Lo que está ocurriendo en la OMC
NOTICIAS: COMUNICADOS DE PRENSA 2002

PRESS/281
El 20 de marzo de 2002

El Director General de la OMC, Mike Moore, pide una mayor liberalización del comercio para ayudar a la financiación del desarrollo

La liberalización del comercio puede aportar una inmensa contribución a la generación de recursos para la financiación del desarrollo, declaró hoy (21 de marzo) en Monterrey (México), ante la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, el Director General de la Organización Mundial del Comercio, Mike Moore. Pero el Sr. Moore, aunque subrayó la necesidad de reforzar la creación de capacidad para ayudar a los países en desarrollo a participar de un modo más pleno en la economía global, señaló también que esos países tendrán que esforzarse más por reducir las costosas restricciones a su comercio recíproco.

“Me presento ante ustedes con un mensaje simple y claro: la pobreza, en todas sus formas, es la mayor amenaza para la paz, la democracia, los derechos humanos y el medio ambiente. Es una bomba de relojería contra el corazón de la libertad, pero puede ser vencida y en nuestras manos están los instrumentos para lograrlo, a condición de tener el coraje y el tino para utilizarlos debidamente”, manifestó el Sr. Moore ante la mayor Conferencia mundial sobre el desarrollo, a la que asistían más de 50 jefes de Estado, así como ministros, jefes de organismos internacionales y especialistas de las finanzas y el comercio.

El Sr. Moore dijo a los delegados que, si se liberalizara más el comercio, las ganancias que obtendrían los países en desarrollo ascenderían a más de 15 veces la suma de 10.000 millones de dólares que se estima necesaria para lograr la enseñanza primaria universal, uno de los principales Objetivos de Desarrollo del Milenio. Citando estimaciones del Banco Mundial dijo que la supresión de todos los obstáculos al comercio podría elevar la renta global en 2,8 billones de dólares y sacar de la pobreza a 320 millones de personas en 2015.

“Los países pobres necesitan crecer para salir de la pobreza y el comercio puede servir de motor esencial de ese crecimiento”, dijo el Sr. Moore.

Pero -añadió- los países en desarrollo no necesitan esperar a la conclusión de la Ronda de Doha para el Desarrollo. En el decenio de 1990, el comercio Sur-Sur creció más que el comercio mundial y, en la actualidad, representa más de un tercio de las exportaciones de los países en desarrollo, es decir, aproximadamente 650.000 millones de dólares. Según el Banco Mundial, el 70 por ciento de la carga que grava las exportaciones de manufacturas de los países en desarrollo es el resultado de obstáculos al comercio en otros países en desarrollo. “Cuanto antes caigan esas barreras, antes se beneficiarán los países en desarrollo”, dijo el Sr. Moore.

Por lo que respecta a los países desarrollados, el Sr. Moore lanzó una advertencia contra las restricciones de los mercados en cuatro esferas esenciales, a saber:

  • La agricultura, a la que calificó de piedra angular de casi todas las economías en desarrollo. Los desembolsos en concepto de ayuda a la agricultura ascienden actualmente a 1.000 millones de dólares diarios, mientras que el tipo arancelario consolidado medio de la OCDE para los productos agrícolas es cuatro veces más alto que el aplicado a los productos industriales. Añadió que el rendimiento para los países en desarrollo sólo en este campo sería ocho veces mayor que el conjunto del alivio de la carga de la deuda otorgado hasta ahora a los países en desarrollo. La liberalización completa en todos los sectores  agricultura, manufacturas y servicios equivaldría aproximadamente a ocho veces el total de la AOD.
  • Los textiles y el vestido, a los que señaló como la mayor fuente de ingresos de exportación para muchos países en desarrollo. El Sr. Moore dijo que se debe velar por que el sector esté limpiamente integrado el 1º de enero de 2005, según lo previsto.
  • En cuanto a los aranceles, el Sr. Moore dijo que el problema de la progresividad arancelaria, que desequilibra la balanza en perjuicio del desarrollo de la transformación autóctona, es aún más pernicioso que el de los máximos arancelarios, que siguen atrayendo aranceles altos tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. Para que los países en desarrollo logren algún día diversificar sus economías y evitar la dependencia de unos pocos productos primarios, es preciso erradicar esa progresividad.

El Sr. Moore, señalando que las restricciones eran costosas para los países que las imponían, manifestó a la Conferencia que la protección supone un costo para la Unión Europea, los Estados Unidos y el Japón de entre 70.000 y 110.000 millones de dólares anuales respectivamente. Dijo que “las pérdidas netas que representan para los Estados Unidos sólo sus restricciones a la importación de textiles y prendas de vestir ascienden a más de 10.000 millones de dólares anuales”.

“Esta Conferencia versa sobre la financiación del desarrollo en una época en que las inversiones extranjeras directas privadas cuadruplican la AOD y decuplican los préstamos para el desarrollo del Banco Mundial. Esta es la razón por la cual muchos desean un acuerdo sobre inversiones en la Ronda de Doha para el Desarrollo”.

El Sr. Moore también hizo hincapié en otras cuestiones importantes de desarrollo y buena gobernanza, como la transparencia en la contratación pública, la política de competencia y la facilitación del comercio. Citando un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo sobre dos países sudamericanos en los que la entrega por camión de un producto en el mercado a través de dos fronteras necesitó 200 horas, de las cuales 100 representaron demoras burocráticas en frontera, dijo que “la reforma de facilitación del comercio generará enormes beneficios”.

El Sr. Moore dijo que “las formalidades burocráticas y la mala gobernanza interna resultan costosas y perniciosas”, y señaló también que es necesario legitimar los bienes de los pobres. Indicó que, en América Latina, la tenencia de la tierra está en un 80 por ciento al margen de la ley.

“En los países en desarrollo, los sectores extralegales reúnen entre el 50 y el 70 por ciento de la población activa total. En el país más pobre de América Latina, los bienes de los pobres son más de 150 veces mayores que las inversiones extranjeras totales desde su independencia en 1804. En un país africano, la adquisición legal de tierras requería 77 trámites burocráticos en 31 organismos públicos y privados”. Añadió que “si los Estados Unidos aumentaran su AOD hasta alcanzar el objetivo del 0,7 por ciento fijado por las Naciones Unidas, el país más rico del planeta necesitaría 150 años para transferir a los pobres del mundo recursos equivalentes a los que éstos ya poseen”.

Refiriéndose a los recientes compromisos de la OMC de aumentar la creación de capacidad, el Sr. Moore concluyó: “Debemos proporcionar asistencia técnica para formar negociadores, crear regímenes aduaneros eficientes y taponar las fugas de los sistemas fiscales porosos. Debemos prestar al fortalecimiento de las infraestructuras intelectuales de unos funcionarios públicos calificados la misma atención que dedicamos a reparar baches, construir carreteras y presas. La Ronda de Doha para el Desarrollo se puede concluir y aplicar a tiempo. La condición del éxito será mejorar la capacidad para facilitar la buena gobernanza, que les permita participar, negociar, concluir y aplicar nuestro programa. Así se está haciendo. Podemos y debemos tener éxito”.

> Se adjunta el texto completo del discurso: Conferencia internacional sobre la financiación para el desarrollo, sesión de apertura de la serie de sesiones en la cumbre