WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

Shanghai, 6 de septiembre de 2006

“Cuando se abrió al mundo, China fue fuerte” — Lamy

El 6 de septiembre de 2006, el Director General Pascal Lamy dijo ante una audiencia en Shanghai que China tiene un interés estratégico en salvaguardar una OMC fuerte así como en trabajar por una fructífera Ronda de negociaciones de Doha, y los Miembros han reconocido el compromiso serio y responsable de China con las obligaciones que le corresponden. El Director General manifestó lo siguiente:

China en el sistema multilateral de comercio: Su función y la importancia de su participación
Dicurso del Director General de la OMC Pascal Lamy con ocasión del quinto aniversario de la adhesión de China a la OMC

Señoras y Señores:

Es para mí un placer estar de visita en Shanghai con motivo de mi primer viaje a China como Director General de la OMC. Más me complace aun celebrar con ustedes el quinto aniversario de la adhesión de China a la OMC. Creo que ésta es una buena oportunidad para reflexionar acerca de lo que la adhesión a la OMC ha significado para China y también para el resto de los Miembros de la Organización.


Hoy China es una economía abierta

La China de hoy es muy distinta del país que emprendió el camino hacia la adhesión a la OMC hace más de 20 años. Desde su adhesión a la OMC, China ha sido la nación comerciante que ha tenido el crecimiento más rápido en todo el mundo. Su comercio ha aumentado más rápidamente que el de otros países en desarrollo. Como resultado, China ocupa ahora el tercer lugar en el mundo por su comercio, precedida por la Unión Europea y los Estados Unidos.

El Gobierno chino ha reducido sustancialmente los obstáculos a las importaciones, que hoy figuran entre los más bajos existentes en los países en desarrollo. El promedio de los derechos de importación efectivamente aplicados cayó del 15,6 por ciento en 2001 al 9,7 por ciento en 2005. Ese mismo año, los tipos medios aplicados en la India, el Brasil y México eran del 20, el 11 y el 12 por ciento, respectivamente.

Además, en el caso de China, también es alta la relación entre las importaciones y el PIB, que es un criterio para medir el grado de apertura de una economía. Esa relación pasó del 5 por ciento en 1978 al 30 por ciento en 2005, aproximadamente el doble de la proporción registrada en los Estados Unidos y más de tres veces mayor que la del Japón. También es más elevada que la de otros países en desarrollo, como la Argentina, el Brasil o la India. Solamente otras economías abiertas pequeñas, como Corea o el Taipei Chino, tienen relaciones entre las importaciones y el PIB tan altas o más altas que la de China.

En tercer lugar, el número de las mercancías importadas que han estado sujetas a licencias de importación o a restricciones cuantitativas ha disminuido sustancialmente. Cuando alcanzaron el nivel más alto, a fines de la década de 1980, China tenía prescripciones en materia de licencias para casi el 50 por ciento de todas las importaciones. Para el momento en que China pasó a formar parte de la OMC en 2001, ese porcentaje había caído a alrededor del 4 por ciento. En 2005, el Gobierno eliminó todas las prescripciones en materia de licencias.

Entre 2001 y 2005, China importó mercancías por valor de casi 2,2 billones de dólares EE.UU., con una tasa anual de aumento del 28 por ciento. Durante la década de 1990, China fue el mercado de exportación que más rápidamente creció para las empresas estadounidenses. Esta tendencia se aceleró entre 2000 y 2005, cuando las exportaciones de los Estados Unidos a China aumentaron en un 160 por ciento, mientras que las exportaciones hechas al resto del mundo se incrementaron en sólo el 10 por ciento. China también es ahora punto de destino de las exportaciones de otros países en desarrollo. Es el tercer importador de mercancías procedentes de los países más pobres del mundo, después de la Unión Europea y los Estados Unidos, y absorbe cerca del 40 por ciento de sus exportaciones.

Si se tiene en cuenta que China tiene un mercado interno tan grande, que su comercio equivale a más del 60 por ciento del PIB, que ocupa el tercer lugar en el comercio mundial y que tiene el ritmo más rápido de aumento de las exportaciones en todo el mundo, es fácil entender por qué el comercio es un factor tan decisivo de crecimiento y desarrollo para China.


El cumplimiento de los compromisos de China en la OMC

En junio, la OMC hizo el primer examen de la política comercial de China. La evaluación general es positiva. Aunque quedan aspectos en los que hay hacer mejoras, el compromiso político y la determinación del Gobierno chino demuestran seriedad y responsabilidad y todos los Miembros lo han reconocido.

El cumplimiento por parte de China de sus compromisos en la OMC en muchos campos ha dado un buen ejemplo. Los aranceles agrícolas de China son ahora inferiores a los de la mayoría de los países en desarrollo; son incluso más bajos que los de algunas economías desarrolladas, como la Unión Europea o el Japón. Además, China tiene subvenciones que distorsionan el comercio en menor grado que las de los Estados Unidos o la UE. Sus aranceles industriales figuran ahora entre los más bajos de los países en desarrollo.

Sin embargo, hay cuestiones en las que hay que seguir trabajando. Por ejemplo, en relación con la protección de los derechos de propiedad intelectual, hemos visto el progreso importante hecho por China este año. Sabemos que hará falta cierto tiempo para resolver los problemas y que se necesitarán esfuerzos colectivos de todos los países interesados. Hoy, quiero aprovechar esta oportunidad para alentar al Gobierno de China a perseverar en sus esfuerzos en ese sentido, porque a largo plazo ello está de acuerdo con los propios intereses de China.

El examen de la política comercial también ha puesto de manifiesto que hay nuevos obstáculos no comerciales innovadores que han reemplazado a algunos de los aranceles anteriores, cuestión que habrá que abordar. Por último, sobre la base del examen se ha recomendado a China que acelere la adopción de medidas sobre las notificaciones de subvenciones, esfera en la que todavía hay deficiencias.


Por qué la OMC y la Ronda de Doha son importantes para China

Permítanme ahora ocuparme de las negociaciones en curso en la OMC y decirles por qué, a mi juicio, esta Ronda tiene particular importancia para China.

El éxito de la Ronda de Doha puede ofrecer a China un entorno comercial mundial estable y previsible y la posibilidad de contar con otros 10 ó 15 años de desarrollo económico pacífico. En la Ronda de Doha estamos negociando el régimen comercial que se aplicará a todos los Miembros durante los próximos 10 años. Un sistema de comercio basado en normas multilaterales fuertes es la póliza de seguro más barata contra los riesgos del proteccionismo a disposición de China y de la economía mundial.

Hay algunos indicios de que el proteccionismo comercial estaría aumentando, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. En vista de la posición que China ocupa en la economía mundial, la apertura al comercio multilateral y la adhesión firme a las normas multilaterales son los mejores medios para salvaguardar los intereses comerciales de China, tanto en el plano interno como en el exterior. Si no existiera la Ronda de Doha y sin una OMC eficaz, China bien podría ser uno de los principales perjudicados.

La existencia de una OMC eficaz también está de acuerdo con los objetivos estratégicos de política exterior a largo plazo de China. China promueve la creación de un “mundo armonioso”. El apoyo al multilateralismo ha sido siempre el principio de su política exterior a largo plazo. El éxito de la OMC será el éxito del multilateralismo y China tiene un interés estratégico en que se haga realidad.

China tiene un interés fundamental en que estas negociaciones den resultados ambiciosos. Dada su apertura relativa, tiene un interés ofensivo en conseguir que se rebajen los aranceles para muchas de sus manufacturas más importantes en muchos terceros países. En la agricultura, habiendo pasado a ser importador neto de alimentos, las negociaciones de Doha pueden ayudar a China a asegurar un abastecimiento adecuado de alimentos para su población en crecimiento a precios asequibles y estables. Al mismo tiempo, las negociaciones en curso ofrecen a China la posibilidad de proteger un número limitado de productos agrícolas sensibles, de modo que no se altere el equilibrio en su sector agrícola todavía grande. Una mayor reducción de las subvenciones agrícolas que distorsionan el comercio en los países desarrollados también beneficiará a la producción agrícola de China. Como blanco principal de medidas antidumping, el fortalecimiento del uso de medidas de defensa comercial también está de acuerdo con los intereses de China. Una mayor apertura de su mercado de servicios puede ser favorable para el desarrollo pujante de la economía china en sectores como los servicios bancarios, de telecomunicaciones, de seguros y de transporte. Por último, la adopción de normas nuevas sobre la facilitación del comercio ayudará a las exportaciones de China simplificando las formalidades aduaneras.

Por último, brevemente quiero decir que los acuerdos de libre comercio, sean bilaterales o regionales, a mi juicio no pueden sustituir a la OMC. Tampoco son una alternativa viable para China, habida cuenta del volumen de su comercio. Esos acuerdos, por su propia naturaleza, son discriminatorios para quienes no son partes en ellos. China está negociando activamente en estos momentos acuerdos de libre comercio con varios de sus vecinos. Pueden ser convenientes para los intereses geopolíticos o los intereses comerciales a corto plazo de China, pero no para sus intereses sistémicos a largo plazo. Si los acuerdos de libre comercio siguen proliferando a escala mundial y si se considera que China no podrá participar en la mayoría de ellos en el mundo, el entorno para los exportaciones chinas se deteriorará en lugar de mejorar.

La conclusión es que China será un beneficiario importante de una Ronda de Doha ambiciosa. Estratégicamente, China tiene interés a largo plazo en salvaguardar el sistema multilateral de comercio.

Como ustedes saben, las negociaciones se suspendieron en julio, cuando los Miembros de la OMC no pudieron superar sus diferencias en relación con dos cuestiones claves referentes a la agricultura: la magnitud de la reducción de las subvenciones internas y el nivel de la disminución de la protección basada en aranceles agrícolas. Dado el estancamiento en la cuestión de la agricultura, no fue posible avanzar en otros asuntos, como los aranceles industriales y los servicios.

Un mes después de la suspensión de las conversaciones, muchas voces se han dejado oír en prácticamente todos los Miembros de la OMC para subrayar los peligros graves de un colapso de la Ronda de Doha y exhortar a la reanudación de las negociaciones. Comparto esa preocupación, aun más en vista de la inestabilidad geopolítica actual y los numerosos riesgos que corre la economía mundial. Ahora tenemos que traducir esa preocupación en actos positivos. Los Miembros de la OMC deben reconsiderar sus posiciones en las dos esferas clave de la agricultura que he mencionado, de modo que se puedan salvar las diferencias que ahora hay entre ellos. Debo decir que lo que separa a los Miembros, aunque tiene gran resonancia política, es modesto desde el punto de vista económico si se compara con el precio de un acuerdo. En realidad, lo que hoy tenemos sobre la mesa ya equivale a más del doble de lo que conseguimos en la última ronda de negociaciones hace 10 años. Ha llegado la hora de reflexionar, de consultar a los grupos que representamos, de hacer cálculos y de trabajar con discreción, de manera que pronto se puedan reanudar las conversaciones trayendo nuevas posiciones a la negociación.


Conclusión

China tiene tradición de comercio en la historia. La famosa “ruta de la seda” abrió el comercio entre China y Occidente. En la dinastía Tang, Chang An era la ciudad más grande y más próspera del mundo. Cuando Zhen He viajó hasta Asia sudoriental, la India y la costa oriental de África en la flota más grande del mundo hace 600 años, la dinastía Ming difundió su civilización y su tecnología, junto con la seda y la porcelana.

China fue fuerte cuando se abrió al mundo. Cuando el Reino del Medio cerró sus puertas, quedó rezagado. Hagamos votos para que todos aprendamos las lecciones de la historia. Trabajemos por un sistema de comercio más eficaz, más abierto y más equitativo.

Muchas gracias por su atención.