DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

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Observations du DG Azevêdo

Señoras y señores:

Buenas tardes.

Es para mí un placer dar la bienvenida a Jack y a Rick. Es un privilegio contar con su presencia, y tener la oportunidad de poner en marcha esta iniciativa conjunta en la Undécima Conferencia Ministerial de la OMC.

Internet y las nuevas tecnologías están revolucionando nuestras vidas. Ahora todo el que tenga un teléfono está conectado a un mercado mundial.

Esto significa que los emprendedores de cualquier lugar pueden saltar por encima de obstáculos como la distancia física o la falta de información, y aprovechar las oportunidades que ofrece el comercio.

Podría tratarse del mayor vector de inclusión en la economía global jamás visto.

Pero la inclusión no se produce de manera automática.

Sin el enfoque adecuado, los grandes operadores podrían dominar fácilmente ese mercado a costa de las empresas más pequeñas. Los países más pobres podrían quedar atrás.

Si queremos que sea un proceso inclusivo, tendremos que empeñarnos en ello.

Sabemos que aún hay alrededor de 4.000 millones de personas sin acceso a Internet. En los países menos adelantados, más del 70% de la población sigue sin poder permitirse una conexión básica a Internet.

Esta brecha digital significa que los beneficios del comercio digital siguen estando distribuidos de manera desigual.

Pero incluso cuando se dispone de conexión a Internet, sigue habiendo otros muchos obstáculos que pueden impedir a las empresas practicar el comercio electrónico.

El comercio electrónico requiere una infraestructura y servicios de TIC adecuados. Hace falta una logística comercial que funcione. Es preciso que esté en vigor un marco jurídico y reglamentario. Hace falta acceso a la financiación. Y la lista no acaba ahí.

Hacer esto bien es un desafío para todos nosotros.

Los Miembros de la OMC están debatiendo esas cuestiones, tratando de comprender mejor las dificultades y de ver cómo podemos hacer que el comercio electrónico sea una herramienta de inclusión y desarrollo.

Así que este esfuerzo de colaboración en torno a la iniciativa "Enabling E-commerce" llega en el momento idóneo.

Jack y yo nos conocimos en Hangzhou durante la cumbre del G-20 el año pasado. En abril lo acogimos en la OMC en Ginebra. Hemos estado estudiando cómo podríamos trabajar juntos en esas cuestiones.

Y me complace enormemente decir que ambos compartimos esta visión de un Internet para todos, del comercio electrónico como una verdadera oportunidad para las pequeñas empresas, los emprendedores y los ciudadanos de a pie.

De modo que cuando la plataforma electrónica de comercio mundial (eWTP) y el Foro Económico Mundial se pusieron en contacto con nosotros hace unos meses con la idea de sumar fuerzas en un diálogo de alto nivel entre el sector público y el privado sobre el comercio mundial, no me lo pensé dos veces.

Me pareció que era una oportunidad ideal para impulsar este debate fundamental.

La combinación formada por nuestras tres organizaciones puede proporcionar una plataforma única para lograrlo, de ahí mi interés en que trabajemos juntos con el fin de hacer realidad el potencial del comercio electrónico para cambiar la vida de las personas en todo el mundo.

Empezaremos a trabajar enseguida, con una reunión en Davos en enero.

Esa reunión irá seguida de otros actos, incluido uno de primer orden en Ginebra algo más avanzado el año. Pero no se trata solo de celebrar actos. Se tratará de un diálogo continuo orientado a la obtención de resultados, de una asociación dinámica.

Estoy deseando que nos pongamos manos a la obra.

Gracias.

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