WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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> Discursos: Roberto Azevêdo

> Conferencia de los Ministros de Comercio de África: celebración del 20° aniversario de la OMC

Señor Abdelilah Benkirane, Jefe del Gobierno,

Señor Rachid Talbi Alami, Presidente de la Unión Parlamentaria Africana,

Señor Moulay Hafid Elalamy, Ministro de Industria, Comercio, Inversiones y Economía Digital,

Distinguidos señores Ministros,

Distinguidos señores Parlamentarios,

Excelentísimos señores,

Distinguidos delegados,

Muy buenos días.

Es para mí un gran placer estar hoy aquí, en Marruecos, país en el que nació la OMC.

Les doy las gracias a todos por la organización de este acto, con el ilustre patrocinio de Su Majestad el Rey Mohamed VIy por el apoyo que Marruecos ha brindado a la Organización a lo largo de estos últimos 20 años.

Este es, sin lugar a dudas, el lugar más idóneo donde celebrar este acto.

La propia palabra "Marrakech" se ha convertido en sinónimo de OMC.

Fue aquí donde el mundo se reunió para firmar el Acuerdo de Marrakech e iniciar un nuevo capítulo en la historia económica con el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio.

Su Majestad el Rey Hassan II lo expresó muy bien en la ceremonia de clausura de la conferencia de abril de 1994 cuando dijo:

"Al dar nacimiento hoy en Marrakech a la Organización Mundial del Comercio, consagramos el Estado de derecho en las relaciones económicas y comerciales internacionales haciendo imperar las normas y disciplinas universales por encima de las tentaciones del unilateralismo y de la razón del más fuerte […] Independientemente del tamaño de nuestras economías, de ahora en adelante todos gozaremos de los mismos derechos y estaremos sujetos a las mismas obligaciones."

Desde ese histórico encuentro en Marrakech, la OMC ha extendido esos principios y el imperio del derecho acogiendo a 33 nuevos Miembros.

Entre esos nuevos Miembros se cuentan algunas de las mayores economías del mundo, como China y Rusia, pero también algunos de los países menos adelantados. Este mismo mes Seychelles ha concluido su proceso de adhesión con miras a convertirse en el 161º Miembro de la OMC.

La visión de los fundadores de la OMC -una cooperación en materia de comercio verdaderamente mundial- se está haciendo realidad.

En conjunto, los Miembros de la OMC representan ahora aproximadamente el 98% del comercio mundial.

Por eso considero que en el momento actual, en el que la economía mundial está más interconectada que nunca, es difícil imaginar un mundo sin la OMC.

Estableciendo las normas del comercio mundial, vigilando la observancia de esas normas y contribuyendo a solucionar las diferencias entre las naciones cuando surgen, la OMC desempeña una función esencial en la gobernanza mundial.

Probablemente el ejemplo más claro es la respuesta a la reciente crisis financiera, cuyos efectos todavía padecemos hoy.

La enseñanza de la historia es muy clara. Cuando estalló la crisis mundial en el decenio de 1930, los gobiernos respondieron erigiendo obstáculos al comercio, que precipitaron al mundo a una espiral proteccionista. En solo cuatro años, entre 1929 y 1933, las restricciones al comercio impuestas como medidas de retorsión acabaron con dos terceras partes del comercio mundial, un error que no se volvió a cometer en 2008.

Después del estallido de la crisis financiera hace siete años, el valor del comercio mundial disminuyó, pero esa disminución representó tan solo una fracción de la que se registró en el decenio de 1930; además el comercio se recuperó inmediatamente.

En lugar de reaccionar mediante medidas proteccionistas por efecto del pánico, la respuesta fue moderada y prudente, debido en parte a la influencia estabilizadora del sistema multilateral de comercio.

A pesar de las crecientes presiones internas para que se adoptaran medidas de protección, los gobiernos sabían que estaban vinculados por normas y obligaciones comunes a todos ellos, lo que los llevó a confiar en que los demás también respetarían las reglas del juego. Toda medida comercial unilateral inapropiada podía tener graves consecuencias jurídicas y económicas.

De esta manera conseguimos evitar que una crisis financiera perjudicial se convirtiese en una catástrofe económica.

Por todo ello considero que se trata de un sistema sumamente valioso.

Además, la OMC también hace mucho por ayudar a los países en desarrollo a integrarse en el sistema mundial de comercio.

Para mí esto es de máxima prioridad.

De hecho, considero que la centralidad de los países en desarrollo -y en particular los países africanos- en el seno de la OMC es un logro que define a la Organización.

Y esto es aplicable a toda nuestra labor, ya se trate de la asistencia técnica prestada a los países africanos para ayudarlos a crear capacidad y participar en la OMC, o del enfoque transparente e inclusivo con que abordamos nuestras negociaciones.

Todos nuestros Miembros ocupan un lugar en la mesa de negociación. Todas las voces son escuchadas. Adoptamos las decisiones todos juntos, por consenso. Y, como dijo Su Majestad el Rey Hassan II, en el marco de las normas del sistema, todos somos iguales.

Hoy día tenemos 42 Miembros africanos -lo que equivale a una cuarta parte de los Miembros- y hay otros en proceso de adhesión.

Tanto individualmente como unidos en el Grupo Africano, los Miembros africanos han utilizado el sistema para promover sus intereses.

Y de ese modo han colocado a África en el centro de la Organización.

Esto se vio con toda claridad en la histórica Conferencia Ministerial celebrada en Bali en 2013, en la que los Miembros alcanzaron el primer acuerdo comercial multilateral desde la creación de la OMC.

BALI

El hecho es que Bali no habría sido posible sin el apoyo y la promoción de nuestros Miembros africanos. Y el contenido de las decisiones adoptadas así lo refleja.

En Bali se lograron avances en la agricultura, en esferas como la constitución de existencias públicas para apoyar la seguridad alimentaria, y en la cuestión del algodón.

A petición de los países en desarrollo, se establecieron disposiciones relativas a un Mecanismo de Vigilancia que aumentará la capacidad de respuesta de la OMC ante las preocupaciones relacionadas con la utilización y la aplicación de las disposiciones sobre el trato especial y diferenciado en la Organización.

En Bali se adoptó asimismo un paquete de decisiones destinadas a apoyar a los países menos adelantados, incorporando medidas relativas al acceso a los mercados libre de derechos y de contingentes, directrices sobre las normas de origen preferenciales y reformas para permitir a los proveedores de servicios de los PMA beneficiarse de nuevas oportunidades de exportación.

Los Miembros ya están poniendo en práctica todas estas cuestiones. Por ejemplo, me complació ver que, en una reunión de alto nivel celebrada en febrero, 25 Miembros indicaron los sectores de servicios y los modos de suministro en los que concederían trato preferencial a los PMA.

Por último, en Bali también se logró el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Se calcula que el Acuerdo permitirá reducir los costos del comercio en un 15% en los países en desarrollo.

Esto tiene especial importancia para África, donde el costo de los procedimientos aduaneros tiende a ser alrededor de un 30% mayor que el promedio mundial.

Y, por primera vez en la historia de la OMC, se ofrecerá ayuda práctica destinada a la aplicación. En el Acuerdo se estipula que debe prestarse asistencia y apoyo a los países en desarrollo a fin de ayudarlos a lograr la capacidad necesaria para aplicar sus disposiciones.

Por consiguiente, el Acuerdo servirá para reforzar la asistencia técnica a disposición de los países con una infraestructura aduanera menos desarrollada.

Para garantizar que se diese cumplimiento a ese compromiso, trabajé con el Grupo Africano y con otros con el propósito de poner en marcha una nueva iniciativa: el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Este Mecanismo permitirá a los PMA y los países en desarrollo obtener la ayuda necesaria para desarrollar proyectos y lograr acceso a los fondos que necesitan para mejorar sus procedimientos en frontera, con todos los beneficios que eso puede reportarles.

El Mecanismo ya ha entrado en funcionamiento. Los donantes, por su parte, ya han dado muestras de gran interés y están participando activamente.

Y hemos establecido sólidos vínculos de asociación con varias organizaciones, entre las que se cuenta el Banco Mundial, para apoyar esa labor.

Por ello, los insto a que vean cómo pueden serles de ayuda el Mecanismo y los demás proyectos de facilitación del comercio.

Y los insto asimismo a que ratifiquen el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Para que el Acuerdo entre plenamente en vigor, debe ser ratificado por dos tercios de los Miembros de la OMC mediante sus procedimientos internos. Algunos Miembros ya lo han hecho, pero es esencial que otros hagan lo propio, y pronto, para que sea posible obtener los beneficios del Acuerdo cuanto antes.

ENMIENDA DEL ACUERDO SOBRE LOS ADPIC

Este llamamiento a la ratificación me lleva a otra cuestión importante en la que se requieren medidas a nivel nacional, y en la que, una vez más, los Miembros africanos han desempeñado un papel fundamental.

En la Declaración de Doha sobre los ADPIC y la Salud Pública de 2001, los Ministros intentaron eliminar los obstáculos con que tropezaban algunos países para acceder a medicamentos.

Establecieron una exención para que determinados medicamentos esenciales pudieran exportarse a países que no podían producirlos ellos mismos sin temor a la adopción de medidas relativas a los derechos de propiedad intelectual.

Guiados por los países africanos, los Miembros consideraron posteriormente que esta cuestión era demasiado importante para una exención y decidieron establecer una vía permanente para garantizar que el acceso a esos medicamentos se asentara sobre bases jurídicas más sólidas.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, ONUSIDA y muchos otros han expresado su apoyo.

Ahora tenemos que llevar a la práctica este importante cambio. Y para que eso sea posible deben confirmar su aceptación dos tercios de los Miembros de la OMC, como en el caso del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Más de la mitad de los Miembros ya lo han hecho.

En África, por el momento, ya han confirmado su aceptación 10 Miembros, pero faltan todavía más de 30.

Esta es la "enmienda de África", y por ello les pido a todos encarecidamente que hagan lo posible para acelerar sus procesos internos de ratificación y lograr que entre en vigor.

EL PROGRAMA DE LA OMC

Si volvemos la vista atrás sobre los últimos 20 años y tomamos en consideración todas las cuestiones que he mencionado esta mañana, salta a la vista, creo, que la OMC ha realizado grandes logros.

Pero no debemos caer en la complacencia. Todavía queda muchísimo por hacer.

Tenemos que esforzarnos más para ayudar a los países en desarrollo, en especial los africanos, a utilizar el comercio como medio para estimular el crecimiento y el desarrollo.

Y tenemos que acelerar nuestra labor de negociación.

Aunque Bali fue un enorme éxito, el hecho de que el grueso de nuestras actuales normas comerciales se negociara y acordara hace 20 años, cuando se fundó la OMC, invita a la reflexión y a moderar el entusiasmo.

Si bien muchas de esas normas encarnan principios básicos e imperecederos, lo cierto es que nuestros textos jurídicos todavía no han traspasado realmente el umbral del siglo XXI.

Soy consciente de que tenemos que obtener más resultados, y más rápidamente. Haremos cuanto esté en nuestras manos para conseguirlo, trabajando en colaboración con los Miembros.

Esto me lleva a lo que sucede actualmente en la OMC.

A finales de 2014 todos los Miembros se comprometieron una vez más a llegar a un acuerdo sobre un programa de trabajo relativo a las cuestiones restantes del Programa de Doha para el Desarrollo, y se comprometieron a presentarlo a más tardar en julio de este año. Este es el primer paso decisivo que nos permitirá concluir la Ronda en un futuro cercano.

Lo cual significa que vuelven a estar sobre la mesa cuestiones tan importantes y complejas como la agricultura, los servicios y los productos industriales.

Y que tenemos la oportunidad de hacer avanzar unas negociaciones que llevan varios años estancadas.

Los avances en la Ronda de Doha podrían suponer muchísimo para África, y por ello es oportuno que nuestra próxima Conferencia Ministerial se celebre en Nairobi en diciembre de este año.

Es la primera vez, desde la creación de la OMC en Marrakech, que se celebra una reunión ministerial en África. ¡Espero que se repita el éxito que obtuvimos aquí!

Así pues, es mucho lo que hay en juego en estas negociaciones, y creo que la OMC ha recibido un verdadero impulso.

En enero iniciamos un intenso proceso de conversaciones y hasta ahora hemos visto grandes progresos y una intensa participación.

De hecho, creo que hemos avanzado más en las primeras semanas de estas conversaciones que en todo 2014. Y desde entonces hemos seguido progresando constantemente.

Los Miembros están abordando las cuestiones de fondo y empiezan a presentar algunas nuevas propuestas.

Es patente que están más dispuestos a encontrar soluciones.

Pero eso no significa que nuestro trabajo esté hecho. Aún tenemos que salvar algunas diferencias muy importantes.

Hacer avanzar el Programa de Doha para el Desarrollo va a seguir siendo increíblemente difícil. Quedan muchas dificultades por superar antes de que se puedan hallar soluciones, pero al menos ahora las estamos buscando. ¡Y eso es algo que no ocurría desde hacía mucho tiempo!

Seguiremos impulsando esos esfuerzos.

CONCLUSIÓN

Creo que es esencial que demostremos nuevamente -como hicimos en Bali- que la OMC puede ofrecer resultados.

El comercio puede ser una herramienta poderosa para aliviar la pobreza, apoyar el crecimiento e impulsar el desarrollo, y por consiguiente debemos procurar utilizarlo del modo más eficaz posible. Concluir estas negociaciones sería la mejor manera de conseguirlo.

Nos espera un gran año.

Además de la aplicación del Paquete de Bali y de la enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC relativa al acceso a los medicamentos, y del logro de un acuerdo sobre el programa de trabajo para el PDD a más tardar en julio, tenemos por delante importantes desafíos que arrostrar e hitos que alcanzar:

  • a finales de junio tendrá lugar el Examen Global de la Ayuda para el Comercio, con motivo del cual examinaremos toda nuestra labor de asistencia técnica en los países en desarrollo;
  • se celebrarán las cumbres de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, en el mes de julio, y sobre la Agenda para el desarrollo después de 2015, en septiembre; ambas serán ocasiones importantes para asegurar que se reconozca plenamente la contribución que puede hacer el comercio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible;
  • en octubre se celebrará el Foro Público anual de la OMC;
  • y, por supuesto, en diciembre se celebrará la Conferencia Ministerial en Nairobi.

La mejor manera de celebrar nuestro vigésimo aniversario sería logrando resultados positivos en todos estos ámbitos. Y en cada uno de ellos, esperamos contar con su apoyo y su participación.

A tenor del Acuerdo de Marrakech, debemos tratar de utilizar las relaciones comerciales con el fin de "elevar los niveles de vida" de los pueblos de todo el mundo.

Espero que, juntos, dediquemos a ello nuestros esfuerzos.

Muchas gracias por su atención.

 

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