WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Discursos: Roberto Azevêdo

  

Sr. Presidente,
Excelencias,
Señoras y señores,

Buenos días. Es para mí un gran placer darles la bienvenida a la centésima reunión del Comité de Comercio y Desarrollo, el CCD.

Me complace dar la bienvenida a este evento al Sr. Joakim Reiter, Secretario General Adjunto de la UNCTAD.

Esta es, sin duda, una ocasión especial. Constituye un hito para el CCD, para la OMC y para la comunidad de comercio y desarrollo en general.

Creo que pone de manifiesto nuestro convencimiento de que el comercio es un poderoso instrumento para el desarrollo.

Y creo que también demuestra nuestra determinación y voluntad común para que el comercio siga desempeñando un papel positivo en esta esfera.

A lo largo de la historia, el comercio ha resultado ser uno de los instrumentos más poderosos para promover el desarrollo y luchar contra la pobreza.

Si va acompañado de las políticas adecuadas, el comercio puede contribuir a atraer nuevas inversiones, crear empleo y facilitar el acceso a las tecnologías. Todo esto puede transformar la vida de las personas.

El comercio fue un agente catalizador en la consecución del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la extrema pobreza, mucho antes del plazo de 2015.

Aproximadamente dos tercios de esta reducción de la pobreza fueron consecuencia del crecimiento económico de los países en desarrollo, impulsado, en gran parte, por el comercio.

Las cifras lo dicen todo.

La participación de los países en desarrollo en el comercio mundial ha pasado del 28% al 42% en los dos últimos decenios.

En el año 2000, el comercio Sur-Sur representaba menos del 37% de las exportaciones de las economías en desarrollo. En 2015 esa proporción rondaba el 52%.

Estos resultados son muy positivos.

No obstante, aún queda mucho por hacer. Sigue habiendo desequilibrios generalizados.

Por ejemplo, los países menos adelantados representan más del 12% de la población mundial. Sin embargo, en 2013, su participación en las exportaciones mundiales fue tan solo del 1,17%.

No cabe duda de que se han hecho progresos. En 1995, los países menos adelantados no representaban más que el 0,5% de las exportaciones mundiales de mercancías y servicios.

Aun así, debemos seguir trabajando con tesón y salvar esas diferencias.

Esta meta también figura en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

El sistema multilateral de comercio seguirá teniendo una función muy importante a este respecto, y el CCD seguirá siendo central en esa labor.

La dimensión de desarrollo del sistema multilateral de comercio tiene una larga trayectoria, que se remonta incluso a antes del establecimiento de la OMC.

El GATT tenía su propio Comité de Comercio y Desarrollo, que celebró su primera reunión hace casi 50 años, aquí cerca, en el Palais des Nations. La principal función del CCD del GATT era supervisar la aplicación de la Parte IV del GATT, titulada “Comercio y desarrollo”.

Como ustedes saben, el actual CCD fue creado en virtud del Acuerdo de Marrakech por el que se establece la OMC.

En el primer párrafo del mandato del CCD -aprobado por el Consejo General en enero de 1995- se establece que el Comité ha de servir de punto central para la consideración y coordinación de los trabajos de la OMC.

Las tareas que le han sido encomendadas denotan la importancia de este Comité.

Por ejemplo, el CCD desempeña un papel clave en el examen de las actividades de asistencia técnica de la OMC.

Nosotros debemos velar por que los países en desarrollo reciban el apoyo práctico necesario para crear capacidad y aptitudes comerciales. Este es un pilar fundamental de nuestra labor.

La OMC organiza programas de formación especiales adaptados a las necesidades de los funcionarios de los países en desarrollo para que puedan desenvolverse satisfactoriamente en el sistema. Hasta la fecha, casi 195.000 personas han participado en las actividades de formación de la OMC.

Además, contamos con la iniciativa de la Ayuda para el Comercio, en la que el CCD cumple una función muy importante.

Mediante esta iniciativa de la OMC, los países en desarrollo reciben asistencia específica para mejorar su infraestructura comercial.

Desde 2006, se han desembolsado más de 260.000 millones de dólares en el marco de esta iniciativa. Esta ayuda ha tenido considerables efectos sobre el terreno.

Según algunos estudios, por cada dólar invertido en Ayuda para el Comercio se generan casi 8 dólares de exportaciones de los países en desarrollo en general, y 20 dólares de exportaciones en el caso de los países más pobres.

El CCD también tiene el mandato de:

  • examinar la aplicación de las disposiciones sobre trato especial y diferenciado,
  • supervisar el Programa de Trabajo sobre las Pequeñas Economías de la OMC,
  • ayudar a aplicar el Programa de Trabajo sobre el Comercio Electrónico de la OMC,
  • ayudar a aumentar la transparencia de los arreglos comerciales preferenciales que afectan a los países en desarrollo y menos adelantados, y
  • examinar los esquemas de acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes previstos por los Miembros para los países menos adelantados.

Todas estas tareas son muy importantes. Por eso, la centésima reunión del CCD es sin duda un motivo de celebración.

A mi juicio, ha llegado el momento de reflexionar y de ser ambiciosos.

Deberíamos estudiar qué más puede hacer la OMC para que un mayor número de personas pueda utilizar el comercio como instrumento para el desarrollo.

Como Director General, he tratado de que el desarrollo ocupe un lugar destacado en la labor de la OMC, y creo que los resultados que hemos logrado en las Conferencias Ministeriales de Bali y Nairobi demuestran que este es un compromiso compartido por todos los Miembros.

En ambas reuniones adoptamos una serie de decisiones encaminadas a ayudar a los países en desarrollo y los países menos adelantados a incorporarse a las corrientes comerciales y a fomentar sus aptitudes comerciales.

Debemos seguir profundizando en esos logros.

En primer lugar, debemos mantener el impulso que ha cobrado nuestra labor de creación de capacidad.

El próximo mes de julio, celebraremos el Sexto Examen Global de la Ayuda para el Comercio en la OMC, y los Miembros prestarán especial atención a la conectividad.

A mi juicio, los debates sobre estas cuestiones en la OMC podrían resultar muy positivos para los países en desarrollo. Les invito a todos ustedes a aprovechar esta oportunidad para participar y a hacer lo posible por que el diálogo se centre en las cuestiones que más les interesan.

En segundo lugar, es importante reforzar la integración cotidiana de los países en desarrollo en el sistema mediante la formación y la asistencia técnica.

Esta ha sido una parte esencial de nuestra labor desde la primera reunión del CCD, y creo que seguirá cobrando importancia.

Pronto recibiremos a la primera promoción del Programa de la OMC para Jóvenes Profesionales.

El objetivo de este Programa es que se contrate a candidatos de países en desarrollo y menos adelantados, especialmente de Miembros de la OMC que no estén representados actualmente en la Secretaría a nivel profesional.

De ese modo, estos jóvenes profesionales podrán conocer nuestra labor y contribuir a nuestras actividades.

Se trata de un pequeño, pero importante, avance para mejorar la diversidad y la representatividad del sistema.

Por último, podemos seguir haciendo una gran aportación mediante la introducción de nuevas reformas y acuerdos comerciales, lo que puede ayudar a más personas a participar y obtener beneficios.

Durante muchos años, la introducción de reformas comerciales por medio de la OMC parecía casi imposible. Gracias a lo que hemos logrado en Bali y Nairobi, esa percepción ha empezado a cambiar. Los Miembros quieren obtener más resultados.

Hay un vivo deseo de que el desarrollo siga ocupando un lugar central en nuestra labor y de que los beneficios del comercio estén más repartidos.

Los Miembros están estudiando la forma de abordar las cuestiones de Doha que llevan mucho tiempo pendientes, como las relativas a la agricultura, los servicios, los productos industriales y otras.

Los avances en esa dirección también podrían ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Decisión Ministerial de Nairobi sobre la competencia de las exportaciones ya ha contribuido de manera decisiva a la consecución del ODS conocido como “hambre cero”, y hay muchas otras esferas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las que el comercio puede ser determinante.

Los Miembros de la OMC ya están debatiendo las medidas que deberían tomarse en varias esferas importantes, por ejemplo, eliminar los aranceles sobre los bienes ambientales y adoptar medidas en cuanto a las subvenciones que dan lugar a la pesca excesiva.

Asimismo, los Miembros están estudiando otras ideas para hacer que el comercio funcione de manera más inclusiva, por ejemplo:

  • cómo ayudar a las empresas más pequeñas a comerciar, y
  • cómo aprovechar el poder del comercio electrónico para apoyar el desarrollo y la inclusión.

Aprovecho esta ocasión para recordarles el evento sobre el comercio electrónico orientado al desarrollo que tendrá lugar el 9 de diciembre.

Estas cuestiones podrían resultar muy positivas para los países en desarrollo y menos adelantados. En el caso del comercio electrónico, creo que la creación de capacidad, e incluso la prestación de apoyo para infraestructura, serán elementos esenciales.

No obstante, estas conversaciones todavía están en una etapa incipiente, y de ustedes depende adónde nos llevarán.

En conclusión, la OMC tiene sólidos antecedentes en ayudar a los más vulnerables a desarrollar los instrumentos y las aptitudes necesarios para comerciar, y eso es lo que debemos seguir haciendo.

Debemos concentrarnos y ponderar qué resultados podemos obtener en el futuro, en particular en nuestra próxima Conferencia Ministerial, que se celebrará en Buenos Aires en 2017.

Para ello, tenemos que intensificar nuestros debates y centrarnos más en lo que queremos conseguir.

Debemos seguir obteniendo resultados significativos para el desarrollo, y la labor del CCD seguirá siendo decisiva para lograr este y muchos otros objetivos.

Estoy seguro de que seguirán poniendo todo su empeño en esta importante labor durante cientos de reuniones futuras.

Gracias por su atención. Les deseo el mayor de los éxitos en este evento.

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