WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Roberto Azevêdo


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Hola a todos.

Es para mí un gran placer estar aquí.

Quisiera dar las gracias a la Confederación Nacional de Industria del Brasil por la organización de este acto y por la oportunidad de intercambiar opiniones con ustedes.

El Brasil siempre ha participado de manera muy constructiva en el debate sobre el comercio.

En ese diálogo, que deseo proseguir hoy aquí, el sector privado siempre ha desempeñado una función esencial.

Esta reunión se celebra en tiempos difíciles, en numerosos aspectos. Por el momento me centraré en el entorno económico mundial.

Todas las economías afrontan un panorama económico sombrío, con previsiones a la baja que pronostican un crecimiento modesto para 2016 y 2017.

En estas condiciones, los gobiernos se esfuerzan por superar múltiples dificultades en su empeño por reactivar un crecimiento pujante.

Y existe cierta inquietud en torno al papel del comercio como apoyo del crecimiento.

La OMC publicará en breve sus previsiones anuales sobre el comercio. En un contexto de debilidad de la demanda mundial, parece probable que se mantengan las recientes pautas de escaso crecimiento del comercio.

No obstante, en el Brasil, como consecuencia de diversos factores, la exportación parece estar convirtiéndose en una alternativa para muchos sectores, y el comercio puede desempeñar una función más positiva en la senda de recuperación del crecimiento. De hecho, en un contexto económico nacional desfavorable, el comercio puede ser una fuente de noticias alentadoras para la economía brasileña.

Sobre todo en una época en que se contrae el mercado interior, un tipo de cambio más favorable para las exportaciones crea nuevas posibilidades, nuevas alternativas para los emprendedores brasileños. En cualquier caso, conviene recordar que la participación en el comercio internacional debe formar parte de una estrategia a medio o largo plazo, que no dependa únicamente de las circunstancias inmediatas.

Por lo tanto, me complace enormemente haber recibido, esta misma mañana, el instrumento de aceptación por el Brasil del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.

Al asumir un compromiso internacional en esta esfera, el Brasil mejorará las condiciones de acceso de sus empresas a los mercados internacionales. Se creará así un incentivo para que un mayor número de empresas brasileñas incluya el comercio en sus estrategias de crecimiento.

 

ACUERDO SOBRE FACILITACIÓN DEL COMERCIO

Permítanme examinar más detalladamente este Acuerdo.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, concluido en 2013, fue el primer acuerdo multilateral concertado desde la creación de la OMC hace dos décadas.

Y puede resultar determinante para mejorar la integración del Brasil en las corrientes mundiales de comercio.

Durante muchos años he actuado como representante del Brasil ante la OMC y conozco muy bien la incidencia que pueden tener los costos elevados del comercio para los comerciantes brasileños. Esos costos suponen un freno para la competitividad del país, con la consiguiente merma del empleo y el crecimiento.

Este Acuerdo contribuirá a abordar este problema.

Su objetivo fundamental consiste en simplificar y normalizar los procedimientos aduaneros, reduciendo la duración y el costo del movimiento transfronterizo de mercancías.

Prevemos que, una vez que el Acuerdo se aplique plenamente, los costos del comercio se reduzcan en un 14,5% por término medio.

En las economías en desarrollo, el valor de las exportaciones podría aumentar en casi 730.000 millones de dólares al año. En conjunto, la aplicación del Acuerdo puede incrementar las exportaciones mundiales de mercancías hasta 1 billón de dólares al año.

El Brasil ya ha acometido importantes reformas en este aspecto, como el sistema de ventanilla única. Quiero felicitar a la CNI por el apoyo brindado a esta importante labor.

Además, el Acuerdo puede contribuir a la integración del Brasil en las cadenas de producción mundiales.

En una economía globalizada, los productos no se suelen fabricar en un solo país, sino en distintas partes del mundo. Cualquier producto de uso cotidiano puede contener elementos de todos los continentes.

Al propiciar las corrientes comerciales, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio puede contribuir a la integración de las economías en esas nuevas estructuras de producción y al consiguiente impulso de su crecimiento económico.

Durante los últimos años, el Brasil ha aumentado su participación en estas cadenas de valor mundiales. La participación del país representa en conjunto alrededor del 35% de las exportaciones brutas totales, si se cuentan tanto las exportaciones que utilizan componentes importados como las que se utilizan como componentes en otros países. Con todo, esta proporción sigue siendo inferior al promedio de las demás economías en desarrollo, que ronda el 48%. Por lo tanto, puede haber oportunidades en esta esfera.

Estos son solo algunos de los beneficios que el Acuerdo puede suponer para las empresas de todo el mundo, y también para las brasileñas.

El Brasil desempeñó una función esencial en las negociaciones que permitieron alcanzar este Acuerdo.

Por ejemplo, el Brasil fue uno de los países que abogaron por establecer una sección especial referente a los productos perecederos, a fin de asegurar su rápido procesamiento y evitar así que se estropeen durante la espera en la frontera. También participó de forma muy activa en las negociaciones de la sección sobre cooperación aduanera, aspecto muy importante para evitar fraudes en la frontera.

Este es un buen ejemplo del modo en que podemos trabajar en la OMC, donde todos los Miembros tienen un lugar en la mesa desde el que pueden plantear las cuestiones que les resulten de mayor interés.

 

NAIROBI

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, concluido en 2013, fue una primicia para la Organización, pero desde entonces hemos seguido logrando resultados. Se ha convertido en una costumbre.

En diciembre del año pasado se reunieron en Nairobi los Ministros de todos los Miembros de la OMC. Se alcanzaron resultados muy importantes y, una vez más, el Brasil desempeñó un papel fundamental en los debates.

Es un resultado muy relevante el que los Miembros hayan acordado eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios.

Este ha sido otro momento importante, pues se trata de la mayor reforma de los últimos 20 años de las normas que rigen el comercio agropecuario.

Hacía tiempo que los países en desarrollo, y entre ellos el Brasil, venían exigiendo la adopción de medidas sobre esta cuestión. Ha sido, pues, una gran victoria para el Brasil.

Los países han recurrido a menudo a las subvenciones a la exportación durante las crisis económicas, y la historia reciente nos muestra que cuando un país actúa así, los demás se apresuran a imitarlo.

Cuando los países hacen uso de estas subvenciones, eso significa que los agricultores ya no compiten solo con otros agricultores, sino que los agricultores de un país tienen que competir con la capacidad financiera de la hacienda pública de otro país.

Así pues, la supresión de esta ayuda causante de distorsión del comercio contribuirá a crear condiciones más igualitarias en los mercados agropecuarios, en favor de los agricultores y los exportadores del Brasil y otros mercados en desarrollo.

La carne, los productos lácteos y el azúcar son ejemplos concretos de productos para los que se están eliminando las subvenciones a la exportación que antes se concedían.

De hecho, la eliminación de estas subvenciones era una meta fundamental de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, así que la consecución de este resultado, tan solo tres meses después de haber acordado los objetivos, ha supuesto un gran logro.

Además, durante la reunión de Nairobi un grupo de Miembros de la OMC convinieron en ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC.

En virtud de este Acuerdo se eliminarán los aranceles aplicables a 201 productos de tecnología de la información adicionales, como los semiconductores de última generación, los aparatos de GPS, los productos médicos avanzados y las máquinas herramienta.

El comercio de estos productos se ha valorado en alrededor de 1,3 billones de dólares anuales, es decir, el 10% del comercio mundial. Esta cifra supera, por ejemplo, la del comercio mundial de productos de la industria del automóvil.

Con este Acuerdo, los aranceles aplicables a esos productos se reducirán a cero y se garantizará jurídicamente que se mantienen en cero.

Tiene especial importancia el hecho de que el Acuerdo beneficiará a todos los Miembros de la OMC, incluido el Brasil.

En síntesis, el Brasil exporta productos de tecnología de la información por un valor aproximado de 1.000 millones de dólares, y ahora, gracias a este Acuerdo, esos productos tendrán acceso garantizado al 95% de los mercados mundiales en régimen de franquicia arancelaria. Esta categoría comprende algunos tipos de maquinaria y equipos sofisticados, como aparatos médicos, además de otros productos, como partes de teléfonos móviles y aparatos de transmisión de voz.

Teniendo en cuenta estos avances, creo razonable afirmar que la OMC ha logrado resultados beneficiosos para el Brasil en los últimos años.

 

LA LABOR FUTURA

Pero la labor no concluye aquí. De hecho, tan solo acaba de empezar.

Debemos aplicar plenamente estos acuerdos, aprovechar todos sus beneficios potenciales y aspirar a lograr más resultados en el futuro.

Es un esfuerzo continuo.

Durante muchos años, las negociaciones mundiales arrojaban pocos resultados concretos.

Ese es uno de los motivos por los que los países han recurrido a otras iniciativas, como las de carácter regional, para favorecer sus intereses económicos.

Estas iniciativas pueden contribuir a difundir los beneficios del comercio, pero no pueden reemplazar al sistema mundial de comercio.

Numerosos mercados en desarrollo quedan excluidos de muchos de esos debates. Y muchos asuntos, como las ulteriores reformas del comercio de productos agropecuarios, solo se pueden abordar a escala mundial.

Esta circunstancia vuelve a centrar la atención en la OMC y en nuestra capacidad de negociación.

La OMC es una organización singular. Nuestros Miembros abarcan el 98% del comercio mundial. Es la única organización que aborda las normas del comercio a una escala mundial.

Por lo tanto, nuestra contribución debe ser lo más completa posible.

Especialmente tras los resultados positivos de Nairobi, los Miembros han iniciado un debate sobre la forma en que la OMC puede conseguir más resultados, y con mayor prontitud.

Todos los Miembros están firmemente resueltos a tratar las llamadas cuestiones de negociación de Doha, como, por ejemplo, la agricultura (en particular las subvenciones internas) y el acceso a los mercados para los productos industriales y los servicios.

Sin embargo, hay divergencias sobre la manera de abordarlas.

Y algunos Miembros querrían empezar a debatir también otras cuestiones. Entre las que se han planteado se cuentan, por ejemplo, las de la inversión, el comercio electrónico, y las pequeñas y medianas empresas, por mencionar solo algunas.

Es evidente que en esos ámbitos están en juego numerosos intereses del Brasil. Más del 90% de las empresas brasileñas son pequeñas y medianas empresas, que representan más del 50% del empleo del país.

La OMC podría adoptar medidas que contribuyeran al crecimiento de dichas empresas, reduciendo los costos del comercio y eliminando los obstáculos que les impiden iniciar intercambios comerciales.

Eso solo es un ejemplo.

La cuestión es que, en el seno de la OMC, tanto en Ginebra como en otras capitales del mundo, se está desarrollando un intenso debate sobre la configuración futura de las negociaciones sobre el comercio mundial.

El Brasil debe seguir haciendo oír su voz en este debate. Así se asegurarán ustedes de que la OMC siga ofreciéndoles resultados que los beneficien.

 

CONCLUSIÓN

Durante los últimos meses, muchos representantes del sector privado me han trasladado su satisfacción por los resultados que hemos obtenido, así como su entusiasmo ante la perspectiva de lo que podemos lograr en el futuro.

En el debate que se va conformando, también es importante que se haga oír la voz del sector privado. Las empresas desempeñan una función esencial en la identificación de los problemas y oportunidades relacionados con el comercio.

A fin de que las negociaciones comerciales de la OMC arrojen resultados más positivos para el sector privado y para el país, es fundamental que ustedes participen en el debate, que reflexionen sobre sus prioridades y que ayuden a encontrar soluciones.

Así pues, quisiera conocer sus opiniones y responder a las preguntas que deseen plantear.

Muchas gracias.

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