WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

> Conferencia Parlamentaria sobre la OMC
> Discursos: Pascal Lamy

  

Señoras y señores:  ante todo, y muy efusivamente:  gracias.  Gracias por organizar esta conferencia en el ámbito de la OMC.  Es un honor y un aliciente para las credenciales democráticas de nuestra Organización.

Debo decir que me ha impresionado el programa de la conferencia.  Han examinado ustedes un conjunto de variados problemas, como la creciente ola de acuerdos comerciales bilaterales y regionales, el nuevo equilibrio de las normas del sistema comercial en favor de las poblaciones pobres, y la cuestión del desarrollo sostenible.  Hoy habrán de abordar también el tema tan fascinante de la gestión de la política económica en una era de comunicaciones en masa.  Nada tiene de sorprendente que los temas y los mensajes de esta conferencia discurran siguiendo los mismos lineamientos de lo que nos dicen nuestros Miembros.

Mis colaboradores han seguido detenidamente las deliberaciones de la conferencia.  Toda la OMC puede extraer provecho de la peculiarísima perspectiva que ustedes -los parlamentarios del mundo- pueden dar a esos diversos temas.  Los puntos de vista y las contribuciones de ustedes permiten a los Miembros de la OMC, y de igual modo a nuestra Secretaría, comprender mejor las necesidades y las aspiraciones de los pueblos y rectificar, o incluso sustituir, el curso que sigue la OMC si fuera preciso.

Las observaciones que quiero dirigirles hoy no serán extensas.  Lo que desearía asegurar es que tengan ustedes conciencia cabal del momento decisivo en que hoy se encuentra la OMC.  El Programa de Doha para el Desarrollo, que se puso en marcha en 2001, está entrando ahora en una etapa decisiva:  lo que algunos han llegado a calificar como “la última ventana de oportunidad”.

La Ronda de Doha comprende muchos tópicos diferentes, como ya lo saben ustedes.  Mientras que algunos se relacionan con la apertura de mercados, o sea con reducciones de aranceles y subvenciones referentes a productos agropecuarios e industriales, y con una mayor apertura del comercio de servicios, muchos otros temas se refieren más a cuestiones normativas.  Tienen que ver con el mejoramiento del sistema basado en normas en que se desarrolla el comercio internacional, colocando en su núcleo el objetivo del desarrollo.  Incluyen temas tales como la disminución de las subvenciones a la pesca que contribuyen a la captura excesiva, la relación entre las normas de la OMC y los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente, las disciplinas aplicables a las subvenciones que causan distorsión del comercio o la reducción de las trabas burocráticas que frenan el comercio internacional, lo que se conoce como facilitación del comercio, para limitarme a mencionar unos pocos temas.

Señoras y señores:  el “componente normativo” de la Ronda de Doha es de tanto valor como sus elementos de “acceso a los mercados”;  y no debe menospreciarse aunque figure menos en los titulares de los medios de comunicación.  Son las normas del sistema multilateral de comercio lo que impide el reinado de la ley de la selva en las relaciones comerciales internacionales.  Si examinan ustedes las diferencias promovidas en la OMC para su solución, comprobarán que muchas de ellas, si no la mayoría, han tenido que ver con las “normas” del comercio, y no con violaciones de compromisos sobre aranceles o subvenciones.  Digo esto para que puedan ustedes apreciar en todo su valor la trascendencia de la Ronda de Doha.

Los negociadores han logrado abrirse camino a lo largo de los años respecto de muchos de los problemas más intrincados de esta negociación.  Aunque esos problemas siguen a veces las líneas de la divisoria Norte-Sur, muy a menudo atraviesan también líneas Norte-Norte, e incluso Sur-Sur.  Algunos de los problemas más complejos que quedan por resolver, de los que habrán oído hablar ustedes, son la definición del conjunto exacto de disciplinas que ha de regir en materia de subvenciones a la pesca, la forma en que ha de funcionar el mecanismo de salvaguardia especial en la agricultura para proteger a los países en desarrollo contra las caídas súbitas de precios o los aumentos súbitos de volumen de las importaciones, y la forma de acentuar la ambición de las negociaciones en general en materia de productos agrícolas, productos industriales y comercio de servicios.  Algunos de los problemas pendientes son de índole técnica, pero otros, por supuesto, son de naturaleza más política.

Para poder concluir la Ronda en 2011, objetivo al que les han exhortado los líderes del G-20 y el APEC el año pasado y que constituye ahora la aspiración de todos, los Miembros convinieron al comienzo de este año en una secuencia de etapas.  La próxima de ellas consistía en que los Presidentes de los diversos grupos de negociación determinen el nivel de los progresos que se han alcanzado hasta ahora presentando proyectos de textos de transacción.  Se espera que esto se cumpla alrededor de Pascua.

Esta determinación de los progresos por los Presidentes tiene dos objetivos fundamentales:  en primer lugar, presenta un cuadro general nítido de las brechas que quedan por colmar y que será preciso abordar en la etapa final;  en segundo lugar, proporciona un instrumento para pasar después de Pascua a una etapa más horizontal de las negociaciones.  Por lo tanto, captar los progresos realizados es una etapa indispensable para nuestro objetivo común de completar la Ronda este año.  Pero es importante tener en cuenta que los textos son un medio destinado a un fin, y no un fin en sí mismos.  Se preparan para consignar las convergencias entre nuestros Miembros y para que nos ayuden a ir completando la Ronda de Doha.  Es legítimo decir, por lo tanto, que desistir de esta determinación de los progresos realizados hacia Pascua equivaldría a poner en tela de juicio el objetivo de concluir la Ronda al final de 2011.  ¡No es arrojar la toalla ahora lo que han indicado en sus instrucciones los ministros y los líderes!

Desde luego, son numerosas las razones por las que debemos concluir la Ronda de Doha;  no es la menor de ellas el impulso tan necesario que la Ronda daría a la economía mundial.  Y el impulso, o el voto de confianza, que también daría al sistema multilateral de comercio;  a su capacidad de resistencia, su utilidad y su prestigio.  Una confirmación de la validez del seguro contra el proteccionismo que ha protegido a todos nuestros Miembros durante la crisis económica.

En los tiempos turbulentos que nos toca vivir, la OMC debe actuar como factor catalizador de la confianza y la unidad mundial completando la Ronda de Doha.  Debe contribuir a un mundo más estable.  Una OMC “en crisis” no es lo que esperan los miembros responsables de la comunidad internacional.  No debilitemos uno de los mejores ejemplos de cooperación internacional en efectivo funcionamiento.

Pero hay también otras razones por las que debemos esforzarnos por completar la Ronda de Doha.  Tomemos el problema de la seguridad alimentaria, que es hoy una de las principales preocupaciones de muchos gobiernos de todo el planeta.  La Ronda de Doha ayudará a crear condiciones equitativas en el comercio agrícola, desplazar una parte de la producción agrícola al Sur y dar a los países en desarrollo una oportunidad más equitativa de competir.  Esto es lo que los países en desarrollo han luchado por lograr en esta Ronda, y la razón por la que muchos países en desarrollo llaman a esta negociación la “Ronda de la Agricultura”.

Al suprimir algunos de los obstáculos artificiales que impiden el desplazamiento de los alimentos a través del planeta, la Ronda de Doha permitirá también que la oferta corresponda mejor a la demanda.  Al fin y al cabo, el comercio no es otra cosa que una correa de transmisión internacional, como ya lo saben ustedes.  Debidamente aceitado, permite que los alimentos viajen desde la tierra de la abundancia a la tierra de la escasez.  La Ronda de Doha mejorará esa lubricación.  Tengo la esperanza de que la Ronda aborde también de algún modo el problema de las restricciones de la exportación, la política de empobrecer al vecino que mejora la seguridad alimentaria de unos a expensas de otros.  El objetivo más inmediato, a mi modo de ver, debe consistir en que la ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos no quede interrumpida por tales medidas súbitas.

La Ronda de Doha también puede contribuir a atenuar el cambio climático, a través de la apertura comercial respecto de bienes y servicios ambientales de los tipos que pueden reducir nuestra huella de carbono colectiva.  Esos bienes incluyen los paneles solares y los generadores eólicos, y los servicios comprenden los de diversos tipos de consultorías sobre el medio ambiente.  No debemos trabar el comercio de esos bienes y servicios con obstáculos arancelarios o no arancelarios.  Debemos promover esas tecnologías en lugar de sancionarlas.  La Ronda de Doha nos permitirá rectificar nuestro rumbo en esta cuestión de decisiva importancia.  Lograr el éxito de esta negociación demostraría que el sistema multilateral de comercio puede dar respuesta a las necesidades ambientales.

La Ronda de Doha también presta especial atención, como ustedes saben, a los países menos adelantados del mundo.  Ya están familiarizados ustedes con el conjunto de medidas que contiene en materia de acceso libre de derechos y de contingentes, objetivo por el que los PMA lucharon firmemente y que ahora defienden.  Esas medidas también deben dar respuesta a los problemas de los productores de algodón africanos.

Paralelamente a nuestros esfuerzos por concluir la Ronda de Doha también estamos trabajando por fortalecer la Ayuda para el Comercio, que tiene por objetivo ayudar a los países en desarrollo a crear capacidad para traducir las oportunidades de mercado en realidades comerciales.  El Tercer “Examen Global” de la Ayuda para el Comercio, que tendrá lugar en julio de este año, nos ayudará a examinar los efectos que está teniendo ese programa.  Hemos recibido más de 250 estudios monográficos, historias de la vida real que nos hablan de lo que funciona y de lo que no funciona en los muchos proyectos de Ayuda para el Comercio que se están poniendo en práctica en todo el mundo.  Desearía alentarles a que sigan los resultados de ese examen con atención, y que conviertan la Ayuda para el Comercio en una parte de su perspectiva acerca del comercio en sus países.

Señoras y señores:  dentro de menos de dos meses las Naciones Unidas celebrarán en Estambul su Cuarta Conferencia sobre los Países Menos Adelantados.  Esto nos dará una oportunidad única de evaluar los progresos que ha realizado el mundo para lograr que sean menos los PMA.  El comercio desempeña una función en la promoción de los países más pobres del mundo para que puedan abrirse paso a fin de salir de la pobreza, y confío en un resultado importante en materia de comercio y creación de capacidad comercial.  Tengo la esperanza de que para entonces estemos encaminados a poder dar la bienvenida a un nuevo PMA -Vanuatu- como nuevo Miembro de la familia de la OMC.

Señoras y señores:  la Ronda de Doha tiene para el mundo la misma importancia hoy que en el momento en que se puso en marcha.  Pero tengo conciencia de que no podemos concluir esas negociaciones sin el explícito respaldo de ustedes.  De ahí la importancia de nuestro diálogo de hoy.  Tienen ustedes la palabra.  Espero con gran interés los puntos de vista que expresarán.

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