WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

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Excmo. Sr. Ministro Adjunto Yu,
Excmo. Sr. Embajador Yi, Vicepresidente Xie, señoras y señores:

Es un verdadero placer para mí inaugurar este taller en Chengdu.  No hay lugar más apropiado que esta ciudad para celebrar el décimo aniversario de la adhesión de China a la OMC.

En los últimos 30 años, la globalización ha sido una de las principales características de la evolución de nuestra sociedad.  Suele considerarse el motor principal de una integración económica sin precedentes que ha alterado la geografía de la economía mundial.  La globalización tuvo su origen en la difusión de nuevas tecnologías, y su resultado ha sido el crecimiento de la riqueza y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, al mismo tiempo, ha proporcionado a los consumidores productos más asequibles y diversificados.

Sin embargo, la globalización de oportunidades también ha ido acompañada de la globalización de los desafíos que enfrentamos.  Así lo ha demostrado la propagación de la inestabilidad financiera en todo el mundo, la intensificación de los desequilibrios macroeconómicos entre las economías, los graves problemas ambientales que deben enfrentar las sociedades y el desplazamiento de los trabajadores.  Esos desafíos globalizados ahora exigen la globalización de las soluciones.

La integración cada vez mayor de la economía mundial ha sido el resultado de muchos factores, como el mejoramiento del transporte y de las comunicaciones y el progreso tecnológico.  El mejoramiento de las infraestructuras y la logística ha ayudado a reducir los costos comerciales y a mantenerlos a un bajo nivel, y ello ha contribuido a la creación de redes mundiales de producción en las que los países o las ramas de producción se especializan en determinadas tareas.  El paso del comercio de mercancías al comercio de tareas es un aspecto fundamental de las cambiantes pautas del comercio en la economía mundial.  La cuestión se ha examinado en un estudio conjunto del Instituto de Economías en Desarrollo de JETRO y la OMC, y sus resultados, publicados en junio en Ginebra, se darán a conocer mañana en Tokio.  También se ha publicado una versión del estudio en chino.

En ese estudio se pone de manifiesto la creciente internacionalización de la producción a través de redes mundiales.  Debido al mejoramiento de la logística y la infraestructura, las cadenas de suministro actualmente abarcan varios países y no solo dificultan la interpretación de las estadísticas comerciales convencionales, sino que también ponen cada vez más en tela de juicio las políticas comerciales.

Cabe preguntarse si las cifras comerciales convencionales y las políticas comerciales vigentes reflejan adecuadamente la complejidad del entorno económico. ¿Exigen las modalidades cambiantes del comercio nuevos enfoques en ambas esferas?

Aquí estamos precisamente en el centro de lo que hoy día se conoce como “Asia-la fábrica del mundo”. Ese fenómeno surgió porque las estructuras mundiales de la demanda comenzaron a exigir una producción más variada. Ello pudo lograrse únicamente gracias a las políticas público-privada que permitieron desarrollar la infraestructura necesaria para adaptarse a las estrategias de externalización y deslocalización de las empresas multinacionales. De hecho, la diversidad estructural de Asia y el elevado grado de complementariedad de los sistemas de producción crearon las condiciones ideales para que ello sucediera.

En la actualidad, más del 80 por ciento de las exportaciones totales de Asia al resto del mundo son productos manufacturados. Sin embargo, es interesante examinar la otra cara de la moneda: las importaciones. El 65 por ciento de las importaciones de Asia son también manufacturas.

Estas estadísticas se basan en los registros aduaneros de las transacciones internacionales de mercancías. Desde un punto de vista económico, en estos intercambios conviene distinguir los bienes intermedios -es decir, las mercancías que se utilizan posteriormente en el proceso de producción — de las mercancías destinadas al consumo final.

Una vez reajustadas las cifras para tener en cuenta los combustibles, las exportaciones mundiales de bienes intermedios representan más del 50 por ciento del total, y la participación de Asia (53 por ciento) es ligeramente superior al promedio mundial. Sin embargo, por lo que respecta a las importaciones, la participación de Asia, del 64 por ciento, es considerablemente superior al promedio mundial (52 por ciento), y la de bienes intermedios en el comercio intrarregional en Asia se sitúa en los mismos niveles. Ello demuestra que Asia está bien integrada en las redes mundiales de producción.

Para que se comprenda mejor esta realidad, las estadísticas del comercio internacional deben reflejar adecuadamente la complejidad de las transacciones internacionales, dado que las decisiones políticas se adoptan sobre la base de esas cifras.

Es importante saber cuál es el volumen y la magnitud exactos de las operaciones de contratación externa, deslocalización y comercio dentro de la misma empresa. Pero, también es importante cuestionar los principios en que se basan esas estadísticas.

En cadenas de suministro, muchas etapas de producción se realizan en diferentes países, y los productos semiacabados o las partes-denominados productos intermedios según la terminología estadística-circulan de un país a otro a través de esas cadenas. Cada vez que estos productos cruzan las fronteras nacionales, las transacciones internacionales se registran con el valor total o bruto del producto, lo que da lugar a una contabilidad múltiple. Al final de la cadena de suministro, que suele ser un país asiático, los componentes se ensamblan para su consumo final y, posteriormente, se venden en el país o se exportan.

Por ejemplo, el iPhone se ensambla en China con componentes o bienes intermedios importados por China de otros países, como el Japón o Corea. Una parte importante del iPhone se importa incluso de los Estados Unidos.

Al aplicar el principio del país de origen, los envíos de estos iPhone de China a los Estados Unidos se registran en las estadísticas convencionales de China sobre el comercio de mercancías como exportaciones a los Estados Unidos, lo cual contribuye al inmenso déficit comercial entre los dos países. Sin embargo, China se limita a ensamblar las partes que importa de otros países. Por consiguiente, sólo añade una pequeña parte del valor que en realidad se ha producido fuera del país.

Al examinar el origen nacional del valor añadido incorporado en el producto final, observaremos que una proporción significativa del valor procede de países distintos de aquellos a los que las aduanas atribuyen el origen de los productos. A veces proceden incluso del propio país importador. Este es el problema que plantean las estadísticas comerciales convencionales y que pone de manifiesto la importancia de idear métodos estadísticos complementarios para determinar si realmente se añade valor en las corrientes comerciales internacionales.

Si bien es importante contar con cifras correctas para adoptar decisiones, también es importante prestar atención al adecuado funcionamiento de las normas comerciales de las que se ocupa la Organización Mundial del Comercio, para asegurar que los intercambios comerciales se realicen con tanta facilidad, previsibilidad y libertad como sea posible.

Algunos opinan que la producción basada en cadenas de suministro no es un fenómeno nuevo. Esto, efectivamente, es cierto;  lo que ha cambiado es la medida en que las redes mundiales de producción han crecido y determinan la realidad económica actual. Con el crecimiento de esas redes mundiales, el comercio internacional es ahora muy diferente de lo que era cuando después de la Segunda Guerra Mundial se formularon las primeras normas del GATT sobre el comercio mundial. Los modelos y las estrategias comerciales han cambiado. Hay quienes incluso afirman que hoy día todos vivimos en una misma aldea, en tanto que otros sostienen que nuestro mundo es plano.

Es evidente que la expresión “Fabricado en …” tiene un sentido muy distinto del que tenía hace pocos decenios. En la actualidad, son cada vez más los productos, desde aparatos electrónicos y maquinaria hasta automóviles y aeronaves, incluidas las prendas de vestir, que se fabrican en muchos países. Ello tiene consecuencias para la política comercial y, además, hace aún más importante la necesidad de que las políticas nacionales — se refieran al sector industrial, social o educativo y de formación, respalden la integración de las empresas en las redes mundiales de producción.

La competitividad de una empresa no depende solo de su propia productividad sino también de la competitividad de sus proveedores, del acceso a los servicios y a una infraestructura eficiente y de la competitividad de sus insumos importados. En consecuencia, la política comercial ha dejado de ser un juego de suma cero entre rivales:  actualmente, es muy probable que las medidas proteccionistas tengan efectos negativos en los países que las han adoptado y perjudiquen a sus propias empresas.

Las cadenas mundiales de suministro han demostrado también que los límites entre mercancías y servicios, medidas arancelarias y no arancelarias y comercio e inversión se han hecho más difusos. Las medidas de facilitación del comercio que simplifican los trámites y racionalizan los procedimientos aduaneros — para el funcionamiento eficaz de las cadenas mundiales de suministro — tienen una enorme importancia. ¿Pueden los encargados de formular políticas seguir abordando estas cuestiones en compartimentos estancos, o es necesario que comiencen a pensar cómo hacerlo de manera más integrada? ¿Qué costo, en términos de oportunidades perdidas, supondría no concluir un acuerdo sobre facilitación del comercio en la OMC? Es evidente que debemos reflexionar sobre todas estas cuestiones, a partir de la Octava Conferencia Ministerial de la OMC que se celebrará próximamente.

Para concluir, permítanme agradecer al Ministerio de Comercio de China (MOFCOM), a la Oficina de Exposiciones de la Provincia de Sichuan y al equipo de la OMC, que han dedicado una gran cantidad de recursos, tiempo y energía a la organización de este taller. El equipo del MOFCOM ha ayudado a traducir al chino nuestra publicación para ponerla al alcance de los lectores chinos. Deseo aprovechar esta oportunidad para dar las gracias al Excmo. Sr. Ministro Chen Deming, por su apoyo personal a este proyecto. Ruego al distinguido Ministro Yu tenga a bien transmitirle mi agradecimiento.

Por último, les deseo a todos los participantes el mayor de los éxitos en sus deliberaciones. Muchas gracias.

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