WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Roberto Azevêdo


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> Discursos: Roberto Azevêdo

  

Presidente Nazarbayev,
Distinguidos invitados,
Señoras y señores,

Buenas tardes. Es un placer para mí estar aquí en Astaná.

En el transcurso de nuestras vidas, la innovación tecnológica y la aparición de nuevas potencias económicas han transformado la economía mundial. Y no se observan señales de que este proceso de cambio vaya a ralentizarse. La economía mundial sigue evolucionando.

Los países de todo el mundo están examinando lo que es necesario hacer para competir y salir adelante en este nuevo escenario.

Y no debería sorprender a nadie que esto ocupe un lugar destacado en la agenda aquí en Asia Central.

Hace dos mil años las caravanas de la Ruta de la Seda atravesaron la estepa kazaja, abriendo las primeras rutas comerciales entre Oriente y Occidente.

Pero la importancia de la región como centro económico no queda relegada solo a los libros de historia. En la actualidad empieza a cobrar forma la “Nueva Ruta de la Seda”, un cinturón económico cuyo objetivo es conectar mejor Asia con Europa. Este cinturón está restableciendo vínculos tradicionales y mejorando la conectividad mediante la mejora de las infraestructuras.

Y naturalmente Kazajstán, que es la economía más importante y posee el territorio con mayor superficie de Asia Central, se halla también en el centro de esta iniciativa.

El país está esforzándose en mejorar su infraestructura de transporte y logística mediante la modernización, por ejemplo, de la línea de ferrocarril entre Khorgos y Aktau, y el puerto seco Khorgos Gateway.

La infraestructura no física también es importante. En el último informe “Doing Business” del Banco Mundial, sobre la facilidad para hacer negocios, Kazajstán figura como el país que ha adoptado el mayor número de medidas favorables a la actividad empresarial en el transcurso del año anterior.

Por ello, pienso que es evidente que Kazajstán posee el empuje necesario para crecer y prosperar en el marco de esta nueva realidad económica.

Y huelga decir que en fecha reciente el país dio otro paso importante en esa dirección cuando, el año pasado, se convirtió en el 162º Miembro de la Organización Mundial del Comercio.

La adhesión a la OMC — y a su sistema de normas que rigen el comercio mundial — es un importante hito para Kazajstán.

Las negociaciones se prolongaron durante casi 20 años y conllevaron reformas ambiciosas y audaces. Pero el proceso fue muy positivo. Y anunció al mundo que Kazajstán está abierto a la actividad comercial.

Cuando di la bienvenida al Presidente Nazarbayev en Ginebra el año pasado con ocasión de la adhesión de Kazajstán a la OMC, dijo:

“Hemos avanzado mucho en la integración de la economía de Kazajstán en el mercado mundial. No tenemos la intención de detenernos ahí”.

Me alegro de que así sea. Y creo que existen tres formas claras de seguir apoyando los objetivos económicos de Kazajstán.

En primer lugar, podemos ayudar a Kazajstán proporcionando un sistema basado en normas en el que puedan ustedes desarrollar su actividad empresarial y competir de un modo abierto y transparente, un sistema en el que todos se hallen sujetos a normas y principios básicos y en el que Kazajstán ocupe un lugar en la mesa de negociaciones y tenga voz en el debate, igual a la de cualquier otro.

En segundo lugar, podemos apoyar a Kazajstán llevando a la práctica algunas de las principales reformas del sistema de comercio que la OMC ha acordado en los dos últimos años.

Una reforma de vital importancia es el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que reducirá los costos del comercio de Kazajstán hasta un 15%, lo que favorecería enormemente la integración regional, en especial la de un país sin litoral como este. Y ha sido para mí una gran satisfacción recibir hoy de manos del Primer Ministro Karim Massimov su ratificación del Acuerdo.

En tercer lugar, podemos apoyar a Kazajstán alcanzando más acuerdos comerciales en el futuro.

Está claro que todos los Miembros de la OMC quieren obtener resultados en las grandes cuestiones pendientes, como las subvenciones internas en el sector de la agricultura y la mejora del acceso a los mercados para los productos agropecuarios, los productos industriales y los servicios. Será difícil avanzar en estos temas, pero seguiremos poniendo el máximo empeño.

Además, algunos Miembros querrían empezar a debatir también otras cuestiones. Se han propuesto diversas ideas, como la adopción de disposiciones sobre las pequeñas y medianas empresas, el comercio electrónico, la facilitación de las inversiones y las normas privadas, por nombrar solo algunas.

Los Miembros no han entrado aún en detalles sobre lo que desean debatir en el marco de cada uno de esos epígrafes. Será necesario seguir trabajando para profundizar en esas cuestiones.

Pero el debate ya se ha iniciado, y no puedo sino subrayar la importancia que podría tener. Podría determinar la forma que adoptarán las negociaciones comerciales mundiales en los años venideros.

En este contexto, caracterizado por un programa de trabajo más abierto y flexible, debo subrayar una cuestión muy importante.

A veces se considera el comercio una actividad económica que solo favorece a las grandes empresas. Aunque evidentemente esto no es cierto, no se puede negar que los beneficios del comercio no siempre llegan a los actores pequeños. El comercio internacional resulta mucho más costoso y difícil para las micro, pequeñas y medianas empresas, las denominadas mipymes. Eso debe cambiar.

Estas empresas son las que más oportunidades de empleo crean en la mayoría de las economías. En algunos países en desarrollo, dan trabajo al 90% de la mano de obra.

Tenemos la oportunidad de negociar normas que faciliten la participación de las mipymes en las corrientes de comercio mundiales. Muchos Miembros de la OMC están trabajando en esa dirección.

Se ha hablado del comercio electrónico como medio para promover la integración de las mipymes en las corrientes de comercio mundiales. Sin embargo, la realidad es que si nos limitamos a cruzarnos de brazos y no hacemos nada, cabe la posibilidad de que se produzca el efecto contrario. De hecho, el comercio electrónico puede promover la concentración de oportunidades para las grandes empresas y proveedores de servicios.

No podemos permitir que ocurra eso. Debemos esforzarnos para que las nuevas tecnologías faciliten la participación de los actores pequeños en el comercio digital y en las cadenas de valor mundiales. Debemos asegurarnos de que, mediante normas multilaterales, las mipymes se beneficien de procedimientos armonizados, de una mejor conectividad y de unos costos de explotación reducidos.

En pocas palabras, debemos velar por que los pequeños proveedores puedan comercializar sus productos — sean mercancías o servicios — en forma oportuna, con precios competitivos y una asistencia al cliente fiable.

Solo entonces los consumidores tendrán plena confianza para comprar a las mipymes en el entorno digital.

Para concluir, diré, que creo que en la actualidad la OMC ofrece oportunidades muy interesantes.

Kazajstán tiene la ocasión de asegurarse de que la OMC adopte medidas relativas a las cuestiones que más importan al país.

Así que los exhorto a implicarse ahora, y a permanecer implicados. Su voz será muy importante en este debate.

Espero con interés trabajar con el Gobierno, y con todos ustedes, para asegurarnos de que Kazajstán esté preparado para prosperar en la nueva realidad económica.

Muchas gracias.

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