WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Estimados colegas,
Presidente Tahehiko Nakao,
Embajador Conejos,
Distinguidos invitados,
Señoras y señores:

Es un verdadero placer para mí estar aquí, especialmente en un momento en que Filipinas, como presidente del APEC, acapara la atención del mundo, y en que el desarrollo económico del país atraviesa una etapa emocionante.

Filipinas es una de las economías que presentan un crecimiento más rápido en la región, gracias en gran parte a la competitividad de sus exportaciones.

La buena gobernanza, la apertura y el dinamismo combinados han permitido crear aquí una sólida economía de comercio.

Y pienso que es justo decir que la Organización Mundial del Comercio ha desempeñado una función esencial en la consecución de este éxito. Al fin y al cabo, Filipinas ha sido Miembro de la OMC desde el principio.

El tema del encuentro de esta tarde es la función que puede desempeñar la OMC en apoyo del crecimiento inclusivo. A este respecto pueden plantearse argumentos muy convincentes.

Cuando volvemos la vista atrás y analizamos la historia de la OMC ahora que esta cumple 20 años, pienso que queda claro que la Organización ha prestado un apoyo fundamental al crecimiento y el desarrollo.

Hoy les daré solo cinco razones por las que esto es así, aunque sin duda hay muchas más.

En primer lugar, al establecer el sistema de comercio basado en normas, que en la actualidad abarca el 98% del comercio mundial, hemos contribuido de manera notable al fortalecimiento y la estabilidad de la economía mundial.

En segundo lugar, ofrecemos un foro donde los países pueden reunirse y vigilar las respectivas prácticas y reglamentaciones para asegurarse de que se cumplen los acuerdos. Y, cuando surgen conflictos -y siempre surgen conflictos entre los Miembros de la OMC-, ofrecemos un espacio para el diálogo que a menudo permite llegar a entendimientos aceptables para todos.

En tercer lugar, si esos entendimientos no se logran, ofrecemos un mecanismo de solución de diferencias que tiene un envidiable historial en la escena internacional. En solo 20 años hemos resuelto casi 500 diferencias comerciales, lo que ha ayudado a los Miembros a solucionar sus desacuerdos de una manera justa, abierta y transparente.

En cuarto lugar, desempeñamos un papel fundamental en la lucha contra el proteccionismo. Esto se vio claramente en las políticas comerciales aplicadas en respuesta a la crisis de 2008. Durante la depresión que tuvo lugar entre 1929 y 1933, las restricciones al comercio impuestas como medidas de retorsión acabaron con dos terceras partes del comercio mundial. Pero este error no se repitió después de 2008; la respuesta fue en general muy serena y contenida.

En el marco de la OMC, los gobiernos sabían que estaban vinculados por normas y obligaciones comunes a todos los Miembros, y por lo tanto tenían la confianza necesaria para resistir a la presión proteccionista interna.

El quinto y último punto es uno de los más importantes: se trata de la función que desempeña la OMC en la ayuda a los países en desarrollo para que se integren en el sistema de comercio. La OMC es el único espacio donde los países en desarrollo y los países menos adelantados participan plenamente y donde, además, se expresan en pie de igualdad con respecto a las cuestiones relativas al comercio mundial. Esos países también reciben un trato especial y diferenciado, así como asistencia técnica para mejorar su capacidad comercial.

Teniendo todo esto en cuenta, me parece que el valor del sistema en lo que se refiere al apoyo prestado al crecimiento inclusivo es incuestionable. Es la base sobre la que se ha logrado buena parte del crecimiento y el desarrollo en el mundo durante los últimos dos decenios, y también aquí, en Filipinas.

Y no solo se ha ofrecido un sistema estático de reglas y estructuras, sino que, además, se han conseguido importantes avances en el pasado más reciente.

ÉXITOS DE LA OMC EN LAS NEGOCIACIONES

La última vez que visité esta región fue en diciembre de 2013, para asistir a la histórica Conferencia Ministerial de la OMC en Bali.

Nuestros Miembros se reunieron allí y alcanzaron un gran éxito en las negociaciones.

Tomaron 10 decisiones relacionadas con diversos temas, como el algodón y la seguridad alimentaria, y con un paquete de medidas de apoyo a los PMA.

En Bali se logró también el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, que con toda seguridad tiene gran importancia para Filipinas.

Se calcula que, al permitir que el movimiento transfronterizo de mercancías sea más rápido, más barato y más fácil, este Acuerdo reducirá los costos del comercio en frontera hasta en un 15% para los países en desarrollo.

Además, una vez puesto en aplicación, podría inyectar anualmente hasta 1 billón de dólares EE.UU. en la economía mundial y dar lugar a la creación de 21 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. Así pues, es un Acuerdo de gran importancia.

Y, por primera vez en la historia de la OMC, se ofrecerá a los países en desarrollo ayuda práctica destinada a la aplicación. El Acuerdo estipula asimismo por primera vez en la historia de la OMC que debe prestarse asistencia y apoyo a los países en desarrollo a fin de ayudarlos a lograr la capacidad necesaria para aplicar sus disposiciones.

Eso significa que se impulsará la asistencia técnica prestada para desarrollar la infraestructura aduanera donde más se necesite.

Hemos puesto en marcha una nueva iniciativa -el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio- que permitirá a los PMA y los países en desarrollo obtener la ayuda necesaria para desarrollar proyectos y lograr acceso a los fondos que necesitan.

Ahora, en lo que se refiere al Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, el desafío que se plantea es la ratificación. Para que el Acuerdo entre en vigor, es necesario que lo ratifiquen dos tercios de los Miembros de la OMC. Algunos ya lo han hecho, pero hay que acelerar el proceso. Por lo tanto, insto a Filipinas, como he instado a los demás Miembros, a que tome las medidas necesarias para ratificar este Acuerdo, y aproveche así los beneficios que ofrece.

Este país ha demostrado una enorme capacidad de liderazgo a lo largo de todo el proceso de Bali. El apoyo de Filipinas ha sido determinante para concluir el Acuerdo. Y más recientemente el Embajador Conejos ha desempeñado un papel fundamental como Presidente del comité de aplicación e impulsor del Acuerdo para que pueda entrar en vigor.

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para dejar constancia de mi agradecimiento al Embajador Conejos y al Gobierno filipino por este inestimable apoyo.

Además de las cuestiones abordadas en Bali, el Acuerdo sobre Tecnología de la Información de la OMC de 1997 también ha sido importante para Filipinas.

Con la eliminación de los derechos de aduana sobre los componentes y productos acabados, este Acuerdo ha permitido la integración mundial de las cadenas productivas de productos de tecnología de la información, y ha contribuido así a respaldar el auge del comercio mundial de esos productos que hemos presenciado en los dos últimos decenios.

En la actualidad las ramas de producción de los semiconductores y de la electrónica son las principales ramas exportadoras de Filipinas, y acaparan la mitad de los ingresos en concepto de exportaciones. Así pues, resulta interesante saber que el año pasado, pese a la desaceleración de la economía mundial, las empresas de alta tecnología del país ingresaron más de 25.000 millones de dólares EE.UU. en exportaciones, lo que supuso un incremento interanual de más del 8%.

Pero, naturalmente, la rápida evolución de los productos de tecnología de la información también demuestra que permanecer inactivos con respecto a la apertura del comercio puede significar perder terreno.

Están celebrándose negociaciones para ampliar el Acuerdo sobre Tecnología de la Información, ahora llamado ATI 2, a fin de incluir una amplia gama de nuevos productos a los que corresponden unas corrientes comerciales de un valor de más de 1 billón de dólares EE.UU.

Espero que esta semana, en la Reunión Ministerial del APEC en Boracay, se registren más avances hacia la eliminación de los pocos obstáculos que quedan.

EL PROGRAMA DE COMERCIO

Cuando miramos hacia el futuro y nos planteamos las perspectivas del comercio, resulta útil tener en cuenta el panorama del comercio en su sentido más amplio.

Por supuesto, existen muchas iniciativas comerciales fuera del ámbito de la OMC.

Filipinas participa en algunas de ellas, como el Acuerdo de Asociación Transpacífico o el Acuerdo de Asociación Económica Amplia Regional.

Esas iniciativas son bienvenidas: la liberalización del comercio es contagiosa y los esfuerzos regionales pueden servir de inspiración para alcanzar acuerdos de ámbito mundial.

De hecho, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC tiene sus raíces en las iniciativas adoptadas y emprendidas en el marco del APEC.

Al mismo tiempo es importante señalar que muchas cuestiones de peso, como las subvenciones a la agricultura y la pesca, sencillamente no pueden abordarse de manera eficaz fuera del marco de la OMC. Por consiguiente, los distintos tipos de acuerdos comerciales deben convivir y coexistir, y aplicarse conjuntamente y complementarse.

En los últimos tiempos las negociaciones de la OMC del Programa de Doha para el Desarrollo probablemente han inspirado menos titulares que iniciativas como el Acuerdo de Asociación Transpacífico.

Y sabemos que el ritmo de los avances en las negociaciones de Doha ha causado mucha frustración. Yo mismo participé como negociador durante muchos años, así que, créanme, siento esa frustración como el que más.

Necesitamos lograr más resultados, y con mayor rapidez, en particular para nuestros Miembros en desarrollo y menos adelantados.

Por eso me complace enormemente poder decir que, después de muchos años de estancamiento, las negociaciones de Doha empiezan a avanzar de nuevo.

A finales de 2014 todos los Miembros se comprometieron una vez más a llegar a un acuerdo sobre un programa de trabajo relativo a las cuestiones pendientes del Programa de Doha, y se comprometieron a presentarlo a más tardar en julio de este año. Faltan solo unas semanas, pues, para que se cumpla ese plazo.

Eso significa que vuelven a estar sobre la mesa cuestiones tan importantes y complejas como la agricultura, los servicios y los productos industriales.

Todas estas cuestiones son fundamentales para la economía filipina. De hecho, me ha impresionado ver que aquí la posición competitiva del sector de los servicios se aproxima cada vez más a la del sector de la tecnología de la información.

Hoy día este país es, junto con la India, uno de los principales destinos de externalización del mundo, y Manila y Cebú figuran entre los 10 centros más atractivos para los inversores que quieren externalizar servicios.

Por consiguiente, las negociaciones que se están desarrollando en Ginebra revisten suma importancia económica. Y ahora, por primera vez en años, tenemos la oportunidad de avanzar.

Nuestra próxima Conferencia Ministerial tendrá lugar en Nairobi en diciembre de este año. Es la primera vez que un encuentro de este tipo se celebra en África desde la creación de la OMC, y eso, por supuesto, pone aún más de relieve la necesidad de lograr resultados para los países en desarrollo.

Es mucho lo que hay en juego en estas negociaciones, y creo que la OMC ha recibido un verdadero impulso.

En enero iniciamos un intenso proceso de conversaciones y hasta ahora se han observado grandes progresos y una fuerte participación.

Los Miembros están abordando las cuestiones a fondo, abandonando sus zonas de confort, y empiezan a presentar nuevas propuestas. Es evidente que están dejando de acusarse unos a otros y tratando de encontrar soluciones.

Sin embargo, eso no significa que nuestro trabajo haya acabado. Aún tenemos que salvar algunas diferencias muy importantes.

Hacer avanzar el Programa de Doha para el Desarrollo va a seguir siendo increíblemente difícil, pero los Miembros tienen el firme propósito de dar impulso a esos esfuerzos.

A escala mundial, un acuerdo satisfactorio ayudaría a generar un crecimiento muy necesario de la economía en todo el mundo.

Aquí en Filipinas, una mejora del sistema mundial de comercio ofrecería mayores y muy importantes oportunidades de crecimiento y desarrollo.

AYUDA PARA EL COMERCIO

El comercio puede ser una poderosa herramienta para el crecimiento inclusivo, y por consiguiente debemos procurar utilizarlo del modo más eficaz posible.

Sin duda, concluir las negociaciones de Doha sería la mejor manera de lograr ese objetivo, pero otras iniciativas son también esenciales, por lo que quisiera decir unas breves palabras acerca de la labor que realizamos en el marco de la ayuda para el comercio.

En esta esfera trabajamos en estrecha colaboración con el Banco Asiático de Desarrollo, y deseo dar las gracias al Presidente Nakao por el compromiso mostrado. Creo que esta colaboración es importante para nuestras dos organizaciones.

La finalidad de estos esfuerzos es animar a los gobiernos de los países en desarrollo y a los donantes a que reconozcan la función que puede desempeñar el comercio en el desarrollo, y a continuación movilizar los recursos necesarios para que eso sea posible.

El quinto Examen Global de la Ayuda para el Comercio tendrá lugar en la OMC en Ginebra, del 30 de junio al 2 de julio de 2015, y me complace invitarlos a todos a participar.

CONCLUSIÓN

Además, este año tenemos por delante varios acontecimientos y hechos destacados:

  • Se celebrarán las Cumbres de las Naciones Unidas sobre financiación para el desarrollo, en el mes de julio, y sobre la agenda para el desarrollo después de 2015, en septiembre.
  • En diciembre se celebrará la Conferencia Ministerial en Nairobi.
  • Y, por supuesto, tenemos el plazo de julio para llegar a un acuerdo sobre el programa de trabajo de Doha.

La mejor manera de resaltar los beneficios que la OMC puede ofrecer para el crecimiento inclusivo es lograr resultados positivos en todas esas esferas. También sería la manera ideal de marcar el vigésimo aniversario de la Organización.

Hemos demostrado que somos capaces de lograr resultados. Ya lo hicimos en Bali en 2013, y lo hicimos con el Acuerdo sobre Tecnología de la Información.

Ahora pienso que es esencial demostrar que lo podemos conseguir nuevamente. Y tenemos que hacer más.

Filipinas ha sido un gran defensor del comercio -y de la OMC- durante los últimos 20 años. No me cabe duda de que será un asociado fundamental en los próximos 20 mientras procuramos lograr beneficios aún mayores para el crecimiento y el desarrollo.

Muchas gracias por su atención.

 

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