WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY


> Discursos: Pascal Lamy

  

Excelentísimos miembros del Gobierno,

Distinguidos invitados,

Señoras y señores:

Es una gran satisfacción para mí reunirme hoy con ustedes en la Universidad CHEIKH ANTA DIOP para inaugurar oficialmente la Cátedra OMC concedida a la Universidad y compartir además, a pocos días de la próxima Cumbre del G-20 y de la reunión de los Ministros de comercio de África, algunas reflexiones acerca de la gobernanza económica mundial en un período de grandes turbulencias económicas y sobre los últimos acontecimientos relativos a las actuales negociaciones de la Ronda de Doha.

Sus Excelencias, señoras y señores,

El Programa de Cátedras OMC fue ideado en 2008 y se puso en marcha a principios de 2009, en un momento en que la economía mundial debía afrontar una tremenda crisis sin precedentes.

La crisis mundial desatada en el último trimestre de 2008 ha tenido consecuencias importantes para el continente africano. Ha frenado la notable recuperación del crecimiento que había permitido retomar la senda del desarrollo y de la estabilidad desde mediados de los años noventa. África ha sido una de las regiones más afectadas por la crisis mundial y el crecimiento ha vuelto a sufrir una acusada caída. La desaceleración del crecimiento mundial, el descenso de los precios de la mayor parte de los productos básicos y la contracción del crédito han deteriorado las perspectivas económicas del África Subsahariana.

Sin embargo, pese a las fuertes turbulencias de la crisis, África ha vuelto a transitar el camino del desarrollo y del crecimiento. De hecho, se estima que el crecimiento podría ascender al 4,7 por ciento en 2010 y a alrededor del 6 por ciento en 2011.

Esta recuperación se puede atribuir a varios factores. En primer lugar, hay que señalar el papel de las políticas anticíclicas y de reactivación que aplicaron numerosos países africanos para hacer frente al impacto de la crisis mundial.También hay otros factores que explican la recuperación del crecimiento, como la integración débil de los bancos en la globalización financiera, que los mantuvo inmunes al contagio de las turbulencias de la crisis financiera internacional. Además, se debe añadir a estos factores explicativos el restablecimiento del comercio internacional que, tras una abrupta caída del 12 por ciento en 2009, alcanzará en 2010 un aumento del 13,5 por ciento, lo que se traducirá en una mayor demanda de las exportaciones africanas.

¿Pero es suficiente esta recuperación? ¿Qué deberíamos hacer para retomar la senda de un crecimiento fuerte y del desarrollo en África y en las regiones en desarrollo?  Permítanme que mencione tres grandes retos que el continente africano debe superar en este marco.

El primero es de carácter nacional y se refiere a la aceleración del proceso de diversificación de las economías y su transformación estructural a fin de acabar con la dependencia de los productos agrocomerciales y de vincular el crecimiento africano a los sectores dinámicos de mayor valor añadido.

El segundo reto es de carácter regional. Está relacionado con el fortalecimiento de la cooperación regional, que ofrece perspectivas de crecimiento importantes para el continente. A ese nivel, relanzar los programas de inversión en infraestructuras regionales constituiría sin lugar a dudas un gran logro. La iniciativa de Ayuda para el Comercio que hemos puesto en marcha es un factor relevante en ese aspecto y las instituciones regionales, como el Banco Africano de Desarrollo, la Unión Africana, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África o la Comisión Económica de Países del África Occidental, por mencionar sólo algunas, son también actores importantes. Por mi parte, seguiré trabajando para promover las medidas destinadas a mejorar la competitividad de los países desfavorecidos a causa de su débil capacidad comercial.

El último reto se refiere a la cuestión del acceso a los mercados internacionales, que podría apoyar el proceso de diversificación de las economías africanas. Una de las claves en ese sentido es la Ronda de Doha para el Desarrollo de la OMC. La crisis financiera internacional nos recuerda la necesidad de ayudar a los países más pobres y a los países sin litoral a fortalecer sus vínculos con los mercados internacionales y regionales. El corolario de este proceso consiste en determinar las modalidades operativas a fin de aprovechar mejor el comercio para que sirva a los intereses de los países en desarrollo. Como se dijo hace un mes en Nueva York, el fortalecimiento del comercio constituye indudablemente una de las vías para revitalizar el desarrollo del continente con vistas a alcanzar los Objetivos del Milenio.

Esta Ronda de negociación se inició en 2001 en Doha y ha puesto en el centro de sus preocupaciones los intereses del mundo en desarrollo y de África. Por esta razón, los países africanos han participado intensamente en las negociaciones y han hecho sentir su influencia en ellas. El objetivo de África es reducir los obstáculos al comercio internacional que subsisten en las diferentes esferas de las negociaciones, como el acceso a los mercados para los productos agrícolas y no agrícolas, los servicios o la facilitación del comercio. El próximo lunes, en Kigali, tendré la oportunidad de conversar con los Ministros de comercio de la Unión Africana sobre las últimas novedades acerca de la Ronda y recordar la importancia que su conclusión tiene para África.

Sus Excelencias, señoras y señores,

Desde el advenimiento de la crisis, el sistema multilateral de comercio ha demostrado su utilidad como garantía mundial frente a las presiones proteccionistas. Precisamente porque ha mantenido su carácter abierto, el comercio internacional ha funcionado como antídoto contra la crisis y como acelerador de la recuperación económica.

La OMC ha desempeñado su función de vigilancia para evitar que la crisis actual, caldo de cultivo para los sentimientos de egoísmo nacional y su intensificación, se convierta en una ocasión para aplicar prácticas comerciales proteccionistas que, en caso de generalizarse, tendrían consecuencias devastadoras para la economía mundial.

En la actualidad, la economía mundial afronta un nuevo riesgo vinculado a presiones monetarias. La falta de cooperación puede debilitar la recuperación impulsada por el comercio. Un sistema financiero estable y un sistema de comercio estable son bienes públicos, es decir, bienes cuyo uso no crea rivalidad entre ellos ni los hace mutuamente excluyentes. A pocos días de la Cumbre del G-20 que se celebrará en Seúl, he querido comunicarles esta inquietud porque creo que las presiones no deben menoscabar nuestros esfuerzos colectivos.

Como han demostrado la crisis actual y las recientes perturbaciones monetarias, ahora es necesario reforzar la cooperación y la coordinación y convertirlas en un elemento esencial de la nueva gobernanza mundial.

La apertura del comercio, respaldada por políticas nacionales adecuadas y condiciones externas propicias, puede desempeñar un papel fundamental en la búsqueda de un desarrollo económico duradero. El Senegal es un buen ejemplo de un país que ha sabido poner el comercio al servicio de su desarrollo. Ha mantenido su política de apertura comercial mediante la promoción constante de un entorno favorable al comercio y a las inversiones, y un apoyo decidido a las negociaciones de la Ronda de Doha. Además, en los círculos académicos hay una aceptación amplia de la idea de que, para que el comercio sea un "combustible para el crecimiento" y mitigue la pobreza, es necesario integrarlo y fortalecerlo para alcanzar los objetivos del desarrollo y de las políticas nacionales. En la OMC trabajamos en esa dirección, lo que constituye una de nuestras contribuciones a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Permítanme ahora tratar con más detenimiento el asunto que hoy nos convoca, es decir, la importancia de la asistencia técnica y de las actividades de formación relacionadas con el desarrollo del sistema multilateral de comercio, que ha llevado a la OMC a fortalecer su labor en estos ámbitos.

Con ese propósito, hemos decidido prestar especial atención a la cooperación con las universidades, con miras a afianzar los recursos técnicos de instituciones de enseñanza superior en los países en desarrollo y los PMA.

Con la misma intención, la Secretaría de la OMC creó también en 2009 un premio para artículos científicos que tiene como objetivo promover la investigación de alto nivel sobre la OMC y las cuestiones relacionadas con la OMC entre los economistas jóvenes. Aprovecho la ocasión que tengo hoy de dirigirles estas palabras para animar a los numerosos estudiantes aquí presentes a participar en este programa y presentar el fruto de sus investigaciones, tanto teóricas como empíricas.

Consciente de esta situación y de la enorme influencia de la comunidad académica en el fortalecimiento de la capacidad comercial, la Secretaría de la OMC puso en marcha en enero de 2009 el Programa de Cátedras OMC. Este Programa se propone mejorar el conocimiento y la comprensión del sistema de comercio entre los universitarios, al público en general y los encargados de la formulación de políticas de los países en desarrollo. También busca fomentar la formación, la investigación y los debates públicos sobre el comercio internacional, así como promover la cooperación entre las instituciones de enseñanza superior y de investigación.

En África, han sido seleccionadas cinco universidades: la Universidad Mohammed V, de Marruecos, la Universidad de Nairobi, en Kenya, la Universidad de Mauricio, la de Namibia y, finalmente, la Universidad Cheik Anta Diop de Dakar, tribuna del saber en África Occidental.

Sus Excelencias, señoras y señores,

Hoy tengo la enorme satisfacción de reunirme con ustedes para inaugurar la Cátedra OMC en la Universidad Cheik Anta Diop.

Al llegar a Dakar, he visto que el lema de la UCAD es Lux mea Lex (la luz es mi ley). Hago votos para que esa luz que emana de la UCAD siga brillando y que la UCAD, cual faro que orienta a los navíos en medio del océano en pleno temporal, siga siendo un centro académico de primera línea en el Senegal y en África.

Por último, quisiera expresar mis más sinceras felicitaciones al Rector de la Universidad, Profesor Saliou NDIAYE, y al titular de la Cátedra, Profesor Aly MBAYE, y darles las gracias por su apoyo a este Programa.

Sus Excelencias, señoras y señores,

Tengan la certeza de que contarán con todo el respaldo de la OMC para acompañarlos en la consecución de los ambiciosos objetivos de la Cátedra. Deseo el mayor de los éxitos a la Cátedra OMC del Senegal, que acoge esta prestigiosa universidad que es la UCAD, y les agradezco su amable atención.

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