WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Observaciones del Director General Azevêdo

Secretario General Adjunto Acharya,
Señor Presidente, Excelentísimo Sr. Raymond Mpundu,
Distinguidos Ministros,
Excelencias,
Señoras y señores.

Bienvenidos a Ginebra y a la OMC.

Quiero ante todo rendir homenaje al Secretario General Adjunto Acharya.

Fue él quien propuso que organizáramos conjuntamente esta Quinta Reunión de Ministros de Comercio de los Países en Desarrollo Sin Litoral.

Permítanme, pues, elogiarlo por su iniciativa.

En mi opinión, nuestro debate de hoy está en clara sintonía con el debate mundial.

El comercio es un elemento fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados el año pasado por los dirigentes mundiales, quienes reconocieron que el comercio impulsa el crecimiento económico inclusivo y la reducción de la pobreza.

La Agenda de Acción de Addis Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo confirma ese mensaje.

El Programa de Acción de Viena, centrado específicamente en los países en desarrollo sin litoral, también considera que el comercio es un medio para acelerar el desarrollo sostenible. 

De hecho, tuve el placer de estar con ustedes en Viena en 2014 con ocasión de la presentación del Programa de Acción, y la OMC ha trabajado en estrecha colaboración con las Naciones Unidas en ese frente. 

Es un buen ejemplo de la labor que llevamos a cabo para abordar las preocupaciones de los países en desarrollo sin litoral en nuestras dos organizaciones.

Me alegro, pues, de que hoy fortalezcamos esos lazos de asociación. Debemos seguir trabajando para asegurarnos de que los países en desarrollo sin litoral puedan aprovechar el comercio y, con ayuda de este, lograr sus objetivos de desarrollo.

Es evidente que estos países, debido a sus circunstancias geográficas, hacen frente a unos costos comerciales muy elevados.

Según el Banco Mundial, estos costos pueden duplicar los de los países costeros y, por consiguiente, frenan el despliegue del potencial comercial de los países en desarrollo sin litoral.

En 2014, las exportaciones de mercancías de estos países representaron solo alrededor del 1,2% de las exportaciones mundiales. En términos generales, los países costeros realizan un 50% más de intercambios comerciales que sus vecinos sin litoral.

Es evidente que debemos hacer algo al respecto.

Para resolver las dificultades relacionadas con el comercio que afrontan los países en desarrollo sin litoral es necesario abordar el problema desde diversos ángulos.

En este caso, la cooperación y el diálogo a nivel internacional son fundamentales, y pienso que la OMC puede seguir participando en estos esfuerzos de diversas maneras.

En primer lugar, la OMC, por medio de su labor de creación de capacidad, ayuda a los países en desarrollo sin litoral a superar sus limitaciones al comercio.

Mediante la iniciativa de Ayuda para el Comercio, la OMC ha contribuido a movilizar recursos para los países en desarrollo sin litoral, a fin de crear capacidad de oferta, fortalecer la infraestructura relacionada con el comercio y añadir valor a las exportaciones.

Los países en desarrollo sin litoral se benefician enormemente de este programa. En 2014, los compromisos de los donantes destinados a los países en desarrollo sin litoral superaron ligeramente los 10.000 millones de dólares EE.UU., lo que representa un aumento de casi el 140% con respecto al momento en que se puso en marcha la iniciativa, hace un decenio.

Además, según las proyecciones de la OCDE, las corrientes de Ayuda para el Comercio permanecerán relativamente estables en los próximos años.

Sin embargo, debemos velar por que se mantengan y se intensifiquen los esfuerzos destinados a movilizar recursos.

El tema del Programa de Trabajo sobre la Ayuda para el Comercio para 2016 y 2017 es "Fomentar la conectividad". 

En él se analiza cómo podemos facilitar la conexión de los países en desarrollo, entre ellos los países en desarrollo sin litoral, al comercio.

Esta labor culminará en el Sexto Examen Global de la Ayuda para el Comercio, que se llevará a cabo el próximo verano.

Por tanto, los insto a que se impliquen plenamente y participen en los preparativos de este Examen Global.

La creación de capacidad es, pues, una de las principales vías de que dispone la OMC para ayudar a los países en desarrollo sin litoral a tener acceso al comercio. Otra vía es nuestra labor de actualización del conjunto de normas del comercio mundial y la conclusión de nuevos acuerdos.

Durante mucho tiempo, las negociaciones comerciales mundiales produjeron escasos resultados concretos. Pero hemos empezado a cambiar esa tendencia.

En 2013, en nuestra Conferencia Ministerial de Bali, adoptamos un conjunto de decisiones muy importantes, entre ellas el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Y este Acuerdo reviste especial interés para los países en desarrollo sin litoral.

Tiene por objeto racionalizar, simplificar y normalizar los procedimientos aduaneros, para reducir así la duración y el costo del movimiento transfronterizo de mercancías.

Prevemos que, una vez que el Acuerdo se aplique plenamente, los costos del comercio se reduzcan en más de un 15% por término medio en los países en desarrollo sin litoral. Es decir, los costos de los productos manufacturados se reducirán más del 19% y los de los productos agropecuarios más del 11,5%.

Además, gracias a la reducción de los costos relacionados con las exportaciones, el Acuerdo hará posible que las empresas más pequeñas accedan a los mercados internacionales, lo que ayudará a garantizar que el comercio internacional sea verdaderamente inclusivo y se ajuste al principio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de que nadie se quedará atrás.

Por tanto, estas reformas tendrán verdadera incidencia.

Casi podría decirse que el Acuerdo se concibió específicamente para resolver algunos de los principales problemas a los que se enfrentan los países en desarrollo sin litoral, y eso es por una sencilla razón: ¡se concibió precisamente con ese fin!

Los países en desarrollo sin litoral tuvieron una voz destacada en las negociaciones que condujeron al Acuerdo.

Ustedes ayudaron a elaborar las disposiciones. Con su ayuda, nos aseguramos de que, en virtud del Acuerdo, los países no apliquen sus normas y reglamentos técnicos a las mercancías en tránsito, y este es un elemento crucial para los países en desarrollo sin litoral. Velaron asimismo por que el Acuerdo prevea la ayuda a la creación de capacidad que les permita emprender las reformas necesarias.

Prestarán esta ayuda diversos interlocutores, y en la OMC hemos establecido el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio a fin de garantizar que todos puedan beneficiarse de la ayuda que necesitan.

Pienso, por tanto, que todo esto puede ser muy positivo para los países en desarrollo sin litoral. Pero, para hacer realidad esos beneficios potenciales, es necesario ratificar el Acuerdo y ponerlo en aplicación.

Hasta ahora lo han ratificado más de 80 Miembros. El ritmo de las ratificaciones se ha acelerado, y espero anunciar nuevas ratificaciones en los próximos días.

Con todo, de los 25 países en desarrollo sin litoral que son Miembros de la OMC, de momento han ratificado el Acuerdo 9. Si todos los demás países en desarrollo sin litoral presentaran hoy sus ratificaciones, estaríamos a punto de poner en vigor el Acuerdo. Animo, pues, a quienes no lo hayan hecho a que concluyan este trámite con la mayor brevedad. 

La OMC está aquí para ayudar. Si necesitan algo, sea información o apoyo, no tienen más que pedirlo. Estamos dispuestos a ayudar en todo aquello que esté a nuestro alcance. No duden en acudir a nosotros.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio no es, obviamente, el único acuerdo que han concluido los Miembros de la OMC en los últimos años.

Otro importante avance se produjo en diciembre del año pasado, en nuestra Conferencia Ministerial celebrada en Nairobi.

En esa ocasión, los Miembros adoptaron la decisión histórica de eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios. Se trata de la mayor reforma de las normas del comercio agropecuario de los últimos 20 años.

Evidentemente, hay que hacer mucho más para reducir las distorsiones en los mercados agropecuarios, pero este es un paso importante.

De hecho, la eliminación de esas subvenciones era uno de los elementos de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, por lo que es un gran logro haber alcanzado ese resultado tan solo tres meses después de haberse acordado los objetivos en septiembre en Nueva York.

Además, los Miembros acordaron encontrar una solución permanente para la cuestión de la constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria y a desarrollar un mecanismo de salvaguardia especial, que ayudarían a hacer frente a los incrementos súbitos de las importaciones de productos alimenticios, que pueden perjudicar la producción nacional.

En Nairobi, los Miembros también adoptaron decisiones importantes en favor de los PMA en lo relativo a la cuestión del algodón, y un grupo de Miembros concertó un acuerdo destinado a eliminar los aranceles aplicables a numerosos productos de tecnología de la información de nueva generación.

En conjunto, estos resultados son muy importantes para la economía mundial, y también para los países en desarrollo sin litoral.

Debemos, pues, mantener este impulso, y seguir concertando nuevos acuerdos.

Está claro que todos los Miembros de la OMC quieren obtener resultados en las cuestiones básicas de negociación de Doha. Estas cuestiones no desaparecerán; no deben desaparecer. Entre ellas se incluyen las subvenciones internas en el sector de la agricultura y la mejora del acceso a los mercados para los productos agropecuarios, los productos industriales y los servicios.

Sin embargo, los Miembros no están de acuerdo sobre cómo tratar estas cuestiones.

Hemos probado muchos enfoques en estos últimos dos años, pero los avances han sido escasos. Debemos, pues, seguir intentándolo, y redoblar esfuerzos.

Además de estas cuestiones, algunos Miembros han propuesto otras que les gustaría someter a debate.

Entre ellas figuran medidas de apoyo a las microempresas y pequeñas y medianas empresas (o mipymes), la facilitación de las inversiones, el comercio electrónico, las normas privadas y la financiación del comercio, por citar solo unas pocas.

Los Miembros no han entrado aún en el detalle de lo que desean debatir en el marco de cada uno de esos epígrafes generales. Necesitamos un grado de especificidad mucho mayor del que tenemos en la actualidad.

Sin embargo, los Miembros están resueltos a colaborar y participan cada vez más activamente, y eso nos brinda la oportunidad de asegurarnos de que las cuestiones que más les preocupan a ustedes se incluyan en nuestro programa de negociación.

Por consiguiente, los exhorto a colaborar ahora y a seguir colaborando en el futuro.

En tanto que países en desarrollo sin litoral, quizá les interese estudiar la esfera del comercio electrónico, ya que puede permitirles salvar la distancia que los separa de los mercados internacionales. Esto es aplicable especialmente al sector de servicios, habida cuenta de que esta forma de comercio se ve menos afectada por las limitaciones derivadas de la ausencia de litoral. 

También se ha propuesto que sigamos sometiendo a examen la financiación del comercio, cuestión que podría tener repercusiones para ustedes.

Las empresas, especialmente en los países en desarrollo sin litoral, afrontan grandes dificultades para acceder a financiación en condiciones asequibles. Una financiación del comercio adecuada podría ayudarlas a acceder a los mercados y beneficiarse del aumento del comercio.

Pero estas son solo unas cuantas ideas. Está en sus manos, en manos de los Miembros, dar forma a estas conversaciones y decidir qué acciones deben llevarse a cabo.

Con todo, resulta alentador observar que los debates son ahora mucho más dinámicos. Se percibe realmente un interés y una participación crecientes en nuestra labor, impulsados por los éxitos recientes que acabo de mencionar. Y muy diversos sectores interesados han intentado hacer oír su voz en el debate.

En respuesta a las solicitudes, hemos organizado reuniones con el sector privado y la comunidad universitaria en estas últimas semanas.

Hace un par de días, un grupo de Miembros organizó un taller sobre la mejora de la participación de las microempresas y pequeñas y medianas empresas en el comercio internacional, que contó con una nutrida asistencia. Y está previsto organizar una actividad análoga sobre el comercio electrónico.

Por tanto, el diálogo ya se ha iniciado, y podría contribuir a dar forma a nuestra labor negociadora de los años venideros. Si queremos resultados en un futuro próximo — por ejemplo, antes de nuestra próxima Conferencia Ministerial-, ha llegado el momento de pasar de la reflexión a la acción.

Es evidente que los Miembros quieren seguir realizando esfuerzos positivos para que los países en desarrollo, los países menos adelantados y los países en desarrollo sin litoral se integren mejor en las corrientes comerciales.

Pienso, pues, que debemos trabajar sobre la base de estos elementos de consenso — y sacar conclusiones de nuestros éxitos recientes — para seguir logrando resultados y contribuir lo máximo posible, cuanto antes mejor.

Trabajando juntos, podemos velar por que los países en desarrollo sin litoral puedan beneficiarse más del comercio, ahora y en los años venideros.

Muchas gracias.

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