Tengan todos muy buenas tardes.

Me alegro mucho de estar aquí con Stormy y John, y con los Embajadores Syed Tauqir Shah y Hamish McCormick.

Bienvenidos al Foro Público.

Estos son tiempos muy interesantes para la OMC.

Después del éxito logrado en dos Conferencias Ministeriales consecutivas, la gente ha empezado a percatarse de que la OMC puede obtener resultados.

En 2013, en Bali, logramos varios resultados importantes, como el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

En 2015, en Nairobi, conseguimos realizar una reforma sin precedentes en el sector del comercio agrícola eliminando las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios. Además, un grupo de Miembros acordó reducir los aranceles aplicados a diversos productos de la tecnología de la información. El valor del comercio de estos productos es de unos 1,3 billones de dólares EE.UU. anuales.

Se trata de importantes logros, que han generado nuevo interés en nuestra labor en muchos grupos. Y esto es muy positivo. Debemos aprovechar el impulso logrado para revitalizar nuestra labor.

A fin de cuentas, las negociaciones comerciales no tienen lugar en el vacío.

El comercio afecta a la vida de todos en todas partes: ya se trate de consumidores, trabajadores o empresarios. Y la labor de muchos grupos de interés -como los sindicatos, las ONG y los profesores universitarios- contribuye a colocar estas cuestiones en primer plano.

Creo que todas las voces pueden hacer una aportación importante y, desde luego, las empresas también tienen un papel que cumplir en la conversación.

Las normas de las que nos ocupamos en la OMC afectan directamente a la capacidad de las empresas para conectarse con las corrientes comerciales mundiales.

Por eso pienso que es muy importante que nos digan cuáles son los desafíos a los que hacen frente en el comercio transfronterizo, y que veamos la forma de ayudarlos.

Este año hemos observado un alto grado de participación.

A principios de año, la CCI y el B-20 facilitaron un diálogo entre líderes de empresas y Miembros de la OMC.

En mayo celebramos por primera vez aquí, en la OMC, los “Diálogos sobre el comercio”. Como organización internacional, necesitamos oír distintos puntos de vista.

Por ese motivo, esa reunión congregó a representantes de pequeñas y grandes empresas, de países desarrollados y países en desarrollo, y de diversos sectores.

Y me alegra ver que muchos de los que participaron en esa reunión están hoy aquí.

El debate fue muy fructífero. Los participantes examinaron diversas cuestiones en las que la labor de la OMC podía ayudarlos a hacer frente a los problemas con que tropezaban.

Entre los muchos temas abordados, cabe mencionar los siguientes:

• el comercio electrónico,
• las pymes,
• el incremento del acceso a los mercados de mercancías y servicios,
• la facilitación de las inversiones, y

• los obstáculos no arancelarios.

Las sugerencias formuladas en ese contexto fueron positivas, y pueden servir para imprimir un impulso adicional a los debates que mantenemos aquí en Ginebra.

Después de esa reunión, me puse en contacto con empresarios de todo el mundo, desde Mark Zuckerberg en San Francisco hasta Jack Ma en Hangzhou, pasando por responsables de pymes de todas partes, y pude percibir un genuino interés y una verdadera energía.

Ahora es importante que esa conversación continúe, y que examinemos los detalles de algunas de esas cuestiones generales.

Por eso, me complace que quienes participaron en los “Diálogos sobre el Comercio”, bajo el liderazgo de la CCI y el B-20, hayan avanzado en sus deliberaciones.

También me complace que ustedes hayan decidido compartir con nosotros hoy algunas de sus ideas. Tendré sumo interés en escuchar sus deliberaciones.

Ahora bien, no basta con lograr un acuerdo a nivel de las empresas.

El mayor desafío consiste en comunicar esas ideas y sugerencias al nivel siguiente, y ayudar así a enriquecer el debate entre los Miembros aquí en Ginebra.

Para que eso ocurra, es indispensable dialogar con los Miembros e interactuar con ellos.

Me alegro, pues, de que utilicen el Foro Público para continuar ese intercambio.

Para tener un efecto positivo, el debate sobre el comercio debe ser un debate ecuánime y con conocimiento de causa, y tener en cuenta el mayor número de opiniones posible.

Esto reviste especial importancia en momentos en que el comercio es objeto de ataques en muchos ámbitos.

Está demostrado que el comercio tiene un enorme efecto en el crecimiento, el empleo y el desarrollo. Por eso, cuando surgen problemas, o cuando el comercio es causa de perturbaciones, la respuesta no debe ser erigir obstáculos al comercio y darle la espalda. Eso nos perjudicaría a todos.

La respuesta es velar por que los beneficios del comercio se distribuyan aún más ampliamente. Eso es lo que quiero decir cuando hablo de “comercio inclusivo”, que es el tema del Foro esta semana.

Así pues, debemos redoblar nuestros esfuerzos para defender el comercio, y en esa tarea el papel de las empresas tiene crucial importancia.

La trayectoria de la OMC demuestra que podemos lograr resultados en beneficio de la economía real, y que somos más fuertes cuando aunamos esfuerzos. Cuento, pues, con el apoyo de ustedes para seguir obteniendo resultados en los meses y años venideros.

Tengo mucho interés en oír sus opiniones.