WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Discursos: Roberto Azevêdo

  

Honorables Ministros,
Secretario General Kituyi,
Secretario General Zhao,
Directora Ejecutiva González,
Embajador Shah,
Excelencias,
Señoras y señores:

Buenos días y bienvenidos a la OMC.

Permítanme comenzar dando las gracias al grupo “Amigos del Comercio Electrónico para el Desarrollo” por esta iniciativa y por su amable invitación. El grupo está integrado por la Argentina, Costa Rica, Kenya, Nigeria, el Pakistán, Sri Lanka y el Uruguay, así que doy las gracias a todos ellos.

Esta es una conversación muy importante, como demuestran el nivel de representación en el estrado y el número de asistentes en la sala.

Como resultado de los avances tecnológicos y del rápido aumento del número de usuarios de Internet, el comercio electrónico se está expandiendo y está evolucionando a un ritmo sin precedentes.

Entre 2000 y 2015, la penetración de Internet pasó del 6,5% al 43% de la población mundial.

El año pasado, el valor del comercio electrónico fue de unos 22 billones de dólares.

Y, en ambos frentes, las cifras siguen aumentando rápidamente.

Esto supone, sencillamente, una revolución en el modo en que funcionan las empresas y en que se lleva a cabo el comercio.

Se trata de un impulso para la reducción de los obstáculos al comercio. El comercio electrónico brinda a las empresas una plataforma mundial que les permite:

  1. acceder al mercado mundial,
  2. llegar a un mayor número de consumidores, y
  3. aprovechar la posibilidad de incorporarse a las cadenas de valor mundiales.

Para los consumidores, esto significa que pueden acceder a una mayor selección de productos, de un abanico más amplio de proveedores, y probablemente a precios más competitivos.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que estos son avances positivos. Sin embargo, queda todavía un largo camino para que todas las personas tengan acceso a los beneficios y las oportunidades que brinda el comercio electrónico.

Sigue habiendo grandes desigualdades. En la actualidad hay en el mundo en desarrollo 4.000 millones de personas que siguen sin estar conectadas.

En África solo una de cada cuatro personas utiliza Internet, y en los países menos adelantados solo una de cada siete.

La conectividad sigue constituyendo un importante desafío.

Esto significa dos cosas.

En primer lugar, queda por explorar un enorme potencial en esta esfera. Si se consigue nivelar estos desequilibrios, se contribuiría a que muchos más usuarios, en particular las empresas más pequeñas, puedan utilizar la tecnología como trampolín para incorporarse a las corrientes comerciales.

En segundo lugar, para lograr que se materialice ese potencial, cualquier medida relativa al comercio electrónico debería ir acompañada de un apoyo significativo para mejorar la conectividad, capacidad e infraestructura en aquellos países que más lo necesitan.

En la OMC no nos ocupamos directamente de la infraestructura física, por lo que he venido manteniendo conversaciones con nuestros interlocutores sobre el modo en que se podrían movilizar los recursos necesarios.

También he mantenido conversaciones con asociados como el FMI, el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo para ver qué ayuda podrían proporcionar.

Este es un ámbito que está relacionado con la labor de muchas organizaciones, sobre todo de las representadas en este panel.

He abordado esta cuestión en profundidad con el Secretario General de la UNCTAD, Sr. Kituyi, y estamos dispuestos a unir nuestras fuerzas a este respecto.

Considero que hay también un gran potencial de colaboración con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), por lo que me complace que el Secretario General Houlin Zhao esté presente aquí esta mañana. Ya estamos planeando reunirnos para tratar con mayor profundidad el potencial de cooperación entre nuestras dos organizaciones.

Y, por supuesto, el Centro de Comercio Internacional (ITC) desempeña un papel importante a la hora de realizar parte de esta labor sobre el terreno, así que es fantástico que Arancha también esté con nosotros. Ella ha desplegado una gran actividad en esta esfera, por lo que les insto a que escuchen atentamente lo que tiene que decir.

Considero que en este tema es esencial adoptar un enfoque asociativo.

El Sexto Examen Global de la Ayuda para el Comercio será una buena oportunidad para proseguir estas conversaciones.

En ese evento, que se celebrará en la OMC en julio de 2017, los Miembros prestarán una atención particular a la conectividad. Animo a todos ustedes a que participen en él.

Desde luego, lograr la conectividad no es el fin último de esta conversación.

No podemos dar por sentado sin más que las personas se beneficiarán automáticamente de más oportunidades una vez tengan acceso a Internet. Esta es una condición necesaria, pero no suficiente.

Existen diversos obstáculos económicos y tecnológicos que pueden seguir ocasionando problemas, como los sistemas financieros y de pago poco desarrollados, la escasa confianza de los consumidores, y unos marcos jurídicos y reglamentarios deficientes. Las empresas de mayor tamaño están a menudo en condiciones de solventar estos problemas, mientras que no ocurre lo mismo en el caso de empresas más pequeñas.

Algunas de estas cuestiones se plantearon en la reunión del Consejo General del miércoles, cuando el Presidente informó en detalle de las últimas consultas sobre el comercio electrónico.

El comercio electrónico ha estado presente en el programa de la OMC desde 1998, aunque durante mucho tiempo no se han producido cambios significativos en este ámbito. Tal vez gracias al éxito de nuestras dos últimas Conferencias Ministeriales, el debate sobre esta cuestión parece ser ahora considerablemente más dinámico. En este momento tenemos ocho comunicaciones sobre comercio electrónico pendientes de examen.

Sin embargo, estos debates se encuentran todavía en una fase inicial. Muchas delegaciones -de países en desarrollo y de países desarrollados- están participando, pero otras se han mostrado más reacias. Lo importante es que, si así lo desean, todos los Miembros tengan la oportunidad de participar. Y esta posibilidad de participar en la conversación no existe en la mayoría de los demás foros.

No cabe duda de que los Miembros tienen opiniones diferentes sobre el modo de llevar a cabo la labor en esta esfera. Además, existe la preocupación de que la brecha digital y la desigualdad de conocimientos dificulten una conversación inclusiva sobre las cuestiones relativas al comercio electrónico.

Esta es una preocupación legítima. Y, para lograr un debate significativo e inclusivo, tenemos que subsanar esta desigualdad de información.

Una forma de conseguirlo es participando en conversaciones e intercambios de información a fin de comprender mejor el panorama del comercio electrónico.

En este contexto, esta iniciativa de hoy es muy de agradecer, al igual que el evento celebrado en julio, organizado por el grupo MIKTA.

De hecho, el evento de hoy se basa en una serie de talleres celebrados en los últimos meses que han alentado un análisis en mayor profundidad de las cuestiones relativas al comercio electrónico. Otra de esas actividades fue el Foro Público de este año, en el que más de 20 sesiones abordaron cuestiones relacionadas con el comercio electrónico y la economía digital.

Estos eventos contribuyen a facilitar un intercambio franco de información y de experiencias nacionales, que sin duda contribuirá a reducir las lagunas de información.

Aliento a los Miembros a que participen en estas actividades, aprendan de ellas y expresen sus opiniones. Su contribución es importante para que los debates respondan a sus necesidades. Y, por supuesto, la Secretaría está aquí para facilitar cualquier iniciativa a este respecto que interese a los Miembros.

Conviene insistir una vez más en la importancia de adoptar un enfoque colaborativo. Trabajando juntos podemos lograr que los desafíos en materia de desarrollo derivados del comercio digital se aborden de forma concertada. Este es un criterio de aplicación general, ya se trate de deficiencias en infraestructuras, en conocimientos o cualquier otro ámbito.

Para concluir, son los Miembros de la OMC los que deben decidir si se quiere llevar adelante esta labor y el modo de lograrlo.

Sin embargo, no cabe duda de que sesiones como esta contribuyen a informar el debate y mejorar la comprensión. Como en las demás esferas de nuestra labor, es crucial otorgar un lugar destacado a los aspectos de desarrollo.

Espero que la labor de hoy contribuya a aclarar esta cuestión y arroje más luz sobre cómo podemos lograr que la revolución del comercio electrónico no beneficie solo a unos pocos, sino que sea realmente inclusiva y responda a las necesidades de todos.

Les deseo un debate enriquecedor y espero con interés conocer los resultados de sus deliberaciones.

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