DISCURSOS — DG NGOZI OKONJO-IWEALA

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Buenos días a todos, buenas tardes, buenas noches, dondequiera que estén.

Tanto si se encuentran aquí en esta sala como si están viéndome en línea, es para mí un gran placer darles la bienvenida a todos a este Foro Público de la OMC. Puede que muchos de ustedes sean veteranos, pero para mí esta es la primera vez que asisto como Directora General.

El formato híbrido de hoy y el riguroso límite del número de personas autorizadas a entrar en la sede de la OMC reflejan el hecho de que la COVID-19 sigue muy presente entre nosotros, pero celebramos que al menos sea posible mantener un formato híbrido y poder ver a algunos de ustedes en persona.

De hecho, en muchos de nuestros países Miembros, la pandemia y sus repercusiones sociales y económicas se están agravando.

Pero incluso mientras luchamos para poner fin a la pandemia, haciendo pleno uso de la capacidad del comercio para afrontar la desigualdad vacunal, debemos reflexionar seriamente sobre qué hará falta para reconstruir una economía mundial mejor.

    • Una economía mundial que sea más verde, más próspera y más inclusiva.
    • Una economía mundial que responda mejor a los problemas del patrimonio mundial.
    • Una OMC que responda mejor a las realidades económicas en continua evolución y a las cambiantes necesidades de las personas a quienes servimos.

Esos son los temas que abordaremos esta semana.

Grupos de la sociedad civil, el mundo académico, el sector privado, los Miembros de la OMC y otros han organizado 102 sesiones que abarcan un extraordinario espectro de cuestiones, desde la agricultura hasta el comercio digital, desde el cambio climático hasta la política.

Se han inscrito 5.700 participantes para escuchar, debatir e intercambiar opiniones. Espero con interés escucharlos a todos.  Y también aprovecho esta oportunidad para dar las gracias a nuestro magnífico equipo, que se ha encargado de los preparativos.

En la política comercial, las ideas son importantes. Pero en último extremo las ideas son un medio para alcanzar un fin. El objetivo es utilizar el comercio para mejorar las vidas de las personas: creando empleo, aumentando las oportunidades y promoviendo la sostenibilidad.

Dediquemos un momento a ver el siguiente vídeo, que trata de las personas y el comercio.

Yo siempre digo que “el comercio tiene que ver con las personas”, así que esto ha sido música para mis oídos.

Para los empresarios que aparecen en el vídeo — para las empresas que dirigen y para los empleados a su cargo —, el comercio ha sido una tabla de salvación durante la pandemia.

Maheen Adamjee está al frente de lo que era una empresa de servicios de tutoría académica con clases presenciales en el Pakistán. Cuando los confinamientos impidieron a los alumnos asistir a clase, pasó a desarrollar su actividad en línea. Ahora, transcurrido un año y medio desde entonces, sus profesores no solo enseñan matemáticas, urdu y programación a los mismos alumnos que antes acudían a sus casas para recibir clases en ciudades de todo el Pakistán, sino que acceden también a alumnos de los Estados Unidos, Europa, el Canadá, los Emiratos Árabes Unidos, y otros sitios, como le hemos oído explicar en el vídeo. En la actualidad, el 30% de la clientela de la empresa es internacional.

En el caso de Farhia Jama,una experimentada empresaria de Nairobi, pasar a ldesarrollar actividades en línea permitió a su centro de formación empresarial ponerse en contacto con nuevos clientes en su país y en otros seis países africanos.

Josefina Urzaiz se vio obligada a cerrar su tienda física de hamacas en México. Pero, al fortalecer su presencia en línea, encontró nuevos clientes en el extranjero, lo que le permitió mantener el medio de vida de centenares de tejedoras tradicionales en la península del Yucatán.

Si quieren saber algo más sobre Maheen, Farhia y Josefina y entender cómo afectan las normas del comercio mundial a las empresas como las suyas, pueden consultar el nuevo podcast de la OMC, titulado ‘Let's Talk Trade’ (Hablemos de comercio).

Lo que sirvió para sus empresas ha servido también para la economía mundial en su conjunto: durante la pandemia, el comercio ha sido una fuente de resiliencia, ayudando a los hogares, las empresas y los Gobiernos a hacer frente a grandes perturbaciones.

El comercio ha permitido el acceso a los alimentos y a los suministros médicos y ha contribuido a la recuperación económica.

    • Gracias a la contención en el uso de medidas proteccionistas, a partir de mediados del año pasado los estímulos fiscales y monetarios impulsaron un enérgico rebote en el comercio mundial. El comercio mundial de mercancías vuelve a alcanzar niveles sin precedentes, aunque es cierto que los servicios se están recuperando más lentamente.
    • A pesar de que el valor del comercio mundial de mercancías disminuyó un 7,6% en 2020, el comercio de productos agropecuarios permaneció estable, y el valor del comercio de productos médicos aumentó un 16%.
    • El comercio de equipos de protección personal se incrementó en casi el 50%, y el de mascarillas de tela en un 480%.
    • Mientras los científicos desarrollaban vacunas contra la COVID-19 a un ritmo sin precedentes, las cadenas de suministro multinacionales se unieron para abastecer de los insumos especializados y los bienes de capital necesarios para la producción de vacunas a gran escala. Las principales vacunas contra la COVID-19 dependen de los insumos de una docena de países o más.

En el próximo Informe sobre el Comercio Mundial de la OMC se examina con mayor detalle el comercio y la resiliencia.

    • En él se constata que, como consecuencia de nuestra economía mundial hiperconectada, somos más vulnerables a las perturbaciones: las alteraciones en el transporte internacional, las interrupciones en la cadena de suministros y, naturalmente, las pandemias. Al mismo tiempo, en el informe se constata que nuestros vínculos han mejorado la resiliencia ante las perturbaciones cuando estas se producen. Cuando los suministros nacionales escasean, podemos importarlos. Cuando nos azota la peor pandemia en un siglo, los científicos de todo el mundo pueden compartir ideas y tecnologías y desarrollar vacunas seguras y eficaces a una velocidad nunca vista.

Pero está claro que no todo es de color de rosa.

El rebote del crecimiento y el comercio es desigual en los distintos países y regiones, como lo es el acceso a las vacunas contra la COVID-19.

    • 100 millones de personas se han visto arrastradas a la extrema pobreza, en su mayoría en Asia Meridional y el África Subsahariana.
    • Mientras que casi el 60% de la población de los países desarrollados está completamente vacunada, en África la cifra apenas alcanza el 4%. Esto resulta devastador para las vidas y los medios de vida de los africanos. Es moralmente inaceptable, y a medida que se propagan las nuevas variantes del virus, aumenta la amenaza contra la salud y la recuperación económica en todas partes.

El sistema de comercio puede y debe hacer más para reducir la desigualdad vacunal, así como para ayudarnos a afrontar los acuciantes desafíos a los que nos enfrentamos en las más diversas esferas, sea la preservación de nuestros mares o la lucha contra el cambio climático.

Por eso es importante obtener resultados en la OMC de aquí a nuestra Duodécima Conferencia Ministerial, para la que faltan solo unas semanas.

A fin de recordarnos a todos lo que hay en juego, es un gran honor para mí presentar a nuestro orador principal de hoy, el Sr. Cyril Ramaphosa, Presidente de la República de Sudáfrica.

Antes de ocupar su actual cargo, el Presidente Ramaphosa fue uno de los líderes de la lucha contra el apartheid, del movimiento sindical y del sector empresarial en la Sudáfrica democrática.

El Presidente Ramaphosa ha desempeñado un papel especialmente decisivo en la firme respuesta de África a la pandemia como Presidente de la Unión Africana en la firme respuesta de África a la pandemia. Junto con otros líderes, ha forjado la respuesta Una Sola África, ayudando a crear el Equipo de Trabajo para la Adquisición de Vacunas para África (AVATT), el Equipo de Trabajo de Fabricantes de Vacunas Africanos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África.

El Presidente Ramaphosa ha promovido activamente la inversión en capacidad manufacturera en África a la vez que ha sido firme partidario de una exención de los derechos de propiedad intelectual. Gracias a sus esfuerzos y a nuestro modesto apoyo entre bastidores, Pfizer-BioNTech ha anunciado una inversión en Biovac, una empresa sudafricana, cuyo objetivo es producir 100 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 al año.

Cederé ahora la palabra a Su Excelencia, mi hermano, el Presidente Cyril Ramaphosa.

Sr. Presidente, tiene usted la palabra.

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