WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG PASCAL LAMY

Observaciones del Sr. Pascal Lamy, Director General de la OMC
12º período de sesiones de la Asamblea Parlamentaria Conjunta ACP/UE, Barbados

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Señoras y señores:

Es para mí un placer estar hoy aquí con ustedes, aunque sólo sea en forma “virtual”.

Permítanme empezar rindiendo homenaje a los parlamentarios. En su calidad de representantes de la voz del pueblo, son imprescindibles para el trabajo de la OMC. Únicamente a través de ellos puede la OMC conseguir que sus acuerdos comerciales sean realmente aceptados. Únicamente a través de ustedes puede la OMC responder verdaderamente a las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos del mundo.

Me complace, en particular, que el comercio internacional figure hoy en el orden del día de su reunión. Y, a decir verdad, hay muchas razones por las que debe figurar.

  • En 2005, el PIB colectivo de los países ACP ascendió a 564.000 millones de euros. ¡La relación entre las exportaciones y el PIB de esos países llegó a alcanzar el 30 por ciento! Aunque reconozco que existen notables variaciones entre los diferentes miembros del grupo de países ACP, esta estadística no deja de ser extremadamente significativa. Evidencia la importancia del comercio internacional para sus economías.

  • Por otra parte, el comercio de los países ACP ha experimentado un importante crecimiento y su balanza comercial se ha mantenido bastante equilibrada. De 2001 a 2005, sus exportaciones pasaron de 115.000 millones a 171.000 millones de euros: un aumento del 30 por ciento. Sus importaciones pasaron de 121.000 millones a 174.000 millones: el mismo aumento del 30 por ciento.

  • Si examinamos las relaciones comerciales entre los países ACP y la UE, podemos observar la magnitud de su interdependencia. Cerca del 30 por ciento del comercio de los países ACP se realiza con la UE, lo que hace de ésta su primer interlocutor comercial. Pero también tienen otros importantes interlocutores. Los Estados Unidos, que representan el 20 por ciento de su comercio total, son el segundo de ellos, seguidos de China, el Japón, Corea, Sudáfrica, el Brasil, etc. Sus interlocutores en el comercio internacional son numerosos.

  • Pero los productos que exportan son igualmente numerosos. Comprenden desde productos agrícolas y energéticos hasta diversas manufacturas, como productos químicos, textiles y prendas de vestir. Aunque los productos primarios representan cerca del 60 por ciento de sus exportaciones, han sido capaces de producir más productos manufacturados en el curso de los años, añadiendo valor a sus materias primas.

El panorama que acabo de describirles pone de manifiesto, espero, que el comercio internacional es un importante pilar de sus economías. Una apertura adicional del comercio reportaría beneficios aún mayores a los países ACP. Sin embargo, estoy firmemente convencido de que esa apertura del comercio debe ir acompañada de un conjunto adecuado de políticas económicas, sociales, ambientales y de otro tipo, para poder obtener todos sus beneficios, como sin duda bien saben ustedes, los parlamentarios.

Por supuesto, habrán oído hablar de la suspensión del Programa de Doha para el Desarrollo el pasado mes de julio. La Ronda de Doha se inició en 2001 con la esperanza de reequilibrar las normas del sistema multilateral de comercio en favor de los pobres. Se inició con la esperanza de que consolidaría el sistema multilateral de comercio que tanto se habían esforzado en crear los países, asegurando de ese modo que nunca prevaleciera de nuevo la ley de la jungla en las relaciones comerciales. Sin embargo, lamentablemente, las posiciones de los principales interlocutores en la OMC seguían estando demasiado distanciadas en julio. Tuvimos que pedir, por tanto, un “descanso” en las negociaciones. Un período en el que los países pudieran reflexionar sobre la flexibilidad necesaria para regresar a la mesa de negociaciones.

Los parlamentarios fueron de los primeros en comprender los riesgos del fracaso de la Ronda de Doha. De repente estaba en peligro un acuerdo con un nivel de ambición dos o tres veces superior al de la Ronda Uruguay. Estaba también a punto de desaparecer una oportunidad histórica de reequilibrar las normas del sistema multilateral de comercio en favor de los pobres.

De ahí el llamamiento de la Unión Interparlamentaria en pro de su reanudación inmediata, sólo dos meses después de la suspensión. Muchos otros parlamentarios han hecho llamamientos similares, como el Parlamento Europeo. En la OMC, fueron algunos de los países más pobres del mundo -los países menos adelantados- los que encabezaron la petición de un regreso a la mesa de negociaciones.

Pero, ¿qué es lo que está en juego en la Ronda de Doha para los países ACP? ¿Por qué es necesario concluir la Ronda de Doha? Al tratarse de una “ronda” de negociaciones comerciales, hay un sinfín de asuntos diferentes que son objeto de negociación: la agricultura, los productos industriales, los servicios, la facilitación del comercio, el medio ambiente, las subvenciones a la pesca, etc.

Todas estas cuestiones son importantes para los países ACP. Sin embargo, empezaré por los servicios, porque sé que en esta sesión de su asamblea se ha estado examinando el sector del turismo. Aunque son varios los sectores de servicios objeto de negociación en la OMC que revisten interés para los países ACP, como los servicios de transporte y los relacionados con el medio ambiente, es comprensible que muchos de ustedes centren su atención en el turismo. En las Maldivas, Seychelles, Antigua y Barbuda y las Bahamas, los viajes y el turismo representan el 50 por ciento del PIB. Al liberalizar los servicios de turismo, los países ACP tienen la oportunidad de atraer a un mayor número de turistas. Porque, como demuestra el trabajo de la Organización Mundial del Turismo, los turistas buscan no sólo actividades de esparcimiento y lugares históricos, sino también las mejores instalaciones. El mejor servicio al cliente. Sólo se podrá mejorar los servicios de turismo si se suprimen los obstáculos a su comercio, es decir, la multitud de reglamentaciones que ponen trabas a los proveedores de servicios. Entre los obstáculos habituales al comercio de servicios de turismo se incluyen las restricciones impuestas al establecimiento y la presencia de entidades comerciales extranjeras.

Pero, para promover realmente los servicios de turismo, los países necesitarán sin duda abrir también muchos otros sectores de servicios conexos, como los de transporte. Los países ACP pueden desempeñar un importante papel en las negociaciones sobre los servicios. Les insto, por consiguiente, a prestar la mayor atención a este asunto.

Por lo que respecta a la agricultura, los países ACP posiblemente se beneficiarían de un importante paquete de propuestas presentado en julio y que podría seguir mejorándose cuando se reanudaran las negociaciones. Antes de la suspensión, los Miembros de la OMC habían llegado ya a un acuerdo sobre la eliminación de todas las formas de subvenciones a la exportación en 2013 a más tardar, así como la supresión paralela de otras prácticas algo menos directas de subvención de las exportaciones. Además, se habían presentado a los países desarrollados propuestas para reducir en un 60-70 por ciento los límites máximos de la OMC para sus subvenciones internas causantes de distorsión del comercio. Esta reducción de las subvenciones habría sido decisiva para establecer un nuevo equilibrio en el comercio agrícola en favor de los pobres. Como gusta decir el Ministro Kamal Nath, los países pobres pueden competir con los productos agrícolas de los países ricos, pero lo que no pueden hacer es competir con sus tesorerías.

Además, se presentó una propuesta para reducir a la mitad los aranceles del mundo desarrollado. Sin embargo, quiero subrayar que el paquete ofrecía a los países en desarrollo, y en particular a los más pequeños y vulnerables de ellos, la posibilidad de proteger los sectores sensibles y ajustar el ritmo de su apertura del comercio.

El “algodón estuvo también en el orden del día. Cuatro países ACP, a saber, Benin, Burkina Faso, el Chad y Malí, junto con muchos otros países de ese grupo, habían luchado con denuedo durante largo tiempo para que se diera prioridad al algodón en la Ronda de Doha. Y habían ganado esta batalla, al acordar los países otorgar al algodón un trato más específico, ambicioso y rápido tanto en lo relativo a las subvenciones como a los aranceles. De hecho, ya se había prometido el acceso libre de derechos y de contingentes de las exportaciones de algodón de los PMA a los mercados de los países desarrollados.

Las negociaciones sobre los productos industriales son también importantes para los países ACP, como en el caso de los productos químicos y los textiles y prendas de vestir. La Ronda de Doha les habría ofrecido un acceso sustancialmente mayor a los mercados elegidos como objetivo, no sólo en los países desarrollados sino también en los países en desarrollo. Además, se habría abordado el problema de la progresividad arancelaria, es decir, de los aranceles que aumentan con el valor añadido, ya fuera para los productos agropecuarios o industriales. La reducción de estos aranceles “antidesarrollo” habría contribuido a promover la industrialización de los países más pobres del mundo.

Llegado a este punto, creo que debo detenerme para abordar una cuestión que sin duda está en la mente de todos ustedes: la erosión de las preferencias. Permítanme exponer mis opiniones sobre esta importante cuestión. Las preferencias han sido siempre una solución a corto plazo para un problema a largo plazo . ¿Por qué? Porque se tiende hacia una mayor apertura del comercio, ya sea por medio de iniciativas multilaterales, bilaterales o unilaterales. Basta con ver el número de acuerdos de libre comercio que existen actualmente, así como los nuevos acuerdos que se están negociando y que erosionan cada día las preferencias. La OMC ofrece a los países ACP la posibilidad de una apertura “regulada” del comercio; una apertura cuyo ritmo ellos puedan decidir. Sólo a través de la OMC pueden los países ACP asegurarse un entorno comercial previsible a largo plazo.

Hay muchos otros aspectos de la Ronda de Doha que habrían podido beneficiar a los países ACP, como las negociaciones sobre la facilitación del comercio, destinadas a eliminar los trámites burocráticos (como los procedimientos engorrosos del despacho de aduana) que obstaculizan el comercio; y las negociaciones sobre la pesca, que habrían reducido las subvenciones a la pesca que ponen en peligro a las poblaciones mundiales de peces. Todas estas cuestiones eran parte de la Ronda de Doha. La suspensión de las conversaciones comerciales paralizó este paquete de propuestas, que habrían sido inconcebibles en la época de la Ronda Uruguay.

La semana pasada decidimos, junto con nuestros embajadores, comenzar de nuevo el proceso de negociación aquí en Ginebra. Pero todos sabemos que para pasar a unas negociaciones ministeriales plenas será necesario reflexionar seriamente y contraer compromisos firmes. Les pido que apoyen la reanudación de estas negociaciones a todo gas, para poder cosechar todos sus frutos.

Por último, permítanme decir que, si bien la Ronda de Doha generará nuevas oportunidades comerciales, es bien sabido que para que estas oportunidades se hagan realidad será necesario resolver las limitaciones relacionadas con la oferta a que se enfrentan ustedes. De ahí la necesidad de la ayuda para el comercio. Quisiera invitarles a seguir persiguiendo un paquete sustancial de ayuda para el comercio como complemento de la Ronda de Doha y, lo que es más importante, a seguir preconizando en sus países la inclusión del comercio en su programa de desarrollo. Espero que ésta sea una de sus prioridades.

Les agradezco su atención y tendré mucho gusto en responder a sus preguntas.

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