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Pascal Lamy
“En los últimos meses, los Embajadores Falconer y
Stephenson han celebrado innumerables consultas con los Miembros de la OMC para
lograr transacciones que permitan alcanzar acuerdos en relación con el comercio
de productos agropecuarios e industriales. En los documentos se hacen constar
los progresos realizados hasta ahora. La labor de los presidentes es digna de
elogio. Hallar tales transacciones es siempre difícil, ya que ninguna delegación
podrá obtener todo lo que desea. Pero esos textos son representativos de las
opiniones de los Miembros y constituyen una base justa y razonable para alcanzar
acuerdos ambiciosos, equilibrados y orientados al desarrollo. Se trata de
instrumentos de negociación que se revisarán y ajustarán a medida que los
gobiernos sigan acortando sus diferencias”, dijo el Sr. Lamy.
“Los Miembros no estarán plenamente satisfechos con los textos. Pero lo que
separa hoy a los Miembros es menos de lo que los une. Ante nosotros tenemos ya
un impresionante conjunto de resultados. Es indispensable que, en las próximas
semanas, los Miembros centren sus esfuerzos en superar esas diferencias y lograr
acuerdos en los dos sectores que encierran la clave del éxito de la Ronda de
Doha”, añadió.
Los textos, que se han distribuido hoy, serán examinados por los 150 gobiernos
Miembros de la OMC en las reuniones de negociación de la próxima semana. La
Ronda de Doha, iniciada en la capital de Qatar en 2001, comprende otras muchas
negociaciones, entre ellas negociaciones sobre comercio de servicios, comercio y
medio ambiente, medidas antidumping, subvenciones a la pesca, cuestiones
específicas relacionadas con el desarrollo, propiedad intelectual relacionada
con el comercio y facilitación del comercio.
En los años transcurridos desde la iniciación de la Ronda, los gobiernos
Miembros han acordado ya, entre otras medidas, eliminar todas las formas de
subvenciones a la exportación en el sector agrícola, suprimir los obstáculos al
comercio respecto del 97 por ciento de las exportaciones de los países menos
adelantados, reducir en mayor proporción los aranceles más altos aplicables a
los productos agrícolas y las manufacturas y reducir las demoras en los trámites
de aduana por motivos administrativos y burocráticos. Entre las diferencias que
quedan por resolver en las negociaciones sobre la agricultura y el AMNA figuran
la magnitud exacta de los recortes arancelarios, la reducción de las
subvenciones internas a la agricultura causantes de distorsión del comercio y el
grado de flexibilidad que se concederá a los países en desarrollo en la apertura
de sus mercados a una mayor competencia de las importaciones.
> texto
sobre la agricultura
> texto
sobre el AMNA
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