WTO NOTICIAS: DISCURSOS — DG ROBERTO AZEVÊDO


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Señoras y señores Ministros,
Buenos días, Al-Salam Alaikum.

Es para mí un gran placer estar hoy aquí con ustedes, y tener la oportunidad de examinar el actual programa de comercio.

La OMC tiene profundas raíces en el mundo árabe.

Tanto es así que la actual ronda de negociaciones se llama Programa de Doha para el Desarrollo, y debe su nombre al lugar en que se celebró nuestra Conferencia Ministerial de 2001. Además, la Organización, que celebra este año su vigésimo aniversario, fue fundada en Marrakech.

En la actualidad, 13 países árabes son Miembros de la OMC, y este año celebramos el décimo aniversario de la adhesión del Reino de la Arabia Saudita. Este fue, tanto para la Arabia Saudita como para la Organización, un acontecimiento histórico que contribuyó a la aplicación de las prioridades nacionales a favor del progreso, la modernización y la diversificación. Y los resultados han sido muy positivos. A mi juicio, ha ayudado no solo a promover el logro de los objetivos económicos de la Arabia Saudita, sino también a reafirmar el papel fundamental que desempeña el país en la economía mundial.

Otras siete economías árabes están en proceso de adhesión a la OMC. Sin duda algunas de ellas se enfrentan a desafíos más acuciantes, pero las insto a que, en la medida de lo posible, avancen en las negociaciones de adhesión.

Nunca está de más insistir en los beneficios de una conexión más estrecha con la economía mundial. Y lo mismo puede decirse del apoyo a la creación de capacidad que puede ofrecer la OMC. Es un hecho incuestionable que los países que llevan a cabo las reformas necesarias para poder adherirse a la OMC tienden, una vez concluido el proceso, a crecer más rápidamente que los demás.

Estamos, pues, dispuestos a ayudarlos a ustedes en sus procesos de adhesión y a apoyar por todos los medios posibles sus planes de crecimiento y desarrollo.

Pasaré ahora a las principales cuestiones del programa de la OMC, que, a mi modo de ver, guardan clara relación con las preocupaciones y las aspiraciones de los países árabes.

Como ya saben, en 2013 los Miembros de la OMC llegaron a un importante acuerdo en Bali, y adoptaron decisiones trascendentales. Les doy las gracias por el importante papel que ustedes desempeñaron en el logro de ese éxito.

Ahora es indispensable que avancemos en la aplicación de lo acordado en Bali. Eso incluye las medidas en materia de agricultura y seguridad alimentaria y las medidas para los países menos adelantados (PMA), así como el primer acuerdo multilateral concertado desde la creación de la OMC: el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.

Este Acuerdo simplificará, uniformará y acelerará las formalidades aduaneras en todo el mundo, lo que puede reducir el costo de comerciar en más del 14% por término medio — o sea que su efecto podría ser superior al que tendría la eliminación de todos los aranceles restantes a nivel mundial.

Esto reportará a la región beneficios muy necesarios, ya que reducirá el costo de las transacciones entre los países árabes, así como entre los países árabes y sus asociados comerciales.

Esto es especialmente importante para los países menos adelantados, donde el costo de comerciar puede ser prohibitivo. Lo mismo puede decirse de los países que tienen la posibilidad de convertirse en centros de transporte de vital importancia.

Habida cuenta de que solo el 10% aproximadamente de los intercambios comerciales internacionales tienen lugar en la región, el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio podría ayudar a los países árabes a conectarse mejor entre sí y a promover así la integración económica regional.

Y este es un Acuerdo único en su género en la historia de la OMC, porque el sistema previsto para su aplicación es muy flexible. Además, el Acuerdo contempla la posibilidad de prestar apoyo real y práctico para ayudar a aplicarlo, por ejemplo mediante el Mecanismo para el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio que hemos establecido.

Es importante, pues, que avancemos en la aplicación de este Acuerdo, y de todos los demás elementos del paquete de Bali.

Para que el Acuerdo entre en vigor, deben ratificarlo dos tercios de los Miembros. Actualmente, han confirmado su aceptación 49 Miembros de la OMC, casi una tercera parte del número total de Miembros.

Por lo tanto, hemos recorrido casi la mitad del camino, y debemos mantener el impulso generado. Como ningún Miembro árabe ha ratificado todavía el Acuerdo, los insto a que tomen las medidas necesarias para hacer avanzar el proceso a nivel interno.

Este llamamiento a la ratificación me lleva a otra cuestión importante que también requiere la adopción de medidas a nivel nacional.

En la Declaración de Doha sobre los ADPIC y la Salud Pública de 2001, los Ministros intentaron eliminar los obstáculos con que tropezaban algunos países para acceder a medicamentos. A tal fin, establecieron una exención para que determinados medicamentos esenciales pudieran exportarse a países que no podían producirlos por temor a la adopción de medidas en materia de derechos de propiedad intelectual.

Los Miembros decidieron ulteriormente que esa cuestión era demasiado importante para que bastase con una simple exención y, en consecuencia, decidieron establecer un instrumento permanente para garantizar que el acceso a esa clase de medicamentos tuviera una base jurídica más sólida.

Ahora tenemos que lograr que ese importante cambio entre en vigor. Y para ello, como en el caso del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio, deben confirmar su aceptación dos tercios de los Miembros de la OMC.

Más de la mitad de los Miembros ya lo han hecho, con inclusión de la Arabia Saudita, Bahrein, Egipto, Jordania y Marruecos, que pertenecen a esta región.

Una vez más, pues, les pido a todos encarecidamente que hagan lo posible para acelerar la marcha de los respectivos procesos internos de ratificación a fin de lograr que esta importante medida entre en vigor.

Pasaré ahora a la cuestión más importante que se perfila en el horizonte de la OMC: nuestra Décima Conferencia Ministerial.

Como ya saben, la Conferencia se celebrará en Nairobi; por primera vez desde la creación de la Organización en Marrakech la Conferencia Ministerial de la OMC regresará a África.

Los preparativos para Nairobi se encuentran en una etapa decisiva.

Llevamos meses de intensas negociaciones, en muy diversos formatos. Debo admitir que ha sido muy difícil avanzar, sobre todo en relación con las cuestiones fundamentales del Programa de Doha para el Desarrollo (PDD) relacionadas con la ayuda interna y todos los aspectos del acceso a los mercados agropecuarios, no agropecuarios y de servicios.

Naturalmente, seguiremos trabajando en estas cuestiones fundamentales del Programa de Doha para el Desarrollo, y no debemos escatimar esfuerzos para hacerlas avanzar.

Ahora bien, existen algunas esferas en las que quizá podamos permitirnos una dosis mayor de optimismo.

Existe un evidente deseo de lograr resultados en Nairobi, y, si bien hay problemas en algunas esferas, los Miembros están viendo en cuáles de ellas pueden obtenerse resultados.

En las últimas semanas ha quedado en claro que algunas cuestiones parecen estar más al alcance de la mano que otras. Por eso, creo que los Miembros han encontrado un camino que conducirá al éxito en Nairobi.

Sin perjuicio de cualquier otro resultado que podamos lograr antes de Nairobi, diría que entre esos posibles resultados figuran los siguientes:

  • la competencia de las exportaciones en la agricultura,
  • un conjunto de cuestiones relacionadas con el desarrollo y los PMA,
  • disposiciones en materia de transparencia.

Desde luego, esta no es una lista exhaustiva, ni será fácil llevarla a la práctica. Estas esferas son prometedoras, pero aún queda mucho por hacer.

No obstante, creo que es importante que nos formemos una idea general de lo que puede negociarse en lo que se refiere a resultados fundamentales.

Y pienso que debemos reconocer que un acuerdo sobre los elementos de los que estamos hablando representaría un auténtico progreso. Estos elementos tendrían un efecto considerable en la economía y el desarrollo, aun cuando no constituyan el objetivo final. Debemos tratar de hacer mucho más en el futuro.

Por ello, ahora tenemos que plasmar esos elementos en propuestas de textos que puedan avanzar a nivel de los grupos de negociación. Esa es nuestra prioridad en las pocas semanas que nos quedan para la Conferencia Ministerial. Y espero empezar a ver progresos muy pronto: inshallah.

Desde luego, creo que es evidente que, aunque en Nairobi logremos resultados como los que acabo de describir, no será viable, ni creíble, anunciar que se trata de la conclusión de la Ronda de Doha. Parece que a este respecto hay consenso.

Dada esta situación, la pregunta inevitable es: ¿qué hacemos con las cuestiones del PDD que no se aborden debidamente en el paquete de Nairobi?

A este respecto, hay opiniones divergentes sobre lo que ocurrirá después de Nairobi.

Muchos dicen que, si no hay consenso en concluir la Ronda de Doha, esta simplemente continuará, y que debemos decir esto claramente. Otros dicen que si no concluimos la Ronda de Doha en Nairobi, entonces ahí acabará; incluso sin una declaración formal del final del PDD, la Ronda de Doha se habrá acabado a todos los efectos prácticos y después de Nairobi ya no habrá más conversaciones sobre las cuestiones de Doha.

Evidentemente será extremadamente difícil conciliar esas opiniones.

Sé que para los Miembros de reciente adhesión (algunos de los cuales son países del mundo árabe), es muy importante que avancen las negociaciones multilaterales de la OMC. En las negociaciones de adhesión han contraído compromisos profundos, y les gustaría ver que los demás Miembros avanzan hacia una liberalización mucho más amplia.

Por eso creo que todos estamos de acuerdo en que la OMC debe seguir concentrando la atención y sus actividades en la labor posterior a Nairobi.

En este contexto, creo que, al reflexionar sobre el camino que debemos seguir, no podemos pasar por alto que hay importantes puntos de convergencia.

Por ejemplo, creo que todos estamos de acuerdo en lo siguiente:

  • queremos lograr algún resultado en Nairobi;
  • sea cual sea el resultado que logremos, no bastará para concluir formal y consensuadamente la Ronda de Doha;
  • seguimos estando dispuestos a tratar las cuestiones fundamentales del PDD y su dimensión de desarrollo después de Nairobi, aunque no hay acuerdo sobre si hacerlo en el marco del PDD o con arreglo a una arquitectura reformulada.

La cuestión inmediata es si podemos — o queremos — reflejar en un texto consensuado, en Nairobi, esos y otros posibles puntos de convergencia.

En Ginebra, hemos empezado a deliberar sobre esta cuestión, y he designado facilitadores para que consulten con los Miembros en mi nombre cuando esté de viaje.

Creo que estamos todos de acuerdo en que es necesario iniciar esa labor y en que debemos fijarnos el objetivo de acordar una Declaración Ministerial, pero pienso que es todavía demasiado pronto para empezar una labor de redacción.

En consecuencia, lo primero que hay que hacer es escuchar la opinión de todos, sobre las cuestiones tanto de fondo como de procedimiento.

Esa labor se está llevando a cabo en la OMC precisamente en estos momentos.

Cuando regrese a Ginebra, celebraré una reunión con todos los Miembros para tomar una decisión sobre la forma de seguir avanzando.

Por ahora no quiero prejuzgar los resultados de ese proceso: si debemos elaborar una declaración ministerial para Nairobi, o, en cambio, tomar una dirección totalmente distinta.

Aguardaré a oír las opiniones de los Miembros.

Por lo tanto, esta reunión es muy oportuna.

Me gustaría saber qué opinan ustedes de todas estas cuestiones y lo que esperan de la Organización y su futuro después de Nairobi.

El apoyo y el compromiso de ustedes han sido esenciales en el pasado reciente, y volverán a serlo.

Espero poder contar con la colaboración y las ideas de ustedes a fin de que los resultados que se obtengan en Nairobi nos permitan promover el crecimiento y el desarrollo, y definir claramente el camino que debe seguir la Organización.

No he venido nada más que a ofrecer una perspectiva de nuestra posición actual en Ginebra, sino a oír sus opiniones y averiguar lo que esperan de la Organización. Si queremos que el sistema multilateral se mantenga activo y relevante, debemos ponernos de acuerdo, y aunar esfuerzos para alcanzar objetivos comunes.

Muchas gracias, shukran.

 

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