WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

La Ronda de Doha para el Desarrollo de la OMC y el APEC “Colaborar para lograr nuestro objetivo común”
Almuerzo con el Consejo Consultivo Empresarial — Hanoi, Viet Nam

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Señoras y señores:

Me complace estar hoy con todos ustedes, miembros del Consejo Consultivo Empresarial del APEC y poder hacerles partícipes de lo que pienso acerca de la situación de las actuales negociaciones de la OMC. Esta mañana, me he sumado a la reunión de los Ministros de Comercio del APEC para intercambiar opiniones sobre la forma de reanudar lo antes posible las negociaciones de Doha. Los Ministros han reiterado su vinculación política al sistema multilateral. Todos ellos han expresado un sentimiento de urgencia y han pedido de consuno que sin demora se pongan de nuevo en marcha los motores de la negociación en Ginebra.

Naturalmente, en el orden del día de la reunión de esta mañana de los Ministros había otro punto importante: la adhesión de Viet Nam a la OMC. Deseo felicitar a nuestros amigos y colegas de Viet Nam por su incorporación a la familia del comercio mundial. Este momento es un momento importante para la Organización. La adhesión de Viet Nam a la OMC pone de manifiesto la firme voluntad política de integración en la economía mundial del Gobierno vietnamita, pero atestigua también que los Miembros de la OMC reconocen colectivamente la reforma económica y los cambios políticos que se iniciaron hace 20 años con la política de “doi moi”. Viet Nam es una estrella naciente en esta región.

Otro miembro del APEC, Rusia, avanza también hacia su adhesión a la Organización Mundial del Comercio. Habida cuenta de los progresos realizados en el pleno bilateral, incluido el anuncio del acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos, abrigo grandes esperazas de que Rusia dedique ahora la atención necesaria al aspecto multilateral de su proceso de adhesión, en el que no se han hecho aún avances paralelos. Debemos centrar nuestros esfuerzos en la próxima etapa de las negociaciones, la etapa multilateral, con miras a la firme incorporación de Rusia a un sistema de comercio multilateral basado en normas.

En lo que respecta a las negociaciones de Doha, desearía hablarles hoy de tres cuestiones: en primer lugar, de las razones por las que la Ronda se halla estancada. En segundo lugar, de lo que hay actualmente sobre la mesa y la razón por la cual no podemos renunciar a ello. Y en tercer lugar, de la forma en que la comunidad empresarial del APEC puede contribuir al avance de las negociaciones.

 

¿Por qué entraña tantas dificultades la Ronda de Doha?

El pasado mes de julio, tras haber mantenido consultas con los gobiernos Miembros de la OMC, propuse la suspensión temporal de las negociaciones para que los participantes dispusieran de un “cuarto intermedio” para reflexionar y reajustar sus posiciones. ¿Por qué la agricultura, que representa menos del 8 por ciento del comercio mundial, puede hacer descarrilar todo el programa de la Ronda de Doha? La respuesta es sencilla: porque la producción de alimentos sigue siendo un sector muy sensible para los países ricos y pobres. Y dado que la Ronda actual es la Ronda del Desarrollo y que más del 70 por ciento de los pobres del mundo viven en zonas rurales, es imposible que las negociaciones tengan éxito si no se rectifica adecuadamente el actual sesgo desfavorable a los países en desarrollo existente en la agricultura. Esa rectificación supone una reducción efectiva de las subvenciones agrícolas de los Miembros ricos de la OMC, así como una reducción de los aranceles sobre los productos agropecuarios que proporcione mejoras sustanciales del acceso a los mercados. Naturalmente, es preciso matizar la reducción de los aranceles con las flexibilidades necesarias para los países en desarrollo. En julio no pudimos llegar a un acuerdo sobre esos puntos porque, de un lado, los países en desarrollo no consideraban suficiente lo que se ofrecía en relación con la reducción de las subvenciones y, de otro, la insistencia en el mantenimiento de flexibilidades que podrían negar el principio del acceso a los mercados resultaba inaceptable para algunos países desarrollados y en desarrollo.

Para que la negociación actual tenga éxito, es necesario que todos y cada uno de los principales participantes en esta Ronda den un paso resuelto al frente. Cuando lo hagan, deberán aportar a sus posiciones la flexibilidad adicional que nos permita salvar las diferencias que existen con respecto a los acuerdos comerciales verdaderamente sustanciales que están ya, sin duda, a nuestro alcance. Recientemente los principales protagonistas han dado señales de estar dispuestos a admitir nuevas flexibilidades. Espero que esas señales se traduzcan pronto en cifras concretas y específicas.

 

¿Qué es lo que tenemos sobre la mesa?

Como puede comprenderse, la conclusión de la actual Ronda es difícil. Se trata del intento más ambicioso de apertura multilateral del comercio que han hecho los gobiernos, tanto por su alcance, especialmente en el núcleo básico de la agricultura, como por el número de países que están negociando y que tendrán participación en los resultados. La Ronda Uruguay permitió escribir el moderno código del sistema de comercio y la Ronda de Doha utiliza ese código para abrir el comercio y afianzar las reformas en una escala sin precedentes.

La Ronda de Doha abarca más de 20 esferas de negociación. Permítanme que examine solamente cinco de ellas que a mi juicio tienen una importante repercusión en sus actividades. En comparación con los resultados de la Ronda Uruguay, nadie puede decir que no vale la pena luchar por la actual Ronda.

La Ronda Uruguay consiguió establecer el primer conjunto completo de normas comerciales multilaterales con respecto a la agricultura, el Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. La Ronda creó un marco para someter a disciplinas las subvenciones a la agricultura e inició un proceso de apertura de los mercados en el comercio de productos agropecuarios. La Ronda de Doha brinda la posibilidad de avanzar más en el “establecimiento de condiciones de igualdad” en el comercio de productos agropecuarios, basándose en los resultados de la Ronda Uruguay.

En la Ronda Uruguay se consiguió una reducción media de los aranceles sobre los productos agropecuarios de un 36 por ciento en el caso de los países desarrollados y de un 24 por ciento, en el caso de los países en desarrollo, excepto en el de aquellos que optaron por proceder simplemente a consolidar sus aranceles. En esta ocasión, hemos abandonado el sistema de las reducciones medias, que daba a los países la opción de elegir lo que más les convenía y hacía que en último término hubiéramos de enfrentarnos a aranceles muy elevados sobre los productos sensibles, para adoptar una fórmula basada en bandas, con arreglo a la cual los aranceles altos se reducirán más que los bajos. Además, incluso las propuestas prudentes que están actualmente sobre la mesa sobrepasan con creces los recortes arancelarios conseguidos en la Ronda Uruguay.

En la Ronda Uruguay se produjo una reducción de un 20 por ciento de las subvenciones de los países ricos a la agricultura que distorsionan el comercio. Actualmente estamos debatiendo recortes más de tres veces mayores. En la Ronda Uruguay, los países desarrollados aceptaron reducir un 21 por ciento su gasto en subvenciones a la exportación, en tanto que actualmente hemos llegado ya al acuerdo de eliminar completamente esa categoría de subvenciones de aquí a 2013. La Ronda de Doha reforzaría también las disciplinas existentes y establecería nuevas disciplinas con respecto a otras formas de ayuda a las exportaciones, como los créditos a la exportación, la ayuda alimentaria y las empresas comerciales del Estado.

Además, en la Ronda de Doha se dará al algodón un trato ambicioso, rápido y específico en lo que respecta a los tres pilares de las negociaciones.

En cuanto a los progresos realizados con respecto a los productos industriales, que representan más del 90 por ciento del comercio mundial de mercancías, puede decirse simplemente que se materializan en “una fórmula, mayor previsibilidad y más recortes”.

La Ronda Uruguay abocó a reducciones medias de los aranceles, lo que implica que los Miembros podían elegir los productos cuyos aranceles se reducirían y los que no, lo que tenía como resultado las crestas arancelarias y la progresividad arancelaria, especialmente en relación con los productos de interés para los países en desarrollo, como los textiles y prendas de vestir o el calzado. En la Ronda actual, los Miembros aceptan reducir los aranceles conforme a una metodología en la que los recortes de los aranceles elevados serían mayores que los de los bajos. Sigue siendo un notable logro el hecho de que cerca de las dos terceras partes de los Miembros de la OMC, que representan en conjunto el 97 por ciento aproximadamente de las importaciones mundiales de productos industriales, apliquen la misma fórmula. Conforme a ella, los países desarrollados aplicarán los recortes arancelarios línea por línea, sin excepciones, en tanto que los Miembros en desarrollo dispondrán de flexibilidades limitadas.

La actual Ronda aportará también mayor transparencia y previsibilidad, al aumentar el número de aranceles sujetos a un tope máximo, es decir a consolidación. En la Ronda Uruguay el promedio de la cobertura de las consolidaciones arancelarias fue del 73 por ciento para sólo 21 países en desarrollo participantes y del 99 por ciento para los países desarrollados. En la Ronda de Doha la cobertura arancelaria de los países desarrollados llegará a un 100 por ciento. No hay que subestimar ese aumento del 1 por ciento, por cuanto el valor de los intercambios comerciales correspondientes es significativo, al menos en el caso de tres de esos países: el Canadá, el Japón y los Estados Unidos. En el caso de los países en desarrollo, el porcentaje aumentará al 99,7 por ciento aproximadamente.

La Ronda de Doha dará también lugar a mayores recortes y a la reducción de los márgenes de los tipos consolidados altos. Aunque la Ronda Uruguay se fijó como objetivo general una reducción del 33 por ciento, las reducciones efectivas fueron muy inferiores a ese promedio, especialmente en el caso de muchos países en desarrollo. La Ronda actual puede reducir significativamente los aranceles máximos que los países ricos siguen aplicando a las exportaciones de los países en desarrollo y recortar los aranceles de estos últimos, especialmente en relación con el comercio Sur-Sur.

Permítanme que examine ahora la situación en lo que respecta a los servicios. En la Conferencia Ministerial de Hong Kong de 2005, los Miembros convinieron en definir las aspiraciones colectivas con un grado de concreción sin precedentes. Se convino en consolidar las condiciones de acceso existentes en lo que respecta al comercio transfronterizo, contraer nuevos compromisos sobre una mayor participación de capital extranjero, incrementar la flexibilidad en relación con los tipos de entidades jurídicas autorizadas y mejorar los compromisos sobre profesionales de los servicios desvinculados de la presencia comercial. Los Miembros de la OMC acordaron también un enfoque plurilateral de las negociaciones basadas en peticiones y ofertas, para complementar el enfoque bilateral. En las negociaciones plurilaterales se ha prestado toda la atención necesaria a los sectores de interés y a los interlocutores estratégicos (Miembros que han presentado y recibido peticiones).

En sectores esenciales de los servicios, como los servicios financieros, de telecomunicaciones y ambientales, las negociaciones deben producir beneficios tangibles en lo que respecta al aumento del acceso a los mercados. Así pues, se ha preparado adecuadamente el terreno para una importante segunda serie de ofertas revisadas, que se había previsto que se presentaran a finales de julio de 2006, y que es de esperar que se presenten pronto en el contexto de la reanudación global de las negociaciones.

Otro resultado fundamental de esta negociación es la facilitación del comercio. Los gastos vinculados a la circulación de las mercancías a través de las fronteras incrementan los precios internos y limitan las exportaciones de las empresas al extranjero. En un reciente estudio citado por el Banco Mundial en Doing business 2007 se estima que cada día de retraso del tránsito de una mercancía reduce el comercio al menos en un 1 por ciento. Otro estudio revela que la reducción de los costos comerciales en un 50 por ciento podría aumentar el valor del comercio mundial de manufacturas a 377.000 millones de dólares EE.UU. al año y multiplicar por tres los beneficios derivados para los consumidores de la reducción de los aranceles.

Actualmente estamos negociando un acuerdo enteramente nuevo sobre la facilitación del comercio para adaptar las normas comerciales vigentes al mundo actual de las prácticas empresariales modernas. ¿De qué forma? Reduciendo los costos de transacción, lo que contribuirá a reducir los precios tanto para los consumidores como para los productores; reduciendo los costos de tránsito; facilitando la expansión de las pequeñas y medianas empresas que no pueden hacer frente al exceso de burocracia y de papeleo; y, por último, ayudando a los gobiernos a aplicar y llevar a cabo de forma más eficaz sus controles en la frontera.

La facilitación del comercio es una esfera en la que el APEC ha puesto de manifiesto su liderazgo y su determinación, y deseo darles las gracias por ello. Las ideas del Grupo de Trabajo sobre la Facilitación del Comercio del APEC y la vinculación entre las medidas relativas a la facilitación del comercio y la asistencia técnica a los miembros más débiles del APEC ha sido una fuente de inspiración en las conversaciones multilaterales.

Las negociaciones actuales mejorarán también las normas vigentes en materia de medidas antidumping y de subvenciones, introduciendo en ellas un mayor grado de transparencia y previsibilidad. Permitirán además establecer disciplinas más estrictas en relación con los acuerdos comerciales regionales. Por primera vez, someteremos también a disciplinas las subvenciones a la pesca, que contribuyen al agotamiento de las poblaciones de peces de nuestros océanos. En todo el mundo, la flota pesquera, que cuenta en conjunto con 24.400 grandes buques con cubierta y más de 2 millones de embarcaciones comerciales más pequeñas, captura en los océanos 80 millones o más de toneladas de peces, cantidad que equivale a cuatro veces el total de capturas en 1950. Las subvenciones mundiales a la pesca son responsables en parte del enorme exceso de capacidad de las flotas pesqueras del mundo y están dando lugar a que, como se ha dicho a menudo “un número demasiado grande de pescadores persiga a un número demasiado pequeño de peces”. Actualmente, el 75 por ciento de las poblaciones de peces están plenamente explotadas o sobreexplotadas y las subvenciones mundiales anuales a la pesca ascienden aproximadamente a 15.000 millones de dólares EE.UU. al año. Así pues, un acuerdo de la OMC sobre las subvenciones a la pesca podría contribuir a corregir esta situación.

Después de haber pasado revista a lo que está sobre la mesa en las esferas de la agricultura, los aranceles sobre los productos industriales, los servicios, la facilitación del comercio y las normas, por no hablar de otras muchas cuestiones que forman parte del todo único, considero que nadie puede sostener que no vale la pena luchar por esta Ronda. Vale la pena luchar por ella, y debemos hacer todos los esfuerzos posibles para que tenga éxito. La Ronda de Doha es para todos los Miembros de la OMC una oportunidad que sólo se presenta una vez por generación, y que sin duda supondría enormes beneficios comerciales y un mejor entorno comercial para la comunidad empresarial.

 

¿Cuál puede ser la contribución de la comunidad empresarial del APEC?

Desearía ahora abordar el último punto de mi intervención de hoy, la forma en que la comunidad empresarial del APEC puede contribuir a la conclusión de la Ronda de Doha.

Actualmente la región de Asia y el Pacífico se ha convertido, sin ningún género de dudas, en la región más dinámica de este planeta. Los miembros del APEC tienen una población de 2.600 millones de personas, y les corresponde en torno al 60 por ciento del PIB mundial y al 50 por ciento del comercio mundial. Es mucho lo que las economías del APEC se juegan en el éxito de la Ronda de Doha.

Espero que la comunidad empresarial del APEC haga tres cosas. En primer lugar, espero que ustedes presionen a sus gobiernos para conseguir una conclusión satisfactoria de la Ronda de Doha. Como he explicado antes, la comunidad empresarial obtendrá enormes beneficios de un resultado satisfactorio de la Ronda. En consecuencia, tienen ustedes que presionar a sus gobiernos y a sus negociadores para que muestren una voluntad política más tangible y pongan mayores flexibilidades en la mesa de negociaciones. En segundo lugar, deben ayudarnos a explicar los beneficios de la Ronda a quienes no saben muy bien de que se trata en ella. Esa labor tiene una importancia decisiva para aumentar la conciencia pública y el apoyo a la apertura del comercio a nivel mundial. Es indispensable en una época en la que la globalización tiene una enorme incidencia en el tejido económico y social de nuestros países, lo que genera a veces inquietudes legítimas en la opinión pública. En tercer lugar, deben ustedes participar en las negociaciones en la medida en que puedan hacerlo, informando a los negociadores de sus países de las dificultades, los obstáculos comerciales y el trato no equitativo a que han tenido que enfrentarse en sus actividades. El mundo actual cambia rápidamente, y la forma de hacer comercio cambia también. Su asesoramiento y sus sugerencias nos serán de gran utilidad para determinar la orientación de la elaboración de normas en el futuro.

El APEC 2006 tiene un buen lema: “Hacia una comunidad dinámica en beneficio del desarrollo sostenible y la prosperidad.” Espero que la comunidad empresarial del APEC pueda cumplir una función destacada en el logro de un entorno comercial mundial transparente y previsible, tendiendo puentes para salvar diferencias e impulsando una mayor libertad de comercio.

Por último, desearía aprovechar la oportunidad para agradecer a este Consejo el continuo apoyo que ha prestado a nuestra labor, al instar a que se reanuden sin demora y se concluyan de forma satisfactoria las negociaciones de la Ronda de Doha. Como han señalado ustedes acertadamente en el informe a los dirigentes económicos del APEC “el PDD constituye una oportunidad que se presenta una vez por generación de avanzar en la liberalización del comercio y debe finalizar con un resultado positivo para la comunidad comercial y mundial”.

Su apoyo a la OMC, a la Ronda de Doha, es decisivo en este momento crucial. Espero tener la oportunidad de colaborar estrechamente con ustedes en los próximos meses para alcanzar nuestro objetivo común. Cuento con su apoyo.

Muchas gracias.

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