WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Roberto Azevêdo


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Señor Presidente,
Excelencias,
Señoras y señores,

Me es muy grato estar hoy con ustedes, y estar nuevamente aquí en Indonesia.

Esta es mi primera visita desde la exitosa Conferencia Ministerial que la OMC celebró en Bali en 2013.

La Conferencia fue un momento histórico para la OMC.

En aquella ocasión me comentaron que Bali recibe a veces un apodo cariñoso, "la Mañana del Mundo".

Después de un período difícil para las negociaciones comerciales mundiales, manifesté la esperanza de que nuestro paso por Bali fuera la "mañana de la Organización Mundial del Comercio".

Y en efecto así ha sido.

Nuestra Conferencia de Bali alcanzó el primer acuerdo multilateral de comercio desde la creación de la OMC, dos decenios antes.

Demostró que la OMC podía lograr resultados importantes en sus negociaciones.

Y mostró que la Organización podía obtener resultados con efectos económicos reales, que supondrán un verdadero cambio en las vidas de las personas.

Volveré a referirme a los resultados de Bali más adelante. Pero antes quiero rendir una vez más un sincero homenaje al Gobierno de Indonesia por su hospitalidad y su liderazgo, sin los cuales el éxito de la Conferencia de Bali no habría sido posible.

Como consecuencia de ello, siempre se asociará a este país con un momento crucial en la historia del sistema multilateral de comercio.

De más está decir que Indonesia ha sido siempre un Miembro de la OMC comprometido e implicado.

Este país fue uno de los Miembros fundadores de la Organización, y sigue siendo un actor fundamental.

Indonesia recurre con frecuencia a nuestro mecanismo de solución de diferencias, que ayuda a los países a resolver sus diferencias comerciales de manera transparente y objetiva.

Y desempeñan ustedes un importante papel en su calidad de coordinadores de un grupo de países en desarrollo influyente en las negociaciones sobre la agricultura, conocido como el G-33.

A mi juicio, ese firme compromiso pone de manifiesto dos cosas.

En primer lugar, demuestra la confianza de Indonesia tanto en la OMC como en el sistema mundial de normas comerciales que encarna la Organización.

En segundo lugar, es una prueba de su convicción de que la OMC puede ayudar al país a mejorar sus condiciones de comercio.

Y ahora ese compromiso es más importante que nunca.

Nos reunimos en un momento en que el panorama económico es muy dispar.

La semana pasada anuncié las nuevas previsiones de la OMC para el comercio. En 2015 el comercio mundial de mercancías registró una tasa de crecimiento del 2,8%. Y prevemos que este año el crecimiento se mantendrá en el mismo nivel. Con ello, el año 2016 sería el quinto consecutivo con un crecimiento por debajo del 3%.

Esta no es una situación sin precedentes: a principios del decenio de 1980 el crecimiento fue inferior. Y esperamos dejar atrás esta pauta de bajo crecimiento en los próximos años, ya que las previsiones pronostican un repunte hasta el 3,6% en 2017. Aun así, la situación es preocupante.

Indonesia, desde luego, no ha sido inmune a algunos de los fenómenos adversos de los que hemos sido testigos en estos últimos tiempos. Factores como el desplome de los precios de los productos básicos y el débil crecimiento de China han tenido repercusiones aquí, al igual que en muchas otras economías.

Pero pienso que hay razones para ser optimista.

Indonesia tiene una idea clara del camino a seguir en su plan económico a medio plazo, y también unos cimientos sumamente sólidos sobre los que trabajar.

Indonesia es la economía más importante de la ASEAN. Es uno de los países más poblados del mundo, y cuenta con una mano de obra joven y dinámica. Dispone de abundantes recursos naturales. Y su entorno empresarial ha mejorado: Indonesia ha ascendido 11 puestos en la clasificación de 2016 del Banco Mundial sobre la facilidad para hacer negocios. Esta circunstancia se ha debido en parte a las reformas destinadas a mejorar el acceso al crédito y a facilitar el pago de los impuestos.

En un contexto más amplio, diversas reformas han contribuido a transformar la economía, por ejemplo la diversificación hacia actividades distintas de la agricultura, de modo que en la actualidad la industria manufacturera representa un porcentaje mayor del PIB del país.

Análogamente, los esfuerzos destinados al desarrollo de las infraestructuras y la mejora de la educación y la asistencia sanitaria podrían tener efectos muy significativos.

El Gobierno ha emprendido una trayectoria ambiciosa con el objetivo de alcanzar un crecimiento del 8% de aquí a 2019.

El comercio puede desempeñar una función importante a este respecto. Y, en mi opinión, algunos de los acuerdos concluidos recientemente en la OMC pueden ayudar a Indonesia a potenciar el crecimiento, el desarrollo y la creación de empleo.

La OMC proporciona el marco de normas por las que se rige el comercio mundial.

Dichas normas tienen por objeto evitar las medidas unilaterales, discriminatorias o arbitrarias, y ayudar así a crear condiciones de igualdad entre los países desarrollados y los países en desarrollo.

Así, la OMC establece una suerte de constitución para el comercio mundial, y estoy convencido de que los principios fundamentales contenidos en ella perdurarán.

No obstante, existen sin duda esferas en las que las normas se pueden ajustar y actualizar para asegurar que el comercio fluya más libremente, y abordar cuestiones específicas, en particular aquellas a las que hacen frente los países en desarrollo.

Las modificaciones de las normas se llevan a cabo mediante negociaciones, y la historia ha demostrado que, con 162 Miembros sentados a la mesa, es muy difícil alcanzar un consenso.

Nuestra Conferencia Ministerial de Bali cambió todo eso.

Los Miembros alcanzaron un consenso en diversas cuestiones importantes, entre ellas el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Este Acuerdo tiene por objeto agilizar, simplificar y estandarizar los procedimientos aduaneros, reduciendo así los plazos y los costos del comercio transfronterizo de mercancías, haciendo que bajen los costos del comercio en general. Los efectos serán muy significativos, mayores que la supresión de todos los aranceles que se aplican aún en el mundo.

Indonesia ya ha adoptado medidas positivas para facilitar el comercio, como por ejemplo la mejora de las infraestructuras existentes, entre ellas el puerto de Tanjung Priok.

Antes los contenedores tardaban, por término medio, 6,4 días en salir del puerto tras haber sido descargados. Gracias a las mejoras de los sistemas, el tiempo se ha reducido a poco más de cuatro días. Aunque este es un dato muy positivo, se tarda aún cuatro veces más que en Singapur.

Por tanto, todavía queda trabajo por hacer, y el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio puede ayudar a complementar estos esfuerzos.

Hay estudios que demuestran que la plena aplicación del Acuerdo permitirá reducir los costos comerciales de Indonesia en un 13% aproximadamente.

Esto tendría efectos considerables. Reduciría los obstáculos que impiden hacer negocios en el extranjero, obstáculos que a menudo han impedido a las empresas -en particular las pymes- acceder a los mercados de otros países.

Además, con la agilización de los procesos comerciales, el Acuerdo ayudará a crear un clima aún más propicio para la inversión del sector privado.

Pero, para beneficiarse del Acuerdo, primero hay que ratificarlo. Y esto es algo que Indonesia podría hacer ya y que sería muy positivo. Y desde luego sería apropiado que el país en el que se concluyó el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio encabezara el proceso para ponerlo en vigor.

Desde Bali, la OMC ha seguido logrando resultados, y lo ha hecho de modo que pueda beneficiar a Indonesia.

Nuestra última Conferencia Ministerial se celebró en diciembre del año pasado en Nairobi.

En esa reunión, los Miembros adoptaron la decisión histórica de eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios.

Se trata de la mayor reforma de las normas del comercio agropecuario de los últimos 20 años, y satisface una demanda de larga data de los países en desarrollo.

La supresión de este apoyo a las exportaciones causante de distorsión del comercio, ayudará a crear condiciones de igualdad en los mercados agropecuarios, lo que beneficiará a los agricultores, ganaderos y exportadores indonesios.

En el marco de la Decisión, los Miembros desarrollados se han comprometido a eliminar inmediatamente esas subvenciones, excepto en el caso de unos pocos productos agropecuarios. Los Miembros en desarrollo disponen de flexibilidad para cubrir los costos de comercialización y transporte de las exportaciones de productos agropecuarios hasta fines de 2023.

Por supuesto, queda mucho por hacer para reducir las distorsiones en los mercados agropecuarios, pero este es un avance significativo.

En Nairobi, los Miembros también se comprometieron a negociar en los próximos dos años una decisión sobre la constitución de existencias públicas de cereales con fines de seguridad alimentaria.

Además, se comprometieron a negociar un mecanismo que permita a los países en desarrollo proteger a los agricultores locales de los incrementos súbitos de las importaciones de productos alimenticios que puedan perjudicar la producción nacional.

Habida cuenta de que la seguridad alimentaria es un elemento esencial de la estrategia de desarrollo de Indonesia, las negociaciones derivadas de estas recientes decisiones serán muy importantes.

Y, como hice en Bali, quiero reconocer el importante papel desempeñado por Indonesia para garantizar que las negociaciones alcanzaran un resultado positivo.

La participación activa del Ministro Tom Lembong y su enérgico llamamiento a los Ministros de la OMC instándolos a reunir la voluntad política y la flexibilidad necesarias para llegar a un acuerdo contribuyeron al éxito de la Conferencia.

Gracias a estos avances, la participación en la labor de la OMC ha alcanzado hoy un nivel que no veía desde hace mucho tiempo.

Y pienso que, ante los grandes esfuerzos que también se dedican a los acuerdos comerciales regionales, muchos se preguntan cómo funcionan juntas las distintas vías.

De hecho, aunque en los últimos tiempos se ha concedido mucha atención a las iniciativas regionales, estas no son un fenómeno nuevo. Coexisten desde hace mucho con el sistema mundial, y han tenido en general un efecto muy positivo, reforzando la cooperación en materia de comercio.

En mi opinión, en un sistema comercial sano debería haber progresos y participación a todos los niveles.

Nuestros recientes trabajos de análisis de estas cuestiones respaldan esa conclusión. Muestran que los acuerdos regionales llevan el ADN de la OMC, y en las esferas en que se superponen con las normas de la OMC no hemos constatado conflictos manifiestos.

Un aspecto más importante que hay que examinar es si esas iniciativas incluyen esferas que actualmente no están abarcadas por la OMC, y esto vuelve a dar protagonismo al actual programa de trabajo de la OMC.

En estos momentos los Miembros de la OMC mantienen un importante diálogo sobre cómo debemos hacer avanzar nuestra labor.

Está claro que todos los Miembros de la OMC quieren obtener resultados en las llamadas cuestiones de negociación de Doha, como las subvenciones internas en el sector de la agricultura, las subvenciones a la pesca y la mejora del acceso a los mercados para los productos agropecuarios, los productos industriales y los servicios. Sin embargo, los Miembros no están de acuerdo sobre cómo tratar estas cuestiones.

Por otro lado, algunos querrían empezar a debatir sobre una gama más amplia de temas, incluidas otras cuestiones no relacionadas con la Ronda de Doha. La promoción de la inversión, el comercio electrónico y las pequeñas y medianas empresas son algunos de los grandes temas que se han planteado hasta ahora.

Se trata de un diálogo importante. Y, pese a algunas divergencias, existen importantes puntos en común.

Hay, por ejemplo, un marcado deseo de mantener el desarrollo en el centro de nuestros esfuerzos y seguir realizando esfuerzos positivos con el fin de integrar a los países en desarrollo en las corrientes comerciales.

Además, los Miembros quieren conseguir más resultados, y más rápidamente.

A mi parecer, es una oportunidad apasionante para Indonesia. Tienen ustedes la ocasión de determinar el futuro de las negociaciones comerciales mundiales de forma que redunde en su propio interés.

Los animo a que planteen las cuestiones que les interesan en la mesa de negociación. Sin duda la agricultura y la seguridad alimentaria son asuntos prioritarios. También he oído hablar mucho aquí en Yakarta sobre la necesidad de aumentar el nivel de inversión en el país. Por consiguiente, son varios los intereses que podrían tratar de satisfacer.

Este debate está manteniéndose ahora, y los insto a que sigan participando.

Su voz será más importante que nunca.

Hoy he tratado de mostrar la importancia que revisten el comercio y la OMC para Indonesia. Pero considero que también es evidente lo importante que es Indonesia para la OMC.

Fue aquí en Indonesia donde la OMC logró su primer gran éxito en las negociaciones.

Y espero que estén ustedes en el centro de muchos más éxitos en los años venideros.

Muchas gracias por su atención.

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