WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

Sesión plenaria de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas


> Discursos: Pascal Lamy

  

Excelentísimo Sr. Presidente,

Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno, señoras y señores:

“Querer es poder”, dice un dicho muy conocido.

Fue esa la determinación que hace 10 años unió a los dirigentes políticos del mundo entero en su compromiso de erradicar la pobreza en el mundo.

Los trabajos de la Asamblea General, que comienzan esta mañana, tienen por fin hacer un balance de la etapa a la que hemos llegado, evaluando rigurosamente tanto los adelantos logrados como los problemas que siguen obstaculizando nuestros esfuerzos.

Este momento, en que parece que estamos superando la crisis - una crisis económica sin precedentes tanto por su magnitud como por su alcance mundial - es el momento propicio para plantearse la cuestión de cómo ha contribuido la Organización Mundial del Comercio a la realización de los Objetivos del Milenio.

Me refiero, en particular, al objetivo 8 que es fomentar una alianza mundial para el desarrollo.

Como indica ese objetivo, “un sistema comercial abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio” puede ser un poderoso motor para el crecimiento económico y el desarrollo. La misión primordial de la Organización Mundial del Comercio es reglamentar los intercambios comerciales internacionales, reducir los obstáculos al comercio y lograr condiciones de igualdad para todos sus Miembros, sean grandes o pequeños, ricos o pobres. Esa misión está perfectamente encuadrada en el marco de dicho objetivo. Su propósito es crear un entorno comercial internacional favorable que promueva el desarrollo.

Las ventajas de la apertura del comercio son bien conocidas. Se manifiestan en la estructura del crecimiento de los países que han abierto sus fronteras al comercio y se ponen de relieve aún más cuando, junto con la apertura del comercio, se han adoptado políticas internas adecuadas en materia de inversiones, capacitación o formación y protección social.

Querría mencionar sólo dos ejemplos de resultados:

  • En primer lugar, las regiones donde han sido más notables los progresos en la lucha contra la pobreza son las que comercian más activamente. Hay una correlación directa entre la integración en el sistema multilateral de comercio y el crecimiento económico, así como entre el crecimiento y la reducción de la pobreza.

  • En segundo lugar, el sistema multilateral de comercio ha servido de muro de contención contra las peores tendencias proteccionistas durante la crisis. El sistema de vigilancia que hemos establecido ha contribuido hasta ahora a evitar la adopción generalizada de medidas comerciales restrictivas que habrían perjudicado ante todo a los países más pobres.

Precisamente porque sigue abierto, el comercio internacional puede desempeñar actualmente un papel fundamental en el proceso de recuperación económica. Según nuestras estimaciones más recientes, el volumen del comercio debería registrar este año un aumento del 13,5 por ciento: el correspondiente a los países desarrollados sería del 11 por ciento y el de los países en desarrollo, del 17 por ciento. Las disciplinas de la OMC han proporcionado a los países más pobres los medios de superar la crisis más rápidamente.

No obstante, aunque la contribución del sistema multilateral a la reducción de la pobreza ha sido positiva, podemos y debemos redoblar nuestros esfuerzos.

Ante todo, en lo que concierne a la reglamentación, deberíamos lograr la rápida conclusión de la Ronda de Doha para el Desarrollo.

La conclusión de la Ronda de Doha, además de generar nuevas posibilidades de crecimiento, fortalecerá la alianza mundial encaminada a poner la apertura del comercio al servicio del desarrollo y permitirá aprovechar así 60 años de multilateralismo para promover la paz.

En estos momentos en que se llevan a cabo los preparativos para la cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados, que se celebrará el año próximo en Turquía, debemos recordar que la conclusión de la Ronda de Doha nos permitirá también cumplir nuestros compromisos con los paises más pobres. Debemos cumplir nuestras promesas, por ejemplo, proporcionándoles acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes, o resolviendo la cuestión de las subvenciones al algodón.

Esto podrá lograrse mediante una mejor reglamentación, pero también dando a los países en desarrollo que más lo necesitan los medios necesarios para desarrollar su capacidad de participar en los intercambios comerciales a nivel internacional. Es decir, manteniendo nuestros esfuerzos en Ayuda para el Comercio. Al ayudar a los países pobres a desarrollar su capacidad de producción y a participar en el comercio internacional permitiremos que avancen mañana más rápidamente por el camino del crecimiento.

Desde 2005, la Ayuda para el Comercio ha aumentado constantemente, sin que resulten afectados los compromisos internacionales en otros sectores como la salud, la educación y el agua. La crisis no debe apartarnos de nuestro objetivo. En julio próximo, cuando se realice el tercer Examen Global de la Ayuda para el Comercio en la OMC, nos dedicaremos a evaluar con más precisión el impacto que esta ayuda sobre el desarrollo con el fin de demostrar su importancia y su pertinencia.

Señoras y señores:

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio pueden contribuir al logro de un auténtico desarrollo si se alcanzan de manera simultánea. La OMC puede y debe hacer su parte mediante la conclusión satisfactoria de la Ronda de Doha y asegurando que la Ayuda para el Comercio se mantenga a sus niveles actuales.

“Buen alumno. Puede mejorar”. Esta es la apreciación que les sugerimos que atribuyan a la OMC al las examinar las contribuciones al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Muchas gracias.

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