WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

Nueva Delhi, 06 de abril de 2006

“La OMC y la Ronda de Doha: El camino a seguir”

Consejo Indio de Investigación sobre Relaciones Económicas Internacionales

Gracias Isher, amigo Kamal,
Señoras y señores:

En algunas sociedades tradicionales de la India, al nacer un niño la familia espera siete días para ponerle nombre. Al séptimo día, los padres hacen una gran fiesta y los familiares se reúnen para decidir el nombre que llevará el pequeño. Entonces el hombre más anciano de la familia sostiene al bebé sobre su regazo, se coloca de cara al Sur, y susurra el nombre tres veces al oído del pequeño. El niño recibe así su nombre.

Dar un nombre a una ronda de negociaciones comerciales también es un asunto complejo. Al igual que en nuestras sociedades tradicionales, hay una decisión colectiva, una celebración y mucho movimiento y susurros en el seno de la familia de la OMC. Lo que los negociadores comerciales aún no han llegado a aprender de nuestros sabios ancianos es que debería haber un tiempo de espera para dar un nombre. La actual ronda de negociaciones comerciales el Programa de Doha para el Desarrollo , o PDD en nuestra jerga, lleva el nombre de la ciudad de Doha, capital de Qatar, donde se puso en marcha la ronda en la Conferencia Ministerial de la OMC en 2001. También forma parte del nombre la palabra “Desarrollo”, lo que significa que esta ronda debería centrarse en el desarrollo o planteárselo como objetivo.

La decisión adoptada por los Miembros de la OMC en 2001 de designar a la Ronda de Doha como Ronda para el desarrollo representó el reconocimiento de que, en las normas y disciplinas del actual sistema multilateral de comercio, persisten desequilibrios que penalizan a los países en desarrollo y esta situación debe subsanarse . En consecuencia, la intención es tratar de mejorar las disciplinas multilaterales y los compromisos asumidos por todos los Miembros de la OMC a fin de establecer un terreno más equitativo y proporcionar a los países en desarrollo mejores condiciones para que puedan aprovechar los beneficios de la apertura del comercio.

¿Cuáles son estos desequilibrios? Muchos de ellos afectan al comercio Norte-Sur y son un rezago de los antiguos vínculos coloniales. Las elevadas subvenciones agrícolas que distorsionan el comercio otorgadas por los países ricos, las subvenciones a las exportaciones agrícolas o los altos aranceles que gravan las exportaciones de productos agrícolas e industriales de interés para los países en desarrollo. Pero también se ven cada vez más en el comercio Sur-Sur. En la actualidad, alrededor del 70 por ciento de los derechos de aduana que pagan los países en desarrollo se pagan a otros países en desarrollo. Muchos de estos problemas se arrastran de la ronda anterior de negociaciones comerciales, la Ronda Uruguay que, aunque ha sido extremadamente beneficiosa para todos los Miembros de la OMC, debe ser actualizada en consonancia con las nuevas realidades del sistema multilateral de comercio.

La Ronda comenzó en 2001, y su fecha final -que está cada vez más cerca- es, por cierto, a finales de este año. No se trata de una fecha cualquiera que han escogido los Miembros al azar; no es una fecha sacada de la manga. Es una fecha que coincide con el momento en que expirará la Autoridad de Promoción del Comercio de los Estados Unidos. Y muchos piensan que no será prorrogada. Por lo tanto, tenemos poco tiempo que perder y nos aguarda una inmensa labor.

Esto me recuerda los días precedentes a la apertura de las Olimpíadas: obras en construcción por todas partes, carteles aún sin instalar, pintura sin terminar, ordenadores por conectar y todo ello apenas a unos días de que los atletas entren en competición. Lo que hace falta en estos días es trabajo arduo, determinación y entereza para concentrarse en la meta final: el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio en beneficio de todos, pero en particular de los países en desarrollo.

  
¿Dónde nos encontramos en estas negociaciones?

Con los progresos logrados en julio de 2004 y a finales del año pasado durante la Conferencia Ministerial de Hong Kong, hemos cumplido hasta ahora alrededor del 60 por ciento de la Ronda. Se han hecho progresos sustanciales y ya hay un conjunto importante de propuestas pero aún quedan muchos huesos duros de roer.

En primer lugar, pasaré revista rápidamente a las ofertas que ya se han presentado. En la agricultura, en el año 2013 expira el plazo para la eliminación de las subvenciones a la exportación. El acuerdo de que la UE, los Estados Unidos y el Japón realizarán las mayores reducciones de las subvenciones agrícolas que distorsionan el comercio y que se tratará de recortes efectivos supone una importante mejora en comparación con la ronda anterior. En lo que respecta al algodón, que reviste importancia clave para muchos países africanos, las subvenciones a la exportación deberán eliminarse no más tarde de 2006, y la reducción de las subvenciones internas será mayor y más rápida que para el resto de los productos. También están los productos agrícolas especiales y una salvaguardia para proteger los productos agropecuarios de países en desarrollo que tienen preocupaciones concernientes a la seguridad de los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. En relación con los productos industriales, hay una fórmula suiza para reducir los aranceles, según la cual los aranceles elevados se someten a recortes mayores, en busca de una solución frente a las crestas arancelarias y la progresividad arancelaria, particularmente sobre productos de interés para los países en desarrollo. Un paso adelante hacia un acceso completamente libre de derechos y de contingentes para los países más pobres del mundo que son Miembros de la OMC. En cuanto a los servicios, se ha abierto la puerta a las negociaciones plurilaterales. Los países ya han comenzado a presentar peticiones colectivas en lo sectores de servicios que revisten interés particular para ellos. Por último, hay un paquete de ayuda para el comercio, para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a sus limitaciones en relación con la oferta. La esperanza es que esto ayude a aquellos que ahora constituyen alrededor de dos terceras partes de nuestros Miembros a convertir las mejoras en el acceso a los mercados que obtengan de la Ronda de Doha, de posibilidades teóricas en posibilidades comerciales reales.

  
Llega la hora de la verdad en estas negociaciones

Desde principios de este año, se ha desplegado una intensa actividad en distintos niveles en relación con la totalidad del espectro que abarca el PDD a fin de mejorar las propuestas que ya se han presentado. El mecanismo de negociación vibra de actividad. La labor en Ginebra se ha visto complementada por diversas iniciativas promovidas por algunos Miembros con la intención de hacer avanzar la negociación. Este mismo seminario es una de esas actividades y, por lo tanto, constituye una valiosa contribución para darse cuenta de lo que está en juego para la India, pero también para el sistema multilateral de comercio.

El centro de las negociaciones hoy en día radica en llegar a un acuerdo a más tardar en abril sobre tres cuestiones clave: la cuantía de la reducción de las subvenciones agrícolas internas, la cuantía de la reducción de los aranceles aplicables a los productos agrícolas y también a los productos industriales. Los 150 Miembros de la OMC acordaron en Hong Kong lograr una convergencia sobre las cifras fundamentales en estas tres esferas a más tardar en abril.

Esta tríada de cuestiones se corresponde con una tríada de Miembros: la Unión Europea ha de hacer algo más respecto de los aranceles agrícolas; los Estados Unidos han de hacer algo más en lo referente a la reducción de las subvenciones agrícolas y el grupo de países G-20, del que la India es un miembro importante, ha de hacer algo más respecto de los aranceles industriales. Ya se han presentado ofertas importantes en comparación con las de la Ronda Uruguay, pero hace falta más para llegar a un acuerdo sobre tres cuestiones básicas. Habida cuenta de las grandes expectativas de los países en desarrollo en esta ronda, no hay manera de que los Miembros de la OMC se conformen con una ronda poco ambiciosa. Nuestro primer desafío consiste en hallar el nivel adecuado de ambición sobre la tríada de cuestiones, que servirán como marco de referencia para el resto de las cuestiones que figuran en el programa.

Sólo quedan 24 días hasta el final de abril. Por tanto, se acerca rápidamente la hora de la verdad. No tenemos tiempo que perder. Sería un enorme error colectivo si pensáramos que podemos posponer el establecimiento de las modalidades previsto para fines de abril. Dejar para el final los tres sectores fundamentales, a saber, la ayuda interna a la agricultura y el acceso a los mercados para los productos agrícolas y para los productos industriales es, desde mi punto de vista, una receta segura para el fracaso. Debemos avanzar rápidamente en esos tres sectores lo antes posible, pues son la clave para abordar las otras numerosas cuestiones que también deben dilucidarse para concluir la presente Ronda antes de que finalice el año.

La solución de estas tres cuestiones no es ni mucho menos el final de la ronda. Debemos seguir llevando adelante el programa en lo que respecta a la apertura del comercio de servicios, normas (incluida la transparencia en los acuerdos comerciales bilaterales, las medidas antidumping y las subvenciones), facilitación del comercio, comercio y medio ambiente, ADPIC, solución de diferencias o asistencia para el desarrollo, por nombrar sólo algunos temas. Como pueden ver, el menú es casi tan excitante como un torneo de cricket de un día. Espero que en los próximos días los negociadores de la OMC se inspiren en el equipo de cricket de la India, que hoy se enfrenta a Inglaterra, y traten de obtener la victoria sin conformarse con un empate.

  
El amplio programa de la India en la Ronda de Doha

Me referiré ahora a la India. A lo largo de la historia este país ha contribuido al logro de muchos éxitos. Un ejemplo de ello, de alcance universal y cuya importancia suele subestimarse, es la consolidación del sistema decimal. El matemático francés del siglo XVII Pierre Simon Laplace, oriundo de Normandía, mi región natal, señaló en una ocasión que “el ingenioso método de expresar todos los números posibles utilizando diez símbolos surgió en la India. La idea parece tan sencilla, que su significación y su profunda importancia ya no se valoran como corresponde”. Pues bien, con o sin la valoración debida, el hecho es que la India ha legado al mundo un sistema de pensamiento. Estoy seguro de que la India también puede contribuir hoy al éxito de la Ronda de Doha. Esto respondería al amplio interés de la India, que abarca la totalidad del programa de negociaciones de Doha.

La economía de la India ha crecido a un buen ritmo en los últimos años y actualmente ocupa el undécimo lugar a nivel mundial. En 2004, la India era el vigésimo mayor exportador y el undécimo mayor importador del mundo. Las exportaciones de mercancías de la India han aumentado en promedio en un 10 por ciento en los últimos 10 años. El crecimiento alcanzó el 32 por ciento en 2004 y el 19 por ciento en 2005, muy por encima de la media mundial. En el comercio de servicios, la India se encuentra ahora entre los 10 principales comerciantes del mundo, con un rendimiento excepcionalmente elevado en los servicios relacionados con la informática. Los datos correspondientes a los dos primeros trimestres del ejercicio fiscal 2005-2006 muestran un aumento del 76 por ciento en las exportaciones indias de servicios comerciales.

Por ser Miembro fundador del antiguo GATT, la India es desde hace mucho tiempo un Miembro importante de nuestra Organización. Siempre ha desempeñado un papel activo en casi todas las esferas de negociación. La India es un miembro destacado del G-20 y el G-33, coaliciones integradas por países en desarrollo, que han desempeñado un papel importante, en particular en el programa de las negociaciones relacionadas con la agricultura. Pero la India también ha participado activamente en las negociaciones sobre servicios, en particular las relativas al modo 4, pues ha insistido en la reducción de las restricciones al movimiento de personas físicas, especialmente los profesionales de calificación media y alta, y al suministro transfronterizo, respecto del cual ha buscado activamente el pleno acceso a los mercados y el trato nacional.

En cuanto a la facilitación del comercio, en su calidad de miembro del Grupo Básico de países en desarrollo, la India no sólo apoya la mayoría de las propuestas, sino que ha contribuido para que los interlocutores más escépticos del Grupo se acerquen a un terreno común. En diciembre pasado, durante la negociación del Protocolo por el que se enmienda el Acuerdo sobre los ADPIC en relación con la salud pública, la contribución de la India fue clave para llegar a un acuerdo definitivo. La India encabeza un grupo de países en desarrollo que desean establecer una mejor relación entre el Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). También participa activamente en la extensión de la protección de las indicaciones geográficas a muchos de los productos autóctonos de la India, como el té Darjeeling, el arroz Basmati o los mangos Alphonso. La India también ha participado activamente en otras esferas de las negociaciones, como las normas o el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo.

Al decir esto, deseo destacar dos cosas: en primer lugar, que la India es un destacado Miembro de la OMC; en segundo lugar, que se ha beneficiado de un entorno mundial de comercio más abierto y que el desarrollo favorable de este sistema es muy importante para el despegue económico de la India y su empeño en convertirse en una potencia mundial. El sistema de solución de diferencias de la OMC también ha permitido a la India impugnar con éxito a importantes participantes en la OMC, como la UE, en los asuntos relativos a la ropa de cama o al Sistema Generalizado de Preferencias, o los Estados Unidos, en varios asuntos, incluidos los relativos a camisas y blusas y a la Enmienda Byrd. Por lo tanto, es evidente que la India tiene un gran interés sistémico en salvaguardar y fortalecer el sistema multilateral de comercio.

Los intereses de ofensiva de la India en la Ronda de Doha abarcan todo el programa de negociación y apuntan a la inserción del país en un mundo globalizado.

Tomemos el ejemplo de la agricultura. Pocos saben que la India es exportadora neta de productos alimenticios. De hecho, su participación en las exportaciones mundiales de productos agrícolas es mayor que en las de productos manufacturados. Las exportaciones agrícolas de la India han ido en continuo aumento desde 1999. Se evidencia así que la India está a la ofensiva en la agricultura. Interesa a la India que la UE, los Estados Unidos, el Japón y otros países que otorgan importantes subvenciones a la agricultura las reduzcan considerablemente; también está claro que la eliminación de las subvenciones a la exportación a más tardar en 2013, con una parte importante para 2010, eliminará una fuente de distorsión para las exportaciones indias de productos alimenticios. Lo mismo se puede decir de la eliminación de las subvenciones a la exportación de algodón no más tarde de 2006. También interesa a la India que otros países reduzcan los aranceles que aplican a las exportaciones agrícolas indias, como el arroz Basmati, la carne o el algodón. Pero la India moderna tiene también la capacidad de introducirse en nuevos mercados con productos agrícolas como las frutas, legumbres y hortalizas, los alimentos orgánicos o las flores. Se espera que estas exportaciones de gran intensidad de mano de obra registren un crecimiento de casi 3 dígitos como resultado de la Ronda, lo que entrañará beneficios para un gran grupo de agricultores y contribuirá a estabilizar sus ingresos.

Junto a este dinámico sector agropecuario, también una gran parte de la población rural de la India se dedica a la agricultura de subsistencia. Como bien sabe mi amigo Kamal, el Gobierno de la India ha luchado arduamente y logró que se establecieran medidas para proteger a las poblaciones rurales frágiles frente a la inestabilidad ocasionada por los cambios repentinos en su entorno. Los países en desarrollo comenzarán por reducir sus aranceles sólo en proporción a los recortes que hagan los países desarrollados. En segundo lugar, la India y el G-33 han obtenido protección para los productos agrícolas en los casos necesarios con el reconocimiento de una categoría de productos especiales y con un mecanismo de salvaguardia especial.

Confío en que en las próximas semanas la India equilibrará sabiamente estos dos intereses insistiendo en una ambiciosa fórmula de reducción arancelaria, al mismo tiempo que abogará enérgicamente por la protección necesaria de determinados sectores de su agricultura.

Por lo que se refiere a las manufacturas, la utilización de una fórmula suiza con un coeficiente del rango que los Miembros han presentado para los países desarrollados se traduciría en una reducción de los tipos consolidados medios de la UE al 2,3 por ciento y los de los Estados Unidos al 2,1 por ciento. Si tenemos en cuenta que solamente estos dos Miembros absorben más del 40 por ciento de los productos de exportación de la India, y que las manufacturas representan más del 70 por ciento de las exportaciones totales del país, cualquier reducción arancelaria significativa en estos mercados tendría un gran valor comercial. Por otra parte, conviene a la India obtener una reducción drástica de las crestas arancelarias aplicadas por estos dos interlocutores a algunos de los principales productos de exportación de la India como los textiles, el vestido o los productos de cuero. Precisamente es en estos sectores donde la UE y los Estados Unidos tienen sus crestas arancelarias. Una vez más, con ese coeficiente, los aranceles aplicados por la UE y los Estados Unidos a los productos textiles se reducirían a alrededor del 6 por ciento. Esto ampliará enormemente las posibilidades de exportación de la India. Está claro, por lo tanto, que la India tiene mucho que ganar en la negociación sobre los productos industriales. Al mismo tiempo, muchos Miembros, desarrollados o en desarrollo, también han pedido a la India que reduzca los aranceles que aplica a las manufacturas. Esto no es ninguna novedad para la India, pues el Gobierno ya lleva un tiempo poniendo en práctica una apertura gradual de su mercado mediante la reducción de los aranceles de importación de manera controlada. Esto significa que la India tiene márgenes de maniobra para proponerse metas ambiciosas en la negociación sobre manufacturas, que a todas luces van a seguir aumentando en los próximos años. Dada la experiencia y la sagacidad de los negociadores indios, espero firmemente que traten de detener, a cambio de estas reducciones interesadas, concesiones en esta u otras esferas de la OMC.

Otra esfera en que la India ha participado muy activamente es la facilitación del comercio, lo que en nuestra jerga se refiere a un conjunto de medidas encaminadas a simplificar los procedimientos aduaneros y reducir los trámites burocráticos. En un estudio reciente del Banco Mundial se reveló que, en el Perú, la capacitación del personal aduanero y la introducción de un código de conducta abrevió el tiempo de levante de aduana de entre 15 y 30 días a entre 2 y 48 horas. En Costa Rica, el uso de declaraciones de aduana en formato electrónico y la transición a un sistema de ventanilla única para los procesos de desalmacenaje redujo el tiempo de despacho aduanero, en promedio, de seis días a 12 minutos. Claro está, hay muchos otros ejemplos a este respecto.

En relación con los servicios, los intereses de la India se extienden desde el modo 4, es decir, el movimiento temporal de profesionales, al suministro transfronterizo de servicios o los servicios de informática y servicios conexos. Esto es un claro reflejo de la India moderna y una esfera con enorme potencial para muchos países en desarrollo. En mis conversaciones con empresarios en los días de ayer y hoy, me han comunicado su interés en un programa ambicioso en esa esfera, en particular los servicios de ingeniería, los servicios de arquitectura, o los servicios relacionados con la salud, que a mi juicio son un claro reflejo de ‘la India moderna’. También he escuchado preocupaciones en el ámbito de la sociedad civil en cuanto a los compromisos en sectores sensibles, que podrían repercutir en la capacidad de reglamentación del Gobierno. Me limitaré a recordar que las negociaciones sobre el comercio de servicios en la OMC se basan en peticiones y ofertas, en las que cada Miembro determina cuál sector abrirá a la competencia extranjera y en qué condiciones lo hará, siempre que no se trate de formas encubiertas de discriminación. Una vez más, esta es una esfera en la que considero que la India tiene todas las de ganar si adopta un enfoque ambicioso en estas negociaciones.

Por último, permítanme mencionar otra esfera en que la India también está desempeñando un papel muy importante: las normas y, en particular, las medidas antidumping. Tanto en su calidad de principal usuario como de importante destinatario de procedimientos antidumping, la India está tratando de asumir posiciones moderadas y realistas que reflejen su doble interés.

  
Conclusión

La India tiene mucho en juego en esta negociación debido a sus intereses en todo el programa de negociación y dado el dinamismo de su economía. Como digo a menudo, la India es uno de los elefantes del sistema mundial de comercio del siglo XXI junto a países como el Brasil, China o Sudáfrica. Pero esto también entraña responsabilidades.

Nos encontramos en una etapa de las negociaciones en que es preciso un movimiento por parte de los tres actores principales: por parte de la UE, por parte de los Estados Unidos y por parte del G-20, incluida la India. La clave de la marcha hacia el éxito de la Ronda está actualmente en sus manos.

¿Quiénes serían los principales perdedores si la Ronda fracasara? En primer lugar, el mundo en desarrollo, pues tendría menos oportunidades de corregir los desequilibrios existentes en las relaciones comerciales multilaterales. Si esta Ronda fracasara, los países en desarrollo pagarían el precio más alto. Luego vendrían las economías más pequeñas y débiles, para las que el proceso multilateral sirve como “póliza de seguro” frente a la presión que ejercen los fuertes en los acuerdos comerciales bilaterales. No obstante, el mayor perdedor sería sin duda la OMC, el sistema que ha respondido a los intereses colectivos de 150 Miembros distintos y que ha garantizado una apertura comercial que se adapta a las realidades cambiantes y que se basa en un consenso entre todos nosotros.

La India ha sido uno de los agentes principales en el sistema multilateral de comercio durante más de 50 años. Es en defensa de sus propios intereses que ha de luchar por un entorno de comercio mundial abierto, estable y previsible. La India sería la primera en sufrir si prevalece el proteccionismo. Habida cuenta de lo que está en juego, confío en que hará su contribución a un resultado que beneficie a todos.

Gracias.