Gracias, señora Presidenta, Embajadora Lisson, bienvenida a su nueva función.

Deseo expresar mi agradecimiento también al Embajador Botora por su ardua labor y por su liderazgo a lo largo de este último año.

Vicepresidenta Fatoumata Tambajang,
Ministro Touray,
Comisario Muchanga,
Secretario General Kituyi,
Directora Ejecutiva González,
Excelencias,
Señoras y señores:

Buenos días, y bienvenidos a la OMC. Es siempre un placer acoger al Grupo Consultivo Mixto del Centro de Comercio Internacional (ITC).

Como es sabido, el Centro de Comercio Internacional está financiado conjuntamente por la OMC y la UNCTAD. Esta reunión es, pues, una importante oportunidad para examinar la labor del ITC en el transcurso del último año y establecer el rumbo a seguir en el futuro.

Pero, en mi opinión, esta es también una ocasión significativa por otra importante razón. El ITC es un organismo orientado al logro de resultados y, por consiguiente, esta reunión representa cada año una oportunidad para centrar la atención en la incidencia que tiene el comercio en la vida de las personas.

Este año los proyectos del ITC han ayudado a las empresas del sector textil tunecinas a incrementar sus ingresos de exportación y crear nuevas oportunidades de empleo para los jóvenes.

También han apoyado a pymes productoras de cacao en el Perú para ayudarlas a mejorar sus procesos de producción.

Y han ayudado a aldeas de Myanmar a aprovechar sus posibilidades turísticas.

Todos estos proyectos tienen considerables efectos en sus correspondientes comunidades y, tomados en conjunto, son un recordatorio constante y positivo de la capacidad del comercio para impulsar el crecimiento, el desarrollo y la creación de empleo.

Nos recuerdan que, al final, los esfuerzos que desplegamos para que el sistema multilateral de comercio funcione mejor tienen un efecto real en las vidas de las personas. Y ponen de relieve la importancia capital de nuestra labor de creación de capacidad en el empeño de velar por que todos puedan beneficiarse del comercio. Sin duda esto viene ahora especialmente al caso, habida cuenta de que esta semana estamos realizando el Examen Global de la Ayuda para el Comercio.

Por tanto, de cara al futuro, debemos mantener y fortalecer toda esta labor.

La misión fundamental del ITC es ayudar a las empresas más pequeñas de los países en desarrollo a incorporarse a las corrientes comerciales. Los avances en esta dirección conllevan avances en el camino hacia el sistema comercial más inclusivo que todos deseamos. Y representan una importante contribución al logro de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Teniendo esto presente, pienso que hay varias esferas en las que podemos trabajar conjuntamente para obtener aún más resultados en los años venideros.

Por ejemplo, las investigaciones de la OMC muestran que los costos fijos asociados a la actividad comercial pueden representar un obstáculo especial para las pymes. Esto incluye abordar determinadas normas, costosos procedimientos en frontera y otros obstáculos no arancelarios.

Ya estamos trabajando para hacer frente a estas cuestiones de distintas maneras.

Un ejemplo es el sistema de aviso ePing que la OMC puso en marcha el año pasado conjuntamente con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de las Naciones Unidas y el ITC. Este sistema tiene por objeto alertar a los Miembros sobre la aplicación de nuevas medidas sanitarias y fitosanitarias y referentes a obstáculos técnicos al comercio desde el primer momento, y facilitar el diálogo entre los sectores público y privado para abordar los posibles problemas comerciales antes de que surjan.

Es una innovación muy sencilla, pero ha tenido un enorme éxito.

Entre todas nuestras organizaciones disponemos de abundante información y conocimientos especializados sobre las reglamentaciones y normas de los mercados de todo el mundo.

Quizá podríamos estudiar cómo conseguir que los datos de los que ya disponemos sean aún más accesibles, y subsanar así las lagunas de información que impiden comerciar a muchas pymes.

Arancha y yo hemos estado debatiendo este asunto detalladamente, y me consta que ella ha planteado algunas reflexiones a los Miembros.

Espero con interés ver qué más podemos hacer.

Sobre la base de nuestra asociación existente, también podemos ayudar a los Miembros de la OMC en la aplicación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que entró en vigor hace solo unos meses. Sé que todos ustedes conocen los beneficios de este Acuerdo, así como la labor que estamos llevando a cabo para ayudar a los países en desarrollo y los países menos adelantados a aplicarlo.

En esto, el ITC está desempeñando una importante función, concentrándose específicamente en velar por que las reformas de las medidas en frontera y los procedimientos aduaneros respondan a las necesidades del sector privado, especialmente las de las pymes.

Debemos seguir fortaleciendo estas actividades para asegurarnos de que las pymes puedan beneficiarse plenamente de este innovador Acuerdo. Para ello, será esencial la colaboración con muy diversos asociados.

Esto me lleva a la última esfera en la que, a mi juicio, podemos desarrollar conjuntamente nuestra labor.

Debemos hacer un esfuerzo mayor para idear asociaciones innovadoras entre nuestros programas de creación de capacidad.

Se han desembolsado más de 300.000 millones de dólares EE.UU. a través de la iniciativa de Ayuda para el Comercio de la OMC desde que esta se puso en marcha hace más de un decenio. Esta labor se centra cada vez más en la internacionalización de las pymes. El apoyo de la Ayuda para el Comercio destinado al desarrollo de las pymes aumentó alrededor de un 50% entre 2005 y 2013.

También trabajamos en otros frentes para velar por que los actores con una participación menor reciban el apoyo que necesitan para empezar a comerciar, por ejemplo, a través del MIM y el STDF.

Estos proyectos se refuerzan mutuamente. Pero, en mi opinión, podemos hacer más para asegurarnos de que funcionen de manera coordinada y complementaria.

Lógicamente, la semana de Ayuda para el Comercio es el momento idóneo para intercambiar ideas y analizar esas posibilidades.

Muchos de los elementos de los que he hablado esta mañana cobran cada vez más prominencia en los debates que mantenemos en la OMC.

Los Miembros están examinando cómo podemos avanzar en una amplia gama de esferas. En varios grupos de negociación se está trabajando intensamente sobre las cuestiones de Doha.

También se están manteniendo conversaciones abiertas sobre las pymes, el comercio electrónico y la facilitación de la inversión, así como sobre otras esferas.

Estos debates están avanzando. Hace solo unas semanas, Mukhisa, Arancha y yo asistimos a un evento centrado en las pymes que organizó un grupo de Miembros. Y oímos muchas ideas interesantes y muy prácticas.

Acojo con agrado la inyección de energía que esto ha supuesto en nuestra labor.

Nos lleva a reflexionar sobre cómo estamos atendiendo las necesidades de los usuarios -y posibles usuarios- del sistema de comercio, y cómo podríamos atenderlas mejor.

Habida cuenta de que tenemos por delante enormes desafíos en materia de desarrollo -y que nos proponemos cumplir los ODS-, pienso que debemos plantearnos continuamente el reto de hacer más, y hacerlo mejor.

La OMC y la UNCTAD seguirán apoyando los proyectos del ITC en esta dirección, y continuaremos trabajando conjuntamente.

Al principio he dicho que esta reunión es una oportunidad para examinar los efectos positivos que puede tener el comercio en las vidas de las personas. Con ese fin trabajamos todos, y eso es lo que debemos tener siempre muy presente.

Todas las esferas que he mencionado hoy, y quizá algunas otras, nos ayudarán a seguir repercutiendo de manera muy práctica.

Contamos con que el ITC siga desempeñando esta labor, y con el liderazgo de Arancha.

Sigamos, pues, trabajando juntos para ver qué más podemos hacer.

Gracias a todos. Les deseo el mayor éxito en este evento, así como otro año igual de fructífero.