WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Welcoming remarks


MÁS INFORMACIÓN:
> Discursos: Roberto Azevêdo

  

Excelentísimo Señor Presidente Uhuru Kenyatta,
Excelentísima Señora Presidenta Ellen Johnson Sirleaf,
Dr. Mukhisa Kituyi, Secretario General de la UNCTAD, en representación del Secretario General de las Naciones Unidas,
Excelentísimo Señor Primer Ministro Ruhakana Rugunda, en representación del Excelentísimo Señor Presidente Yoweri Museveni,
Excelentísima Señora Ministra Amina Mohamed,
Señores Ministros, Viceministros,
Señor Embajador de Mateo, Presidente del Consejo General,
Señores Embajadores,
Señoras y Señores,

Bienvenidos a la Décima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio.

Quiero rendir homenaje al Gobierno y al pueblo de Kenya por acoger esta Conferencia Ministerial, y por la cálida y amable bienvenida que nos han dispensado.

Quiero expresar mi sincero agradecimiento al Presidente Kenyatta, por su liderazgo y su convicción en el poder del comercio para transformar y mejorar la vida de las personas.

Quiero agradecer a la Ministra Mohamed, Presidenta de la Conferencia esta semana, sus incansables esfuerzos por proporcionar el lugar perfecto para nuestras deliberaciones y hacer que esta Conferencia sea un éxito.

El compromiso del Gobierno de Kenya con esta Conferencia ha sido absoluto. Creo que ello refleja su compromiso con el comercio como motor de crecimiento y desarrollo.

En nombre de la Organización Mundial del Comercio y de cada uno de sus 162 Miembros, quiero darles las gracias por su generosa hospitalidad y por recibirnos en un marco tan ideal.

Quiero también aprovechar esta oportunidad para felicitar a la Presidenta Ellen Johnson Sirleaf por su liderazgo en el proceso de adhesión de Liberia a la OMC. Espero que el ingreso de Liberia sea uno entre varios resultados positivos de nuestra labor aquí esta semana.

Por último, quiero destacar el acuerdo decisivo alcanzado en París el sábado.

Felicito al Secretario General Ban Ki-moon y al Gobierno francés en particular.

Se trata efectivamente de un logro a nivel mundial.

Hace tiempo que la respuesta al cambio climático es uno de los problemas más difíciles a los que se enfrenta la comunidad internacional. Y tras muchos años de esfuerzos por fin tenemos un acuerdo. Hemos sido testigos del poder que tiene el mundo cuando actúa como uno solo.

Ese importante acontecimiento debería inspirarnos aquí en Nairobi.

Debería inspirarnos para ampliar nuestras miras, ir más allá, ser más ambiciosos y utilizar el comercio para el bien común.

Hace dos años, en Bali, recordamos unas famosas palabras de Nelson Mandela, palabras que escuché de nuevo en París el sábado:

"Todo parece imposible hasta que se hace."

Pienso que aquí, en la primera Conferencia Ministerial de la OMC que se celebra en suelo africano, deberíamos imbuirnos de ese sentimiento una vez más.

Kenya nos ha brindado el marco. Ahora nos toca a nosotros obtener resultados.

Muchas gracias.
Discurso ante los Ministros
Excelentísima Señora Ministra Amina Mohamed,
Señores Ministros,
Embajador de Mateo,
Excelencias;
Señoras y Señores,

Permítanme rendir homenaje una vez más al Gobierno y al pueblo de Kenya por acoger la Conferencia Ministerial de la OMC en su décimo período de sesiones.

Quiero aprovechar esta oportunidad para dar una bienvenida especial a los Miembros que se han adherido a la Organización desde nuestra última Conferencia Ministerial: el Yemen, Seychelles y Kazajstán. Nos alegra contar con su presencia. Y por supuesto esperamos dar la bienvenida a Liberia y el Afganistán en los próximos días.

Esta es la primera Conferencia Ministerial de la OMC que se celebra en África. Como ha dicho la Ministra Mohamed, Kenya acoge esta Conferencia en nombre de todo el continente. Me alegro de que así sea.

En mi calidad de Director General me reúno con un gran número de dirigentes y empresarios africanos, y siempre me maravilla su energía y determinación.

En muchas ciudades africanas, incluida Nairobi, existe un sentido de anticipación poco común.

África está en auge.

Es el continente con más jóvenes del mundo.

Su economía es la que crece más rápido.

Su potencial no tiene igual. Y no cabe duda de que el comercio ha de desempeñar un papel crucial para que ese potencial se haga realidad.

Se están realizando esfuerzos por eliminar los obstáculos al comercio en todo el continente. Y existe realmente la convicción de que el comercio puede ser determinante.

En un estudio realizado a nivel mundial por el Pew Research Centre se constató que, de todas las regiones, era en África donde la opinión pública era más partidaria del comercio.

La OMC se creó en suelo africano, en Marrakech. Por lo tanto, aunque esta es nuestra primera Conferencia Ministerial en África, en realidad es como volver a casa.

Y espero que en los próximos días aprovechemos esta oportunidad para obtener resultados en favor de África.

Huelga decir que esta Conferencia también coincide con el vigésimo aniversario de la OMC.

En estos 20 años, la causa del comercio internacional liberalizado, orientado al desarrollo, inclusivo y basado en normas ha avanzado significativamente.

Treinta y cuatro Miembros se han adherido a la OMC, lo que significa que casi todas las economías del mundo ahora forman parte de un único sistema de comercio que abarca el 98% de las corrientes comerciales mundiales.

Los obstáculos al comercio han seguido disminuyendo durante este período.

No es una coincidencia que los aranceles medios se hayan reducido a la mitad.

La mayor parte del comercio mundial está ahora libre de derechos.

Y el volumen del comercio se ha duplicado con creces.

Cuando ustedes crearon la OMC y acordaron los textos jurídicos, lo que hicieron, de hecho, fue dotar de una constitución al comercio mundial: una constitución que recoge los principios fundamentales del comercio y que resistirá el paso del tiempo.

Los Miembros vigilan que sus respectivas prácticas y reglamentaciones se ajusten a esos principios para mejorar la transparencia y evitar el proteccionismo. Y en caso de que se produzcan conflictos, hemos creado uno de los sistemas de solución de diferencias más eficaces del mundo para resolverlos. El sistema va ya por su 500º asunto.

Así pues, la Organización ha quedado asentada como un pilar básico de la gobernanza económica mundial.

Huelga decir que nuestro trabajo también consiste en negociar nuevos acuerdos y reformar el conjunto de normas.

Y la última vez que nos reunimos — en Bali hace dos años — logramos el mayor éxito de la OMC en sus 20 años de historia.

El Paquete de Bali contenía diversas medidas cruciales sobre la agricultura, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Nos deparó el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que, cuando se ponga en aplicación, podría tener un efecto superior al de la eliminación de todos los aranceles restantes a nivel mundial, cuyos beneficios irían a parar en su mayor parte a los países en desarrollo.

En la actualidad estamos trabajando para llevar adelante todos los elementos del Paquete de Bali, incluida la aceleración de las ratificaciones del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, a fin de que lo podamos poner en aplicación. Les pido que sigan apoyando este esfuerzo.

Bali fue un gran avance en nuestra labor de negociación. Y después de Bali, todo lo que estábamos negociando antes — en el contexto de la Ronda de Doha — volvió a ponerse sobre la mesa.

Hemos trabajado intensamente desde entonces para avanzar lo más posible en estas cuestiones. Estuvimos trabajando en ello hasta el último minuto antes de marchar de Ginebra para venir a Nairobi.

Resultó bastante difícil abordar algunas de estas cuestiones y fue imposible lograr avances en muchas de las cuestiones fundamentales, pese a nuestros esfuerzos por ser creativos y mantener una actitud abierta. No obstante, vinimos a Nairobi aun con la esperanza de que en algunas esferas — algunas esferas importantes — pudiéramos encontrar la forma de concluir las negociaciones.

Cuando marchamos de Ginebra, los negociadores seguían trabajando para finalizar acuerdos que podrían incluir:

  • medidas sobre la agricultura;
  • medidas para mejorar la transparencia;
  • varias medidas sobre trato especial y diferenciado para los países en desarrollo y menos adelantados; y
  • algunas cuestiones específicas para los PMA.

Creo que hay un verdadero deseo de lograr resultados aquí en Nairobi, en particular en favor de los PMA, 33 de los cuales son naciones africanas.

El Embajador Monyane de Lesotho, que preside el Grupo Africano en Ginebra, lo expuso muy bien cuando dijo:

"Tenemos que lograr resultados para todos aquellos a los que representamos, incluidos los que no ven las conferencias de prensa, los que no leen los periódicos o los que no tienen televisión. Tenemos que lograr un verdadero éxito para ellos y eso significa lograr algo que mejore sus medios de subsistencia."

Hago mía esa declaración. Eso es lo que debemos hacer aquí.

Quiero agradecer el generoso apoyo que han ofrecido ayer muchos de ustedes a los PMA en la conferencia sobre promesas de contribuciones para el Marco Integrado mejorado.

También me gustaría dar las gracias a todos los Miembros que han facilitado fondos para apoyar la participación de los PMA en esta Conferencia Ministerial.

Cualquiera que sea el resultado que alcancemos en Nairobi, confío en que esté orientado al desarrollo y en él se dé prioridad a los PMA.

Seré claro: no pretendemos lograr un resultado perfecto y, sea cual sea este resultado, nunca será tan amplio y ambicioso como quizás algunos habían esperado cuando emprendimos este viaje. En todo caso, no constituiría una conclusión satisfactoria de las cuestiones de Doha. Sin embargo, podemos adoptar importantes medidas, medidas que podrían ayudar a mejorar la vida y las perspectivas de muchos, a reforzar el sistema del que todos dependemos.

Lo que podamos alcanzar exactamente dependerá de lo que hagan ustedes en los próximos días y las próximas horas.

Hemos estado cerca de lograr el éxito en numerosas ocasiones y, a última hora, hemos dado un paso atrás. Es algo que he vivido y no hay una vez que no haya lamentado que no diéramos ese último paso. Sé que muchos de los aquí presentes comparten este sentimiento.

Pero no es hora de lamentar una vez más. Aprovechemos la oportunidad que se nos brinda.

Por supuesto, otras esferas de negociación han ido avanzado también.

Algunos Miembros han explorado cuestiones que no forman parte del Programa de Doha.

Por ejemplo, ha habido progresos importantes en las negociaciones para ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información.

En el marco de este Acuerdo ampliado se eliminarán los aranceles aplicables a 200 productos de tecnología de la información. El comercio de esos productos se ha valorado en más de 1,3 billones de dólares anuales. Por consiguiente, se eliminarán los aranceles sobre aproximadamente el 10% del comercio mundial. Se trata de un acuerdo importante y espero que en Nairobi veamos progresos en este frente.

Los trabajos también han avanzado con respecto al Acuerdo sobre Bienes Ambientales y creo que la importancia de esta iniciativa — de esta cuestión — se ha puesto claramente de manifiesto con el acuerdo histórico de París. En los últimos días, hemos podido observar progresos importantes en esta labor y espero que los participantes sigan avanzando en el nuevo año.

Si bien debemos hacer todo lo posible por obtener resultados significativos en Nairobi, todos hemos de reconocer que esto no es más que una parte del conjunto.

No se trata solo de lo que haremos esta semana, sino también de lo que haremos después, de nuestro programa — de nuestra visión — para los próximos años.

Como he dicho ya, la OMC realiza una importante labor de administración del sistema mundial de comercio: promueve el imperio del derecho, vigila las políticas y resuelve las diferencias. Estos elementos del sistema se valoran muy positivamente y seguirán siendo esenciales para mantener un comercio fluido.

Pero, a pesar de algunos importantes avances recientes, no hay duda de que nuestra labor de negociación se enfrenta con problemas reales.

Hemos de considerar qué esperamos del sistema y de qué forma podemos mantenerlo como foro de negociación.

Ante el frágil crecimiento económico, los Miembros deberían recurrir a la OMC para impulsar el comercio como motor de la aceleración del crecimiento y el desarrollo. Pero demasiado a menudo buscan soluciones en otra parte.

Los Miembros se centran cada vez más en iniciativas comerciales bilaterales y regionales. Evidentemente, esto se debe en parte a la falta de progresos en la OMC y a las limitaciones que encontramos en nuestra labor.

Pero permítanme decirles algo: la existencia de iniciativas bilaterales y regionales no es motivo de preocupación. Hace mucho tiempo que estas coexisten con el sistema multilateral y lo complementan. Según nuestro análisis de estos acuerdos, todos llevan dentro el ADN de la OMC. No hay nada en ellos que contradiga de forma patente las normas de la OMC.

Sin embargo, un aspecto más importante que hay que examinar es si esas iniciativas incluyen esferas que actualmente no están abarcadas por la OMC.

No nos preocupa que las iniciativas se aventuren en esas esferas. Nos preocupa que la OMC no esté examinando adecuadamente cómo puede responder a esa nueva situación.

El mayor valor de la OMC es que todos, grandes o pequeños, ricos o pobres, tienen voz en ella.

Pero, según están las cosas ahora, corremos el riesgo de que el programa de comercio internacional se desarrolle fuera de la OMC y, por lo tanto, que una gran parte de los Miembros simplemente no participen en él. Esos Miembros no podrán contribuir a la configuración del programa de negociación comercial, en el que tal vez se dejen atrás cuestiones que son fundamentales para ellos y que solo se pueden resolver de forma adecuada en un foro multilateral.

Tenemos que pensar qué podemos hacer para que los Miembros de la OMC tengan voz, para que sean los conductores y no los pasajeros o meros observadores.

Por lo tanto, quisiera pedirles que, cuando reflexionen sobre el futuro de nuestra labor de negociación, recuerden dos cosas.

En primer lugar, aunque todavía no hayamos logrado concluir el Programa de Doha, las cuestiones que se han estado negociando durante todo este tiempo no han desaparecido. No están resueltas. Esas cuestiones están todavía muy presentes, siguen siendo un problema para el mundo actual ‑no para el mundo de ayer, para el mundo de hoy — y hay que resolverlas. No se pueden esconder debajo de la alfombra.

En segundo lugar, debemos aprender del pasado reciente, en particular del éxito de Bali. En Bali aprendimos que, si queremos tener éxito, hay que ser inclusivos. Si queremos tener éxito, hay que ser flexibles.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio se logró precisamente por esas razones. Este Acuerdo permite a los Miembros participar de forma proporcionada a su capacidad. Permite a los Miembros decidir individualmente a qué ritmo desean asumir los compromisos e incluso si necesitan asistencia para cumplirlos.

Debemos aplicar esos principios ahora al establecer el programa, y en las conversaciones ulteriores que tengamos.

Señores Ministros,
Excelencias,
Señoras y Señores,

Como en Bali, habrá momentos que pueden definir el futuro.

Todavía están sobre la mesa cuestiones importantes que apoyarán el crecimiento y el desarrollo, así como decisiones que determinarán el camino a seguir en las negociaciones comerciales mundiales.

Ahora que nos preparamos para esos trabajos, creo que debemos recordar el espíritu con el que se creó esta Organización hace 20 años.

Este espíritu representa lo mejor de nosotros:

  • el deseo de cooperar,
  • de resolver problemas mediante el diálogo, no mediante el conflicto, la protección o las medidas de retorsión,
  • de romper muros, no para construirlos,
  • de asegurarnos de que todos, incluso los más poderosos, estén sujetos a unas normas comunes, y de que los más pobres reciban la ayuda que necesitan para poder competir,
  • de trabajar juntos en beneficio de todos.

Estos son grandes ideales y, como en cualquier gran empeño humano, no siempre logramos estar a la altura. Una y otra vez nos quedamos a medias, pero seguimos tratando de hacer más, de hacerlo mejor.

En el Acuerdo de París hemos visto que, si hay voluntad política, pueden superarse divergencias que parecían infranqueables. Y esto también lo vimos en Bali hace dos años.

Por tanto, los invito a todos a que en los próximos días trabajen con actitud abierta y con la vista puesta en el futuro.

Los invito a todos a ponerse manos a la obra.

Muchas gracias.

 

Servicio de noticias RSS

> Si tiene problemas para visualizar esta página,
sírvase ponerse en contacto con [email protected], y proporcionar detalles sobre el sistema operativo y el navegador que está utilizando.