Observaciones introductorias del Director General Roberto Azevêdo

Bienvenidos al Foro Público de la OMC 2018. Soy Roberto Azevêdo, Director General de la OMC y su anfitrión en la sesión de hoy.

Les agradezco a todos su presencia.

Con nuestro tema de este año, "El comercio en 2030", les invitamos a levantar la vista de las cuestiones comerciales actuales para mirar hacia el futuro.

• ¿Cómo será el comercio en 2030?
• ¿Cómo podemos darle forma para que se ajuste a nuestras prioridades?
• ¿Cómo podemos hacerlo más sostenible?
• ¿Cómo podemos hacerlo más inclusivo?
• ¿Estamos preparados para los cambios que nos esperan?

Estas son las cuestiones que debatiremos esta semana.

Todos sabemos que el mundo está cambiando, y lo está haciendo a un ritmo sin precedentes.

Están apareciendo nuevas tecnologías, aumentan los riesgos ambientales, y todo ello nos obliga a replantearnos el concepto que tenemos del comercio.

Si se crean las sinergias adecuadas, en particular en lo que respecta a las políticas públicas, de aquí a 2030 la revolución tecnológica podría contribuir a impulsar un crecimiento adicional del comercio de unos 30 puntos porcentuales. Es una cifra enorme.

Cada vez se realizarán más operaciones comerciales a través de plataformas digitales. Aparecerán nuevas formas de entregar los productos. Se crearán nuevos tipos de servicios.

Por tanto, la pregunta que debemos hacernos es si el actual sistema mundial de comercio está preparado para responder a este nuevo entorno.

Creo que los principios fundamentales consagrados en los Acuerdos de la OMC siguen siendo válidos: la importancia de tener normas claras, la apertura, la cooperación y la no discriminación.

¿Pero son suficientes?

Cada día se producen nuevos avances en múltiples ámbitos: inteligencia artificial, tecnología verde, impresión 3D, robótica, informática cuántica y cadenas de bloques (o registros distribuidos).

En cualquier sistema dotado de una constitución o de un texto jurídico fundacional que no se actualice periódicamente se acentuarán las disparidades entre los principios básicos que establecen y la evolución de los hábitos, los comportamientos e incluso los valores éticos.

Lo más frecuente es que sean los tribunales los que intervengan para subsanar esas deficiencias, y crean así jurisprudencia. Esta vía tal vez sea más rápida, pero no refleja necesariamente los deseos y prioridades de las distintas partes afectadas.

Por tanto, la pregunta clave es la siguiente: ¿Queremos que sean los tribunales o las medidas unilaterales los que colmen las lagunas? ¿O es preferible colaborar y rellenar juntos los espacios en blanco?

El mundo está cambiando ante nuestros ojos. Aunque no podemos detener su evolución, sí podemos modelarla. A decir verdad, creo que debemos modelarla.

Si no lo hacemos, muchos se quedarán atrás inevitablemente. Surgirán nuevos problemas sociales, nuevas fuentes de malestar e inestabilidad.

Por ejemplo, según un informe reciente del Foro Económico Mundial, en 2025, por primera vez en la historia, las máquinas llevarán a cabo más tareas que los seres humanos.

Además, la tecnología podría acabar con 75 millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años. ¡75 millones!

Pero, al mismo tiempo, podría crear 133 millones de funciones nuevas.

Se nos ofrece una oportunidad extraordinaria, que solo se podrá aprovechar adoptando medidas positivas inmediatas para que los trabajadores puedan formarse y para prestarles apoyo durante la transición a nuevos puestos de trabajo. Porque, si no, el trabajador que pierde su empleo (en el sector manufacturero, por ejemplo) no estará preparado para ocupar un puesto nuevo en un sector más dinámico de la economía.

Esta constatación es válida de manera general.

El cambio tecnológico podría generar nuevos problemas. Podría reforzar el poder de las grandes empresas en detrimento de las más pequeñas. Podría crear nuevas desigualdades, por ejemplo entre las economías avanzadas en materia digital y las que se están quedando rezagadas.

O podría ayudarnos a construir el futuro que deseamos, prestando apoyo a los actores más pequeños y permitiendo una distribución más amplia de los beneficios del comercio y del crecimiento económico.

De hecho, esa es la esencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los líderes mundiales se reunieron para fijar esos objetivos precisamente con miras a modelar el futuro y crear un mundo mejor de aquí a 2030.

Debemos emprender la senda que nos permita mejorar el comercio mundial de aquí a 2030, para lograr un comercio aún más sostenible e inclusivo y que pueda responder a los nuevos desafíos.

Y para ello, no creo que podamos esperar a entender todos los elementos del cambio tecnológico y la forma en que van a evolucionar exactamente. Porque eso no lo lograremos nunca.

No podemos dejar el progreso en espera hasta que estemos listos. Tenemos que empezar a hablar ahora. Tenemos que implicarnos.

Y eso es de lo que vamos a hablar aquí, en el Foro Público: cómo será el futuro y de qué manera podemos trabajar juntos para asegurarnos de que sea favorable para todos.

El Foro de este año ha alcanzado dimensiones sin precedentes.

De hecho, desde 2012 la asistencia y el número de eventos se han duplicado con creces.

En los tres próximos días recibiremos a más de 2.500 participantes y organizaremos 112 eventos.

En realidad recibimos solicitudes para acoger 237 eventos este año, una cifra extraordinaria. El único problema es que no había espacio suficiente. Me temo que no podemos añadir más salas, pero sí podríamos añadir más tiempo, por lo que estamos pensando ampliar el Foro a cuatro días el próximo año.

Es magnífico observar una respuesta tan abrumadora. Significa que avanzamos en la dirección correcta y que nos estamos planteando las cuestiones adecuadas.

Así que creo que va a ser una semana muy positiva.

Y para iniciar el debate hemos reunido a un excelente grupo de expertos

• Me complace dar la bienvenida a Erik Solheim, Director Ejecutivo del PNUMA y Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas. Erik cuenta con una larga trayectoria profesional centrada en cuestiones relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo. Y me alegra anunciar que estamos uniendo fuerzas para encontrar oportunidades y modos innovadores de mejorar a un tiempo nuestras economías y el medio ambiente.
• También me complace dar la bienvenida a Jack Ma, el fundador y Presidente Ejecutivo del Grupo Alibaba y sin duda uno de los dirigentes empresariales más emblemáticos y visionarios de nuestro tiempo. Jack ha sido designado Defensor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por las Naciones Unidas. Ambos hemos estado trabajando en estrecha colaboración estos últimos años para enriquecer y fundamentar el creciente debate sobre el comercio electrónico.
• También está aquí Laura Behrens Wu, Directora General y cofundadora de Shippo, que gracias a ella se ha convertido en una importante plataforma de expedición de múltiples transportistas. Además, Laura figura en la lista Forbes de los 30 talentos de menos de 30 años. Y ya que hoy estamos hablando del futuro, espero con gran interés conocer su punto de vista como joven dirigente empresarial.
• Otro joven emprendedor es Tunde Kehinde, cofundador de Lidya. Lidya es una plataforma digital creada para ayudar a los propietarios de empresas a obtener financiación. Tunde es un emprendedor prolífico que también cofundó la empresa de entrega en la última milla Africa Courier Express y la plataforma de comercio electrónico Jumia; ambas lideran sus respectivos sectores en Nigeria.
• Y por último, contamos con la presencia de Christine Bliss, Presidenta de la organización estadounidense Coalición de Industrias de Servicios. Muchos de nosotros conocemos bien a Christine, pues fue Representante Adjunta de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales Internacionales y negociadora encargada de los asuntos comerciales tanto aquí en la OMC como en el marco de diversos acuerdos de libre comercio de los Estados Unidos. Es una destacada especialista en cuestiones comerciales, en particular en la esfera de los servicios.

Este es nuestro grupo de expertos. Es un placer tenerles con nosotros hoy.

Va a ser un debate verdaderamente mundial, pues está abierto a todos los que no han podido estar presentes con nosotros hoy.

La sesión se transmite por Internet, por lo que doy especialmente la bienvenida a todos los que nos están viendo desde distintas partes del mundo.

Cuando se abra el turno de preguntas al grupo de expertos, contaremos con las preguntas que se formulen en la sala y las que recibamos del exterior a través de las redes sociales.

Las preguntas enviadas llegarán directamente a mi tableta. Y prometo plantear todas las que pueda.

Tras estas cuestiones de organización interna, empecemos.