WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO

Observaciones del Director General Roberto Azevêdo


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Buenas tardes a todos.

Uno de los aspectos más interesantes de mi trabajo es dar la bienvenida a la OMC a los nuevos Miembros.

Por ello me complace estar hoy aquí con ustedes para presentar este libro, en el que se pasa revista a 20 años de adhesiones a la OMC, y celebrar el éxito alcanzado por nuestra labor en este ámbito.

Para hacerse una idea de lo que esto significa para la Organización, en esos 20 años se han adherido a la OMC 34 nuevos Miembros, o sea, casi el 20% del total actual. Este es un importante logro.

El aumento del número de Miembros de la OMC ha sido siempre una prioridad para nosotros, no como un fin en sí, sino como un medio de ampliar el ámbito de aplicación de las normas y los principios del comercio multilateral.

Estoy seguro de que en los últimos dos días ustedes han celebrado interesantes debates sobre el tema en el marco del segundo Seminario Mundial sobre las Adhesiones a la OMC.

La historia de las adhesiones a la Organización está jalonada de momentos memorables. Las adhesiones de China y Rusia son quizás las que se mencionan con más frecuencia, porque pusieron de relieve el carácter verdaderamente mundial del sistema multilateral de comercio.

Pero también hay muchas otras adhesiones tan dignas de mención como esas dos.

Ayer, por ejemplo, se celebró una sesión especial para conmemorar el décimo aniversario de la adhesión del Reino de la Arabia Saudita a la OMC.

Esa adhesión revistió suma importancia. En la Arabia Saudita no se consideró un mero proceso de integración económica y comercial, sino que formó parte de un proceso más amplio de reforma interna, que abarcó la diversificación y modernización de la economía.

Es un placer contar, el día de hoy, con la presencia de la Ministra Amina Mohamed, quien en su calidad de Presidenta del Consejo General en 2005, dio el golpe de martillo con el que se aprobó la adhesión del Reino de la Arabia Saudita.

Esto coloca nuestras deliberaciones en la perspectiva adecuada.

Toda vez que un país se somete al proceso de integración en el sistema multilateral de comercio, disminuyen los aranceles, aumenta el acceso a los mercados y se afianzan los principios de no discriminación, transparencia y previsibilidad.

Además, a través del sistema de solución de diferencias de la OMC, los nuevos Miembros tienen acceso a uno de los órganos más prestigiosos de derecho internacional, que los ayuda a resolver las diferencias comerciales de manera justa y objetiva.

De este modo, el aumento del número de Miembros de la Organización sirve para fomentar el crecimiento, dar mayor estabilidad a la economía mundial, fortalecer la organización y, así, mejorar la gobernanza del comercio mundial, lo que, en definitiva, es la labor fundamental de la OMC.

No obstante, es también un proceso muy difícil, caracterizado por negociaciones de gran complejidad y transcendencia, que exigen una participación muy intensa de los negociadores y los Miembros.

En las negociaciones del proceso de adhesión, los gobiernos de los países que desean adherirse definen con los Miembros las condiciones específicas de su adhesión a la Organización.

Algunas de esas negociaciones han llevado mucho tiempo, como en el caso de Kazajstán, en que duraron casi 20 años.

Y en esta clase de negociaciones debe haber consenso de todas las partes.

Para hacerse una idea de lo que esto significa en la práctica, baste recordar que las negociaciones de adhesión a la OMC han generado más de 20.000 páginas de documentos jurídicos.

Desde un punto de visto sistémico, esos textos han contribuido a aclarar, fortalecer y profundizar algunas de las normas de la OMC, y, en algunas esferas, a ampliar su ámbito de aplicación.

Desde una perspectiva económica, las negociaciones de adhesión a la OMC han servido para incrementar el acceso a los mercados, apoyar las reformas internas y acrecentar las corrientes comerciales.

Y, lo que es más importante, simbolizan la adhesión a los valores fundamentales de la OMC: la apertura, la transparencia, la buena gobernanza y el imperio de la ley.

Con cada nueva adhesión, nos acercamos un poco más a nuestro objetivo de lograr la representación universal en la Organización.

Con cada nuevo Miembro se añade una voz importante y un nuevo enfoque a nuestros debates, y nuestros métodos de trabajo adquieren renovada vitalidad.

En el territorio de los 161 Miembros de la OMC viven actualmente más de 7.000 millones de personas, lo que representa casi el 96% de la economía mundial y el 98% del comercio mundial.

Este es un logro muy importante.

Este libro narra la historia de las adhesiones a la OMC y pone de relieve la importancia de la labor que desempeñamos en este ámbito.

Más de 50 personas, de dentro y fuera de la Organización, han aportado sus contribuciones y evaluado los resultados de nuestros esfuerzos y su contribución al sistema de comercio.

En sus páginas se mezclan el análisis, las experiencias y las enseñanzas para el futuro, y se hace hincapié en la importancia que tienen las adhesiones para incrementar el acceso a los mercados, apoyar las reformas internas y contribuir a la elaboración de normas en la Organización.

Entre los que aportaron contribuciones figuran jefes de negociación de los Miembros fundadores; jefes de negociación de Miembros que se han adherido desde 1995; economistas, juristas y profesores universitarios de renombre así como expertos de muchas organizaciones internacionales.

Me llena de satisfacción ver a muchos de ustedes hoy en esta sala. Valoramos y agradecemos sumamente el apoyo y la colaboración que nos han brindado.

Como Director General de la OMC, he tenido el orgullo de participar en la ampliación de la composición de la Organización.

He tenido el honor de dar la bienvenida al Yemen y Seychelles, y espero muy pronto dar la bienvenida a Kazajstán. También Liberia pronto engrosará las filas de la Organización.

Cada proceso de adhesión es único, pero todos y cada uno de ellos sirven para chequear el estado de salud de la Organización.

Miramos nuestra labor desde la perspectiva de otros y esto nos lleva a seguir reflexionando acerca del papel que desempeña la OMC y la forma de que funcione aun mejor.

Al examinar nuestra labor en materia de adhesiones, creo que debemos recordar la génesis de la Organización.

En sus orígenes, la OMC se concibió como parte del marco de gobernanza económica mundial de posguerra establecido en Bretton Woods, con el propósito de lograr una mayor apertura, prosperidad y estabilidad para las naciones.

Ese objetivo sigue ocupando un lugar central en nuestra visión actual de la OMC. Al congregar a un creciente número de países en un entorno de cooperación y normas comunes, el sistema multilateral de comercio constituye un medio no solo de lograr el crecimiento y el desarrollo, sino también de fomentar las relaciones pacíficas.

En momentos en que nos preparamos para celebrar la Décima Conferencia Ministerial en Nairobi, esto debería dar pábulo a la reflexión y ayudarnos a concentrar nuestros esfuerzos en mejorar y fortalecer el sistema multilateral de comercio.

Felicito a todos los que han participado en la elaboración de este importante libro, en particular a quienes han aportado contribuciones, los dos coeditores y Cambridge University Press.

Este libro constituye una magnífica contribución al debate sobre la labor de la OMC en el año del vigésimo aniversario de la Organización.

Pero la labor en materia de adhesiones no termina aquí. Todavía quedan muchos Miembros a quienes dar la bienvenida a la Organización.

Por ello estoy convencido de que tendremos nuevas ocasiones de destacar este trabajo tan importante.

Felicito una vez más a todos los que han participado en el proyecto.

Muchas gracias por su atención.

 

 

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