden complementarse mutuamente: por ejemplo, mantener los peces dentro y el plástico fuera de los océanos son obviamente las dos caras de una misma moneda.

Este es un segundo elemento de convergencia entre nuestros dos modelos.

En tercer lugar, el modelo del APEC, consistente en establecer una dirección colectiva y confiar en la aplicación individual, podría resultar innovador e inspirador para la OMC a la hora de movilizar políticas comerciales para objetivos de sostenibilidad.

Hay una sólida motivación para ello: donde y cuando la política comercial se ve impulsada por objetivos de desarrollo sostenible, el juego no consiste en intercambiar y equilibrar concesiones comerciales para el acceso a los mercados de bienes privados; lo que está en juego es la producción de bienes públicos mundiales, tales como la preservación de los océanos, la biodiversidad o el clima. La producción de bienes públicos no es un juego de suma cero, sino un proceso en que todos ganan: cada esfuerzo adicional cuenta para el propósito común.

Esta es también la motivación que reside en el centro del Acuerdo de París, que establece objetivos colectivos y confía en contribuciones determinadas a nivel nacional para lograrlos. ¿Resulta familiar esta metodología en el contexto del APEC? ¿Sería posible considerarla en la OMC? De hecho, ya contamos con dos elementos fundamentales para que esto ocurra.

• El primero es que nuestros Miembros se muestran cada vez más activos en la movilización de su política comercial en favor del medio ambiente. Vigilamos este proceso a través de la notificación de medidas comerciales. En general, desde 2009 el número de medidas comerciales relacionadas con el medio ambiente ha ascendido hasta 17.000, lo que casi triplica el ritmo de medidas anuales, de 829 en 2009 a 2250 en 2021. Abarcan todos los ámbitos principales de las preocupaciones medioambientales y todos los instrumentos de política. Así pues, está documentado que nuestros Miembros ya están actuando a título individual.
• El segundo elemento es que nuestros Miembros han creado los foros que hacen posible el diseño de objetivos y medidas colectivas. Evidentemente, nuestro Comité de Comercio y Medio Ambiente es uno de ellos, pero también lo son las tres iniciativas ambientales que mencioné antes, relativas al comercio y la sostenibilidad ambiental, los combustibles fósiles y los plásticos.

Esto es, ya tenemos los foros para el establecimiento de objetivos colectivos y la voluntad para su aplicación individual y adaptada a través de medidas comerciales. ¿No parece que estamos listos para actuar?

Este será mi cuarto punto: ¿qué tipo de medidas están considerando nuestros Miembros en la actualidad? Permítanme centrarme en la iniciativa sobre los plásticos.

En primer lugar, está la idea de promover alternativas y sustitutos de los plásticos sostenibles y asequibles y tecnologías que contribuyan a la modificación del Convenio de Basilea sobre los Desechos Plásticos.  Existe una lista emergente de algunos bienes y servicios fundamentales⁽¹⁾ que podrían ser objeto de un mayor comercio.

Un segundo ámbito guarda relación con medidas comerciales centradas en los productos de plástico de un solo uso y otros plásticos nocivos e innecesarios. Podemos ver que nuestros Miembros tienen muy presentes los productos de plástico de un solo uso, los embalajes y los desechos nocivos de plástico⁽²⁾. Podemos ver que aparece una lista de los “peores infractores”, respecto de la cual nuestros Miembros ya están actuando. Una acción concertada en este ámbito, que incluya mejores prácticas, directrices y armonización, podría hacer una contribución tangible. Otro compromiso político que tendría sentido es restringir/regular la exportación de los productos que también estén restringidos/regulados en el mercado interno.

En tercer lugar, nuestros Miembros están elaborando un catálogo de medidas sobre los plásticos relacionadas con el comercio, que incluye prescripciones de reglamentación, mecanismos basados en los precios y en el mercado y políticas de apoyo utilizadas por los Miembros para hacer frente a la contaminación producida por los plásticos. Esto permitiría que los Miembros impulsaran planes de acción comercial a nivel nacional para ayudar a hacer frente a la contaminación producida por los plásticos y posiblemente que se comprometieran a hacerlo en la CM13, siguiendo calendarios claros.

Señoras y señores, tengo la esperanza en que la labor que están realizando en el marco del APEC pueda volver a mostrar la manera en que el comercio puede rendir resultados significativos para la sostenibilidad. Pueden ustedes inspirar los esfuerzos que hemos iniciado en la OMC. Como han deducido claramente de mis mensajes, no veo razón alguna para enfrentar tipos diferentes de enfoques de política comercial a la hora de promover los bienes públicos y una economía sostenible. ¡Bogor y Marrakech, unidos por el medio ambiente! Este es mi llamamiento de hoy.

Gracias por su atención.