Buenos días a todos.

Bienvenidos a la OMC y a este acto para celebrar la entrada en vigor del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (AFC) de la OMC.

Lamento no poder estar hoy con ustedes en persona, pero quería enviarles este breve mensaje porque considero que hay mucho que celebrar.

El AFC es innovador en varios aspectos. Por supuesto ustedes abordarán todo esto con mayor detalle a lo largo del día, pero me gustaría reiterar tres puntos clave que creo que deberían guiar el debate.

En primer lugar, el Acuerdo ha sido un avance realmente histórico.

Como primer acuerdo multilateral desde la creación de la OMC en 1995, el AFC ha demostrado, sin lugar a dudas, que la OMC puede lograr resultados.

En segundo lugar, el Acuerdo tendrá importantes repercusiones económicas.

Al poder reducir los costos del comercio a nivel mundial en torno a un 14,3% como promedio, brindaría unas ventajas mayores que la eliminación de todos los aranceles existentes en el mundo. Y, lo que es más importante, los países más pobres serían los que más beneficios obtendrían.

En tercer lugar, el Acuerdo es verdaderamente innovador.

Da flexibilidad a los países en desarrollo y a los países menos adelantados para adaptar la aplicación de sus compromisos a sus necesidades específicas y a su nivel de desarrollo.

También prevé asistencia práctica para que esos países emprendan las reformas.

Los donantes y las organizaciones asociadas se están movilizando para ayudar a prestar ese apoyo, con el respaldo, en caso necesario, del Mecanismo para el AFC de la OMC.

Estos tres aspectos muestran por qué el Acuerdo es tan innovador. Creo que demuestran claramente que el AFC representa la mayor reforma del comercio en una generación.

Pero me gustaría mencionar otro aspecto más difícil de describir pero no por ello menos importante.

De alguna manera, el AFC nos dio confianza en nosotros mismos.

Nos mostró lo que podemos hacer cuando trabajamos juntos en beneficio de todos y, gracias a ello, fortaleció enormemente el sistema multilateral de comercio.

Esto queda patente en el hecho de que los Miembros actuaran muy rápidamente para facilitar la entrada en vigor del Acuerdo. Cuando el Consejo General abrió el proceso de aceptación de ratificaciones, alcanzamos el umbral requerido en poco más de dos años.

Y el efecto es contagioso. Bali y el AFC fueron un aliento que contribuyó a nuestro éxito en Nairobi y en otros frentes.

La enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC estuvo estancada desde que se acordó en 2005, hasta que este año logramos que entrara en vigor. No me cabe la menor duda de que el impulso generado por el AFC ha contribuido en gran medida a ello.

Deberíamos tratar de aprovechar esta dinámica, tanto en la puesta en aplicación del AFC y de otros Acuerdos como para ver en qué otros ámbitos podemos avanzar.

Esto es especialmente importante en este momento, en el que los Miembros están preparando el terreno para nuestra próxima Conferencia Ministerial, que se celebrará en Buenos Aires en diciembre.

Por tanto, debemos tratar de extraer enseñanzas del AFC, de la naturaleza del propio Acuerdo y de la manera en que se concluyó.

No fue fácil alcanzar un acuerdo. Requirió mucho trabajo, compromiso y dedicación. Las estrellas no se alinearon; nosotros alineamos las estrellas.

Ustedes van a hablar hoy de muchas de esas enseñanzas y van a escuchar testimonios de personas que participaron directamente en todas las etapas de esa labor.

Me alegro de que muchos defensores del Acuerdo y amigos de la OMC estén hoy aquí para compartir sus puntos de vista y sus experiencias.

Estoy seguro de que los debates serán interesantes y fructíferos.

Y confío en que contribuirán a impulsar los esfuerzos para poner en aplicación el AFC y nos servirán de inspiración para lograr nuevos éxitos en el futuro próximo.

Gracias. Que tengan un día muy provechoso.