NOTICIAS: COMUNICADOS DE PRENSA 2009

Press/559

La OMC y el PNUMA publican un informe en el que se explica por vez primera la relación entre el comercio y el cambio climático

El mundo no puede seguir “como si no pasara nada” y existe una apremiante necesidad de que las negociaciones en curso sobre el cambio climático y la apertura de los mercados concluyan con éxito.

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> Lamy, en el blog sobre el clima: Los problemas mundiales no se arreglan con soluciones unilaterales; debemos centrarnos en Copenhague

  

En el informe de la OMC y el PNUMA sobre “El comercio y el cambio climático”, que se publica hoy, se examina el punto en que el comercio y el cambio climático se entrecruzan desde cuatro perspectivas: la ciencia del cambio climático, la economía, las actividades multilaterales para hacer frente al cambio climático, y las políticas nacionales en materia de cambio climático y sus efectos en el comercio.

La OMC y el PNUMA son socios en el empeño por lograr el desarrollo sostenible y este informe es fruto de las investigaciones realizadas por ambas organizaciones en colaboración.

“Ante un reto de tal magnitud, es fundamental la cooperación multilateral, y la satisfactoria conclusión de las negociaciones en curso sobre el cambio climático es el primer paso a fin de lograr un desarrollo sostenible para las generaciones futuras”, dijeron el Director General de la OMC, Pascal Lamy, y el Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner.

Tanto Steiner como Lamy instan a la comunidad internacional a que selle un acuerdo equitativo y decisivo en la importantísima reunión de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebrará en Copenhague (Dinamarca) en diciembre de 2009. También instan a las naciones a que concluyan la Ronda de Doha de negociaciones comerciales, que incluye abrir el comercio de bienes y servicios ambientales, contribuyendo con ello a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles científicamente defendibles.

Hay datos científicos que demuestran claramente que el sistema climático de la Tierra se está calentando a consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero, que siguen aumentando en todo el mundo y continuarán creciendo en los próximos decenios si no se introducen cambios significativos en las leyes, las políticas y las medidas vigentes. Aunque un comercio más libre podría dar lugar a un aumento de las emisiones de CO2 como resultado del incremento de la actividad económica, también puede contribuir a aliviar el cambio climático, por ejemplo, al aumentar la difusión de las tecnologías de adaptación y mitigación.

Se prevé que la economía mundial se verá afectada por el cambio climático. Sectores como la agricultura, la silvicultura, la pesca, el turismo y la infraestructura de transporte, que son esenciales para los países en desarrollo, son los más afectados. A menudo estos efectos influirán en el comercio.

Según el nuevo informe, la apertura del comercio y la lucha contra el cambio climático pueden respaldarse mutuamente para lograr una economía de bajas emisiones de carbono. En contra de lo que algunos alegan, el comercio y la apertura del comercio pueden tener un impacto positivo en las emisiones de gases de efecto invernadero de múltiples maneras, en particular acelerando la transferencia de tecnología limpia y brindando a los países en desarrollo la oportunidad de adaptar esas tecnologías a las circunstancias locales. El aumento de los ingresos que conlleva la apertura del comercio también puede cambiar la dinámica social y las aspiraciones de las sociedades, que al enriquecerse tendrán la oportunidad de exigir normas ambientales más estrictas, incluidas las relativas a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, hay pruebas de que una mayor apertura del comercio, junto con medidas de lucha contra el cambio climático, pueden catalizar la innovación mundial, en particular nuevos productos y procesos que pueden estimular la creación de nuevas empresas de tecnología limpia.

Diversos países han empleado medidas nacionales, que van desde los instrumentos reglamentarios tradicionales hasta incentivos económicos y medidas financieras, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la eficiencia energética. En el informe se pone de relieve el impacto que esta compleja red de medidas podría tener en el comercio internacional y en el sistema multilateral de comercio. En los últimos años han proliferado las prescripciones técnicas (las normas voluntarias y los regímenes de etiquetado) en relación con bienes inocuos para el medio ambiente y la eficiencia energética. Asimismo, recientemente también han aumentado los programas de ayuda financiera para la utilización de energías renovables.

En el informe también se examinan ampliamente dos tipos de mecanismos de fijación de precios que han sido utilizados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: los impuestos y los sistemas de comercio de emisiones. Además, el informe se hace eco del debate en curso sobre las políticas destinadas a impedir la fuga de carbono y a proteger la competitividad, en particular las medidas en frontera.

En general, en el informe se señala que las normas de la OMC prevén un margen para hacer frente al cambio climático a nivel nacional. Sin embargo, la pertinencia de las normas de la OMC para las políticas de mitigación del cambio climático, así como las consecuencias de esas medidas para el comercio y la eficacia ambiental, dependerán considerablemente de la forma en que estén concebidas esas políticas y de las condiciones concretas en que se apliquen.

 

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