DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Azevêdo

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The Director-General also spoke at a thematic session on trade connectivity
El Director General Azevêdo durante su intervención en una sesión temática sobre la conectividad del comercio en Beijing.

Excelencias,
Señoras y señores:
Buenas tardes.

Hoy en día, el mundo está más conectado que en ningún momento de la historia. Los avances en tecnología, comunicación y transporte están cambiando la configuración de la economía mundial.

Se dice que cualquier empresario con teléfono puede vender y comprar por todo el mundo.

Esto es cierto, pero también es necesario que se den otros factores:

  • En primer lugar, la conectividad física. Si alguien desea vender mercancías, necesita contar con una infraestructura sólida que le permita enviarlas al comprador. Según el Banco Asiático de Desarrollo, Asia debería invertir 26 billones de dólares hasta 2030 para solucionar las deficiencias de infraestructura que existen en la actualidad. Esta es una de las razones por las que la iniciativa “Un Cinturón, Una Ruta” es tan importante (y tan oportuna).
  • En segundo lugar, en el mundo moderno también es necesaria la conectividad digital. En la actualidad, todavía hay unos 4.000 millones de personas sin acceso a Internet (más de la mitad de la población mundial). En África, solo 1 de cada 4 personas utiliza Internet, y en los PMA, solo 1 de cada 7. Hay que solucionar esta situación.
  • En tercer lugar, para fomentar esta conectividad necesitamos una infraestructura no física adecuada. Esto exige un marco normativo que sirva para facilitar el comercio.

La Organización Mundial del Comercio está dispuesta a hacer su contribución a todas estas esferas.

Aunque en la OMC no nos ocupamos directamente de la infraestructura física, podemos colaborar con nuestros asociados para movilizar los recursos necesarios.

La iniciativa "Ayuda para el Comercio" de la OMC es un buen ejemplo. A través de esta iniciativa, a lo largo de 10 años se han distribuido casi 300.000 millones de dólares a los países en desarrollo a fin de mejorar su infraestructura comercial. Seguiremos trabajando en este ámbito y prestando apoyo a las iniciativas de cambio como “Un Cinturón, Una Ruta”.

En la OMC también se presta cada vez más atención a la conectividad digital.

Entre 2013 y 2015, el valor del comercio mundial en línea aumentó drásticamente de 16 a 22 billones de dólares.

Es evidente que esto plantea grandes oportunidades. En los últimos 12 meses, nuestros Miembros han estado discutiendo cómo facilitar el acceso de todas las personas a esas oportunidades. También se está produciendo una aportación cada vez mayor del sector privado.

Los Miembros de la OMC ya han adoptado medidas en una esfera relacionada. A finales de 2015, un grupo de Miembros (entre ellos, China) llegó a un acuerdo para eliminar los aranceles que gravan una serie de productos de tecnología de la información de nueva generación. El valor del comercio de esos productos asciende a alrededor de 1,3 billones de dólares anuales, y es superior al valor del comercio mundial de los productos de la industria del automóvil. Este acuerdo contribuirá a bajar el precio de los productos y, por lo tanto, podrá ayudar a dar aún más difusión a la conectividad digital.

Por último, desearía decir unas palabras acerca de la infraestructura no física (las normas y reglamentos que rigen la conectividad en todas sus formas).

La OMC realiza una función particularmente crucial en este ámbito, al fin y al cabo, las normas de la OMC abarcan el 98% del comercio mundial. Como expliqué esta mañana, acabamos de realizar una nueva reforma fundamental para facilitar todavía más el movimiento de mercancías.

El Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC entró en vigor en febrero de este año. Es el mayor acuerdo comercial mundial que se ha concluido este siglo. Gracias a él, se reducirá el tiempo necesario para que los productos crucen las fronteras y, por lo tanto, los costos comerciales disminuirán drásticamente.

Este aspecto es fundamental en un mundo conectado, en el que los componentes de las mercancías cruzan fronteras en numerosas ocasiones antes de llegar al producto final.

La plena aplicación del Acuerdo podría reducir los costos del comercio un 14,3%, en promedio, a nivel mundial. Estos efectos tendrían mayor repercusión que la eliminación de todos los aranceles existentes en el mundo.

Los países en desarrollo y menos adelantados serían los más beneficiados y, lo que es importante, esos países podrían obtener además apoyo práctico para aplicar las reformas necesarias.

De cara al futuro, queremos seguir trabajando en todas estas esferas. La Undécima Conferencia Ministerial de la OMC, que se celebrará en diciembre en Buenos Aires (Argentina), es un buen momento para consolidar los avances.

La conectividad representa una gran oportunidad. Espero colaborar con todos ustedes para aprovecharla.

Gracias.

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