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Decimotercera Conferencia Ministerial
Presidente, Excmo. Sr. Dr. Thani bin Ahmed Al Zeyoudi,
Ministro de Estado para el Comercio Exterior de los Emiratos Árabes Unidos
Vicepresidentes de la CM13,
Presidenta del Consejo General, Excma. Sra. Embajadora Athaliah Molokomme (Botswana)
Excelencias, señoras y señores.

¡Bienvenidos a la Decimotercera Conferencia Ministerial de la OMC!

Es maravilloso estar aquí en los Emiratos Árabes Unidos, y en la región del Golfo, que ha sido durante siglos una encrucijada vital para las mercancías, las personas y las ideas.

Quiero empezar dando las gracias a nuestros anfitriones por su excelente cooperación a lo largo de todos los meses dedicados a la preparación de nuestra reunión aquí en este espectacular lugar. Agradezco su optimismo, su entusiasmo y su disposición a actuar con rapidez.

El Ministro Al Zeyoudi lleva ya meses trabajando intensamente a fin de sentar las bases para que la CM13 sea un éxito, presidiendo las reuniones virtuales de los Ministros y poniéndose personalmente en contacto con todos los Miembros, la última vez en una reunión extraordinaria del Consejo General celebrada en Ginebra no hace ni dos semanas. Les agradezco a él y a la delegación de los EAU en Ginebra, encabezada por el Embajador Jamal Al Musharakh y el Director de la oficina de los EAU ante la OMC, Embajador Abdelsalam Mohamed Al Ali, sus incansables esfuerzos.

Permítanme también dar las gracias a los Ministros de la región del Golfo, que han prestado un gran apoyo, y del Grupo Árabe en su conjunto, por aceptar esta Conferencia Ministerial como algo propio. Cabe esperar que todo ese apoyo nos ayude a lograr resultados significativos aquí.

Me complace decir que iniciamos esta reunión con excelentes noticias. Aquí en la CM13, la OMC da la bienvenida a sus primeros nuevos Miembros en casi ocho años: Timor-Leste y Comoras. Celebramos el arduo trabajo que han realizado, y las beneficiosas pero difíciles reformas que han aplicado a nivel interno. Ambos países son países menos adelantados, y estamos deseando verlos aprovechar los beneficios de su adhesión cuando se conviertan en nuevos Miembros de la OMC. Otros 22 países tratan de seguir sus pasos; muchos están aquí presentes en calidad de observadores, entre ellos un grupo considerable del mundo árabe. Las oportunidades que ven en la pertenencia a la OMC, y su compromiso con el exigente proceso de adhesión, sirven de respuesta a cualquiera que cuestione el valor que aporta la OMC. Con las Comoras y Timor-Leste, el número de Miembros de la OMC se elevará a 166, y esperamos con interés aumentar esa cifra en los próximos años.

Otra buena noticia es que el número de aceptaciones del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca ascenderá a 70 esta semana. Varios Ministros han traído consigo a Abu Dabi sus instrumentos jurídicos, cuyo depósito celebraremos más avanzado el día. La CM13 ha contribuido a impulsar las ratificaciones. Con los 70 Miembros que tendremos esta semana, ya solo nos faltarán 40, de manera que la cuenta atrás para la entrada en vigor ya puede empezar en serio. En cuanto a los Miembros que todavía no han procedido a la ratificación, tengo una lista de ustedes. Ustedes saben quiénes son. Confío en que puedan trabajar con rapidez para ayudarnos a permitir la entrada en vigor para mi cumpleaños, el 13 de junio de este año, fecha en que también hará dos años de la CM12. Cuando lo logremos, será la primera vez que un Acuerdo de la OMC entra en vigor con tanta rapidez. Y sé que lo lograremos.

Excelencias, cuando nos reunimos en Ginebra para la CM12, hace ya casi dos años, el mensaje que les dirigí a ustedes fue directo. En cumplimiento de mi promesa de traer a la OMC un nuevo par de ojos y oídos, les conté lo que veía y lo que oía decir a los dirigentes políticos y empresariales de todo el mundo. A saber, que la OMC tenía que generar resultados, pero había muy pocas expectativas de que los Miembros pudieran llegar a un acuerdo.

Sin embargo, ustedes desafiaron esas expectativas y vencieron los obstáculos. Mostraron liderazgo, invirtieron capital político y salvaron las diferencias. Trabajaron juntos para hacer de la CM12 un éxito rotundo. Los Miembros consiguieron lo que se denominó el milagro del lago Lemán, a saber, 10 resultados multilaterales consensuados con beneficios tangibles para las personas y el planeta, y pusieron en marcha un amplio proceso de reforma institucional. Los Miembros enviaron una poderosa señal de que la OMC puede responder a los desafíos actuales y de que, en un mundo caracterizado por la competencia estratégica, nosotros también podíamos utilizar la cooperación estratégica para perseguir objetivos comunes.

El éxito está cambiando el tono de los comentarios sobre la OMC, tanto en el exterior como en el interior de la Organización. Es cierto que siempre tendremos nuestros opositores y detractores, pero no cabe duda de que los Miembros han demostrado que, cuando se ponen manos a la obra y reúnen la voluntad política necesaria, podemos lograr resultados. Durante las últimas semanas, el ambiente que se ha respirado en los debates preparatorios que hemos mantenido en Ginebra ha sido más constructivo y propicio de lo que lo fue en el período previo a la CM12, y doy las gracias a los Embajadores, Ministros y delegados por ello. Sin embargo, como pueden ustedes ver en los documentos que se les ha enviado, queda todavía una cantidad considerable de trabajo por hacer. Los Ministros tendrán que volver a ponerse manos a la obra para completar la labor que no se concluyó en Ginebra.

Aunque muchos de ustedes facultaron a sus Embajadores para que llegaran a las soluciones de transacción necesarias durante las negociaciones en Ginebra, algunos no lo hicieron, de ahí la importante cantidad de trabajo que les queda por hacer. Por lo tanto, nuestro desafío esta semana es probar que todavía podemos lograr resultados, y demostrar que la CM12 no fue un milagro puntual en el lago Lemán. Tenemos que convertir este mejor ambiente en resultados concretos. Tenemos que mostrar al mundo que la OMC no solo sustenta más de tres cuartas partes del comercio mundial de mercancías, sino que también es un foro en el que los Miembros obtienen nuevos beneficios para los pueblos a través del comercio.

No nos engañemos, nada de eso va a ser fácil. Si pensábamos que la situación mundial era difícil a mediados de 2022, cuando estábamos saliendo lentamente de la pandemia y la guerra en Ucrania había sacudido la seguridad alimentaria y energética, la situación en que nos encontramos hoy es aún más difícil.

Al mirar a nuestro alrededor, vemos incertidumbre e inestabilidad por todas partes. Las tensiones geopolíticas han empeorado. El conflicto se ha extendido, como vemos aquí en Oriente Medio, y — lejos de los titulares — en partes de África y el mundo árabe. No debemos olvidar el conflicto en el Sudán, que ha desplazado a cerca de 8 millones de personas en el interior del país y más allá de las fronteras, ni el conflicto en el este de la República Democrática del Congo. El aumento de los precios de los alimentos, la energía, los abonos y otros productos esenciales sigue pesando sobre el poder adquisitivo de la población, lo que alimenta la frustración política.

Las perturbaciones del transporte marítimo en vías de navegación fundamentales como el mar Rojo y el canal de Panamá constituyen una nueva fuente de demoras y de presiones inflacionistas, y nos recuerdan en tiempo real los riesgos que plantean al comercio y la producción mundiales los problemas de seguridad y la crisis climática.

Las personas de todo el mundo sienten ansiedad por el futuro, y esto se notará en las urnas este año, en el que algo más de 60 países, que albergan casi la mitad de la población mundial, celebran elecciones.

El crecimiento económico ha perdido ritmo, aunque ha sido mejor de lo esperado, en particular en algunas de las principales economías como los Estados Unidos y la India, lo que se ha traducido en un aterrizaje más suave de lo previsto para la economía mundial. Sin embargo, hay lugares que se están quedando a la zaga. El Banco Mundial advierte de que la economía mundial va en camino de registrar sus peores resultados quinquenales en 30 años. En muchos países en desarrollo, el sobreendeudamiento y los elevados costos de financiación siguen lastrando las perspectivas económicas.

La pandemia puso fin a una tendencia que había durado alrededor de 25 años durante los cuales, por primera vez en siglos, los países pobres empezaban a reducir la diferencia de ingresos que los separaba de los ricos. Varios países de África están ya inmersos en un decenio perdido, y corren el peligro de retroceder aún más.

Podemos estar orgullosos de que el propio comercio se haya mostrado resiliente en los últimos años. A pesar de todo lo que hemos pasado, el comercio mundial de bienes y servicios se mantiene en máximos sin precedentes o se acerca a esos máximos. Los mercados internacionales anclados en el sistema mundial de comercio basado en normas han permanecido en general abiertos, lo que ha ayudado a las empresas, los hogares y las economías a adaptarse y ajustarse a una conmoción tras otra.

Pero sería peligrosamente ingenuo dar por sentada la continua resiliencia del comercio.

La desaceleración económica mundial y el aumento de la incertidumbre ya se dejan notar. El crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías en 2023 parece haber sido inferior al 0,8%, tasa que preveíamos en octubre. Y, habida cuenta de todos los riesgos de deterioro, es probable que ese crecimiento sea inferior a la tasa del 3,3% a la que acabo de referirme para este año.

Además, el multilateralismo es objeto de ataques. A pesar del contraataque de la CM12, el sistema multilateral de comercio — que es, a mi juicio, un bien público mundial desde que se creó hace 75 años — sigue entendiéndose erróneamente en algunos círculos y viéndose socavado. La palabra “comercio” ha pasado a ser malsonante en ciertos círculos.

Sin embargo, el comercio sigue siendo fundamental para responder a numerosas prioridades nacionales y mundiales: impulsar el crecimiento, ampliar las oportunidades económicas, cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y resolver los problemas que requieren una acción colectiva, como la protección de nuestro medio ambiente o la preparación para la próxima pandemia.

Sin cooperación en el comercio, avanzaríamos hacia una economía mundial cada vez más fragmentada, y todas esas prioridades serían más difíciles, más costosas y, en algunos casos, imposibles de alcanzar. Las personas se sentirían más decepcionadas, más vulnerables, más frustradas.

A la luz de estas realidades, necesitamos que la OMC se mantenga fuerte ahora que se acerca a su 30º aniversario.

Tenemos que seguir reformando y revitalizando la OMC a fin de que pueda obtener resultados para el comercio en los próximos años: aprovechando todo el potencial de los servicios y el comercio digital, acelerando el comercio en favor de la transición ecológica y fomentando la inclusión socioeconómica.

En la CM12 dimos pasos importantes en la dirección correcta. Hemos proseguido esa labor en Ginebra bajo los auspicios del Consejo General, y hemos avanzado considerablemente en la reforma basada en la acción. Volveré sobre ello en breve, pero quiero dar las gracias a los Embajadores por esos logros. Tenemos que aprovechar esos éxitos aquí en Abu Dabi esta semana. Por esa razón, estoy impaciente por celebrar las sesiones deliberativas que hemos previsto para los Ministros.

Se trata de algo nuevo que vamos a probar por primera vez y que consideramos realmente parte de la reforma de la OMC. Hemos programado dos sesiones deliberativas. La primera trata del comercio y el desarrollo sostenible en todas sus dimensiones: social, ambiental y económica. En lo que respecta a la dimensión económica, serán importantes las cuestiones relativas a la política industrial y el margen de actuación. La segunda sesión trata del comercio y la inclusión. Esas sesiones tienen por objeto proporcionar un espacio para que los Ministros dialoguen acerca de cuestiones que ocupan el centro del debate económico actual, así como de las intersecciones con el futuro de la política comercial. Necesitamos ideas sobre esas cuestiones y formas de hacerlas avanzar aun cuando no figuren en el orden del día oficial. Hemos planteado preguntas a los Ministros para facilitar la celebración de debates constructivos. Esas sesiones son de carácter experimental, y espero que vayan bien para que podamos repetirlas en el futuro.

Permítanme referirme ahora a algunas otras cuestiones que tienen ante ustedes sobre la mesa.

En la CM12, los Miembros concluyeron el primer Acuerdo de la OMC en el que la sostenibilidad ambiental ocupa un lugar central. Con el Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca se cumplió el mandato contenido en la meta 14.6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se contribuyó a varios otros, como los de la meta 14.4 (hacer que la pesca sea sostenible) y la meta 14.2 (restaurar los ecosistemas marinos). Esta semana los Ministros podrán terminar el trabajo cerrando algunas cuestiones pendientes relativas a las subvenciones perjudiciales que contribuyen a la sobrecapacidad y la sobrepesca.

Vamos por muy buen camino en lo que respecta a la entrada en vigor de la primera parte del Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca. La finalización de la segunda parte y su rápida entrada en vigor colocarían realmente a los Miembros de la OMC en el primer plano de la acción en pro de la sostenibilidad de nuestros océanos y salvaguardarían los medios de subsistencia de los 260 millones de personas que dependen de esos océanos.

Me gustaría ahora dedicar un momento a expresar mi gratitud al Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, a Pew Charitable Trusts, a la coalición Stop Funding Overfishing, a Friends of Ocean Action y a otros grupos de la sociedad civil por la labor analítica que han realizado para ayudarnos a entender lo que está en juego, y por habernos puesto contra las cuerdas con la defensa de su causa.

La eliminación de las subvenciones a la pesca perjudiciales, cuyo valor se estima en 22.000 millones de dólares anuales, permitiría liberar recursos que los otorgantes de subvenciones podrían reorientar, bien para ayudar a la población a nivel interno o para ayudar al resto del mundo, por ejemplo proporcionando financiación verde a los países pobres, o ayuda para cubrir pérdidas y daños relacionados con el clima.

Pasemos ahora a la agricultura. Según la FAO, cerca del 10% de la población mundial está subalimentada: 735 millones de personas en 2022, cifra superior en 120 millones a la de antes de la pandemia. El comercio ha contribuido a hacer bajar los precios mundiales de los alimentos, que habían alcanzado máximos sin precedentes, aunque los hogares pobres siguen tropezando con dificultades para acceder a los alimentos en un contexto de elevada inflación interna. Las decisiones que adoptamos en la CM12 están marcando una diferencia: el Programa Mundial de Alimentos nos ha indicado que la exención de las restricciones a la exportación que aprobaron los Miembros le ha facilitado la compra de alimentos y su distribución entre aquellos que los necesitan. Pero, como ustedes saben, en la CM12 no pudimos lograr un resultado sobre la actualización de la normativa en materia de agricultura. Dada la importancia central de la cuestión, les ruego que esta semana, en la CM13, obtengan un resultado sobre la agricultura, aunque sea establecer la plataforma para realizar una labor mejor o más sólida en el futuro.

El desarrollo ocupa un lugar central en todo lo que hacemos en la OMC. No obstante, los países en desarrollo han presentado algunas demandas específicas. Los PMA llevan algunos años trabajando en la forma de facilitar la transición de los Miembros que dejan de tener esa condición, incluido el período de transición durante el cual sigan pudiendo acceder al trato especial y diferenciado a disposición de los PMA. Tengo buenas noticias para ustedes: se ha llegado a un acuerdo sobre algunas de las demandas de los PMA que esperamos que los Ministros puedan aprobar en una decisión ministerial, y se sigue trabajando en otros aspectos. El G90 también ha formulado peticiones de que se examine el trato especial y diferenciado previsto en algunas propuestas relativas a acuerdos específicos, como el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) y el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF), que deberán sin duda ser objeto de cierto debate por los Ministros a fin de determinar el camino a seguir para fortalecer la labor que se realiza en el Comité de Comercio y Desarrollo en Sesión Extraordinaria en conjunción con los Comités MSF y OTC en relación con esas cuestiones.

Sabemos que el comercio digital es la tendencia del futuro. Durante años se ha prorrogado la moratoria sobre el comercio electrónico, aportando así cierta previsibilidad a la economía digital mundial, que crea en la actualidad millones de puestos de trabajo, especialmente para los jóvenes y las mujeres de todo el mundo. Al mismo tiempo, algunos Miembros han cuestionado el valor de la moratoria y han señalado la repercusión que tiene en los ingresos públicos y la ventaja que proporciona a las grandes empresas tecnológicas para consolidar su poder. Actualmente se dispone de numerosos trabajos basados en pruebas y esperamos que puedan ser de utilidad a los Ministros y les permitan adoptar la decisión correcta.

Me referiré ahora al tema que probablemente han estado ustedes esperando con la respiración contenida: la reforma. Permítanme en primer lugar destacar los importantes progresos ya realizados en lo que los delegados denominan la “reforma basada en la acción”. Los Miembros ya han sacado adelante más de 100 medidas de pequeña escala, como la creación de herramientas digitales para favorecer la transparencia y la mejora de las bases de datos, que contribuyen a aumentar la eficiencia y eficacia de la labor realizada en los consejos, comités y órganos de negociación de la OMC, y a facilitar la participación de los Miembros, en particular de las delegaciones pequeñas. Los altos funcionarios reconocieron la importancia de esas reformas cuando se reunieron en Ginebra el pasado mes de octubre.

En lo concerniente a la cuestión prioritaria de la reforma de la solución de diferencias, los Embajadores han tenido en cuenta la instrucción dada por los Ministros de trabajar con miras a lograr un sistema plenamente operativo y que funcione debidamente, accesible a todos los Miembros, para 2024. Los Ministros van a examinar una importante Decisión Ministerial a este respecto. Se ha realizado una labor considerable y se han hecho progresos en el marco de un proceso informal hábilmente dirigido por el antiguo Representante Permanente Adjunto de Guatemala, Marco Molina, que ha elaborado un proyecto de texto refundido. Varios Miembros también han presentado críticas de este y de sus propios documentos. Pero todavía no hemos llegado a la meta. Quiero dar las gracias a los Estados Unidos y también a todos los Miembros, y a Marco Molina en particular por los progresos realizados. Dicho esto, hay algunos Miembros que desean formalizar el proceso en el marco del Órgano de Solución de Diferencias después de la CM13, en tanto que otros Miembros, especialmente las pequeñas economías y los PMA, han manifestado su deseo de encontrar formas de participar más plenamente en la labor futura. Espero que los Ministros reconozcan los progresos realizados gracias a las diversas contribuciones y encomienden a sus equipos en Ginebra que aceleren los debates, aprovechen esos progresos y trabajen sobre las cuestiones pendientes, incluidas las relativas al examen por homólogos y la accesibilidad, con el fin de lograr la convergencia y cumplir el mandato de la CM12. La reforma de la solución de diferencias es también un mandato esencial para una Organización multilateral que establece y hace cumplir las normas mundiales que regulan el comercio.

Al mismo tiempo, quiero destacar, Excelencias, que los Miembros siguen recurriendo al sistema de solución de diferencias para resolver sus diferencias, a veces de forma muy creativa. A nivel de los grupos especiales, la actividad es bastante intensa, pues hay 12 grupos especiales trabajando en diferencias comerciales y nueve consultas bilaterales en curso entre Miembros. Recientemente se han resuelto a nivel bilateral en la OMC ocho diferencias, y otras siete están en proceso de resolución. Siempre ha habido en la OMC mecanismos alternativos para resolver las diferencias, pero actualmente los Miembros recurren más a ellos, en particular a través del artículo 25, relativo al arbitraje, y del procedimiento arbitral multipartito de apelación provisional. Estos importantes instrumentos aseguran el cumplimiento de las normas de la OMC.

En un mundo en rápida evolución, es necesario que la OMC, en el marco de su reforma, trabaje con múltiples instrumentos. Los instrumentos multilaterales siguen siendo la regla de oro, pero la OMC también tiene una orgullosa tradición en lo que se refiere a la conclusión de acuerdos plurilaterales. Entre ellos figuran el Acuerdo sobre Tecnología de la Información, que ha permitido eliminar los aranceles sobre el comercio anual de productos de los que depende la economía digital, comercio cuyo valor asciende a 3 billones de dólares aproximadamente, el Acuerdo sobre Contratación Pública, y ahora el Acuerdo sobre la Reglamentación Nacional en el ámbito de los Servicios. Doy las gracias a la India, Sudáfrica y la UE por negociar un enfoque que permitió llevar adelante el Acuerdo sobre la Reglamentación Nacional en el ámbito de los Servicios, allanando así el camino para facilitar el acceso de los proveedores de servicios de todos los Miembros de la OMC a los Miembros y economías de la OMC participantes. Los Ministros tienen aquí la oportunidad de avanzar en lo que concierne al Acuerdo sobre Facilitación de las Inversiones para el Desarrollo, de carácter plurilateral, que ha sido negociado por 126 Miembros, la gran mayoría de ellos, 90 de hecho, países en desarrollo y menos adelantados que esperan utilizar el Acuerdo para atraer la tan necesaria inversión nacional y extranjera.

Antes de concluir, Excelencias, permítanme decir unas palabras sobre lo que la propia Secretaría ha venido haciendo para apoyar a los Miembros en las cuestiones con las que están lidiando. A fin de preservar nuestro sistema multilateral de comercio, la Secretaría ha realizado una labor de vanguardia para estimar los costos de la fragmentación de la economía mundial y esos costos son significativos, lo que indica la necesidad de trabajar arduamente para mantener el sistema que tenemos. Además, en un mundo en el que el futuro del comercio reside en los servicios, lo digital y lo ecológico, la Secretaría ha llevado a cabo una labor innovadora sobre cuestiones que abarcan desde la medición del comercio de servicios prestados digitalmente hasta opciones encaminadas a reducir al mínimo las fricciones comerciales asociadas a la tarificación del carbono y fomentar la convergencia en lo que respecta a las normas sobre el carbono aplicables al acero. Apoyamos a los EAU en la organización de un “día del comercio” en la CP28, en el que presentamos 10 opciones de política comercial que los Miembros podrían aprovechar para amplificar la repercusión de la acción por el clima. Y, puesto que el comercio también tiene que ser más inclusivo en el futuro, estamos trabajando desde la perspectiva de la oferta para ampliar el acceso de las personas y los lugares que han quedado rezagados a causa de la globalización a las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales. En el marco de nuestra labor, abogamos por la descentralización y la diversificación de las cadenas de suministro mundiales para que incluyan a los países y regiones en desarrollo que se quedaron atrás en la primera ola de globalización. Es un concepto que denominamos reglobalización y que ayudará al mundo a crear resiliencia en las cadenas de suministro, fomentando al mismo tiempo la inclusión. Otros ejemplos de trabajos encaminados a fomentar la inclusión es nuestra asociación con el Banco Mundial para salvar la brecha digital en ocho países piloto de África, con la Corporación Financiera Internacional para conocer y subsanar las lagunas en la financiación del comercio, y con el Centro de Comercio Internacional para crear un fondo de 50 millones de dólares destinado a apoyar a las mujeres exportadoras en la economía digital. Queremos dar las gracias a nuestro país anfitrión, los EAU, y a los países del Golfo por la excelente puesta en marcha de este fondo ayer con una contribución inicial de los EAU de 5 millones de dólares y otras en perspectiva que se recibirán en breve. La Secretaría también está trabajando por primera vez en la elaboración de una visión y una estrategia para orientar su labor hasta 2030, y debe disponer de las herramientas apropiadas para ayudar a los Miembros a abordar las cuestiones del siglo XXI. A este respecto, quiero expresar mi gratitud a los Miembros por haber aprobado un pequeño aumento del presupuesto para la Secretaría después de 12 años de crecimiento nominal nulo. Muchas gracias. Ese aumento ha levantado la moral del personal.

Excelencias, permítanme concluir refiriéndome de nuevo al programa de posibles resultados que he descrito antes. ¿Podemos conseguir todos esos resultados o parte de ellos? La respuesta es afirmativa. Pero necesitaremos algo que he mencionado antes: liderazgo. Liderazgo significa que a veces se tienen que hacer transacciones con respecto a lo que se desea, a fin de que otros puedan lograr lo que desean. Necesitaremos liderazgo por parte de todos los Miembros, grandes y pequeños, desarrollados y en desarrollo, para tener éxito aquí en Abu Dabi.

No estoy diciendo ni por un momento que ningún Miembro deje de lado sus intereses nacionales. Los que estoy pidiendo es que los Miembros defiendan esos intereses con la flexibilidad necesaria para que podamos obtener resultados importantes, de modo que partamos de Abu Dabi orgullosos de tener una OMC más fuerte, capaz de hacer frente al futuro y lograr resultados para todos los Miembros, todos los pueblos y el planeta.

Al final de la Conferencia de Bretton Woods, celebrada en 1944, el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Henry Morgenthau, dijo, y cito textualmente: “Reconocemos que la manera más juiciosa y eficaz de proteger nuestros intereses nacionales es a través de la cooperación internacional, es decir, a través del esfuerzo concertado para alcanzar objetivos comunes”. Añadió que “la gran enseñanza extraída de la guerra es que los pueblos de la tierra están inseparablemente vinculados entre sí por una profunda comunidad de propósito subyacente”.

Esa es una enseñanza que no debemos perder de vista. Excelencias, queridos amigos, ¡pongámonos manos a la obra!

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