WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Azevêdo


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Discursos: Roberto Azevêdo

  

Distinguidos participantes,
Señoras y señores,

Buenos días.

Muchas gracias por su amable invitación.

Es un honor para mí estar en Finlandia en un momento tan señalado, ya que este año se cumple el centenario de su independencia.

Ciertamente, este es también un año especial para la Cámara de Comercio Internacional (CCI), Finlandia, puesto que esta organización cumple su 90º aniversario.

En la Declaración de Independencia de 1917 se dice que el pueblo de Finlandia “tomó su destino en sus manos”.

Lo han hecho ustedes de manera ejemplar: no aislándose del mundo, sino abriéndose a él, participando y estableciendo sólidas asociaciones, tanto a nivel regional como a nivel mundial.

Puede que por el camino hayan surgido desafíos, pero, a mi modo de ver, la visión de Finlandia ha dado muy buenos resultados.

Finlandia ha creado instituciones sólidas y una economía abierta e innovadora. Además de ser uno de los países con niveles más elevados en materia de educación e igualdad de género, Finlandia ocupa una de las primeras posiciones en muchas clasificaciones internacionales, como el informe Doing Business del Banco Mundial y el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial.

Todo eso resulta muy alentador y estimulante.

Es importante asegurarse de que Finlandia siga por el buen camino, y creo que a este respecto el comercio será un elemento fundamental.

A nivel mundial, el comercio es una fuente vital de empleo, crecimiento y desarrollo.

El comercio fue un agente catalizador en la consecución del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la extrema pobreza, y es un elemento fundamental de la Agenda 2030 y de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Aquí, en Finlandia, el comercio ha sido un importante motor de la economía. El país fue Miembro fundador de la Organización Mundial del Comercio. Ha formado parte durante más de 65 años del sistema mundial de normas comerciales.

Hoy día, el 28% del empleo total de Finlandia está vinculado a las exportaciones, como lo está el 57% de los puestos de trabajo del sector de las manufacturas.

Debemos velar por que el comercio siga desempeñando un papel positivo en Finlandia, sobre todo en estos tiempos difíciles.

La crisis financiera ha golpeado al país, como a toda la economía mundial. Padecemos aún las secuelas de esa conmoción. Las perspectivas de crecimiento del comercio han disminuido considerablemente, y las corrientes mundiales de inversión extranjera directa no han vuelto a alcanzar los niveles anteriores a la crisis.

Se prevé que la tasa definitiva de crecimiento del comercio en 2016 será del 1,7% aproximadamente. De confirmarse ese dato, se trataría de la tasa de crecimiento del comercio más baja desde el comienzo de la crisis financiera. En cuanto a 2017, según nuestros estudios, el comercio crecerá entre el 1,8% y el 3,1%, lo que por supuesto se debe, en buena medida, a los deslucidos resultados de la economía mundial.

Al mismo tiempo, observamos señales de desconfianza en el comercio mundial, y en el multilateralismo.

Muchos opinan que la globalización ha beneficiado a unos a costa de otros. En muchos casos se relaciona el comercio -erróneamente, en mi opinión- con el desempleo estructural.

Es cierto que el comercio puede originar un trasvase de puestos de trabajo, pero no debería magnificarse el efecto de este fenómeno.

La tecnología, la innovación y el aumento de la productividad están teniendo una repercusión mucho mayor en la estructura de la fuerza de trabajo, y representan en torno al 80% de las pérdidas de puestos de trabajo. Pero, al igual que el comercio, el progreso tecnológico es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo sostenidos.

Por tanto, la solución no es oponerse a esas fuerzas. Debemos sumarnos a ellas y aprender a adaptarnos.

Levantar obstáculos y recurrir al proteccionismo no servirá para resolver esta situación. De hecho, sería perjudicial para todos nosotros.

Según un estudio de la OCDE, por cada dólar de aumento de la protección se produce una caída de 66 centavos de dólar en el PIB.

Y son los más vulnerables quienes más tienen que perder.

Según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y la Universidad de Columbia, si las fronteras se cerraran al comercio, los consumidores más pobres podrían perder un 63% de su poder adquisitivo.

Además, podría producirse un rápido incremento de las medidas unilaterales, y eso llevaría a la aplicación de medidas de retorsión, lo que generaría un desastroso efecto dominó. En el decenio de 1930, por ejemplo, el proteccionismo eliminó dos tercios de las corrientes comerciales mundiales.

No debemos volver a cometer los errores del pasado.

De hecho, el sistema multilateral de comercio se creó en respuesta directa a las cruentas enseñanzas de la historia.

El sistema representa el mayor esfuerzo del mundo por promover el comercio de la manera más libre y abierta posible, sobre la base de leyes y prácticas mutuamente acordadas.

Su funcionamiento se basa en que los Miembros operen en el marco de esas reglas, y velen por que unos y otros respeten esos compromisos y observen las mismas normas.

Si surgen desacuerdos, disponemos de medios para abordarlos de manera transparente y previsible. Y si no se les encuentran otras soluciones, el Mecanismo de Solución de Diferencias proporciona una vía imparcial y previsible para resolverlos.

El Mecanismo está muy solicitado. A día de hoy, los Miembros de la OMC han planteado más de 520 diferencias, evitando así que los desacuerdos comerciales se agudicen y terminen en conflictos mayores.

Finlandia y la UE son destacados defensores de la OMC, y, más en general, de los principios de apertura y multilateralismo en términos más generales.

Ha llegado el momento de redoblar ese apoyo. No debemos dar por sentado el sistema multilateral de comercio.

Ante los actuales desafíos, debemos mantenernos firmes y trabajar en defensa del sistema.

Todos tenemos una función que desempeñar en la salvaguardia de este elemento fundamental de la gobernanza económica mundial.

También a este respecto Finlandia puede ofrecernos una perspectiva valiosa.

Ha despertado mi interés el concepto que expresa la palabra finlandesasisu”.

Según me han explicado, es una de esas expresiones difíciles de traducir, pero connota una mezcla de bravata y valor: la tenacidad necesaria para seguir adelante.

Ante vientos en contra cada vez más fuertes, eso es lo que debemos hacer.

Tenemos que continuar trazando el rumbo que debemos seguir. Para eso es necesario fortalecer el sistema de comercio y velar por que este llegue a más personas y distribuya sus beneficios de manera más inclusiva.

Así no solo se difundirán de manera más equitativa los beneficios económicos del comercio, sino que además se contribuirá a cambiar la percepción de que el comercio solo es provechoso para las grandes empresas.

A mi juicio, son varias las medidas que podemos adoptar con ese fin.

En primer lugar, a nivel nacional. Tenemos que trabajar con los gobiernos para ayudarlos a establecer políticas que respondan a los numerosos desafíos que se plantean actualmente en la economía.

Como ya he dicho, el desempleo y otros problemas no dependen estricta ni principalmente del comercio. Necesitamos una respuesta de amplio alcance y transversal para hacer posible que la gente adquiera las competencias necesarias para participar en los mercados de hoy en día.

Probablemente será fundamental aplicar políticas laborales más dinámicas, ambiciosas y transversales, que también aborden aspectos de la formación y el desarrollo de competencias, la asistencia a las empresas pequeñas y la ayuda reforzada para la readaptación laboral de los desempleados.

Se están poniendo a prueba y debatiendo diversas ideas nuevas e interesantes, entre ellas, por ejemplo, el intento, aquí en Finlandia, de ofrecer a la población en paro una renta básica mensual, a fin de reducir los trámites burocráticos, paliar la pobreza y promover el empleo.

En segundo lugar, es necesario que actuemos a nivel mundial.

Podríamos hacer más por profundizar y ampliar los beneficios del comercio mediante nuevas reformas comerciales.

Por ejemplo, las pymes representan una gran proporción del empleo en muchas economías. En Finlandia, generan más de 900.000 empleos.

Sin embargo, la participación de las pymes en el comercio simplemente no se corresponde con la importancia económica que tienen en los diferentes países.

Los aranceles y los costos que conllevan el cumplimiento de determinadas normas u otros obstáculos no arancelarios pueden dificultar especialmente el comercio transfronterizo para las pymes. Cuanto más pequeña es la empresa, más grandes parecen los obstáculos.

Como resultado de los avances tecnológicos y del rápido aumento del número de usuarios de Internet, el comercio electrónico está evolucionando a un ritmo sin precedentes, cambiando la manera en que comerciamos y brindando enormes oportunidades.

Por supuesto, Finlandia se sitúa en cabeza a este respecto, pues ha sido el primer país del mundo en convertir el acceso a la banda ancha en un derecho de todos los ciudadanos.

Sin embargo, queda todavía un largo camino para que todas las personas tengan acceso a las oportunidades que brinda el comercio electrónico.

La OMC puede desempeñar un papel importante en ese empeño si logra reformar el sistema de comercio para reducir los obstáculos y ayudar a que todos participen en él.

A este respecto nos han llegado noticias muy alentadoras.

El mes pasado entró en vigor el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.

De hecho, se trata del primer acuerdo mundial de la OMC desde que se estableció la Organización en 1995 y del mayor acuerdo comercial mundial celebrado en este siglo.

La finalidad del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio -o AFC- es agilizar, simplificar y estandarizar los procedimientos aduaneros, y esto ayudará a reducir los costos del comercio en todo el mundo.

Se estima que la plena aplicación del AFC podría reducir los costos del comercio un 14,3%, en promedio, a nivel mundial. Estos efectos tendrían mayor repercusión que la eliminación de todos los aranceles existentes en el mundo.

Para 2030 el Acuerdo podría suponer la adición de un 2,7% anual al crecimiento del comercio mundial y de más de un 0,5% anual al crecimiento del PIB mundial.

Se trata, pues, de un acuerdo importante. La comunidad empresarial prestó firme apoyo al Acuerdo. Y me gustaría expresar mi agradecimiento a la CCI por su labor a este respecto.

Este Acuerdo fue el primero de una serie de importantes avances para la Organización.

En 2015, los Miembros de la OMC acordaron la mayor reforma del comercio mundial de productos agropecuarios de los últimos 20 años, al eliminar las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios.

De hecho, este era un elemento del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas “Hambre Cero”. Es, pues, un gran logro que conseguimos solo tres meses después de que se aprobaran los objetivos.

Además, un grupo de Miembros de la OMC, entre ellos Finlandia, llegó a un acuerdo destinado a eliminar los aranceles que gravan una nueva generación de productos de la tecnología de la información. El valor del comercio de esos productos asciende a unos 1,3 billones de dólares anuales, y es superior al valor del comercio mundial de los productos de la industria del automóvil.

En mi opinión, con esos éxitos se consiguió algo más que la suma de sus partes.

Además de incidir en la vida y los medios de subsistencia, esos éxitos demostraron también que la OMC es un lugar en el que se pueden hacer cosas.

Y demostraron que 164 Miembros pueden trabajar en provechosa colaboración para resolver los complejos problemas a los que se enfrentan.

Naturalmente, estos avances no fueron fruto de la casualidad. Se debieron a la intensa labor de los Miembros y, sobre todo, a la actitud creativa, flexible y pragmática que adoptaron. Estos elementos serán fundamentales para seguir avanzando en los años venideros.

En la actualidad, los Miembros están debatiendo de qué forma podemos avanzar en una gran diversidad de ámbitos.

Muchos se centran en las cuestiones de larga data que forman parte de la Ronda de Doha.

Las conversaciones siguen su curso, por ejemplo, en la esfera de la agricultura, en la que se presta gran atención a la ayuda interna y a las cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria, como la constitución de existencias públicas en los países en desarrollo.

Los Miembros están interesados asimismo en hacer avanzar, en el seno de la OMC, la labor encaminada a alcanzar un acuerdo para limitar las subvenciones a la pesca.

Se observa también un creciente interés por debatir en la OMC otras cuestiones, como el comercio electrónico y la facilitación en las esferas de los servicios y la inversión.

A finales de año, los 164 Miembros se reunirán en nuestra Conferencia Ministerial, que se celebrará en Buenos Aires. Esa será una excelente oportunidad para avanzar.

En los últimos años hemos cosechado grandes logros juntos. Mirando hacia el futuro, creo que podemos cosechar muchos más.

Puede que no sea fácil, pero ahora sabemos que avanzar es posible.

Mantener una cooperación constante a nivel mundial será vital para alcanzar estabilidad, paz y prosperidad en el futuro.

No obstante, en el actual clima, esta clase de cooperación tropieza con numerosos desafíos, como son la debilidad del crecimiento, la desigualdad o los grandes cambios en el sentir del público.

La cuestión es cómo debemos responder. ¿Nos quedamos de brazos cruzados y esperamos a que se despejen las nubes de tormenta? ¿O salimos en defensa de aquello que consideramos un pilar fundamental del bienestar de todos nosotros?

Es nuestro deber involucrarnos y ayudar a defender tanto el comercio como el sistema multilateral de comercio, y en esa obligación incluyo a los gobiernos, el sector privado y el mundo académico; es decir, a todo aquel que considere el comercio un factor positivo y crea en la cooperación a nivel mundial en cuestiones económicas.

Estas estructuras solo son fuertes en la medida en que lo sea nuestra voluntad de defenderlas y fortalecerlas.

Invito, pues, a Finlandia a que siga involucrándose activamente. Estoy deseando colaborar con ustedes para salvaguardar este valioso elemento de la gobernanza económica mundial.

Juntos, podemos velar por que el comercio siga al servicio de Finlandia durante muchos años.

Muchas gracias.

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