WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Roberto Azevêdo


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Señoras y señores:

Es un placer para mí estar en el Pakistán, en especial porque esta es mi primera visita al país en mi calidad de Director General de la Organización Mundial del Comercio.

Deseo dar las gracias a la Universidad de Lahore de Ciencias de la Gestión por organizar este acto, y me complace tener la ocasión de intercambiar opiniones con ustedes hoy.

En los próximos minutos expondré, desde mi perspectiva, la situación del sistema mundial de comercio y la función del Pakistán dentro de él.

No cabe duda de que esta reunión tiene lugar en tiempos difíciles.

Los gobiernos de todo el mundo están enfrentándose a un panorama económico desigual y a múltiples dificultades en su empeño por lograr nuevamente un crecimiento sólido. El Pakistán no es una excepción.

El país afronta diversas dificultades, en especial en la gestión de los efectos de la inestabilidad en la región. Esta situación ha ejercido presión sobre la economía, afectando a los niveles de comercio e inversión.

Frente a estas dificultades, el Gobierno ha previsto actuaciones muy claras para revitalizar la economía, entre ellas la estrategia de desarrollo a largo plazo, contenida en el plan "Visión 2025". De hecho, ya ha llevado a cabo reformas importantes, como son las mejoras en las infraestructuras de transporte y las medidas para mejorar el clima empresarial.

El Pakistán también ha estado estudiando la posibilidad de mejorar la conectividad regional y aprovechar su ubicación estratégica por medio de iniciativas como el Corredor Económico entre China y el Pakistán.

En conjunto, estas reformas pueden contribuir enormemente a la recuperación de la economía de su país pero, naturalmente, se trata de una labor en curso. Los esfuerzos para promover el crecimiento y el desarrollo no acaban nunca. Y si dirigimos la mirada al futuro, el comercio -así como el sistema de normas comerciales mundial apoyado por la OMC- puede ser, en mi opinión, un importante aliado del Pakistán.

De hecho, existe una larga tradición de colaboración entre la OMC y el Pakistán.

El Pakistán es uno de los Miembros fundadores de la Organización y forma parte del sistema de normas comerciales mundiales desde hace casi 70 años.

A mi modo de ver, el Pakistán y los demás Miembros fundadores, al establecer la OMC y acordar los textos jurídicos, crearon algo equivalente a una "constitución" para el comercio mundial. Esta constitución consagra los principios básicos e imperecederos del comercio. Ayuda a evitar medidas unilaterales, discriminatorias o arbitrarias.

En la actualidad, la Organización tiene 162 Miembros, en todas las fases de desarrollo. El 98% del comercio mundial se lleva a cabo dentro de este marco normativo.

¿Y qué significa eso en términos prácticos?

Diariamente, la OMC es un foro para el diálogo y el intercambio de información, en el que los Miembros pueden vigilar sus respectivas prácticas y reglamentaciones a fin de asegurarse de que se respetan los acuerdos. Mediante la labor ordinaria de los comités de la OMC, los países pueden intercambiar información, plantear preocupaciones y proponer enfoques nuevos en muchas esferas.

Todo esto puede parecer muy técnico, pero incide en muchas de las cosas que nos preocupan a todos. El funcionamiento del sistema de comercio repercute en cuestiones importantes como la salud de la economía y sus posibilidades de crecimiento, desarrollo y creación de empleo. Pero también repercute en cuestiones más cotidianas, como el precio de las mercancías en la calle, o incluso el nivel de sustancias químicas en los juguetes y de toxinas en los alimentos.

Y el Pakistán participa con regularidad en muchos de estos debates. Su Embajador en Ginebra, Tauqir Shah, es el actual Presidente del Comité de Comercio y Medio Ambiente en Sesión Extraordinaria de la OMC, que examina las cuestiones ambientales que surgen en nuestras negociaciones.

Otra esfera de nuestra labor, de la que a menudo hablan los medios de comunicación, es el sistema de solución de diferencias.

Este mecanismo ayuda a los Miembros de la OMC a resolver sus diferencias comerciales de una manera abierta y transparente. En solo 20 años hemos resuelto más de 500 diferencias comerciales.

El Pakistán ha recurrido de manera activa a este mecanismo, participando en 17 casos en diferentes calidades: como reclamante, como demandado o como parte interesada.

Los pakistaníes también han participado como expertos en los grupos especiales jurídicos, aportando sus conocimientos para ayudar a resolver diferencias entre otros Miembros.

Estas actividades ayudan a los países a participar en nuestros debates en Ginebra y a mejorar su capacidad de comerciar.

La OMC también ofrece apoyo práctico a los países mediante diversas iniciativas destinadas a crear capacidad y desarrollar aptitudes.

El Pakistán, por ejemplo, se beneficia de la prestación de Ayuda para el Comercio, que ayuda a los países a impulsar el comercio abordando los problemas existentes en su infraestructura comercial.

Los países en desarrollo y los países menos adelantados también se benefician de diversas disposiciones que les conceden mayor flexibilidad en el marco normativo para ayudarlos a integrarse en el comercio mundial y beneficiarse de él.

En síntesis, esa es, por tanto, la razón de ser de la OMC. Y creo que es justo decir que la OMC desempeña una función fundamental en la gobernanza económica mundial.

Y nos proponemos hacer mucho más en los años venideros.

Una parte importante de nuestra labor consiste en negociar nuevas normas comerciales: reformar el sistema para que pueda adaptarse a las necesidades de los países. Y en los últimos dos años y medio hemos avanzado mucho.

Los Miembros de la OMC han introducido reformas significativas en las normas del comercio mundial, lo que mejorará enormemente las relaciones de intercambio, tanto aquí en el Pakistán como en el resto del mundo.

En diciembre del año pasado, en nuestra última Conferencia Ministerial, celebrada en Nairobi, los Miembros tomaron decisiones muy importantes.

En primer lugar, los Miembros adoptaron la decisión histórica de eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios. Se trata de la mayor reforma de las normas del comercio agropecuario de los últimos 20 años, y eso será muy beneficioso para el Pakistán.

Al suprimir las subvenciones a las exportaciones, este acuerdo ayudará a crear condiciones de igualdad en los mercados agropecuarios, lo que beneficiará a los agricultores y exportadores en el Pakistán. Huelga decir que aún queda mucho por hacer para reducir las distorsiones en los mercados agropecuarios, pero este es un avance considerable. Sobre todo teniendo en cuenta que el Pakistán no está autorizado a conceder esa clase de subvenciones.

De hecho, la eliminación de estas subvenciones es uno de los elementos de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, así que obtener este resultado solo tres meses después de acordarse los objetivos ha sido un gran logro.

En segundo lugar, los Miembros se comprometieron a negociar en los próximos dos años una decisión sobre la constitución de existencias públicas de cereales con fines de seguridad alimentaria. Se comprometieron asimismo a negociar un mecanismo que permita a los países en desarrollo proteger a sus agricultores de los incrementos súbitos de las importaciones de productos alimenticios que puedan perjudicar la producción nacional.

En lo que se refiere a la constitución de existencias públicas, es importante señalar que estos programas deben elaborarse de tal manera que no afecte a terceros países.

En tercer lugar, los Miembros acordaron un conjunto de medidas destinadas a prestar apoyo a los países menos adelantados para facilitarles la exportación de mercancías y servicios.

En cuarto lugar, se adoptaron numerosas medidas relativas a la cuestión del algodón, entre ellas la supresión de las subvenciones a la exportación. También esto beneficia al Pakistán, habida cuenta de que el país no está autorizado a conceder esta clase de subvenciones.

Los Miembros convinieron asimismo en trabajar con miras a reducir las subvenciones nacionales a la producción de algodón, aunque a este respecto no será fácil avanzar.

Además, acordaron mejorar el acceso a los mercados para el algodón producido en los países menos adelantados. Este es un elemento positivo desde el punto de vista del desarrollo, pero sin duda tiene gran importancia para el Pakistán, que es el cuarto mayor productor de algodón del mundo. No obstante, el Pakistán apoyó este resultado en favor de los países menos adelantados, lo cual indica la positiva función que desempeña este país en nuestras negociaciones.

Los ministros examinarán los aspectos comerciales de la cuestión del algodón en nuestra próxima Conferencia Ministerial, que se celebrará en 2017.

En quinto lugar, en Nairobi dimos la bienvenida a dos nuevos Miembros, Liberia y el Afganistán. Estas negociaciones son siempre difíciles, y quiero, por tanto, dar las gracias al Pakistán por su importante contribución al proceso de adhesión del Afganistán.

Por último, un grupo de Miembros de la OMC convinieron en ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC.

En virtud de este Acuerdo se eliminarán los aranceles aplicables a 201 productos de tecnología de la información adicionales, como los semiconductores de última generación, los aparatos de GPS, los productos médicos avanzados y las máquinas herramienta. El comercio de estos productos se ha valorado en alrededor de 1,3 billones de dólares anuales.

Al eliminar los aranceles en una parte tan amplia del comercio mundial, este acuerdo contribuirá a reducir los precios, lo que ayudará a muchos otros sectores que utilizan productos de tecnología de la información como insumos, y contribuirá a crear empleo.

Espero, pues, que ustedes estudien estos avances atentamente y que contemplen la posibilidad de suscribir la ampliación de este Acuerdo.

Estos resultados son fruto de los últimos avances realizados en la OMC.

En 2013, celebramos nuestra Conferencia Ministerial en Bali.

En ese momento el representante pakistaní ante la OMC era el Embajador Shahid Bashir, que había desempeñado una importante función en el período previo a Bali en su calidad de Presidente del Consejo General de la OMC. El Consejo General es el máximo órgano rector de la OMC en Ginebra. Desde ese puesto, el Embajador Shahid Bashir ayudó de manera decisiva a encauzar las muchas conversaciones y consultas llevadas a cabo en el proceso, lo que contribuyó al éxito de la conferencia.

En Bali se lograron varios resultados importantes, incluido el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Este Acuerdo tiene por objeto racionalizar, simplificar y normalizar los procedimientos aduaneros, para reducir así la duración y el costo del movimiento transfronterizo de mercancías. Los estudios muestran que, una vez que el Acuerdo se aplique plenamente, los costos del comercio se reducirán para el Pakistán en un 13%.

Esto ayudará en gran medida a impulsar los flujos comerciales en el Pakistán. En cuanto a las economías en desarrollo, este Acuerdo podría incrementar las exportaciones mundiales de mercancías hasta en 730.000 millones de dólares anuales.

Vivimos en una época de globalización de la producción, en que los componentes de un mismo producto provienen de muchos países distintos del mundo.

Por tanto, si conseguimos que el comercio circule sin obstáculos y sus costos se reduzcan, las economías tienen más posibilidades de integrarse en las nuevas cadenas de producción y de beneficiarse del impulso de la actividad económica que esas cadenas puedan generar.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio acelerará el proceso de integración.

Me complace ver que el Pakistán mantiene un firme compromiso con las reformas encaminadas a la facilitación del comercio, y que ratificó este Acuerdo de la OMC el pasado mes de octubre.

En mi opinión, esta labor puede ayudar a complementar las reformas que el Pakistán ha estado llevando a cabo para mejorar su clima económico y atraer inversión extranjera. Y contribuye a reforzar el mensaje de que el país está abierto a la actividad comercial.

Los resultados que acabo de enumerar tienen una gran importancia económica. A mi parecer, demuestran que la OMC puede lograr resultados realmente útiles para el Pakistán.

Pero la labor no concluye aquí. De hecho, tan solo acaba de empezar.

Debemos aplicar plenamente estos acuerdos, aprovechar todos sus beneficios potenciales y aspirar a lograr más resultados en el futuro.

De hecho, durante muchos años, las negociaciones mundiales arrojaban pocos resultados concretos. Ese es uno de los motivos por los que los países han recurrido a otras iniciativas, como los acuerdos comerciales regionales, para favorecer sus intereses económicos.

Según nuestros estudios, las normas de la OMC constituyen la base de muchos acuerdos regionales. Sin embargo, los acuerdos regionales también van más allá de las normas de la OMC en ciertas esferas. Y debemos pensar en las repercusiones que de ello se derivan para el futuro.

La proliferación de reglas y normas diferentes y potencialmente en conflicto podría representar un lastre para la actividad empresarial; así que esta es una esfera de trabajo importante. Además, muchos mercados en desarrollo están excluidos de estas conversaciones.

Ahora bien, no hay que dar a esta cuestión más importancia de la que tiene. El sistema multilateral de comercio siempre ha coexistido con los acuerdos regionales, y se ha demostrado que ambos se refuerzan mutuamente.

Además, hay muchos temas que solo pueden abordarse plenamente en el sistema multilateral de comercio, como es el caso de las subvenciones a la agricultura.

Lo importante es que el propio sistema multilateral funciona bien, atiende las necesidades de los Miembros y pone al día sus propias normas cuando es necesario.

¿Y en qué situación se encuentran las negociaciones multilaterales en la actualidad?

Después de los resultados positivos de Bali y Nairobi, los Miembros han iniciado un debate sobre la forma en que la OMC puede conseguir más resultados, y con mayor prontitud. Está claro que todos los Miembros de la OMC quieren obtener resultados en las llamadas cuestiones de negociación de Doha, como las subvenciones internas en el sector de la agricultura y la mejora del acceso a los mercados para los productos agropecuarios, los productos industriales y los servicios.

Sin embargo, los Miembros no están de acuerdo sobre cómo tratar estas cuestiones.

Y algunos Miembros querrían empezar a debatir también otras cuestiones. Entre las que se han planteado figuran, por poner algunos ejemplos, las subvenciones a la pesca, la promoción de la inversión, el comercio electrónico y las pequeñas y medianas empresas.

Este debate ya ha empezado, y no puedo sino subrayar la importancia que podría tener. Podría determinar la forma que adoptarán las conversaciones sobre el comercio mundial en los años venideros.

Está claro que hace falta un período de reflexión. Con todo, a mi modo de ver, este es un momento apasionante para la OMC.

El Pakistán es el décimo sexto país que visito este año. Y en todas partes he percibido una actitud muy positiva y optimista en relación con la OMC, los resultados que hemos obtenido en los últimos meses y lo que podemos lograr en el futuro.

Espero, pues, que podamos extraer energía y ánimos de todo esto. Debemos aprovechar ese impulso.

Y, lo que es más importante, creo que esta es una verdadera oportunidad para el Pakistán.

Es una ocasión para asegurarse de que la OMC adopte medidas relativas a las cuestiones que más les importan, a fin de que el comercio mundial siga respaldando sus objetivos económicos.

Así que los exhorto a colaborar ahora, y a seguir colaborando en el futuro. La voz del Pakistán será tan importante como siempre.

Muchas gracias.

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