Reunión formal del CNC y reunión informal de los Jefes de Delegación

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Declaración del Director General Roberto Azevêdo

Quisiera comenzar dejando constancia de mi agradecimiento a los Presidentes de los grupos de negociación por su arduo trabajo, especialmente en las últimas semanas.

Me gustaría dar también las gracias al Presidente del Consejo General por su labor en relación con el proyecto de declaración. Como dijo el Embajador Carim en la reunión informal abierta celebrada el 22 de noviembre, pese a no haberse logrado un resultado final en Ginebra, el proceso ha sido positivo, transparente e inclusivo. En esa reunión también escuchamos que la Presidenta de la Undécima Conferencia Ministerial tiene la intención de seguir trabajando con miras a una Declaración Ministerial en Buenos Aires.

La última vez que nos reunimos para examinar los progresos que habíamos realizado en los preparativos de la Undécima Conferencia Ministerial fue hace poco más de un mes, el 24 de octubre. Desde entonces, ha habido una actividad considerable en varias esferas.

Como han oído ustedes, los Presidentes han proseguido sus consultas. Los Miembros han continuado manteniendo contactos entre ellos. Y yo he seguido celebrando consultas con los Miembros, tanto en Ginebra como en las capitales.

El 8 de noviembre asistí a una reunión de Ministros de Comercio del APEC celebrada en Da Nang (Viet Nam), en la que tuve la oportunidad de hablar con los Ministros de ese grupo.

También viajé a Singapur, donde me reuní con el Primer Ministro Lee y con el Ministro de Comercio e Industria Lim.

Además, me invitaron a asistir al Foro de Alto Nivel sobre la Facilitación del Comercio y la Inversión para el Desarrollo que tuvo lugar en Abuja (Nigeria) los días 2 y 3 de noviembre. En esta reunión conversé con varios Ministros.

Debo decir que todos esos intercambios me parecieron sumamente útiles para dar a conocer a los Ministros nuestra labor. Muchos me transmitieron su apoyo para que la Undécima Conferencia Ministerial sea un éxito a nivel político.

Aquí en Ginebra he mantenido varias conversaciones, principalmente con aquellos que han presentado propuestas sobre diferentes temas. El objetivo era que los proponentes me dieran una idea más clara de cómo veían el proceso que teníamos por delante, en las esferas de su interés, en el período previo a la Undécima Conferencia Ministerial.

He instado a los proponentes a que sean realistas y flexibles, pero también a que dialoguen con otros Miembros, en particular con los que tienen opiniones opuestas, a fin de encontrar la manera de atender sus preocupaciones y forjar un consenso.

Como es natural, he estado regularmente en contacto con los Presidentes.

El viernes pasado me reuní con todos ellos al mismo tiempo y con el Presidente del Consejo General. También he estado constantemente en contacto con la Presidenta de la Undécima Conferencia Ministerial -Susana Malcorra-, en particular la semana pasada cuando estuvo en Ginebra con su equipo.

En general, creo que se ha avanzado mucho durante estas semanas.

Hemos visto un nivel de participación excelente. Se han presentado numerosas propuestas, se han celebrado muchas reuniones y se ha trabajado muy intensamente.

Sin embargo, las posiciones de los Miembros con respecto a las cuestiones sustantivas siguen siendo muy diferentes. A pesar de todos nuestros esfuerzos, no creo que se acuerden en Ginebra resultados negociados.

Así pues, ¿en qué situación nos deja eso por lo que respecta a nuestra labor en Buenos Aires?

Aunque sigue sin estar claro qué se puede lograr, veo que hay numerosas cuestiones sobre las que los Miembros desean hablar en la Argentina.

Llevo algunos meses pidiendo que se establezcan prioridades. Agradezco los esfuerzos que han hecho los Miembros al respecto, pero se ha avanzado poco en ese frente. Sigue habiendo muchas cuestiones en juego de cara a la Conferencia Ministerial, muchas cuestiones que tratar en un período de tiempo muy concentrado.

Y, por supuesto, todas ellas son cuestiones importantes que merecen la atención y consideración de los Ministros a nivel político.

Debemos examinar la forma de gestionar esto, y adoptar las disposiciones necesarias para que los Ministros aborden esas cuestiones.

A fin de que la reunión se desarrolle de forma ordenada, estamos considerando la posibilidad de nombrar algunos "Ministros Facilitadores" que trabajen con los Presidentes de los grupos de negociación en Buenos Aires. Esta será en último término una decisión de la Presidenta de la Conferencia Ministerial.

A juzgar por la situación actual, pienso que sería razonable esperar que hubiera facilitadores para la agricultura, el desarrollo, las normas y el comercio electrónico, y probablemente sería conveniente contar con un quinto facilitador que se ocupara de las cuestiones relativas a los servicios, y tal vez a otras esferas (aunque no puedo ser más concreto hasta que finalicen todos los trabajos en Ginebra).

Es posible, por tanto, que todo ello requiera ciertos ajustes, según cómo vayan evolucionando las cosas, y sería prudente mantener una actitud abierta al respecto.

No obstante, considero que cinco facilitadores es todo cuanto podemos permitirnos, debido en parte a consideraciones prácticas, como la disponibilidad de salas de reunión en Buenos Aires.

Naturalmente, tal vez haya otros elementos que yo elegiré, según proceda, junto con la Presidenta de la Conferencia Ministerial y el Presidente del Consejo General.

Quiero decir además que sé que algunos Miembros han estado también trabajando en grupos limitados en cuestiones como las MIPYME, la facilitación de las inversiones y cualquier otro asunto que se esté tratando por una vía diferente a la de los grupos de negociación. Corresponde a los proponentes en esas esferas hacer avanzar esos trabajos como consideren oportuno. Si desean nombrar sus propios Presidentes o facilitadores en la Conferencia Ministerial, son ellos los que deben llevarlo adelante.

Por lo que respecta al proceso que habrá de seguirse en la reunión, es evidente que la apertura, la transparencia y la inclusión serán elementos importantes.

Además, debe ser siempre un proceso de acumulación progresiva. Son muchos los Miembros que han insistido en ello durante nuestros trabajos preparatorios.

Teniendo eso presente, permítanme exponer claramente cómo veo el proceso en estos momentos.

En primer lugar, los facilitadores (así como los Presidentes y la Secretaría) estarán ahí simplemente para facilitar su labor, no para dirigirla. Su función será convocar reuniones y facilitar las conversaciones, pero nada más que eso. El impulso por lo que se refiere al fondo tiene que venir de los Miembros. Los facilitadores solo pueden realizar una labor de consulta y facilitación, no pueden hacer el trabajo por ustedes.

En segundo lugar, los facilitadores tendrán por objetivo la celebración de reuniones abiertas. Todos los Miembros que deseen participar tendrán la oportunidad de hacerlo. Además, alentaré a los facilitadores a que se coordinen entre sí al programar sus reuniones, de manera que podamos evitar superposiciones en la medida de lo posible.

En tercer lugar, trataremos también de celebrar reuniones informales de Jefes de Delegación en Buenos Aires al final de cada tarde o en las primeras horas de la noche, a partir del lunes 11 de diciembre. Esas reuniones brindarán a los facilitadores la oportunidad de informar a todos sobre su labor. Además, ofrecerán a cada uno de los Ministros la oportunidad de participar en todas las cuestiones y evaluar los progresos logrados en las diferentes esferas. Aun cuando ustedes no hayan asistido a una reunión sobre una determinada cuestión, tendrán la posibilidad de exponer sus opiniones en las reuniones de Jefes de Delegación.

Por último, celebraré consultas en Buenos Aires, para contribuir al proceso en lo que pueda. No obstante, permítanme subrayar que, aunque celebraré consultas cuando sea necesario, no convocaré reuniones de negociación a puerta cerrada.

Ese es pues el escenario actual.

Seguiré celebrando consultas con el Presidente del Consejo General, los Presidentes de los Grupos de Negociación y la Presidenta de la Undécima Conferencia Ministerial antes de finalizar los preparativos aquí en Ginebra. Confirmaremos todos estos detalles al comienzo de la Conferencia, o antes, si es posible.

Dado el número de cuestiones que previsiblemente se debatirán, creo que tenemos que estar preparados para un proceso bastante fluido en Buenos Aires.

La organización siempre es difícil en las Conferencias Ministeriales. Sin embargo, como ya he explicado, haremos cuanto esté en nuestra mano para que la reunión sea abierta, transparente e inclusiva, y para que transcurra de manera ordenada.

Es cierto que debemos adoptar un enfoque de acumulación progresiva, como corresponde en una Organización impulsada por los Miembros. Sin embargo, no hay que olvidar que, con ese enfoque, la responsabilidad de llevar adelante nuestros trabajos recae de lleno sobre los Miembros.

Para lograr un resultado satisfactorio, tendrán ustedes que dar muestra de flexibilidad y creatividad. También tendrán que dar muestra de moderación. Si las reuniones de los Jefes de Delegación van a ser el foro para la adopción de decisiones, deberemos emplear un enfoque pragmático. Y esto es muy importante. No habrá ocasión para largas declaraciones preparadas de antemano. No es necesario que sus Ministros tomen la palabra. Escucharemos los informes de los facilitadores y lo que los Miembros tengan que decir, y luego tomaremos las decisiones de manera muy directa y ejecutiva.

Repito, no será el momento de hacer declaraciones.

Deberán ustedes ser eficientes y diligentes. Corresponde a los Miembros determinar hasta dónde podemos llegar, y la rapidez con que podamos avanzar.

La Undécima Conferencia Ministerial es un momento muy importante. Es una oportunidad para:

  • hacer balance de los progresos significativos que hemos hecho
  • lograr resultados donde sea posible
  • y marcar la dirección de nuestra labor futura.

Hasta qué punto exactamente logremos progresar en cada cuestión dependerá de la dinámica de cada negociación. El que ustedes consigan ponerse de acuerdo en resultados y en un programa de trabajo, o no consigan ninguna de las dos cosas, dependerá del trabajo realizado en cada esfera y, por supuesto, de la decisión de los Jefes de Delegación.

Veamos, por lo tanto, qué podemos hacer. La OMC ha dado pasos muy positivos en las dos últimas Conferencias Ministeriales: continuemos así en Buenos Aires, y después de Buenos Aires. Les pido que mantengan su determinación, su participación y su flexibilidad en este tramo final.

Muchas gracias. Con esto concluye mi declaración.

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