DISCURSOS — DG NGOZI OKONJO-IWEALA

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Deseo aprovechar esta oportunidad para expresar una vez más mi pesar a aquellos de nuestros Miembros cuyos países experimentan en este momento un incremento de los casos de COVID-19 — la India, el Brasil, Nepal, Sri Lanka y otros — y también me gustaría dar las gracias a aquellos otros que han tratado de prestar ayuda a estos países en dificultades, demostrando la solidaridad que tratamos de promover entre nuestros Miembros. De hecho, esta situación pone de manifiesto que todos estamos en el mismo barco. Considero que la manera en que la OMC gestione este asunto resultará crucial. Debemos abordar con carácter urgente nuestra respuesta a la COVID-19, porque el mundo nos está observando. La cuestión del acceso equitativo a las vacunas, los medios de diagnóstico y los tratamientos constituyen el desafío moral y económico que define nuestro tiempo.

Las políticas relativas a las vacunas son políticas económicas, porque la recuperación económica mundial no será viable si no encontramos una forma de lograr el acceso equitativo a las vacunas, los medios de diagnóstico y los tratamientos. Me gustaría señalar que los Miembros de la OMC deben actuar en cuatro frentes. Debemos adoptar un enfoque sano, como han señalado algunos Miembros.

En primer lugar, los Miembros deberían compartir sus vacunas; los que han encargado más de las que realmente necesitan deberían compartirlas con el resto, ya sea a través del mecanismo COVAX o de otros mecanismos. Los que disponen de materias primas deberían permitir que circulasen a través de las cadenas de suministro para que todos los que tienen capacidad de fabricación puedan sacar partido de ello. También deberíamos velar por contar con trabajadores cualificados que puedan contribuir a la fabricación de estos productos.

En segundo lugar, debemos examinar la cuestión de las restricciones y prohibiciones a la exportación y de los procedimientos burocráticos y aduaneros que pueden afectar a la movilidad de las cadenas de suministro para la fabricación de productos destinados a la lucha contra la COVID‑19. Los fabricantes que intervinieron en el evento del 14 de abril, que ha sido evocado por un gran número de Miembros, dejaron claro que debemos ser conscientes de la necesidad de permitir el funcionamiento de las cadenas de suministro. En caso contrario, no estaremos en disposición de satisfacer las necesidades de producción, con independencia de la capacidad que tengamos. Tengo el placer de anunciar que el número de restricciones o prohibiciones a la exportación ha descendido de 109 a 51, pero debemos seguir esforzándonos por reducir esta cifra.

En tercer lugar, debemos colaborar con los fabricantes para permitirles movilizar la capacidad disponible que no está siendo utilizada para la fabricación. Países como el Pakistán, Bangladesh, la India, Sudáfrica, Indonesia y el Senegal, entre otros, han señalado que existe suficiente capacidad como para que, en unos meses, consigamos fabricar los tipos de dosis que podríamos necesitar para pasar de los 5.000 millones de dosis que se producen hoy en día en el mundo a los 10.800 millones previstos para este año, y después a 15.000 millones, sobre todo si se necesitan dosis de refuerzo.

Por lo tanto, debemos actuar cuanto antes para movilizar inmediatamente la capacidad de fabricación que no se está utilizando e invertir en capacidad de fabricación adicional para el futuro. También debemos reflexionar no solo sobre cómo gestionar esta pandemia, sino sobre el papel que va a realizar la OMC para responder a las necesidades de nuestros Miembros en una futura pandemia o incluso en caso de que esta continúe. Países como Rusia, China, el Brasil y Cuba, que están desarrollando vacunas o que ya están compartiendo sus vacunas con otros países, deberían estudiar formas de incrementar el suministro, de modo que podamos aumentar el volumen de vacunas a nivel mundial. Aquellos que necesitan obtener la autorización de uso de emergencia de la OMS para permitir el acceso a sus vacunas, deberían proceder a solicitarla.

Me complace escuchar que los proponentes de la exención del Acuerdo sobre los ADPIC están elaborando un texto revisado. Creo que nos corresponde actuar rápidamente para que se presente esta versión revisada, pero también para iniciar las negociaciones tomando dicho texto como base. Estoy firmemente convencida de que, cuando tengamos el texto frente a nosotros, encontraremos una solución pragmática que nos permita avanzar, que resulte aceptable para todas las partes y que sirva para dar a nuestros países en desarrollo Miembros el tipo de respuestas que esperan en lo que respecta a las vacunas, sin perder de vista la investigación y la innovación y las medidas destinadas a protegerlas. Solo necesitamos tener la voluntad de hacerlo. Está muriendo demasiada gente, como han señalado ya numerosos Miembros en reiteradas ocasiones, apoyándose en cifras. Debemos abordar esta cuestión de forma global y con carácter urgente. Por nuestra parte, estamos dando seguimiento al taller que organizamos con el objetivo de establecer un diálogo con los fabricantes para determinar cómo podemos acelerar nuestra colaboración con ellos. También estamos en proceso de adherirnos al Grupo de Trabajo de los fabricantes de vacunas establecido por la CEPI, Gavi y la OMS.

Deseo darles las gracias a todos. Agradezco sus esfuerzos por lograr que avancemos hacia una solución para esta situación.

 

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