WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Ministro Mustapa Mohamed,

Miembros de la comunidad diplomática, Embajadores,

Estimados invitados,

Señoras y señores,

Es un verdadero placer para mi estar aquí, hoy, en Malasia. Se trata de la primera visita que efectúo a este país como Director General de la Organización Mundial del Comercio y, de hecho, es la primera vez que estoy en Malasia. Deseo agradecer a este país su hospitalidad y su cálida acogida. Este es también mi primer viaje a la región desde la Conferencia de Bali.

Malasia es una importante nación comerciante, que puede enorgullecerse de su destacado papel en el ámbito del comercio a lo largo de muchos siglos. De hecho, el comercio ha contribuido al impresionante crecimiento del PIB que han logrado ustedes año tras año en los últimos tiempos.

Y hoy en día el comercio sigue siendo fundamental en la economía de Malasia.

La proporción del comercio en el conjunto de la actividad económica del país es una de las más altas del mundo.

Y no es ninguna casualidad. Los sucesivos gobiernos han trabajado con ahínco para establecer los sistemas eficientes y la infraestructura que son necesarios para crear un entorno favorable para las empresas.

Malasia se sitúa hoy en el puesto número 18 a nivel mundial de la encuesta "Doing Business" del Banco Mundial sobre la facilidad para hacer negocios, y es uno de los pocos países en desarrollo que están entre los primeros 20 clasificados. Todo un logro.

En lo que se refiere a la eficiencia de la circulación transfronteriza de mercancías, los resultados son aún mejores, ya que ustedes ocupan el puesto número 11 a nivel mundial. A ello contribuye el hecho de que el tipo medio del arancel sea de solo el 6%. En realidad, alrededor de dos tercios de las importaciones manufacturadas entran en Malasia en régimen de franquicia arancelaria.

Estos son los resultados: ¡verdaderamente impresionantes!

En la Organización Mundial del Comercio hemos procurado apoyarles en esos esfuerzos. Y, con la vista puesta en el futuro, queremos ayudarles a utilizar el comercio como medio para lograr un desarrollo sostenible aún más rápido en los próximos años.

EL VALOR DE LA OMC

La OMC celebra este año su vigésimo aniversario y, por cierto, cabe recordar que Malasia estuvo entre los Miembros fundadores en Marrakech.

Creo que hemos logrado mucho en esos dos decenios.

Lo más fundamental es que hemos ofrecido al mundo el sistema de comercio basado en normas que en la actualidad abarca alrededor del 98% del comercio mundial.

Esto ha constituido una importante contribución al fortalecimiento y la estabilidad de la economía mundial.

A lo largo de estos años la OMC ha contribuido a impulsar el crecimiento del comercio y a evitar el proteccionismo.

Ofrecemos un foro en el que los países pueden participar y hacer un seguimiento de sus respectivas políticas y reglamentos comerciales. Ofrecemos un lugar para el diálogo y para celebrar consultas que muy a menudo permiten alcanzar entendimientos aceptables para todas las partes.

Cuando no es posible lograr esos entendimientos, ofrecemos un mecanismo de solución de diferencias que es la envidia de las demás organizaciones internacionales. Hemos abordado con éxito casi 500 diferencias comerciales, ayudando a nuestros Miembros a resolver sus diferencias de manera justa, abierta y transparente.

El valor de la OMC en la lucha contra el proteccionismo quedó patente en la respuesta de la política comercial a la crisis de 2008, que en general fue muy tranquila y contenida, contrariamente a la ola de pánico proteccionista que provocaron las crisis anteriores.

Y hemos ayudado a los países en desarrollo a integrarse en el sistema de comercio.

La OMC es el único lugar en el que los países en desarrollo, y en particular los países menos adelantados, se sientan en la mesa en la que se toman las decisiones y pueden hablar en igualdad de condiciones sobre las cuestiones del comercio mundial.

Asimismo, proporcionamos asistencia técnica a los países que necesitan mejorar su capacidad comercial.

Por consiguiente, creo que el valor del sistema está fuera de toda duda.

De hecho, en un momento en el que la economía mundial está más interconectada que nunca es difícil imaginar un mundo sin la OMC.

Sin embargo, a medida que evoluciona la economía mundial, también debe hacerlo la OMC.

Y hemos evolucionado mucho desde 1995.

Además de haber acogido a más de una treintena de nuevos Miembros, entre los que se cuentan algunas de las mayores economías del mundo y algunas de las menos adelantadas, también hemos dado pasos importantes en la actualización de las normas comerciales.

De este modo, hemos obtenido algunos resultados concretos importantes, de los que pueden beneficiarse Malasia y otros países en desarrollo.

Desearía subrayar tres de esos nuevos elementos que hemos logrado recientemente.

BALI

El primero es el importante avance que logramos en nuestra Conferencia Ministerial de Bali en 2013.

En este sentido, quiero agradecer al Gobierno de Malasia el liderazgo de que hizo muestra en la consecución de ese éxito.

Los Miembros se reunieron para adoptar 10 importantes decisiones sobre diversos temas, desde el algodón a la seguridad alimentaria o un paquete de medidas de apoyo a los PMA.

En Bali también se logró el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que podría revestir una gran importancia para Malasia.

Al lograr que la circulación transfronteriza de mercancías sea más rápida, más fácil y más barata, se calcula que este Acuerdo permitirá reducir los costos del comercio en un 15% en los países en desarrollo.

Además, el Acuerdo podría inyectar en la economía mundial hasta un billón de dólares EE.UU. al año y generar 21 millones de empleos en todo el mundo. Por consiguiente, se trata de un acuerdo importante.

Y, por primera vez en la historia de la OMC, se ofrecerá a los países en desarrollo ayuda práctica para la aplicación. En el Acuerdo se estipula que debe prestarse asistencia y apoyo a los países en desarrollo a fin de ayudarles a lograr la capacidad necesaria para aplicar sus disposiciones.

Esto significa un enorme impulso a la asistencia técnica disponible para desarrollar la infraestructura aduanera allí donde más falta hace.

Y para garantizar que los PMA y los países en desarrollo obtengan la ayuda necesaria para desarrollar proyectos y lograr acceso a los fondos que necesitan para conseguirlo, hemos puesto en marcha una nueva iniciativa: el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

El reto consiste ahora en la ratificación. Dos tercios de los Miembros de la OMC deben ratificar el Acuerdo para que entre en vigor. Algunos Miembros ya lo han hecho, pero es preciso acelerar el proceso.

De ahí mi alegría cuando el Ministro Mohamed me comunicó que Malasia ya ha completado el proceso interno necesario para ratificar el Acuerdo y su disposición a depositar su instrumento de aceptación en los próximos días. Espero que Malasia pueda ayudar a otros Miembros, en especial de la región, a ratificar el Acuerdo lo antes posible.

ENMIENDA DEL ACUERDO SOBRE LOS ADPIC

Esto me lleva al segundo resultado práctico que deseaba subrayar, respecto al cual también es preciso actuar a nivel nacional.

En la Declaración de Doha sobre los ADPIC y la Salud Pública de 2001, los Ministros intentaron eliminar los obstáculos con que tropezaban algunos países en desarrollo para acceder a medicamentos de importancia fundamental.

En aquella ocasión, los Ministros establecieron una exención para que determinados medicamentos esenciales pudiesen ser producidos en un lugar y luego ser exportados a países que no podían fabricarlos.

Con el apoyo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, el ONUSIDA y muchos otros, los Miembros de la OMC dieron posteriormente los pasos necesarios para garantizar una protección jurídica plena e irrefutable frente a cualquier actuación en materia de derechos de propiedad intelectual en las situaciones que acabo de mencionar.

Ahora tenemos que llevar a la práctica este importante cambio. Y para que eso sea posible deben confirmar su aceptación dos tercios de los Miembros de la OMC, como en el caso del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Más de la mitad de los Miembros ya lo han hecho, pero, una vez más, hay que acelerar el proceso. Al igual que en el caso del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, me satisface ver que Malasia está actualmente preparando el proceso de ratificación de la enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC.

ATI

El tercer resultado que deseo mencionar es el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC.

Malasia ha diversificado su producción y su base de exportaciones significativamente en los últimos años. Ahora es una economía competitiva a nivel mundial en una amplia gama de sectores, desde los productos químicos y los servicios financieros a los productos eléctricos y electrónicos.

Por ello, no es ninguna sorpresa que Malasia fuese parte en el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC de 1997. Al eliminar los derechos que gravaban determinados productos, ese acuerdo ha contribuido al fuerte crecimiento del comercio mundial de productos de tecnología de la información que se ha registrado desde entonces.

Malasia está negociando actualmente con otros 24 Miembros de la OMC para ampliar ese acuerdo e incluir toda una serie de nuevos productos con un valor comercial que ronda el billón de dólares EE.UU. a escala mundial. En la Reunión Ministerial del APEC que se celebrará este mismo mes habrá ocasión de dar un impulso a esas conversaciones.

Confío en que Malasia siga dando muestras de liderazgo y participando constructivamente en esas conversaciones.

EL PROGRAMA DE LA OMC

Por consiguiente, si volvemos la vista atrás sobre los últimos 20 años, es evidente, creo, que la OMC ha realizado grandes logros.

Pero no debemos caer en la complacencia. Todavía queda mucho por hacer.

Tenemos que esforzarnos más para ayudar a los países en desarrollo, como Malasia, a utilizar el comercio como medio para estimular el crecimiento y el desarrollo.

Y es obvio que en algunas esferas nuestra labor ha avanzado con demasiada lentitud.

Las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo son un ejemplo. Y han sido una fuente especial de frustración.

Aunque Bali, por ejemplo, fue un gran éxito, el hecho de que el grueso de nuestras actuales normas comerciales se negociara y acordara hace 20 años, cuando se fundó la OMC, invita a la reflexión y a moderar el entusiasmo.

Si bien muchas de esas normas encarnan principios básicos e imperecederos, lo cierto es que nuestros textos jurídicos todavía no han traspasado realmente el umbral del siglo XXI.

Soy consciente de que tenemos que obtener más resultados, y más rápidamente. Haremos cuanto esté en nuestras manos para conseguirlo, actuando en colaboración con los Miembros.

Esto me lleva a lo que sucede actualmente en la OMC.

A finales de 2014 todos los Miembros se comprometieron una vez más a acordar un programa de trabajo sobre las cuestiones pendientes del Programa de Doha, y se comprometieron a presentarlo a más tardar en julio de este año.

Esto significa que vuelven a estar sobre la mesa cuestiones tan importantes y complejas como la agricultura, los servicios y los productos industriales.

Y que tenemos la oportunidad de hacer avanzar unas negociaciones que llevan muchos años completamente estancadas.

Nuestra próxima Conferencia Ministerial se celebrará en Nairobi en diciembre de este año. Es la primera vez, desde la creación de la OMC, que se celebra una reunión de este tipo en África. Naturalmente, este hecho pone aún más de relieve la necesidad de lograr resultados para los países en desarrollo.

Así pues, es mucho lo que hay en juego en estas negociaciones, y creo que la OMC cuenta con impulso para seguir avanzando.

En enero de este año iniciamos un proceso de conversaciones muy intenso y hasta ahora hemos visto progresos considerables y una intensa participación.

De hecho, por lo que respecta a esas conversaciones, creo que hemos avanzado más en las últimas semanas que en todo 2014. Y hemos seguido progresando constantemente desde entonces.

Los Miembros están abordando las cuestiones de fondo, adentrándose en temas delicados, y están empezando a presentar algunas nuevas propuestas.

Es patente que han dejado de hacerse reproches y que están más dispuestos a encontrar soluciones.

Pero eso no significa que nuestra labor esté concluida. Aún tenemos que salvar algunas diferencias muy importantes.

Hacer avanzar el Programa de Doha para el Desarrollo va a seguir siendo increíblemente difícil.

Pero los Miembros están decididos a progresar en esa tarea, porque la recompensa será muy importante.

A escala global, un acuerdo satisfactorio ayudaría a inyectar un crecimiento muy necesario en la economía mundial.

Para un país orientado al comercio como Malasia, la mejora del sistema del comercio mundial ofrecería muchas más oportunidades de crecimiento y desarrollo.

Por tanto, espero sinceramente que sigan ustedes participando activamente y ejerciendo su liderazgo. Y su apoyo permanente y su compromiso activo serán esenciales en el contexto de estos esfuerzos, en particular, sin duda, desde la presidencia de la ASEAN que actualmente desempeña Malasia.

CONCLUSIÓN

Creo que es esencial que demostremos una vez más que, cuando trabajamos todos juntos, la OMC es capaz de lograr resultados. Lo hicimos en Bali en 2013. Hagámoslo otra vez con la enmienda del Acuerdo sobre los ADPIC y con el ATI.

El comercio puede ser una herramienta poderosa para aliviar la pobreza, apoyar el crecimiento e impulsar el desarrollo, y por consiguiente debemos procurar utilizarlo del modo más eficaz posible.

Concluir las negociaciones de Doha sería la mejor manera de conseguirlo.

Nos espera un gran año.

Además de la aplicación de los acuerdos actuales y del objetivo de acordar el programa de trabajo sobre el Programa de Doha para el Desarrollo a más tardar en julio, tenemos importantes desafíos que afrontar e hitos que alcanzar:

  • a finales de junio tendrá lugar el Examen Global de la Ayuda para el Comercio, con motivo del cual examinaremos toda nuestra labor de asistencia técnica en los países en desarrollo, algo muy importante;
  • se celebrarán las cumbres de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, en el mes de julio, y sobre la Agenda para el Desarrollo después de 2015, en septiembre;
  • en octubre se celebrará el Foro Público anual de la OMC;
  • y, por supuesto, en diciembre se celebrará la Conferencia Ministerial en Nairobi.

La mejor manera de celebrar nuestro vigésimo aniversario sería logrando resultados positivos en todos estos ámbitos, y subrayando los beneficios que puede aportar la OMC, en particular a nuestros Miembros en desarrollo.

Espero colaborar muy estrechamente con Malasia y con el Ministro Mohamed en todas y cada una de esas iniciativas. Y espero poder seguir contando con su apoyo.

Muchas gracias por su atención.

 

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