DISCURSOS — DG NGOZI OKONJO-IWEALA

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Excelencias, señoras y señores:

La CM12 está tocando a su fin — un poco más tarde de lo previsto, pero con un conjunto de resultados sin precedentes —. Hacía mucho tiempo que la OMC no lograba un número tan importante de resultados multilaterales.

Vinimos aquí para conseguir resultados. El domingo pasado — que parece ya muy lejano — reconocimos que alcanzar uno o dos resultados sería mejor que no alcanzar ninguno. Y ahora hemos conseguido casi todos.

No van a regresar a casa con las manos vacías.

Intensificaron sus esfuerzos y han obtenido resultados en todos los ámbitos en que hemos venido trabajando. La mayor parte de esta semana han estado trabajando día y noche. Han esperado pacientemente durante largas horas mientras otros trataban de llevar a buen término una negociación.

El lunes fue mi cumpleaños y recibí muchas flores. Quiero agradecérselo una vez más. Pero el éxito de la CM12 es un regalo todavía mejor.

El conjunto de acuerdos que han alcanzado marcará una diferencia en la vida de las personas en todo el mundo. Los resultados demuestran que la OMC es realmente capaz de responder a las emergencias de nuestro tiempo. Muestran al mundo que los Miembros de la OMC pueden ponerse de acuerdo, a pesar de las fracturas geopolíticas, para tratar de resolver los problemas del patrimonio común y reforzar y revitalizar esta institución. Nos dan razones para confiar en que la cooperación estratégica podrá coexistir con una competencia estratégica de proporciones cada vez mayores.

La declaración que acaban de adoptar en respuesta a las conmociones actuales derivadas de la COVID-19 hará que el acceso a suministros y componentes médicos sea más previsible en esta pandemia, y también en las siguientes. El compromiso relativo a una exención del Acuerdo sobre los ADPIC contribuirá a los actuales esfuerzos por desconcentrar y diversificar la capacidad de fabricación de vacunas, de manera que cuando se produzca una crisis en una región otras no se vean privadas de suministros.

Para responder a la peor crisis de seguridad alimentaria registrada en décadas, han adoptado ustedes medidas destinadas a que el comercio de alimentos e insumos agrícolas sea más previsible y, por ende, a que disminuya la inestabilidad de los precios. Y van a ayudar al Programa Mundial de Alimentos a cumplir su difícil tarea de proporcionar alimentos a millones de personas que se encuentran entre las más vulnerables del planeta.

En cuanto a las subvenciones a la pesca, los Miembros de la OMC han concluido por primera vez un acuerdo en el que la sostenibilidad ambiental ocupa un lugar central. También están en juego los medios de subsistencia de 260 millones de personas que dependen directa o indirectamente de la pesca marítima.

El acuerdo prohíbe el apoyo a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR). Prohíbe el apoyo a la pesca de poblaciones sobreexplotadas. Y supone un primer paso importante para reducir las subvenciones causantes de sobrecapacidad y sobrepesca, al poner fin a las subvenciones a la pesca en las zonas no reguladas de alta mar. Tan importante como las prohibiciones es la transparencia, que por fin arrojará luz sobre el nivel real de las subvenciones destinadas a la pesca. Y se han comprometido ustedes a proseguir las negociaciones para ampliar esas disciplinas.

Por otra parte, han encontrado la manera de prorrogar la moratoria relativa al comercio electrónico junto con el Programa de Trabajo, con lo que se preserva el entorno favorable que ofrece la OMC a la economía digital mundial y a los millones de actividades comerciales y empleos que dependen de ella.

Y, en vista de que se reconoce ampliamente que hay que actualizar y mejorar las funciones básicas de la OMC, han puesto en marcha un proceso de reforma institucional impulsado por los Miembros. Han reconocido la función que pueden desempeñar el comercio y la OMC en el empoderamiento de las mujeres, el logro de los objetivos ambientales y la ampliación de las oportunidades de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.

Durante los largos días y más largas noches de esta semana ha habido momentos en que he temido que termináramos la CM12 sin conseguir absolutamente nada. Y he pensado en una cita atribuida a Winston Churchill: “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar.” Quiero dar gracias a Dios por ese valor, porque ha habido momentos en que no sabía si las cosas saldrían adelante.

Pero lo hemos logrado, y estamos resueltos a continuar.

Los Miembros han acordado retomar el trabajo justo donde nos quedamos esta mañana, y han planteado la posibilidad de adelantar la CM13. Les prometo que volveré a ponerme manos a la obra de inmediato. Vayan preparándose: mañana es ya un día posterior a la CM12.

Aunque todos estamos de acuerdo en la importancia vital de la agricultura para nuestras economías, las diferencias con respecto a algunas cuestiones, como la constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria, la ayuda interna, el algodón y el acceso a los mercados, han hecho que no hayamos podido lograr un consenso sobre una nueva hoja de ruta para la labor futura. Pero también en este ámbito los Miembros han encontrado una renovada motivación: están decididos a seguir trabajando sobre la base de los mandatos existentes a fin de alcanzar resultados positivos en la CM13.

En las últimas semanas he observado otra cosa que es fundamental para volver a encarrilar la OMC. Muchos de ustedes me han oído lamentarme de que la OMC, aunque se creó como foro de negociación, se ha convertido en un foro en el que se decreta, un lugar en el que los Miembros llegan y dicen a los demás: “esto es lo que quiero, dénmelo”.

Pero recientemente, y sobre todo esta semana entre los Ministros, hemos sido testigos de verdaderas concesiones mutuas. Hemos visto una voluntad de escuchar las preocupaciones de los demás, de apartarse de posiciones defendidas durante mucho tiempo, de intentar superar el déficit de confianza y de encontrar soluciones intermedias. En lugar de preguntarse “¿tenemos aquí todo lo que queríamos?”, los Miembros se han preguntado “¿podemos aceptar esto?”. Si logramos de algún modo mantener ese espíritu, nos encontraremos en un mejor lugar para alcanzar más resultados en el futuro. Dicho esto, no salgo de mi asombro de cómo pueden pasar tantas horas discutiendo sobre una palabra en una nota de pie de página.

Estas negociaciones son siempre rudas. Como dijo un Ministro en algún momento — ¿ha sido hoy? ¿fue ayer? ¿anteayer? — la diplomacia comercial consiste en conseguir un equilibrio entre las políticas y la política, en llegar a soluciones de avenencia que aun así reporten beneficios económicos tangibles y que ustedes puedan presentar en sus respectivos países y defender ante sus ciudadanos. Ese es un gran reto — y por eso debemos ser todos conscientes de lo importante que ha sido que pudieran ponerse de acuerdo esta semana —.

Yo vine a la OMC porque estoy totalmente convencida de que el comercio forma parte de la solución a las crisis de nuestro tiempo. Esta importante institución puede y debe hacer más para ayudar al mundo a responder a la pandemia, afrontar los desafíos ambientales y promover una mayor inclusión socioeconómica. Así pues, me siento orgullosa, honrada — y aliviada — de haber sido capaz de contribuir a sus logros en la CM12. Y creo que los resultados que han conseguido aquí sientan las bases para seguir adelante en los próximos meses y años.

Antes de terminar, quiero expresar mi profundo agradecimiento en primer lugar a mi esposo, que está sentado justo aquí. Deseo dar las gracias al Presidente de la CM12, Excmo. Sr. Timur Suleimenov, Jefe Adjunto Primero de Gabinete del Presidente de la República de Kazajstán, que ha guiado nuestros procesos aquí con buen humor, encanto y paciencia.

Para ello ha contado con la inestimable asistencia de los Vicepresidentes: Excmo. Sr. Jerome Walcott, Ministro de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior de Barbados, Excmo. Sr. Don Farrell, Ministro de Comercio y Turismo de Australia, y Excma. Sra. Harriet Ntabazi, Ministra de Estado para el Comercio de Uganda, así como de nuestros incansables Ministros Facilitadores: Excma. Sra. Betty Maina, Secretaria de Estado del Ministerio de Industria y Desarrollo Comercial y Empresarial de Kenya; Excmo. Sr. Damien O'Connor, Ministro de Comercio y Crecimiento de las Exportaciones de Nueva Zelandia; Excma. Sra. Kamina Johnson Smith, Ministra de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior de Jamaica; y Excma. Sra. Keisal Peters, Ministra de Estado responsable de Asuntos Exteriores y Comercio Exterior de San Vicente y las Granadinas.

Quisiera también dar las gracias a Su Excelencia la Sra. Zhanar Aitzhanova, Embajadora de Kazajstán, que ha trabajado casi tres años en esta Conferencia Ministerial y que probablemente no querrá volver a escuchar “CM12” nunca más.

Y permítanme rendir homenaje una vez más al Gobierno de Kazajstán por los años de cooperación y sobre todo por la elegancia con que han sorteado los numerosos obstáculos surgidos en el camino hasta esta semana, en particular el cambio del lugar de celebración de la Conferencia de Nursultán a Ginebra. Quiero también agradecer a las autoridades suizas su apoyo, generosidad y flexibilidad.

Y deseo dar las gracias de nuevo a los Ministros y delegados aquí presentes, y a los Jefes de Estado y de Gobierno y a los funcionarios de las capitales, cuyo papel ha sido muy importante para hacer posibles estos resultados. Señores Embajadores en Ginebra, sé que a veces les digo cosas muy duras, pero quiero que sepan lo mucho que les agradezco los fines de semanas y las noches que han pasado trabajando intensamente.

Y deseo transmitir de nuevo mi agradecimiento a los Presidentes de los grupos de negociación, en especial a Santiago Wills, de Colombia, nuestro Presidente de las negociaciones sobre la pesca; al Presidente del Consejo General, Embajador Didier Chambovey, de Suiza; a su predecesor y Facilitador de la respuesta a la pandemia, Embajador Dacio Castillo, de Honduras; y al Presidente del Consejo de los ADPIC, Embajador Lansana Gberie, de Sierra Leona. Sus esfuerzos increíblemente persistentes han hecho posibles los resultados de hoy. Quiero dar también las gracias a la Presidenta de las negociaciones sobre la agricultura, Embajadora Gloria Abraham Peralta de Costa Rica, sin la cual no estaríamos ahora tan bien posicionados para el trabajo posterior a la CM12.

Y por último, deseo dar las gracias al maravilloso personal de la Secretaría de la OMC, a los Directores Generales Adjuntos y a mi propio equipo. Soy consciente de cuánto han hecho para que esta Conferencia sea un éxito. Y espero que todos podamos dormir un poco este fin de semana.

Señor Presidente, tenemos todavía que ocuparnos de algo. Una de las cosas divertidas de ser Directora General es tener la ocasión de dar golpes de mazo — he visto que a usted se le da bastante bien —.  Así pues, siguiendo la tradición en la OMC, tengo el placer de ofrecerle este mazo ceremonial como muestra de nuestro reconocimiento. Gracias a los esfuerzos hechos por los Miembros esta semana bajo su presidencia, ¡tiene buenos motivos para usarlo!

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